La preocupación por el gasto energético y el impacto ambiental no ha hecho más que crecer y muchas familias han empezado a buscar alternativas más sostenibles y económicas para climatizar sus casas. Una de las soluciones que mayor interés ha generado es la aerotermia por las ventajas que presenta frente a otros sistemas convencionales. En las siguientes líneas te contamos todo lo que necesitas saber si estás pensando en instalar aerotermia en tu casa: cómo funciona, en qué casos se puede poner, a quién le interesa y cuánto se puede llegar a ahorrar.
¿Qué es exactamente la aerotermia?
La aerotermia es una tecnología basada en el aprovechamiento del aire exterior como fuente de energía para climatizar una vivienda. Su funcionamiento se basa en un ciclo termodinámico que, mediante un compresor, extrae la energía térmica del aire ambiente —incluso en condiciones de frío— y la transfiere al sistema de calefacción, agua caliente sanitaria o refrigeración del hogar. Aunque a simple vista pueda parecer similar a un aire acondicionado, la aerotermia es capaz de producir tanto calor como frío, además de abastecer de agua caliente a la vivienda. Todo desde una misma unidad.
El sistema funciona principalmente mediante una bomba de calor aire-agua. Esta unidad recoge la energía térmica del aire exterior y la transfiere al interior a través de radiadores, suelo radiante o fancoils. Se trata de una tecnología limpia, ya que no genera emisiones locales y consume mucha menos electricidad que los sistemas eléctricos convencionales. No es de extrañar que la mayoría de compañías eléctricas estén apostando por integrarla en sus propuestas de eficiencia energética para particulares.
¿Puede instalarse en cualquier vivienda?
La respuesta corta es sí, aunque con matices. Es posible instalarla tanto en viviendas unifamiliares como en pisos, siempre que se cumplan ciertos requisitos técnicos. Lo más importante es contar con espacio suficiente en el exterior para colocar la unidad de intercambio térmico. Esta unidad, similar en tamaño a la de un aire acondicionado, necesita estar en un lugar ventilado, como una terraza, un balcón o el tejado del edificio. En viviendas adosadas o chalets no suele haber problema, pero en pisos es necesario revisar la normativa de la comunidad y del ayuntamiento, ya que pueden requerirse permisos.
Además del espacio exterior, hay que tener en cuenta la adaptación del sistema interior. La aerotermia se combina mejor con sistemas de calefacción de baja temperatura como el suelo radiante o radiadores sobredimensionados. No obstante, en viviendas ya construidas, también se puede adaptar a instalaciones existentes, aunque el rendimiento no será tan alto como en una vivienda de obra nueva que ya incorpora esta tecnología.
¿Cuánto se puede ahorrar con la aerotermia?
Una de las razones por las que muchas personas se plantean cambiar su sistema de calefacción es el ahorro. Aunque el coste de instalación puede ser más alto que el de una caldera convencional, lo cierto es que la diferencia se amortiza relativamente rápido. Una bomba de calor aire-agua bien ajustada al tamaño y necesidades de la vivienda puede reducir el consumo eléctrico en torno a un 70% frente a sistemas de calefacción tradicionales que funcionan solo con electricidad.
Esto se traduce, en muchos casos, en una bajada de la factura mensual del 40% al 60%, aunque el porcentaje puede variar según el aislamiento de la vivienda, el tipo de sistema interior (como suelo radiante o radiadores) y los hábitos de uso. En una casa de tamaño medio que antes utilizaba gasóleo, el ahorro anual puede rondar los 1.000 euros. Si se venía usando gas natural, la diferencia es algo menor, pero sigue siendo apreciable.
No hay que olvidar que la aerotermia también puede utilizarse para enfriar el hogar durante el verano, por lo que no es necesario instalar aparatos de aire acondicionado independientes, con el consiguiente ahorro que ello conlleva. Naturalmente, cada caso es distinto y el resultado final depende también del contrato de electricidad. Lo ideal es informarse a través de plataformas como hogaryeficiencia.es para hacerse una idea de cuánto puedes ahorrar en tu factura.
¿Para quién es una buena opción?
En líneas generales, para cualquiera que busque un sistema de climatización eficiente, cómodo y con un menor impacto ambiental. Es una solución que encaja muy bien en viviendas de nueva construcción, ya que facilita el cumplimiento de las exigentes normativas energéticas actuales. Pero no es exclusiva de casas recién levantadas: también se puede adaptar sin problema a reformas y a hogares que quieren dejar atrás sistemas antiguos, como calderas de gas o gasóleo, que ya no compensan ni por consumo ni por mantenimiento.
Por supuesto, el componente económico empieza a pesar cada vez más. Compañías como Repsol, Endesa, Iberdrola o Naturgy han incorporado tarifas pensadas para optimizar el uso de la aerotermia, ajustando el contrato eléctrico al perfil de consumo real de este tipo de instalaciones. También hay un fuerte impulso por parte de fabricantes como Daikin, que llevan años perfeccionando equipos más eficientes y adaptables, incluso para viviendas que no estaban pensadas inicialmente para este tipo de tecnología.