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Con una trayectoria marcada por el compromiso y la coherencia, Lourdes López, Directora General de BD en España y Portugal, defiende una visión de empresa en la que la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad están integradas en cada decisión. “Siempre he creído que todos tenemos la oportunidad de causar un impacto, de dejar huella allá por donde pasamos”, afirma. Desde sus primeros años en la compañía, comprendió que “cuidar de la salud también implicaba cuidar del entorno, de nuestras comunidades y de nuestros equipos”, una filosofía que ha guiado su liderazgo en el sector sanitario.
López reconoce que la Sostenibilidad ha evolucionado profundamente: “La RSE se percibía como algo complementario, casi anecdótico. Hoy es parte del núcleo estratégico de las organizaciones”. Para ella, la clave está en la coherencia y en el compromiso real: “Las acciones deben estar alineadas con nuestros valores y cultura, generando credibilidad y confianza”. Bajo su dirección, BD ha reforzado su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente los relacionados con la salud, la igualdad, la innovación y la acción climática, convencida de que “la digitalización, la medición y la transparencia son esenciales para comunicar mejor nuestro impacto”.
Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, Lourdes López dedica unas palabras de reconocimiento al medio: “Desde sus inicios, Corresponsables ha sido mucho más que un medio: ha sido un catalizador, un puente entre empresas, instituciones y ciudadanía”. En su opinión, el medio ha contribuido a visibilizar las buenas prácticas del sector y a consolidar un lenguaje común en torno a la Sostenibilidad. “Habéis ayudado a las compañías a comunicar con coherencia, a aprender unas de otras y a avanzar de forma responsable. Habéis ejercido de altavoz para iniciativas y reflexiones que han contribuido a que la Sostenibilidad no solo se entienda, sino que se valore e integre como parte esencial del propósito empresarial”, destaca.
Mirando hacia el futuro, López considera que el gran reto será “mantener la coherencia en un entorno cada vez más exigente”, y la gran oportunidad, “la innovación, cómo usamos la tecnología para mejorar nuestro impacto y cómo involucramos a todos los actores —clientes, empleados, comunidades— en este camino”. Y concluye con una convicción que resume su propósito profesional y personal: “La RSE y la Sostenibilidad no son una moda ni una obligación. Son una forma de entender el liderazgo y la empresa. Cuidar de la salud también implica cuidar del entorno, de las personas y del futuro que queremos construir”.
¿Cómo, cuándo y por qué comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad?
Diría que de forma natural, como resultado de una combinación de mi propio compromiso personal y las experiencias profesionales que fui viviendo. Siempre he creído que todos tenemos la oportunidad de causar un impacto, de dejar huella allá por donde pasamos. Cuando comencé a trabajar en BD, entendí que cuidar de la salud también implicaba cuidar del entorno, de nuestras comunidades y de nuestros equipos.
“Siempre he creído que todos tenemos la oportunidad de causar un impacto, de dejar huella allá por donde pasamos”
Esa visión se fue consolidando especialmente durante mi etapa en Latinoamérica, donde aprendí a adaptar soluciones a realidades distintas a las que había conocido en Europa y a ver el potencial transformador de la empresa en contextos sociales complejos. Así fue como aprendí que la Sostenibilidad no es solo una estrategia, sino una forma de hacer empresa con propósito, de forma ética y responsable.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzó en comparación con cómo es hoy?
Al inicio de mi trayectoria profesional, la RSE se percibía como algo complementario, casi anecdótico y, en muchos casos, un “nice to have”. Esta percepción llevó a que se hablara mucho del greenwashing, una práctica en la que las empresas aparentan ser más sostenibles de lo que realmente son. Sin embargo, en mi caso, siempre he creído que las acciones deben estar alineadas con nuestros valores y cultura, generando credibilidad y confianza. Estas deben calar profundamente en la cultura interna, el compromiso, la motivación y la ética de los empleados.
“Cuidar de la salud también implicaba cuidar del entorno, de nuestras comunidades y de nuestros equipos”
Me gusta pensar que, desde entonces, hemos avanzado mucho para superar esa percepción inicial. Hoy en día, la RSE es parte del núcleo estratégico de las organizaciones. Hemos pasado de acciones puntuales a integrar criterios ESG en todas las áreas, desde la producción hasta la gobernanza.
Querida Lourdes, ¿cuándo conociste a Corresponsables? ¿Qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
En estos años, hemos sido testigos de cómo la Sostenibilidad ha pasado de ser una conversación emergente a convertirse en un eje estratégico para las organizaciones y para la sociedad en su conjunto.
“Desde sus inicios, Corresponsables ha sido mucho más que un medio: ha sido un catalizador, un puente entre empresas, instituciones y ciudadanía”
Desde sus inicios, Corresponsables ha sido mucho más que un medio: ha sido un catalizador, un puente entre empresas, instituciones y ciudadanía. Habéis ayudado a compañías a comunicar con coherencia, a aprender unas de otras y a avanzar de forma responsable. Habéis ejercido de altavoz para iniciativas, tendencias y reflexiones que han contribuido a que la Sostenibilidad no solo se entienda, sino que se valore y se integre como parte esencial del propósito empresarial.
¿Qué cambios significativos has observado en esta materia desde que comenzaste?
Sin duda, un aumento del compromiso a todos los niveles, derivado de la profesionalización del sector, la incorporación de métricas claras, la exigencia regulatoria y, sobre todo, el cambio cultural dentro de las organizaciones. Hoy, los equipos demandan coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, obligando a las entidades a ser más transparentes y comprometidas.
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
En torno a este concepto aparecen muchas siglas y conceptos que a veces cuesta diferenciar: ODS, RSE, RSC, Sostenibilidad… ¿Qué hay de diferente y qué de común entre ellas? Creo que la integración de los ODS como marco global ha sido clave.
Por la naturaleza de nuestro negocio y nuestros objetivos estratégicos, en BD nos alineamos especialmente con los ODS 3 (Salud y Bienestar), 5 (Igualdad de género), 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), 9 (Industria, innovación e infraestructura) y 13 (Acción por el clima). Trabajamos para dar respuesta a estos objetivos y hacer realidad nuestro compromiso con la Sostenibilidad del sistema.
“La RSE se percibía como algo complementario, casi anecdótico. Hoy es parte del núcleo estratégico de las organizaciones”
También ha sido importante la digitalización, que nos permite medir y comunicar mejor nuestro impacto. Y, por supuesto, la presión social y regulatoria, que ha elevado el estándar de lo que se espera de una empresa responsable.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
Que el cambio empieza por uno mismo. Hay que ser conscientes de nuestras áreas de actuación, influencia y aceptación. En mi día a día, intento centrarme en lo que puedo cambiar y actuar desde ahí. Esa filosofía me ha ayudado a liderar con propósito y a mantener el foco en lo que realmente importa.
¿Tienes alguna anécdota, Lourdes, que refleje el espíritu y los desafíos de los primeros años de la RSE?
Como desafíos, destacaría la resistencia al cambio para implementar nuevos modelos operativos, nuevas formas de trabajo, mayor exposición pública o cambios en la cultura interna. Esto genera incertidumbre y, muchas veces, cuestiona la legitimidad o idoneidad de su puesta en marcha.
Superada la resistencia al cambio, el segundo desafío es conseguir integrar la RSE en el día a día de la organización, desde la operativa hasta la cultura empresarial, de forma real. La clave para lograrlo es comunicar bien de qué forma se es responsable social y empresarialmente, para que los equipos entiendan que todo lo que hacen está destinado a satisfacer esa necesidad responsable y ética.
“Las acciones deben estar alineadas con nuestros valores y cultura, generando credibilidad y confianza”
Esta cultura de Responsabilidad Social se complementa puntualmente con actividades tangibles, con un nivel de participación y dedicación extraordinarios por parte de los empleados para un objetivo concreto. La RSE bien gestionada no solo busca impacto externo, sino también bienestar interno.
En una compañía de gran tamaño, donde con cierta frecuencia se producen movimientos corporativos o adquisiciones, resulta aún más importante cultivar un sentido compartido de pertenencia y propósito. Estoy especialmente orgullosa de cómo conseguimos hacer partícipes a las personas de todas nuestras ubicaciones y plantas de producción de nuestro compromiso con la Sostenibilidad.
Es fundamental que cada persona sienta como propia esta visión, ya que somos cada uno de nosotros quienes le damos sentido cada día. Hemos conseguido fortalecer el sentimiento de pertenencia gracias a la transparencia, al impulso de una cultura de inclusión y diversidad y a las iniciativas ESG.
Con ellas cubrimos un amplio y diverso abanico de programas que implican activamente a nuestros empleados y sirven de apoyo para colectivos vulnerables y menos representados, abordando necesidades sociales en estrecha alineación con los ODS.
Como ejemplo tangible, más de 450 empleados participaron activamente en las distintas iniciativas puestas en marcha en el último año. Esta cifra —junto con el nivel de satisfacción y compromiso con los proyectos— no ha dejado de crecer año tras año.
¿Cuáles consideras que han sido los pioneros en esta materia?
He aprendido mucho de líderes que han sabido integrar la Sostenibilidad en la estrategia sin perder de vista el negocio. También de entidades como FENIN, que han promovido guías y proyectos colaborativos para visibilizar el compromiso del sector sanitario con los ESG y los ODS, y sin duda medios como Corresponsables, que amplían la visión de lo que otros hacen y son una fuente de inspiración para adoptar o adaptar nuevos enfoques en las organizaciones.
Lourdes, ¿cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad? ¿Qué retos y oportunidades anticipas para las próximas dos décadas?
El reto: mantener la coherencia en un entorno cada vez más exigente.
La oportunidad: la innovación.
“El reto es mantener la coherencia en un entorno cada vez más exigente y la oportunidad es la innovación”
Cómo usamos la tecnología para mejorar nuestro impacto y cómo involucramos a todos los actores —clientes, empleados, comunidades— en este camino es la clave. La Sostenibilidad será, sin duda, el eje de la competitividad, presente y futura.
¿Qué papel crees que deben jugar las nuevas generaciones en la continuación de este legado?
Un papel protagonista. Las nuevas generaciones tienen una sensibilidad especial hacia estos temas y una capacidad enorme para cuestionar y transformar. Los líderes del hoy les debemos a los del mañana darles espacio, escucharlos y acompañarlos en su desarrollo. Ellos serán quienes impulsarán el cambio que necesitamos.
Para terminar, añade, si lo deseas, cualquier otra reflexión o consideración que consideres oportuna.
Terminaría con la misma reflexión con la que comencé: la RSE y la Sostenibilidad no son una moda ni una obligación.
Son una forma de entender el liderazgo y la empresa. En BD, trabajamos para que nuestras acciones reflejen ese compromiso, convencidos de que cuidar de la salud también implica cuidar del entorno, de las personas y del futuro que queremos construir.
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