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El Real Racing Club llevó a cabo recientemente una iniciativa singular en el ámbito deportivo y social. En su encuentro frente al Granada CF, el equipo salió al campo con una camiseta en la que, por primera vez, el escudo del club y los logos de los patrocinadores fueron sustituidos por los nombres de niños y niñas que esperan un trasplante de órganos. La acción, denominada “Donantes de Logo”, busca visibilizar la realidad de la donación pediátrica en España, donde solo el 2% de los donantes son menores y más de 70 niños permanecen en lista de espera.
La iniciativa ha sido impulsada por la Fundación Real Racing Club, en colaboración con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), la Consejería de Sanidad de Cantabria y el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Además de sensibilizar sobre la importancia de la donación infantil, la acción tiene un objetivo solidario: las camisetas —incluidas las empleadas en el partido— se pueden adquirir o pujar en racingporlainfancia.es, destinándose los fondos a la Fundación ALCER para apoyar a familias que deben desplazarse durante el proceso de espera.
En este contexto, hablamos con César Anievas, director de la Fundación Real Racing Club, para conocer más sobre el propósito de esta iniciativa y sobre la labor social que la entidad desarrolla en Cantabria.
Entrevista a César Anievas, Director de la Fundación Real Racing Club
César, muchas gracias. Para empezar, ¿cómo definirías la Fundación Real Racing Club y cuál es su ámbito de actuación?
Nuestra fundación es relativamente joven. Nació en 2012 con un enfoque social, formativo y cultural en Cantabria. Desde hace dos años y medio, con la nueva propiedad, hemos reforzado una visión de cercanía con la sociedad cántabra.
No buscamos únicamente gestionar la RSC de una empresa, sino convertir al Racing en una herramienta de cambio social. El club tiene una enorme capacidad de influencia y queremos utilizarla para ayudar a los colectivos que más lo necesitan.
¿Qué iniciativas podrías destacar dentro de ese trabajo social?
Trabajamos en siete áreas, que son muchas para un club profesional de Segunda División. Tenemos un área formativa con una academia de más de 500 niños y niñas, y organizamos campus deportivos. También contamos con un área de sostenibilidad, con una persona a tiempo completo en cuatro ejes: cambio climático, economía circular, naturaleza y voluntariado. Cantabria necesita el cuidado de todos, e intentamos inculcarlo más allá del ámbito deportivo.
El área social es nuestra prioridad.
- Desarrollamos un programa contra el bullying en más de diez colegios de la región.
- Trabajamos con el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla para incluir en nuestra academia a niños y niñas con problemas de salud mental u obesidad, acompañados por nutricionistas y psicólogos.
- Llevamos a cabo el programa “Mujer Global”, recientemente premiado, dirigido a mujeres que huyen de la trata, del maltrato o de conflictos armados. Les ofrecemos deporte, ocio, hábitos saludables y también integramos a sus hijos en nuestra academia.
- Otro proyecto muy especial es “Memoria Racinguista”, mediante el cual exfutbolistas visitan centros de mayores para avivar recuerdos, poner en valor su trayectoria y acompañar a seguidores que ya no pueden acudir al estadio.
En definitiva, detectamos colectivos que necesitan apoyo y diseñamos programas basados en el deporte, el acompañamiento y el respeto.
¿Qué importancia tiene y cómo gestionáis la comunicación y las alianzas con vuestros grupos de interés?
Para nosotros es fundamental trabajar de la mano de entidades públicas y privadas. No podríamos desarrollar programas de salud sin el hospital de referencia, ni iniciativas sociales sin organizaciones expertas.
Somos expertos en deporte, pero necesitamos alianzas para todo lo demás. Cada vez más empresas quieren colaborar a través de su RSC porque encuentran en el Racing una vía para generar impacto social.
La cercanía y la sensibilidad social del club son un factor diferencial. Llenamos el estadio cada domingo y tenemos una afición muy comprometida, pero el proyecto va más allá del fútbol: es un proyecto de personas.
La acción realizada en el último partido —ceder el espacio de la camiseta para visibilizar a niños en lista de espera de trasplante— refleja nuestra manera de entender el deporte. Buscamos poner en el centro a quienes más lo necesitan, generar conversación y mostrar cariño a las familias que viven situaciones muy complejas.
¿Cómo ves la situación y evolución de la responsabilidad social en los clubes deportivos?
Me gustaría que más clubes siguieran un camino similar: programas sociales con impacto real en las personas. No buscamos cifras, buscamos transformación social.
Tenemos tres escuelas inclusivas, un equipo Genuine y más de 100 personas con discapacidad intelectual que entrenan con el Racing.
Hay fundaciones deportivas que trabajan muy bien, pero aún no todos los clubes apuestan de forma clara por el ámbito social. Aun así, soy optimista: cada vez hay más conciencia de que cuidar a los socios y seguidores tiene un retorno enorme, no solo deportivo, sino humano.
Para finalizar, ¿cuáles son vuestros principales retos de futuro? Y, ¿qué mensaje te gustaría trasladar a la audiencia de Corresponsables?
Nuestro reto principal es consolidar los programas creados en los últimos dos años y medio. Hemos pasado de tres a doce empleados y seguimos creciendo porque la demanda social es muy grande.
El mensaje que me gustaría trasladar es que aprovechemos la influencia de los clubes para impulsar el cambio social.
El Racing es un club modesto, pero estamos demostrando que se pueden hacer acciones con gran impacto: hablar de donación de órganos, de trata de personas, de salud mental o de cualquier otra situación que requiere visibilidad.
Si no ayudamos nosotros, ¿quién lo hará?
Utilicemos el fútbol para unir y no para separar. Ese es nuestro camino y está dando resultados excelentes.

