¿Cómo integra APRI la Responsabilidad Social en su estrategia y actividad diaria?
En APRI entendemos la Responsabilidad Social no como un eslogan, sino como un marco de acción efectivo y transversal que orienta toda nuestra actividad. Nuestra misión se basa en promover unas Relaciones Institucionales éticas, transparentes y responsables, contribuyendo a fortalecer la confianza entre el sector público, el privado y la sociedad civil.
Esto se traduce en una gestión interna coherente —basada en la transparencia, la igualdad de oportunidades y la formación continua— y en una labor externa centrada en fomentar la profesionalización del lobby responsable, alineada con los principios ESG y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
¿Qué iniciativas o proyectos destacarías como ejemplo del compromiso de APRI con la sostenibilidad y la ética profesional?
Podría destacar varias líneas de trabajo que reflejan este compromiso:
El Código Ético de APRI, que es una referencia para todos nuestros asociados y garantiza un comportamiento íntegro, transparente y responsable en la interlocución con las instituciones.
La Comisión de Ética y Cumplimiento, que vela por la aplicación real de estos principios y fomenta la cultura de la rendición de cuentas.
Formación y sensibilización continua: impulsamos programas formativos, mesas de debate y colaboraciones con universidades para divulgar el valor de las relaciones institucionales sostenibles.
Participación en el debate público: a través de paneles, foros y colaboraciones con medios especializados, contribuimos a generar conocimiento y conciencia sobre la importancia de una práctica profesional alineada con los ODS.
Nuestro objetivo es que la responsabilidad social no sea un acto aislado o puntual, sino una actitud constante que inspire a otros sectores y organizaciones.
¿Cuáles consideras que son los principales retos y oportunidades de futuro para las Relaciones Institucionales responsables en España?
El principal reto sigue siendo la consolidación de un marco normativo claro y homogéneo, que reconozca y regule la actividad de los profesionales de las Relaciones Institucionales. Hemos avanzado mucho, pero aún existen lagunas regulatorias y desconocimiento social sobre qué hacemos y cuál es nuestro papel. Al mismo tiempo, la oportunidad está precisamente ahí: en educar, sensibilizar y profesionalizar aún más el sector, mostrando que una interlocución transparente entre lo público y lo privado no solo es legítima, sino necesaria para una sociedad democrática, participativa y sostenible.
¿Qué mensaje o aprendizaje te gustaría compartir con los profesionales del sector sobre la importancia de la RSE y la transparencia en las relaciones institucionales?
La RSE no puede reducirse a una acción puntual o a un informe anual, sino que debe ser un compromiso real, medible y compartido. En las Relaciones Institucionales, esto significa actuar con coherencia, ética y propósito, entendiendo que nuestra labor tiene un impacto directo en la confianza ciudadana y en la calidad de las políticas públicas.
Por eso, desde APRI insistimos en que la transparencia es la base de la legitimidad profesional. Solo desde la coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos podremos fortalecer una profesión que, bien entendida, transforma positivamente la sociedad a través del diálogo entre lo público y lo privado.
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