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La Responsabilidad Social Empresarial ha sido un concepto clave en la evolución de las organizaciones en las últimas décadas, y pocas personas como Ignasi Carreras, Presidente de Oxfam Intermón y Director del Instituto de Innovación Social de ESADE, han sido testigos directos de su transformación. En esta entrevista, Carreras nos ofrece una visión profunda sobre cómo la RSE ha dejado de ser un concepto limitado a la filantropía para convertirse en una estrategia central dentro de las empresas.
«La RSE ha sido esencialmente un proceso de mejora continua», señala Carreras al referirse a los hitos positivos que ha experimentado la disciplina, pero también advierte que «la Sostenibilidad corporativa aún no es lo suficientemente madura. Aún no hemos conseguido frenar los efectos del cambio climático.» Con esta reflexión, el entrevistado destaca tanto los avances como los desafíos que siguen pendientes.
Carreras también habla de su experiencia en Oxfam Intermón, donde el enfoque de la RSE fue impulsado desde la misión de la ONG, pero más allá de su trabajo en el sector social, destaca la importancia de crear alianzas con el sector privado: «Nuestro papel ante el mundo empresarial era de concienciación, para que las grandes corporaciones comprendieran su impacto social y medioambiental.»
Por otro lado, Carreras resalta un hito crucial en la evolución de la RSE: «En la década de los 90, nos enfrentamos a una globalización agresiva que deslocalizaba la producción sin considerar el bienestar de las comunidades. La externalización, cuando es responsable, tiene efectos positivos, pero cuando se prioriza solo el beneficio económico, el impacto negativo es devastador.»
Ignasi, ¿recuerda la primera vez que escuchó hablar de Responsabilidad Social?
Escuché que una nueva corriente de pensamiento y de gestión estaba calando muy fuerte en organizaciones de gran volumen. Se basaba en la voluntad de influir de manera positiva en el entorno y de que la misión de la empresa tuviese un impacto social, impidiendo que las prácticas propias a la organización fuesen lesivas para las poblaciones.
«La RSE ha sido esencialmente un proceso de mejora continua»
El año no lo recuerdo, fue hace ya tiempo; la RSC no es algo tan novedoso.
¿Cuándo decidió aplicar por primera vez la Responsabilidad Social a su entorno profesional? ¿Fue en Oxfam Intermón? ¿De qué manera se desarrolló el proceso?
En el caso de Oxfam Intermón se intentó aplicar desde el punto de vista de la actividad misional; no queríamos cambiar nuestra forma de gestión, sino concienciar al sector privado y que fuese generador de cambio. ¿Por qué? Pensamos que al ser una ONG, nuestro papel ante el mundo empresarial era de concienciación, ya que teníamos buenos convenios laborales, contribuíamos a una finalidad social, y medioambientalmente cuidábamos el entorno.
«La Sostenibilidad corporativa aún no es lo suficientemente madura»
Una vez que nos familiarizamos con los conceptos empezamos a comunicarlos y a buscar socios colaboradores. Este proceso sucedió en la década de los 90, en pleno apogeo de la globalización, cuando las multinacionales deslocalizaban sus cadenas de valor a países en vías de desarrollo, la mano de obra local retrocedía en derechos, y las comunidades se veían perjudicadas. Sin embargo, no todas las grandes empresas actuaban de forma negativa.
Estoy convencido de que la externalización tiene factores positivos cuando es responsable. Por el contrario, cuando solo se busca el beneficio económico, sin tener en cuenta el impacto social de dichas actividades, la globalización se convierte en un desastre; tanto para los países de origen, como para los destinatarios de esos procesos productivos.
En nuestro país, el sector textil fue el que más se externalizó y globalizó de forma negativa. Las fábricas se trasladaron a países en vías de desarrollo y la mayor parte de la mano de obra no cumplía los requisitos legales para trabajar. Por ello, la primera línea de actuación fue concienciar a este sector, ya que entendimos que muchas familias se estaban viendo afectadas.
Querido Ignasi, ¿qué diferencias más notables observa entre la Responsabilidad Social de aquel entonces y la actual, más allá de su extensión en el empresariado español?
En aquella época, la RSC giraba en torno a corregir problemas y evitar riesgos de marca. Cuando hablo de corregir problemas, no englobo a todas las empresas, me refiero a aquellas que empezaron a hacer RSC por presiones o recomendaciones de ONG, gobiernos, o sindicatos; organizaciones y plataformas que denunciaron las malas prácticas del sector privado. Era una RSC muy centrada en el ámbito de la cadena de valor, y que tenía como objetivo corregir los problemas de la externalización del proceso productivo.
«No hemos conseguido frenar los efectos del cambio climático»
Después pasamos a una etapa más proactiva en la que la RSC se integró dentro de la estrategia del negocio, dando pie a la transversalidad y a la gestión sostenible del mismo. Un ejemplo claro lo encontramos en Nike y el escándalo de sus procesos productivos. La empresa de equipamiento deportivo dio un giro radical a su modelo de negocio, diluyendo el departamento de RSC en el de innovación, y creando el área de innovación responsable. Los directivos de la organización entendieron que el mayor impacto de su actividad se encontraba en la materia prima, la mano de obra, y todo lo que rodeaba a la fabricación de sus productos. De esta forma, la RSC se articuló desde el inicio de la cadena de suministro y la sostenibilidad fluyó de abajo a arriba.
La gestión sostenible vino acompañada de indicadores que permitieron a las organizaciones medir su impacto en el entorno social, medioambiental, y económico; dibujando la ‘pizarra’ propicia para trazar una estrategia a partir de los resultados.
Actualmente, nos encontramos en una etapa en la que la RSC tiene que desarrollar tres pilares: ligar innovación y responsabilidad; acabar con la corrupción administrativa e impulsar la transparencia fiscal, y aumentar las alianzas y concreciones de proyectos.
«Nuestro papel ante el mundo empresarial era de concienciación»
¿Qué hitos, tanto en positivo como en negativo, destacaría de la evolución de la RSE hasta la actualidad?
La RSC a lo largo de estos años ha conseguido ser transversal a todos los departamentos de la organización, impactar en las cadenas de valor volviéndolas mucho más responsables, y trascender al concepto de economía circular. Hitos muy positivos.
«La externalización, cuando es responsable, tiene factores positivos»
Pero, siendo pesimistas, la Sostenibilidad corporativa no es lo suficientemente madura. Aún no hemos conseguido frenar los efectos del cambio climático, la innovación y las nuevas líneas de productos siguen sin ser responsables, la corrupción empresarial sigue existiendo…
¿Puede compartir algunas anécdotas sobre su vínculo con Responsabilidad Social?
Más que anécdota, es una vivencia. Sin que se asusten, llevo una doble vida. Como saben, soy directivo y voluntario en Oxfam Intermón, pero también soy profesor y director del Instituto de Innovación Social de ESADE.
«Cuando solo se busca el beneficio económico, la globalización se convierte en un desastre»
Antes, solo contaba con la perspectiva de la realidad que me ofrecía el mundo de las ONG, una visión cargada de ilusión y compromiso; pero también llena de clichés. Cuando solo conoces una cara de la moneda es muy fácil caer en el prejuicio.
Ahora que imparto clases a todo tipo de alumnos, como pueden ser directivos de empresas, voluntarios, o profesionales de otros ámbitos y sectores, la película cambia.
La batalla no se libra en la discusión dialéctica de quién es mejor o peor. Hay empresas que avanzan hacia la responsabilidad, otras que son responsables, y muchas que continúan siendo irresponsables.
No quiero decir con esto que existan empresas buenas o malas, cualquier empresa puede ser responsable si se lo propone. Al fin y al cabo, las organizaciones las forman personas, y las personas son capaces de aprender de sus errores y mejorar.
En ocasiones, tienes que denunciar las malas prácticas o los fallos que cometen las organizaciones, pero el objetivo es que tanto el sector privado, como el público y el tercero, seamos capaces de crear un mundo más sostenible y justo. Ese camino es imposible de recorrer si no nos conocemos, establecemos sinergias, y somos aliados.
«Cualquier empresa puede ser responsable si se lo propone»
Sin irme por las ramas, mi anécdota es esta: La RSC es un camino de mejoras, de liderazgo, de sinergias, de valentía, de riesgo… Es un camino de esperanza.
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