La firma brasileña de cosmética Natura ha sido reconocida como la marca más sustentable del mundo en los Brand Blueprint Awards 2025, otorgados por la consultora Kantar durante el Festival Internacional de Creatividad Cannes Lions. Natura fue la única marca latinoamericana entre las 14 seleccionadas a nivel global, tras un análisis que evaluó 880 marcas en 22 países y que se basó en más de 5.400 millones de datos actitudinales y 1.100 millones de registros de compra. El premio se sustentó en el índice Sustainability Score, que no solo mide las acciones sostenibles de las marcas, sino también cómo estas son percibidas por los consumidores. Según Kantar, la clave del éxito de Natura radica en su capacidad de ser “significativamente diferente” en un mercado competitivo, y en mantener la sostenibilidad como eje central de su modelo de negocio. Fundada en 1969, la compañía —parte del grupo Natura &Co junto a Avon— fue la primera empresa de capital abierto en obtener la certificación B Corp en 2014 y en 2018 recibió el sello Leaping Bunny por no testear en animales. Actualmente, opera en América Latina, EE. UU., Europa y Asia con un enfoque ético y localmente adaptado. Natura trabaja en estrecha colaboración con comunidades amazónicas, impulsando el comercio justo, la conservación de la biodiversidad y la innovación en productos con base en saberes ancestrales. “Nuestra diferencia significativa está en prácticas como la gestión ética de la biodiversidad y una red de más de 2,1 millones de consultoras de belleza”, señaló su directora de marketing, Tatiana Ponce, reafirmando que Natura no se conforma con ser una marca verde: aspira a ser un agente de regeneración ambiental y social.
El Caribe colombiano traza su hoja de ruta para un desarrollo sostenible basado en la biodiversidad
La Región Administrativa y de Planificación (RAP Caribe) dio un paso clave hacia la sostenibilidad con el evento Caribe Vivo Biodiverso, desarrollado en el marco del Foro de Desarrollo Local de la OCDE. En la sala Mallorquín, más de diez líderes locales, regionales e internacionales debatieron los desafíos y oportunidades para impulsar el ecoturismo, la economía azul y la conservación de ecosistemas en la región. La estrategia, presentada previamente en la COP16, fue impulsada por las ocho gobernaciones del Caribe colombiano con el objetivo de alinear el crecimiento económico con la preservación de la naturaleza. Jesús Pérez, gerente de la RAP, destacó que la articulación institucional y las alianzas estratégicas son clave para avanzar. Los insumos del evento serán sistematizados por la Universidad del Norte para convertirse en herramientas técnicas que guíen proyectos sostenibles. El gobernador del Atlántico y presidente de la RAP, Eduardo Verano, subrayó que el Caribe posee un “potencial gigantesco” en biodiversidad, ideal para fomentar empleo verde y turismo de naturaleza. Dividido en tres paneles, turismo de naturaleza, economía azul y preservación de ecosistemas, el encuentro puso énfasis en vincular a las comunidades locales, fortalecer la protección marina y promover negocios verdes desde las instituciones. La RAP Caribe consolidó así una hoja de ruta que busca transformar la riqueza ambiental en prosperidad económica, sin comprometer los ecosistemas.
Ciudades colombianas refuerzan su compromiso con el desarrollo urbano sostenible y la biodiversidad
Durante el foro Biodiverciudades: desde las voces de los alcaldes, celebrado en el Centro de Convenciones Puerta de Oro como parte del Foro de Desarrollo Local de la OCDE, las administraciones de Barranquilla, Bogotá, Cali y Montería compartieron sus avances hacia una planificación urbana que integra la biodiversidad como eje central del desarrollo. El alcalde Alejandro Char destacó cómo Barranquilla ha recuperado su vínculo con el entorno natural mediante obras como el Gran Malecón y Puerto Mocho, así como la restauración de ecosistemas urbanos. Desde Bogotá, Carlos Fernando Galán subrayó que el desarrollo debe ir de la mano con la sostenibilidad, citando acciones concretas en humedales y bosques urbanos. Por su parte, Mauricio Mira Pontón, director del DAGMA de Cali, explicó que la COP16 aceleró una transformación integral, donde la biodiversidad se comprende no solo como un tema ambiental, sino también económico y social, impulsando soluciones basadas en la naturaleza y atracción de inversión verde. En Montería, el alcalde Hugo Kerguelén presentó el Parque Botánico Las Lagunas, concebido como un gran pulmón urbano con más de 40 especies de aves y múltiples zonas de conservación y recreación. Finalmente, Emil Rodríguez Garabot, de CAF, resaltó la importancia de la red de Biodiverciudades como una plataforma que permite a las ciudades latinoamericanas compartir experiencias y tener voz propia en espacios internacionales. En conjunto, estas iniciativas demuestran cómo los municipios del país están avanzando hacia modelos urbanos que respetan y valoran la riqueza natural como parte esencial de su futuro.
Verano pide confiar en los territorios para el manejo de los recursos
Durante su intervención en el Foro de Desarrollo Local de la OCDE, el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, exigió mayor autonomía para las regiones en el manejo de los recursos públicos, cuestionando que las transferencias del Gobierno central se destinen principalmente a gastos operativos, como sueldos, en lugar de inversión en infraestructura. Verano denunció que los territorios siguen siendo tratados como simples ejecutores, sin verdadera capacidad económica para avanzar. Expertos como Diego Carrero (Ministerio de Hacienda), Andrés Rodríguez-Pose (LSE), Ángela María Penagos (Cepal), Miquel Vidal (OCDE) y Felipe Larenas (Chile) coincidieron en que es urgente replantear el modelo actual de descentralización, garantizar autonomía fiscal y fortalecer capacidades locales. La representante de la ONU en Colombia, Mireia Villar, subrayó que el desarrollo del país se construye desde los territorios y que solo con una descentralización efectiva, acompañada por el Gobierno y respaldada por las comunidades, será posible avanzar hacia la paz, el bienestar y la transformación estructural de Colombia.
Siete consejos para que las empresas colombianas adopten la inteligencia artificial responsablemente
Con el creciente uso de inteligencia artificial (IA) en Colombia, donde el 60,8 % de las empresas ya la han adoptado con éxito, surge la necesidad urgente de implementar principios éticos que garanticen un desarrollo tecnológico responsable. En un contexto latinoamericano en el que muchas organizaciones carecen de políticas claras en ética digital, expertos como EPAM Systems Inc. proponen siete principios esenciales: diseño centrado en el ser humano, conciencia contextual, protección de datos, equidad, responsabilidad social y ambiental, pruebas continuas y rendición de cuentas. Estos lineamientos buscan prevenir sesgos, proteger la privacidad y asegurar que los beneficios de la IA no profundicen desigualdades existentes. A medida que se expande el uso de modelos generativos y herramientas automatizadas, se requiere una colaboración entre empresas, autoridades y sociedad civil para construir un marco ético robusto. Así, Colombia tiene la oportunidad de liderar en la región una adopción tecnológica que priorice el bienestar humano y contribuya a un desarrollo sostenible y equitativo.
Estudian el impacto del fenómeno ‘El Niño’ en la biodiversidad de la Amazonía
Un consorcio internacional liderado por la Universidad de Córdoba en España investiga el impacto del fenómeno ‘El Niño’ en la biodiversidad del Valle del Marañón, una zona de transición entre los bosques amazónicos y los desiertos del norte de Perú y Brasil, caracterizada por su altísima diversidad biológica. A través del proyecto Bestrops, siete entidades de Europa y América Latina estudian cómo este fenómeno climático, agravado por el cambio climático, afecta los ecosistemas y las comunidades rurales que dependen del agua y los servicios naturales para su subsistencia. ‘El Niño’ altera la corriente de Humboldt, generando lluvias intensas que provocan desbordamientos de ríos, deslizamientos de tierra y, en zonas como la Amazonía colombiana, sequías que afectan gravemente la agricultura y el transporte fluvial. El proyecto contempla el análisis de muestras de suelo y plantas, la participación activa de comunidades locales y la evaluación de servicios ecosistémicos para entender mejor la relación entre clima, biodiversidad y bienestar humano. Además, busca responder a un antiguo debate ecológico sobre cómo se organizan las especies en estos ecosistemas extremos y propone generar herramientas de política pública que fortalezcan la resiliencia ambiental y social en un entorno de creciente vulnerabilidad climática.
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