En respuesta al alarmante nivel de reciclaje en Chile, donde solo 10 gramos de cada 1,2 kilos de basura diaria por persona son reciclados, se lanzó una campaña que busca recolectar 30 toneladas de plásticos flexibles y botellas PET en la Región Metropolitana, con el fin de transformarlos en infraestructura para espacios públicos y fomentar una cultura de reciclaje activa y colaborativa. La iniciativa, desarrollada en el marco del movimiento global Julio sin Plástico, promueve la recolección en hogares, colegios, empresas y supermercados, integrando educación ambiental, logística accesible y alianzas con actores clave para reincorporar los residuos en nuevos procesos productivos. Esta campaña forma parte de un programa más amplio que, desde 2021, ha logrado recuperar más de 40 toneladas de plástico, evitar la emisión de más de 40 toneladas de CO₂ y regenerar espacios públicos urbanos, demostrando que el reciclaje puede ser una herramienta efectiva para reducir la contaminación, movilizar a la ciudadanía y mejorar la calidad de vida en los territorios. Con nuevos puntos de acopio y sistemas de retiro, la propuesta busca facilitar la participación comunitaria y transformar la relación de las personas con sus residuos, impulsando así una economía circular que combine conciencia ambiental, innovación y acción concreta en favor del entorno.
Viviendas con “letra”: el giro sustentable de la construcción inmobiliaria que viene con nueva normativa desde octubre
Un importante cambio normativo marcará un nuevo rumbo en la industria de la construcción en Chile a partir de octubre, cuando todas las viviendas nuevas deberán contar con una etiqueta de eficiencia energética que informe a los compradores su desempeño ambiental, similar a la que ya se aplica en electrodomésticos. Esta medida no solo responde a una mayor regulación, sino también a una ciudadanía cada vez más consciente del impacto ambiental de sus decisiones de consumo. Las viviendas podrán obtener desde una letra E como mínimo hasta una A+ en los mejores casos, según variables como orientación, aislación térmica y ventilación cruzada, lo que permitirá reducir significativamente el consumo energético sin necesidad de climatización artificial. Esta transformación representa un giro hacia la sostenibilidad del rubro inmobiliario, que históricamente no había estado tan vinculado a estas temáticas. Hoy, el sector comienza a incorporar prácticas más responsables, como el uso de materiales eficientes, diseños que favorecen el confort térmico y certificaciones que integran aspectos como eficiencia hídrica, conexión al transporte público y electromovilidad. Además, la relación con las comunidades donde se desarrollan los proyectos se vuelve un eje clave: iniciativas de comunicación vecinal, respeto por los horarios de obra y participación ciudadana buscan mitigar los impactos cotidianos de la construcción. Este nuevo enfoque no solo mejora la calidad de vida urbana, sino que también demuestra que construir de forma más empática, eficiente y consciente puede ser beneficioso tanto para las personas como para el entorno.
Minería de litio: talento, sostenibilidad y una oportunidad para Chile
Chile se encuentra ante una oportunidad histórica: liderar la transición energética global gracias a sus vastas reservas de litio, que representan el 41 % del total mundial. Esta revolución, más allá de su impacto económico, implica transformar la manera en que se conciben el empleo, la sostenibilidad y el desarrollo regional. Con más de 60 proyectos activos y un crecimiento sostenido en la producción, el sector demanda talento altamente calificado, desde ingenieros y técnicos especializados hasta expertos en medio ambiente y seguridad. Sin embargo, este auge enfrenta tres desafíos claves: avanzar hacia una minería sostenible que proteja ecosistemas y comunidades, formar y reentrenar a los trabajadores en nuevas competencias digitales y ambientales, y derribar barreras estructurales para integrar más mujeres a una industria que ya supera el 21 % de participación femenina. La respuesta a estos retos exige una alianza entre empresas, el sistema educativo y las comunidades, con foco en inclusión, formación técnica y desarrollo de políticas laborales modernas. A medida que el país avanza en la explotación responsable de sus salares, se proyecta un crecimiento del 70 % en la producción de litio al 2030, lo que podría diversificar la economía nacional y generar empleo de calidad en zonas que más lo requieren. El talento humano se consolida así como el factor decisivo para una minería más innovadora, ética y competitiva, y ya se refleja en la percepción de los trabajadores: hoy, la minería es el sector más valorado por el talento en Chile. El desafío, por tanto, no es si Chile puede liderar este cambio, sino cómo hacerlo con compromiso, visión y responsabilidad compartida.
Avanza piloto de Barrios Industriales Sostenibles
Chile avanza en la transformación de sus zonas productivas hacia un modelo más sostenible y resiliente con el piloto de Barrios Industriales Sostenibles, una iniciativa que busca convertir áreas industriales en ecosistemas colaborativos que respondan de forma innovadora al cambio climático. Esta propuesta, enmarcada en la Hoja de Ruta del programa Transforma Cambio Climático, promueve la simbiosis industrial mediante el uso eficiente de recursos, la sustitución de materiales no renovables y la adopción de tecnologías adaptativas, articulando la acción entre empresas, organismos públicos y centros tecnológicos. El modelo, basado en los Acuerdos de Producción Limpia y una gobernanza coordinada, se fortalece con aprendizajes de experiencias internacionales en América Latina, Europa y Asia, donde se destacan marcos normativos robustos, infraestructura circular e incentivos claros. En Chile, el catastro revela un fuerte potencial en las regiones del norte y centro, impulsado por sectores como minería, manufactura y logística, mientras que el sur ofrece oportunidades ligadas al sector forestal. Entre las fortalezas del modelo destacan la disponibilidad de energías renovables, empresas ancla y experiencia acumulada en articulación territorial; sin embargo, enfrenta desafíos como la escasa cultura de colaboración interempresarial, limitaciones normativas y competencia por recursos naturales. La implementación contempla una unidad de gobernanza con enfoque comercial, financiero y ambiental, cuya validación se iniciará con un proyecto piloto en La Araucanía. Esta iniciativa no solo apuesta por reducir emisiones y crear empleos verdes, sino también por escalar un modelo de desarrollo territorial más justo, circular y competitivo.
Verificación de la huella de carbono
En un escenario donde la sostenibilidad se ha convertido en un pilar estratégico para la competitividad empresarial, la verificación de la huella de carbono emerge como una herramienta clave para medir y gestionar el impacto ambiental de organizaciones, productos o eventos. A través de esta evaluación independiente, las empresas pueden cuantificar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas tanto a sus actividades directas como a procesos indirectos, lo que les permite establecer estrategias eficaces de reducción y cumplir con normativas ambientales cada vez más exigentes. Esta práctica, respaldada por estándares internacionales como la norma ISO 14067, no solo permite identificar puntos críticos de emisión a lo largo del ciclo de vida de un producto o servicio, sino que también mejora la transparencia frente a consumidores, fortalece la reputación corporativa, facilita el acceso a subvenciones y abre nuevas oportunidades en mercados públicos y privados. Además, constituye un paso fundamental para avanzar hacia modelos de economía circular y reforzar la responsabilidad social empresarial. La verificación de la huella, ya sea organizacional o por producto, proporciona datos confiables que orientan decisiones sustentables y contribuyen al posicionamiento de las empresas en un entorno cada vez más consciente del cambio climático.
Proyecto de economía circular en la construcción impulsado por AL-INVEST verde de la Unión Europea culmina con éxito
El proyecto de economía circular en la construcción, impulsado por la Unión Europea a través del programa AL-INVEST Verde y ejecutado por las fundaciones Eurecat y Eurochile, culminó con éxito tras dos años y medio de trabajo en las regiones Metropolitana y de Los Lagos. La iniciativa fortaleció a más de 400 MiPymes proveedoras del sector construcción, promoviendo prácticas circulares como el ecodiseño, la eficiencia en el uso de recursos, la gestión de residuos 9R y la medición de huella de carbono. Entre sus principales logros destacan la creación de una herramienta online de autodiagnóstico de circularidad, la elaboración de guías técnicas y documentos sobre certificaciones ambientales, y la conexión entre empresas chilenas y europeas mediante mentorías y redes como Enterprise Europe Network. También se aplicó análisis de ciclo de vida a productos de cinco MiPymes para fortalecer su perfil ambiental. Con la medición de la línea base de circularidad en 200 empresas y 10 organizaciones, se logró evidenciar avances concretos hacia un sector construcción más sostenible y competitivo. Este proyecto se enmarca en los esfuerzos de la UE por promover economías bajas en carbono y más circulares en América Latina.