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José Luis Blasco, actual Director Global de Sostenibilidad en ACCIONA, rememora con entusiasmo sus inicios en el ámbito de la Responsabilidad Social: “Fueron muy divertidos, rápidos y felices”. Se incorporó a Fundación Entorno a finales de los 90, justo cuando comenzaba a acuñarse el concepto de Sostenibilidad empresarial y a integrarse en las organizaciones a través de los primeros informes. “El inicio de siglo significó la apertura de la empresa española al contexto global, justo a la par que la RSC cogía forma”, destaca.
Desde entonces, Blasco ha sido testigo de una evolución apasionante: “Es un viaje increíble”, afirma. Reconoce que no ha sido fácil definir la Responsabilidad Social, pero subraya cómo la Sostenibilidad ha ofrecido un lenguaje claro para comprender los grandes cambios del mundo. A su juicio, el verdadero punto de inflexión ha sido la toma de conciencia del valor estratégico de estos conceptos por parte de las compañías y los inversores: “No es casualidad que en 2017 la mayor petrolera del mundo adoptara una política de cambio climático y de Sostenibilidad impulsada por sus inversores”.
Blasco considera que la profesión vive hoy un “momento espectacularmente feliz” y señala que el secreto de una Responsabilidad Social transversal está en alinear todas las áreas de la empresa con un propósito común: “Los profesionales quieren que su trabajo tenga valor y propósito”. Para lograrlo, defiende el papel del director de RSC como “un director de orquesta que armoniza relaciones internas y externas, orientándolas hacia los objetivos y propósitos de la compañía pensando en el largo plazo”. Y concluye: “Esta forma de concebir la actividad empresarial es lo que dota de resiliencia a una organización”.
¿Cómo recuerda sus primeros años en el mundo de la Responsabilidad Social?
Fueron muy divertidos, rápidos y felices. Empecé a trabajar en Fundación Entorno en un momento, a finales de los 90, en el que se estaba empezando a acuñar el concepto de Sostenibilidad empresarial y a integrarlo mediante los informes dentro de las organizaciones. Además, el inicio de siglo significó la apertura de la empresa española al contexto global, justo a la par que la RSC cogía forma.
¿En qué estado se encontraban la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad en ese momento?
Los primeros pasos fueron de conexión, había que conectar el medio ambiente, el desarrollo y la Sostenibilidad. Era un lugar donde confluíamos profesionales de diferentes perfiles, pero con un mismo objetivo: innovar para el bien común.
¿Cuáles serían los principales aspectos que destacaría de la evolución de la Responsabilidad Social hasta la actualidad?
Es un viaje increíble. A pesar de lo difícil que resultó y resulta todavía definir la RSC, la Sostenibilidad ha aportado un lenguaje para comprender los cambios que suceden en el mundo. A medida que se han dado respuestas a observaciones empíricas, la RSC ha despegado.
¿Cómo ve la Responsabilidad Social de las empresas españolas actualmente?
La profesión vive un momento espectacularmente feliz. Han sucedido dos cosas que han marcado un antes y un después. En primer lugar, el concepto de valor que ha adquirido la Sostenibilidad para las compañías. Ejemplo de ello son las energías renovables, los negocios responsables, las infraestructuras verdes, etc. Los inversores en este aspecto han servido de gran motor. No es casualidad que en 2017 la mayor petrolera en el mundo adquiriese una política de cambio climático y de Sostenibilidad para futuro impulsada por sus inversores, a la par que el nuevo presidente electo de los EEUU anunciase su retirada del Acuerdo de París. Este hito no ha pasado nunca en la historia.
El otro aspecto es el plazo. Las compañías nos hemos dado cuenta de que, ante la incertidumbre del corto plazo, la única manera de dotar de ilusión a nuestras estrategias empresariales es orientarlas a futuro, estableciendo pautas y objetivos que doten de sentido a la actividad. Sin embargo, no hay que olvidar la gestión del riesgo presente. Esta forma de concebir la actividad empresarial es lo que dota de resiliencia a una organización, pues es capaz de gestionar los riesgos, interpretar el cambio, y adaptarse a él.
¿Cuál es el secreto para que la Responsabilidad Social sea transversal a toda la organización?
Los profesionales al frente de las compañías ven necesario conectar sus actividades con las necesidades reales de la sociedad; es decir, quieren que su trabajo tenga valor y propósito. Por ponerte un ejemplo, el departamento de compras no quiere extorsionar a sus proveedores, buscan crear relaciones a largo plazo. Con recursos humanos pasa lo mismo, buscan desarrollar y atraer talento; no contratar y despedir gente. En general, todos los trabajadores de una organización piensan así, falta organizar, coordinar y despertar el sentimiento.
Esta revolución de los valores comenzó a acentuarse hace 10-15 años. Un profesional, aparte del resto de habilidades que le exige su puesto, debe poder ser capaz de conectar con el resto de sus compañeros y la sociedad. En este sentido, los directores de RSC actuarían como directores de orquesta, armonizando todas estas relaciones internas y externas; además de orientar las mismas con los objetivos y propósitos de la compañía pensando en el largo plazo. Éste es el punto en el que nos encontramos.
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