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La adolescencia es una etapa de búsqueda y construcción de la identidad, donde muchos jóvenes se preguntan ¿quién soy? y ¿a dónde voy? Este proceso de exploración es esencial, pero también puede exponer al adolescente a situaciones desconocidas y que puedan generarles malestar mental y emocional. “Comenzar a buscar un contexto social seguro fuera de la familia, en muchas ocasiones puede ser una dificultad, a la cual se pueden añadir otros múltiples factores, como la inmersión en la era digital en la que se encuentran los adolescentes actualmente. Esto último, también dificulta en muchas ocasiones que puedan desarrollar otras habilidades que les ayuden a relacionarse y a ser funcionales. Además de construir un entorno social de confianza y seguridad, en ocasiones la convivencia en el núcleo familiar también puede ser una tarea compleja, llegándose a desarrollar dinámicas disfuncionales, que pueden influir de forma directa en cómo se desarrollan dichos jóvenes en sus diferentes contextos”, añade Noelia Vegas, psicóloga de Ita Mirasierra.
“Desamparada, incomprendida y desbordada emocionalmente”, ‘’Desconectada de la realidad, no me veía bien, odiaba mi cuerpo y no entendía por qué nadie se quedaba a mi lado’’, son algunas de las emociones que sentían pacientes de Ita Mirasierra antes de empezar el tratamiento en el centro.
En los últimos meses, desde Ita Mirasierra, centro especializado en salud mental adolescente, han detectado un incremento en problemas relacionados con la autoestima, estado anímico bajo, autolesiones e ideación suicida. Una detección y atención precoz del malestar en jóvenes es fundamental para evitar que estos mismos puedan desarrollar patologías más graves. Asimismo, la intervención temprana del problema ayuda a reducir el empeoramiento y la agudización de la sintomatología, aumentando así las probabilidades de tener un proceso de recuperación más favorable.
Cuando hablamos de salud mental, debemos abordar las dificultades de la persona de forma global e integral. En concreto, cuando hablamos de salud mental adolescente, además de las terapias psicológicas también es muy importante que la persona pueda contar con un grupo de referencia. Las terapias grupales resultan ser una herramienta muy útil en adolescentes. “Esta forma de intervención, fomenta el sentimiento de pertenencia, de aprendizaje y de sostén en los pacientes, grandes favorecedores para su recuperación”, comenta la psicóloga del centro. Otro pilar base en el tratamiento de jóvenes adolescentes es la familia: “La comunicación entre los miembros de la familia es fundamental, tanto para poder detectar posibles dificultades como para ayudar a solventarlas. Es importante que los adolescentes se puedan sentir acompañados”, añade.
Los institutos y los colegios son un elemento clave a la hora de poder detectar un posible problema de salud mental y poder pedir ayuda. Es importante que el profesorado pueda observar y comunicar si detecta algún cambio en el adolescente. Lydia Ballesteros, Educadora social de Ita Mirasierra, señala que “es importante que el profesorado esté atento a comportamientos que estén “fuera de lo común” o sean “extraños” en el alumno o incluso que puedan llegar a ser de riesgo. Y es primordial la comunicación, tanto con la familia, para que en casa también puedan observar si ocurren estos comportamientos, como con el equipo educativo del instituto o colegio, para así desarrollar posibles formas de actuación y derivaciones, en casos necesarios, a otros profesionales”.
Así pues, la detección temprana, un buen acompañamiento familiar y un tratamiento especializado y personalizado en salud mental son elementos claves para la recuperación de aquellos jóvenes con problemas de salud mental.
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