ISO 26000:
 Participación Activa y Desarrollo de la Comunidad
Grupos de interés:
 Tercer sector
Sectores:
 Entidades No Lucrativas

"La comunicación es esencial en Down Madrid, porque lo que no se cuenta no se sabe"

Entrevistamos a José Manuel Chacón, director de inclusión activa Down Madrid

01-07-2019
José Manuel Chacón (Autor: Sergio Sánchez M.)

Down Madrid lleva 30 años trabajando para conseguir la plena integración de las personas con discapacidad intelectual en la sociedad, así como para mejorar su calidad de vida y la de sus familias. Se fomenta su participación situándolos en el centro y corazón de la organización. Además, Down Madrid trabaja para que se les reconozcan sus derechos y obligaciones, según lo establecido en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y en la Constitución Española.
Durante estos 30 años, en Down Madrid se ha atendido a 1.337 personas con discapacidad intelectual, y cuenta con 214 trabajadores, 418 voluntarios y más de 50 voluntarios corporativos. Además, participan 1.649 colaboradores particulares y más de 300 empresas aliadas. 
 
¿Cómo funciona la responsabilidad social en Down Madrid?  ¿cómo ha evolucionado estos años hasta la actualidad y cuáles son sus principales áreas de estrategia?

En Down Madrid llevamos trabajando 30 años en la Comunidad de Madrid. Con el paso de los años, las empresas han ido sensibilizándose más y han ido ampliando la colaboración. Tenemos más de 200 empresas que colaboran con nosotros a lo largo del año en distintas áreas de intervención. Desde la inserción laboral con puestos de trabajo para personas con discapacidad, o  bien fruto de su responsabilidad civil o bien en cumplimiento de la Ley General de Discapacidad cumpliendo la tasa que tienen que tener de contratación de personas con discapacidad; o bien, sumándose a eventos que tenemos como puede ser la carrera Solidaria de Down Madrid, un torneo pádel o de golf; o en programas del día a día como pueden ser los talleres de vida autónoma o intervención.

Intentamos alinear la manera de colaborar con las empresas. Hay empresas que lo hacen a través de donaciones económicas; otras lo hacen a través de donación de producto como puede ser Coca Cola, Alliance Vending y hay otras entidades que lo hacen facilitándonos acceso a instalaciones, cediéndonos espacios o por ejemplo nosotros tenemos una sala SOCIAL ROOM que alquilamos a empresas que hacen sus reuniones o jornadas de trabajo en lugar de ir a una sala de un hotel. Vienen aquí a una sala específica que tenemos preparada con el mismo nivel que puede tener un hotel, y en el que personas con discapacidad intelectual prepararan el desayuno, el picoteo y les dan apoyo. Es otra forma de, ya no solamente colaborar con la entidad, sino de sensibilizar a su equipo y a sus trabajadores estando en contacto con personas con discapacidad que desarrollan sus capacidades y cómo pueden desempeñar esas tareas.
 
¿Qué iniciativas o proyectos nos podrías compartir de la estrategia de responsabilidad social y cuáles son sus principales beneficiarios?

Por ejemplo, uno de los proyectos que te comento es SOCIAL ROOM. Es dar un paso más allá ofreciendo un servicio de calidad a las empresas, y que a la vez sirvan para sensibilizar y dar a conocer al colectivo.

Otra de las líneas que tenemos son los eventos deportivos en los que las empresas se suman, bien promocionando el deporte entre sus trabajadores, pero también estando en contacto con personas con discapacidad. Por ejemplo, en septiembre tenemos un torneo de futbol siete multi empresa en el que las empresas forman un equipo de trabajadores y en ese equipo se incorpora una o dos personas con discapacidad intelectual que juegan al futbol con ellos. En esta liguilla se fomenta la integración, como las tarjetas blancas, en el que se da un premio a las empresas que han sido más inclusivas y que más han fomentado la participación.
Hace dos semanas tuvimos un torneo de futbol específico del sector inmobiliario con SIMA, Fundación Vía Célere, Fundación Asprima y Down Madrid en el que 24 empresas del sector, este año eran 22, y una empresa invitada que era Onda Cero como emisora oficial. Este torneo tenía equipos de unos doce jugadores, se incorporaba una o dos personas con discapacidad intelectual y jugaban un torneo. Esto es un espacio muy interesante porque por un lado las empresas colaboran a través de donativos con la entidad, por otro lado fomentan los hábitos de vida saludable y el deporte entre los trabajadores, y a la vez están conviviendo con una persona con capacidades diferentes en el que van a conocerla de igual a igual. Entonces, a través de este tipo de eventos lo que conseguimos es romper ciertas barreras que muchas veces se dan entre las entidades beneficiarias de fondos y la realidad social con la que trabajamos, y es en ese momento donde no solamente estás facilitando que la empresa sea socialmente responsable, sino que estás transformando la sociedad al hacer llegar nuestra realidad a más  gente que a su vez lo va a contar a otras personas.

Luego, además de los eventos, solemos ajustar con la empresa las distintas formas de colaboración desde donación de producto, que tenemos varias empresas y que es una donación en especie, a colaboraciones por ejemplo donaciones de pro bono con un despacho de abogados DA Lawyers que nos asesoran y nos ayudan con muchos temas legales que normalmente nosotros no tenemos ese conocimiento, ese expertise y nos ayudan.
 
¿Qué importancia tiene para Down Madrid la comunicación de la Responsabilidad Social y cómo lo trabajan?

La comunicación es esencial porque lo que no se cuenta no se sabe y lo que hemos ido viendo con el paso de los años es que depende de la motivación que puede haber en la empresa. Hay empresas que quieren pasar desapercibidas que es una colaboración anónima, y que no quieren tener ningún tipo de repercusión; y otras que ya no solamente forma parte de su responsabilidad social sino que también puede formar parte de su marketing, o de vincular su marca con nuestra marca, el marketing con causa. Según va pasando el tiempo vamos aprendiendo de las empresas a medir resultados, y a medir impactos. Con la llegada de redes sociales, internet hemos aprendido lo que es el alcance, lo que es el medir impactos. Desde el área de comunicación hemos centrado muchos esfuerzos. Ya no solamente “el después” sino “el antes”. Cómo lo vamos a medir, nos coordinamos con la empresa, solemos ponernos en comunicación nuestra área con su área de comunicación, social media, para establecer cuáles son los hastags, cuál es el mensaje que queremos comunicar, lo monitorizamos y luego buscamos el después. Cómo ha llegado, cómo se ha difundido, el alcance que ha tenido. Al final, si no lo contamos, no lo sabe la sociedad, no conoce la información. Esto para nosotros es una motivación, porque la sociedad nos está conociendo, está conociendo nuestra realidad y las capacidades de las personas con discapacidad intelectual. La empresa está vinculando su marca con una entidad como es Down Madrid. Por otro lado, al final hay que medir lo que hacemos. Todo lo que hacemos tiene que tener un impacto, tenemos que saber si los medios que estamos utilizando y los canales son los adecuados, o si hay que cambiarlos y hay que buscar otra fórmula.

¿Cuál considera que es la situación actual de la responsabilidad social en España y cuáles son las barreras y desafíos del futuro?

La situación actual es bastante positiva respecto a hace muchos años. En Down Madrid tenemos una financiación prácticamente 50%-50%, entre financiación privada y financiación pública. Es verdad que hay mucha diferencia en estas dos formas de financiación. Normalmente la financiación pública responde a unos modelos y a unas vías que son determinadas dependiendo la línea política que exista, y dependiendo de las tendencias sociales que haya y las necesidades sociales, y suele ser más difícil explorar y poner en marcha ciertos proyectos más innovadores o más creativos, porque está muy determinado por la política social del momento. Por ejemplo, estamos poniendo en marcha un programa sobre el envejecimiento y prevención del deterioro cognitivo. Estamos viendo que las personas con discapacidad intelectual a partir de los 35 -40 años presentan un envejecimiento prematuro y un deterioro cognitivo diferente al de la sociedad en general, y normalmente las políticas sociales en financiación pública no han llegado ahí todavía. Para esto es clave la financiación privada al igual que el sostenimiento como tal de la entidad, el mantenimiento: las nóminas del personal de administración, comunicación, todo lo que son sistemas antivirus, ordenadores licencias, no suele estar financiado por la financiación pública, y ahí es donde la financiación privada es clave. Ya no solamente porque nos da cierta libertad a la hora de utilizar esos fondos porque la empresa, aunque son fondos dirigidos, siempre te deja cierto margen, sino porque hay áreas que la financiación pública no cubre ahora, y sabemos que nunca va a cubrir.

Es verdad que cada vez las empresas son socialmente más responsables, creemos que algo que es muy estandarizado en las grandes empresas multinacionales, es algo que poco a poco va trasladándose a las Pymes, considero que es una de las grandes áreas a afrontar, pero es verdad que el crecimiento es enorme. Creo que hay mucho margen de mejoras si nos comparamos por ejemplo con países anglosajones por ejemplo Estados Unidos, Gran Bretaña, en el que creo que estas medidas sobre todo los beneficios fiscales que tienen las empresa son muchísimo mayores, y donde hay mucho margen de mejora es lo que antiguamente era el mecenazgo sobre todo en áreas como la cultura, el arte donde la financiación privada es más complicada. Es vedad que nosotros contamos por ejemplo con Fundación Repsol que lleva muchísimos años apoyándonos, pero es verdad que dependiendo el área de intervención, es más o menos difícil. Una tendencia que estamos intentando trabajar es que muchas veces la financiación de las empresas va buscando el volumen de usuarios a los que va a llegar la ayuda. Nosotros tenemos casos en los que es más importante la calidad que la cantidad, y en eso nos solemos centrar. Tenemos procesos muy complicado de personas que requiere una intervención, un acompañamiento de uno, dos, tres años en los que no es tanto el número de personas a los que va a llegar sino la calidad. Un ejemplo es una persona con discapacidad que ha estado trabajando en una empresa y que por distintas circunstancias como puede ser un ERE o porque no ha finalizado el periodo de prueba pierden el trabajo. Ahí hay un proceso de duelo: aprender a gestionar las emociones, volver a casa, volver al día a día en el que vienen a Down Madrid a renovarse, a seguir estudiando, preparándose. Ese proceso de recuperación de ese impacto es muy largo, y necesitan mucho apoyo y en algunos casos apoyo de un psicológico. Eso sí necesita un mimo y un trabajo muy delicado que evita que por ejemplo puedas presentar proyectos con 100 beneficiarios. Entonces muchas veces menos es más, y es mejor un buen proyecto con un impacto muy potente, muy fuerte en personas que necesitan mucho apoyo que irnos a grandes números, grandes cifras  que creo que ha sido una tendencia durante muchos años en la solicitud por parte de las ONGs de la financiación que quizá habría que revisar.

En Down Madrid acabamos de conseguir uno de los grandes retos del sector que era recuperar el derecho al voto de algunas personas con discapacidad que no podían ejercerlo.

 Ahora tenemos dos grandes retos. Por un lado, es el envejecimiento y el deterioro cognitivo que estamos empezando a detectar porque ahora nos estamos encontrando que las personas con discapacidad intelectual viven más que sus padre debido a una mayor calidad de vida, están más tiempo en el mercado laboral y viven más tiempo. Estamos empezando a detectar cómo se produce ese deterioro cognitivo, cómo afecta su día a día. Tiene un impacto brutal en su capacidades, en su nivel de autonomía y en las necesidades de apoyo;  y estamos empezando a reunirnos todas las familias y chicos que están en este momento para ver cómo pueden implementar en Down Madrid  medios para detectar ese deterioro cognitivo; intentar retrasarlo lo máximo posible y sobre todo que tengan una buena vejez, que puedan vivir esos últimos años con calidad de vida, con toda la autonomía posible y acompañar a las familias en todo ese proceso que muchas veces se produce dentro de la familia porque suelen ser los hermanos, las hermanas los que van a continuar dando apoyo a la persona con discapacidad. Ese es uno de los grandes retos que tenemos. Otro reto que tenemos es la jubilación. Estamos viendo que ya hay personas con discapacidad intelectual  incluidos trabajadores de Down Madrid que tienen discapacidad intelectual que se van a jubilar. Los años de cotización normalmente aunque varían con la sociedad en general, han tenido trabajos muy malos, precarios, con salarios bajos en el que esa pensión que se les va a quedar va a ser mínima. No compensa en algunos casos esa pensión junto con otras pensiones contributivas y no contributivas  que puedan tener. Por lo tanto, es una realidad difícil en la que tenemos que ver cómo, por un lado las administraciones públicas y por otro lado las empresas en la que están trabajando, pueden apoyar a esas personas para que tengan una jubilación lo más digna posible y para que después de esa jubilación, de haber estado en un entorno ordinario trabajando, puedan volver a esa situación en la que ya no hay esas tareas productivas, y vean qué hacer con su tiempo libre en una situación en la que se junta con el envejecimiento prematuro. Son dos grandes retos que tenemos en los que muchas veces la financiación es difícil porque tienes que destinar fondos a un proyecto que todavía no tiene unos resultados medibles, pero que sabes que se está dando. Lo sabemos en Down Madrid, lo sabemos en entidades del sector que llevamos muchísimos años que tienen la misma o más antigüedad que Down Madrid y que estamos viendo que es difícil porque es un escenario completamente nuevo, y en el que las experiencias de la sociedad en general no tenemos muy claro que sean exportables a nuestra realidad . Ya estamos hablando con residencias, con entidades  que trabajan sobre esto; con médicos. Son dos grandes retos que tenemos, en los que vamos por un lado luchando con la administración pública para que destine fondos como puede ser la Comunidad de Madrid, a través de los fondos del IRPF que marcamos en la casilla de la declaración de la renta, como con empresas que están empezando a sumarse bueno pues para financiar sobre todo a los profesionales que están investigado, y que estas investigaciones además sean medibles y científicamente financiadas.

Y por otro lado, uno de los retos ya en mi área en concreto es la promoción de hábitos de vida saludable que estamos empezando a trabajar. Las personas con Síndrome de Down, discapacidad intelectual, tienen cierta tendencia a la obesidad. La obesidad es un problema ya no solamente en España sino a nivel mundial. Estamos intentando ver por ejemplo cómo afecta la medicación que tienen las personas con discapacidad en la ansiedad, en la posible carencia de nutrientes . Vamos a empezar a hacer un proyecto piloto prácticamente  sin financiación, con la colaboración de la Universidad Complutense de Madrid, en el que queremos  ya no solamente dar pautas de hábitos de vida saludables, sino llegado el caso, poder investigar cómo poder mejorar el  día a día de las personas con discapacidad modificando sus  hábitos de alimentación, su nutrición y también cómo afecta todo esto a su ansiedad y su día a día. Esos serían los retos institucionales y un pequeño reto que tenemos dentro del área.