La gran distribución española ha conseguido reducir notablemente el desperdicio alimentario en los últimos diez años, logrando disminuir su tasa desde un 1,78% en 2014 hasta un 0,47% sobre el total comercializado en 2024. Los indicadores actualizados muestran además una mejora progresiva en los niveles de comercialización. En 2024, el porcentaje de alimentos comercializados alcanzó el 98,91%, mientras que sólo el 1,09% no llegó a comercializarse. Estas cifras mejoran respecto a 2023, cuando se comercializó el 98,76%, y un 1,24% no fue vendido, y también a 2022, con un 98,6% de comercialización y un 1,35% no comercializado.
Nuria de Pedraza, directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de AECOC y directora del proyecto “La alimentación no tiene desperdicio” subraya el papel fundamental del trabajo colaborativo en este avance: “En 2012, pusimos en marcha ‘La Alimentación no tiene desperdicio’, un proyecto pionero en Europa que reúne a empresas para desarrollar soluciones conjuntas destinadas a prevenir y reducir el desperdicio de alimentos. Gracias al esfuerzo sostenido durante estos años, basado en tres pilares —prevención, redistribución de excedentes y sensibilización—, las compañías de la gran distribución participantes han logrado reducir su tasa de desperdicio desde un 1,78% hasta un 0,47% sobre el total comercializado.”
El consumidor, cada vez más implicado en la reducción del desperdicio
El compromiso de los consumidores españoles con la reducción del desperdicio alimentario también sigue creciendo de manera notable. Así lo indica el ‘Barómetro del Desperdicio Alimentario’ elaborado por AECOC en colaboración con Phenix, cuyos resultados confirman que la mayoría de los compradores apoya las iniciativas impulsadas por la distribución, la industria y la restauración y demanda medidas prácticas y económicas para reducir la pérdida de alimentos.
En el canal de distribución, siete de cada diez consumidores apoyan los descuentos en productos próximos a caducar, un 59% valora la posibilidad de envasar al vacío los productos al corte y un 48% considera útil organizar las estanterías según el tamaño de las familias. Para los fabricantes, las mejoras en envases y etiquetado son prioritarias, destacando los cierres herméticos o zip (62%), la claridad en las fechas de consumo preferente y caducidad (55%) y el uso de excedentes para elaborar nuevos productos (49%).
Por su parte, en la hostelería, los consumidores también reclaman cambios. El 67% valora poder llevarse la comida sobrante, un 61% respalda los menús de última hora a precios reducidos y un 44% aprecia la opción de elegir menús adaptados a la cantidad que desea consumir.