¿Qué es Arbentia? ¿A qué os dedicáis? Explícanos para quien todavía no os conozca.
Arbentia es un partner de Microsoft. Somos una empresa tecnológica que se dedica a ayudar a implementar diferentes soluciones de negocio a las compañías para poder acometer esos cambios digitales que lleven a la transformación digital. Y, sobre todo, a día de hoy, vamos acompañando a ese cambio tecnológico relacionado con cómo ser más sostenible o cómo cumplir esas estrategias que las compañías a día de hoy tienen en mente.
¿Cómo les ayudáis exactamente? ¿Puedes ponernos un ejemplo más concreto?
De la manera que solemos iniciar las conversaciones con nuestros clientes, tenemos ya pautado como un Journey. Primero, nos sentamos con ellos y evaluamos cuál es un nivel de madurez en cuanto a la sostenibilidad porque de algo que nos estamos dando cuenta con la interacción que vamos teniendo con los clientes es que muchos de ellos tienen en mente o en el aire esas ideas, estrategias de cómo conseguir ser más verde, pero les resulta complicado aterrizarlo y ponerlo en práctica.
Entonces, el primer paso es evaluar cómo de maduras son esas compañía y que es lo que ellas comprenden o entienden por sostenibilidad para después ver exactamente cuál es ese plan de acción que podemos acometer a corto, medio y largo plazo y siempre girando en estos tres ejes: cómo cumplir toda la parte medioambiental, cómo cumplir toda la parte de la gobernanza y todo lo relacionado con las personas. En base a esos tres pilares les vamos acompañando y guiando apoyándonos siempre en tecnología.
¿Qué importancia tiene para vuestros clientes y empresas el comunicar todo este tipo de compromisos y valores responsables?
Nuestra experiencia nos dice que es algo clave. De hecho, estamos viendo que muchas pymes cuando ven que tienen que comunicar se encuentran en una tesitura que en vez de verlo como una oportunidad para diferenciarse de la competencia y mostrar unos valores que son primordiales lo ven casi como un reto y se echan para atrás.
Lo que hay que entender es que todos estamos muy concienciados. Cualquier persona de la que hables te sabe decir algo de sostenibilidad. Lo que hay que entender es que el consumidor a día de hoy está dispuesto a pagar más dinero por un producto/servicio siempre y cuando la compañía que esté detrás tenga unos valores que se equiparen a esos valores de sostenibilidad que tienen como consumidores.
Debemos empezar a mostrar cómo de sostenibles son las compañías, qué acciones y medidas están tomando tanto a nivel interno como externo porque la sostenibilidad no solo está relacionada con las actividades que una compañía pueda hacer a nivel individual, sino que también está relacionado con todas las personas de otras compañías con las que tienen relación. Cómo de sostenible soy yo y cómo de sostenible es ese proveedor con el que yo colaboro o cómo de sostenible es ese cliente. Como compañía tenemos una responsabilidad respecto al tipo de consumo que hace nuestro cliente.
Es algo global. Nosotros somos el centro y tenemos que impulsar y aleccionar de alguna manera que todo el mundo vaya haciendo esas normativas y pautas que se han establecido como sostenibilidad, como la reducción de huella de carbono, mejorar la operativa a nivel de la cadena de suministro, cómo mejorar toda la relación con las personas, etc.
Es fundamental para fidelizar esa relación con el cliente que este se vea reflejado en ti. Podemos ver muchos ejemplos. Comprar una cosa y plantar un árbol. Con el dinero hay un porcentaje que se va a ayudas humanitarias. Se trata de mostrar que estas concienciado y que no es solo pintar el globo de reciclado, que va más allá.
¿Cuál consideras que es la situación y principales retos de futuro en materia de sostenibilidad?
La sostenibilidad la divido en dos áreas. Una es la reglamentaria, la legal. Tenemos que cumplir y trasladar una serie de información de cuáles son las actividades de las organizaciones. Es una obligatoriedad que, a día de hoy, es para aquellas empresas más grandes (+250 empelados o +40 millones de facturación). En España, hay un volumen mayor de pymes y estas ven a largo plazo que a partir del año 2026 tendrán esa obligatoriedad y lo ven como algo muy lejano.
Al final va a ocurrir lo de siempre. X meses antes con las prisas no sabrán por donde le da el aire y en vez coger esta oportunidad de ser sostenible para que el consumidor se vea reflejado y marcar esa diferencia con la competencia, se están quedando atrás en vez de coger esto como aquello que les impulse (…)
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