Luis Gerardo Pérez Figueroa, Director General de Tesselar, ha convertido la tecnología en una herramienta de transformación con rostro humano. En entrevista exclusiva con Corresponsables explicó cómo una consultora tecnológica especializada en soluciones SAP puede operar con valores como eje rector, contribuyendo a una cultura laboral centrada en la productividad, el bienestar y la corresponsabilidad.
«La tecnología no sustituye a las personas; las potencia», afirmó sin titubeos. Desde hace más de 15 años, Tesselar se dedica a implementar soluciones digitales para mejorar la gestión empresarial. Pero su misión, según Pérez Figueroa, va mucho más allá de la eficiencia operativa: busca empoderar a las personas, facilitar su trabajo y contribuir a su calidad de vida.
En el contexto del 30 aniversario del Acuerdo por una Nueva Cultura Laboral, el directivo subrayó que los ERP en la nube como SAP Business One y SAP ERP Business Suite, no solo mejoran los procesos internos, sino que fortalecen la corresponsabilidad entre áreas y entre colaboradores. «Nos enfocamos en entender qué hacen las personas y cómo ayudarlas a multiplicar su impacto», aseguró.
Una de sus anécdotas ilustra este enfoque. En una pyme del sector logístico, una administrativa dedicada a registrar pagos en hojas sueltas sufría altos niveles de estrés por la posibilidad constante de errores. Tras la implementación de una plataforma automatizada, no solo disminuyeron los fallos, sino que la colaboradora pudo dedicar más tiempo a su familia. «Nos escribió para agradecer que, por primera vez en años, podía llevar a sus hijos a la escuela en las mañanas.»
El impacto de estas soluciones se multiplica frente a los nuevos desafíos regulatorios, como la reducción de la jornada laboral. «La única manera de hacer sostenible una jornada de 40 horas sin comprometer resultados es incrementando la productividad», afirmó. Aquí, la tecnología es clave. Desde la conciliación automática en cuentas por cobrar hasta la gestión de almacenes mediante sistemas de picking inteligente, cada proceso optimizado libera tiempo y reduce el desgaste humano.
El rol de la inteligencia artificial es también protagonista. Aunque reconoce que «no puede hacerlo todo», destacó su valor como catalizador de eficiencia. «La IA es ya una realidad presente, no un futuro lejano. Pero debe aplicarse con criterio humano«, advirtió. En ese sentido, Tesselar trabaja activamente para desarrollar un uso ético de la tecnología, complementado con una cultura organizacional basada en principios.
Esa cultura se refleja en iniciativas como el podcast De Empresario a Empresario, que difunde aprendizajes reales del mundo empresarial. «Queríamos que los empresarios se escucharan entre ellos, que compartieran prácticas de éxito y errores que enseñan», explicó. Uno de los episodios que más impacto generó fue el de un emprendedor que logró sostener su plantilla durante la pandemia gracias a un modelo mixto de trabajo remoto y digitalización. «Muchos oyentes nos contactaron después, diciendo que habían aplicado ideas similares», recordó.
Más allá de la formación, Tesselar ha iniciado un proyecto de inclusión que busca incorporar talento con discapacidad en su plantilla. Inspirado por otras empresas que contratan personas que otros no consideran, Pérez Figueroa aseguró que están desarrollando un programa para integrar personas con autismo en tareas técnicas. «No se trata de dar caridad, sino de identificar capacidades reales. Queremos descubrir en qué pueden destacar y crear un entorno que los potencie», dijo.
Este enfoque también se proyecta hacia su red de clientes. En las reuniones anuales de la Comunidad Tesselar, se incluye una sesión dedicada a compartir prácticas de responsabilidad social empresarial. «Siempre les decimos: si algo de lo que hacemos les sirve, tómenlo. Y si lo mejoran, compártanlo de vuelta. Así todos crecemos», agregó.
De cara al futuro, la empresa planea reforzar la trazabilidad del impacto de sus soluciones, integrando indicadores ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en la evaluación de proyectos tecnológicos. Para Pérez Figueroa, esto no es una moda, sino una evolución necesaria. «Hacer lo correcto no es solo una cuestión de ética, también es rentable. Si ayudamos a nuestros clientes a ser mejores, nosotros también ganamos»
En Tesselar, la tecnología es el medio, pero las personas siguen siendo el centro. Y eso, en palabras del director general, «es lo que hace que valga la pena cada implementación, cada cambio, cada reto».