Las enfermedades cardiovasculares constituyen un importante problema de salud pública, pues son la principal causa de muerte a nivel mundial, nacional y también en la Comunidad Autónoma de Extremadura. Entre todas las situaciones de emergencia sanitaria, la parada cardiorrespiratoria es única: el objetivo inmediato es recuperar la vida, evitando o minimizando las secuelas.
En adultos, fuera del ámbito hospitalario, las causas más frecuentes de estas situaciones son la fibrilación y la taquicardia ventriculares sin pulso. Está demostrado científicamente que la desfibrilación eléctrica precoz es el método más eficaz para evitar muertes por este motivo.
Ante una parada cardíaca, el tiempo de reacción es vital. Cada minuto que pasa, las posibilidades de supervivencia sin secuelas disminuyen un 10%. Tras cinco minutos sin apenas oxígeno, los daños cerebrales pueden ser irreversibles. Por ello, en la primera reunión con la actual consejera de Salud y Políticas Sociales de la Junta de Extremadura le propusimos instalar desfibriladores en farmacias rurales, en aquellas localidades sin centro de salud ni punto de atención continuada. La consejera, médico con experiencia en emergencias, aceptó de inmediato, con una condición: los equipos debían instalarse en la fachada de las farmacias, accesibles las 24 horas.
De ese encuentro nació el “Programa de Puntos de Cardioprotección en el Ámbito Rural de Extremadura”, pionero en España. Fruto de un convenio entre la Junta de Extremadura, el Servicio Extremeño de Salud y los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de Cáceres y Badajoz, en un tiempo récord se instalaron 130 puntos de cardioprotección en farmacias rurales, garantizando una respuesta rápida ante emergencias cardíacas en localidades con acceso limitado a los servicios de urgencias.
Estos dispositivos están geolocalizados y conectados al 112. Al abrir la cabina donde se aloja el desfibrilador, se activa de forma automática una llamada al servicio de emergencias, que guía a la persona que atiende a la víctima y, si procede, moviliza a los recursos asistenciales. Los equipos son semiautomáticos: detectan la presencia o no de fibrilación ventricular y, en función de ello, aplican la descarga.
Además de disponer de estos puntos, resulta fundamental aumentar el número de personas formadas en soporte vital básico. Por ello, hemos impartido formación específica a farmacéuticos y personal de las farmacias participantes, reforzando su labor asistencial. Paralelamente, se han organizado talleres dirigidos a ciudadanos de las localidades implicadas, fomentando la solidaridad y capacitando a vecinos para que sean referentes en situaciones de emergencia.
El impacto de la iniciativa ya es tangible. Varios equipos han sido utilizados en diferentes pueblos de Cáceres y Badajoz. En Santiago del Campo, un municipio de apenas 250 habitantes, el uso inmediato de un desfibrilador semiautomático instalado en la farmacia permitió reanimar a una vecina tras una parada cardíaca. Un ejemplo claro de que disponer de estos dispositivos, cercanos y accesibles, salva vidas.
Este programa también refuerza el papel de la farmacia como centro de referencia en salud comunitaria, gracias a su capilaridad y cercanía. No podemos olvidar que, en muchas poblaciones rurales, el farmacéutico es el único profesional sanitario presente de manera habitual y la farmacia comunitaria constituye la puerta de entrada al sistema sanitario. De ahí la importancia de apoyar a las farmacias en su labor, dotándolas de recursos y equipamientos como estos puntos de cardioprotección.
Gracias a esta iniciativa, Extremadura está a la vanguardia en cardioprotección rural y aspira a servir de ejemplo a otras regiones. El programa ha sido reconocido a nivel nacional, habiendo quedado finalista en los IV Premios a la Innovación Social del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, que destacan la labor de farmacéuticos y colegios profesionales como agentes de transformación social y medioambiental, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Día Mundial del Corazón