Entrevistamos a Pedro Antonio Martín, Director General de ILUNION Economía Circular que asegura que desde la organización, que acaba de cumplir su décimo aniversario, quieren dar una solución global a un problema muy complejo como es la gestión integral de todos los residuos que generan las empresas y ofrecer la oportunidad de empleo en un entorno rural y a un mayor número de personas con discapacidad. Además, Pedro Antonio Martín ha concluido que en el futuro pretenden demostrar en el sector que la rentabilidad económica y la rentabilidad social son totalmente compatibles.
ILUNION Economía Circular ha evolucionado significativamente desde su creación. ¿Cómo ha cambiado el modelo de negocio desde sus inicios y cuáles considera que han sido los hitos más importantes en esta transformación?
En el área de Reciclados de ILUNION llevamos más de 15 años gestionando residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, conocidos como RAEE. Abrimos nuestra primera planta en La Bañeza, en la provincia de León, para dar cobertura a la zona noroeste peninsular. Y poco a poco hemos ido posicionándonos como un actor relevante a nivel nacional.
Para ello, fue clave la adquisición de nuestra segunda planta, situada en Campo Real, en la Comunidad de Madrid. La compra se hizo una semana antes del confinamiento, por lo que fue un momento clave. En ella hemos invertido más de 7 millones de euros para dotarla de una moderna tecnología de tratamiento de equipos de frío principalmente.
Pero más allá de esto, siempre hemos sido muy conscientes de que la mayoría de las empresas no solo tienen necesidad de reciclar sus aparatos eléctricos y electrónicos, sino todos los residuos que generan. Queremos dar esa solución global a ese problema tan complejo que tienen nuestros clientes. Por eso, nos hemos convertido en un gestor integral de residuos.
Hoy en día ofrecemos servicios de gestión y tratamiento de residuos, tanto peligrosos como no peligrosos, como por ejemplo reciclaje y preparación para la reutilización de RAEE en nuestras dos plantas.
Pero también hacemos recuperación, clasificación y valorización de papel, de cartón, de envases de plástico, de vidrio, de madera y de algunos otros residuos. Además, ofrecemos servicios de recogida y transporte de residuos y para ello contamos con 15 centros de almacenamiento repartidos por toda la península, y una flota de camiones versátil y respetuosa con el medioambiente. Muchos de estos camiones operan con gas natural, de manera que también conseguimos reducir nuestra huella de carbono.
Además, ponemos a disposición de nuestros clientes el equipamiento necesario para la separación de sus residuos en origen: jaulas, compactadoras, contenedores y prensas, entre otros.
En definitiva, nuestra propuesta de valor actual se resume en dos palabras: tranquilidad y facilidad.
Tranquilidad porque asesoramos a nuestros clientes en todo lo que necesitan para entender y, sobre todo, cumplir con la normativa en vigor. Este aspecto es fundamental ya que se están realizando muchos cambios normativos en un corto periodo de tiempo, y es importante que nuestros clientes tengan ese conocimiento de qué es lo que tienen que cumplir, y cuál es la mejor manera de hacerlo.
Y por otro lado, facilidad porque al ser un gestor integral de residuos, con una simple llamada a ILUNION Economía Circular, nuestros clientes tienen acceso a una gestión completa de todas sus necesidades en este sentido.
La nueva planta en Valladolid se centra en el reciclaje finalista de baterías de litio con tecnología LFP. ¿Qué ventajas ofrece este enfoque frente al reciclaje tradicional y cómo contribuye a la sostenibilidad de la electromovilidad?
En primer lugar, yo creo que es importante resaltar que a día de hoy no hay ninguna solución industrializada para el reciclaje de las baterías de litio en España. Lo que nos motiva para llevar a cabo este proyecto es dar esa solución a este reto medioambiental que tenemos como sociedad, porque si no hay una solución de gestión de los residuos de las baterías, la electromovilidad no será una solución sostenible, que es a lo que todos aspiramos.
Nuestro proyecto de reciclaje verá la luz a finales de 2026 o primeros de 2027 y se ubicará en la provincia de Valladolid. De esta manera, también demostramos nuestro compromiso con el territorio, ya que volvemos a apostar por un proyecto pionero en Castilla y León, como ya hicimos hace muchos años con la planta de La Bañeza.
Es una iniciativa que generará 40 puestos de trabajo directos, de los cuales más del 70% van a ser destinado a personas con discapacidad, porque tenemos la firme intención, ya desde la concepción del proyecto, de calificarlo como centro especial de empleo. Es una iniciativa pionera tanto en España como en la Unión Europea.
Actualmente, en España no existe ningún otro proyecto similar a este, que impulse una solución de reciclaje finalista para baterías de litio de tecnología LFP. Para explicarlo con más claridad, esta iniciativa se centra en una tipología de baterías denominada LFP por la composición química que contienen en su interior. Es la batería que con más intensidad se está introduciendo en el mercado a día de hoy, tanto en uso de movilidad como en uso estacionario, es de origen oriental, principalmente chino, y son las que a futuro vamos a tener la responsabilidad de reciclar adecuadamente.
En segundo lugar, el proceso no se va a quedar solo en extraer la Black Mass para venderla a un tercero, sino que vamos a llegar hasta su procesado final, extrayendo los materiales que la componen. Este es un valor muy diferencial de nuestro proyecto con respecto a otros.
El proyecto consta por tanto de dos procesos muy claramente diferenciados. Un primer proceso mecánico en el que la batería entra en un sistema de trituración, seguido de un sistema de separación de materiales, donde conseguimos separar, con unos altos niveles de calidad, el hierro, el cobre, el aluminio, los plásticos y la Black Mass.
Por otro lado, esa Black Mass pasa a un segundo proceso, que es un proceso de hidrometalurgia, en el que se separan todos los materiales que la componen: el grafito, el carbonato de litio, el fosfato de hierro o el sulfato de sodio. Al final, de lo que se trata es de poder reutilizar todos estos materiales en la creación de nuevas baterías sin necesidad de que se tengan que extraer de la naturaleza.
Además, nuestro proyecto permite —y este es un aspecto fundamental— alinear la cadena de valor de las baterías en nuestro país, equilibrando la creación de industria de los fabricantes de vehículos eléctricos, de los fabricantes de baterías y de recicladores como nosotros, de manera que el material recuperado por este último eslabón puede utilizarse directamente en los eslabones anteriores de la cadena.
Por decirlo de manera muy simplificada, va a ser materia prima de kilómetro cero y nos da independencia frente a terceros países a todos los niveles.
El proyecto en Valladolid generará 40 puestos de trabajo, más del 70% para personas con discapacidad. ¿Cómo se integra la inclusión laboral en la estrategia de ILUNION Economía Circular y qué impacto tiene en la comunidad local?
Nosotros siempre decimos que ILUNION es una forma diferente de hacer empresa en la que las personas no son un medio, sino el fin. Somos un proyecto de personas y para personas, y creemos que la verdadera inclusión social se logra precisamente a través del empleo. Tenemos un propósito muy claro: construir un mundo mejor con todos incluidos.
Por eso, en cada uno de nuestros proyectos incorporamos esa visión humanista desde el principio. Es el caso del proyecto de reciclaje de baterías que estamos comentando, pero anteriormente también lo fue el proyecto de reciclaje de RAEE, cuando decidimos montar nuestra primera planta en La Bañeza, en una zona rural. Y siempre buscamos la forma de poder poner en valor la capacidad de las personas con discapacidad.
Hoy, por dar cifras de toda la división, en ILUNION Economía Circular trabajamos un total de 281 personas, y de ellas 148 son personas con algún tipo de discapacidad, lo que supone aproximadamente el 53% de toda nuestra plantilla. Cinco de nuestros centros de trabajo son centros especiales de empleo, lo que supone que más del 70% de la gente que está trabajando en cada uno de ellos son personas con discapacidad.
Además, en los próximos meses, esperamos calificar dos nuevos centros especiales de empleo más, con lo cual ya estaríamos en siete centros. Cada puesto de trabajo creado para personas con discapacidad o con riesgo de exclusión es una oportunidad de vida.
En los primeros meses de 2025, lanzamos, en nuestra planta de Campo Real, una nueva línea de reutilización de equipos informáticos en la que hemos incorporado a seis jóvenes con discapacidad intelectual, ofreciéndoles la primera oportunidad laboral de su vida. Eso se percibe en el día a día, cada vez que vienen a trabajar y en la ilusión con la que lo hacen.
Y si además conseguimos ofrecer esta oportunidad en un entorno rural —como ocurre en varios de nuestros centros— tiene un doble valor, porque en esos entornos las oportunidades suelen brillar por su ausencia, y además ayudamos también a fijar población.
Con la entrada en vigor del Reglamento 2024/1157 de Traslado de Residuos, ¿qué retos y oportunidades identifica para el sector del reciclaje y cómo se está preparando ILUNION para cumplir con esta nueva legislación?
Este reglamento es fundamental y tiene un objetivo claro: frenar las prácticas ilegales en el traslado de residuos. Es algo que todos los operadores del sector deseamos. Pero también es verdad que se abren varios retos en la gestión que complican el día a día y que generan incertidumbre.
Entre los que yo señalaría como los dos más relevantes están, por un lado, la excesiva burocracia asociada a todo el proceso, y por otro, la prohibición de las exportaciones de materiales a ciertos países. Es fundamental que la Administración pueda apoyar en ambos temas para poder mitigar en la medida de lo posible estos efectos negativos.
Por ejemplo, en el caso de las exportaciones, es esencial que antes de cerrar una puerta se pueda abrir otra que sirva de alternativa para poder comercializar internamente ese material que va a dejar de enviarse fuera. Si no lo hacemos, estaremos estrangulando el sector de alguna manera.
En cuanto a la carga burocrática, en ILUNION Economía Circular, ya hemos adaptado nuestros procesos a este cambio. Además, estamos llevando a cabo un proceso de automatización de tareas precisamente para mitigar ese impacto de excesiva carga de trabajo asociada a cada uno de los traslados que realizamos.
Dentro de la división, tenemos una de las empresas líderes en la gestión y transporte logístico de residuos especializados en aparatos eléctricos y electrónicos, y el impacto que estos cambios tienen en nuestra actividad diaria es importante. Por eso, estamos actuando con antelación para poder cumplir con la normativa de forma eficiente y seguir prestando un servicio de calidad.
La alianza con EFT-Systems y Botree ha sido clave en el proyecto de reciclaje de baterías. ¿Qué aporta cada socio a la empresa conjunta y cómo se gestionan las sinergias para alcanzar los objetivos comunes?
Esta alianza ha sido fundamental para poder llevar a cabo este proyecto, porque cada uno de los socios aportamos elementos muy relevantes y complementarios.
Por un lado, Botree, que es el tecnólogo, aporta el conocimiento de la composición química de las baterías de litio y de una tecnología de reciclaje contrastada. También aporta el conocimiento de los flujos de salida de los materiales más críticos resultantes de ese proceso, como toda la parte que sale del proceso de hidrometalurgia al que he hecho referencia: el carbonato de litio, el fosfato de hierro o el fosfato de sodio.
Por otro lado, EFT-Systems, nuestro segundo socio, aporta el conocimiento del mercado de las baterías de litio, así como un suministro asegurado de baterías para reciclar y también para reacondicionar.
Y por último, como gestor integral, ILUNION aporta el conocimiento del sector del reciclaje en España y de la normativa de aplicación; y el conocimiento de los flujos de salida del resto de materiales más habituales, como el cobre, el hierro o el aluminio, que son exactamente los mismos que obtenemos en nuestras plantas de reciclaje de RAEE.
Contamos con más de 15 años de experiencia operando plantas de reciclaje, además de una sólida trayectoria en la gestión de la diversidad y la discapacidad en entornos industriales, y una cultura de calidad y excelencia en la gestión que llevamos desarrollando desde hace más de una década y media. Todo ello permite que esta alianza funcione de manera cohesionada y eficiente.
ILUNION Economía Circular ha sido reconocida con el Sello EFQM 600 por su gestión excelente. ¿Cuáles son los próximos pasos en la hoja de ruta de sostenibilidad de la empresa y cómo planean seguir liderando el sector en términos de innovación y responsabilidad social?
Nuestra hoja de ruta está muy clara y se resume en seguir aumentando nuestro impacto positivo en la sociedad a través de nuestro propósito de construir un mundo mejor con todos incluidos. Y cuando hablamos de crecer, nos referimos precisamente a esto.
Tenemos la intención clara de seguir creciendo porque la sociedad lo necesita. Cada vez hay más retos que abordar en materia de gestión de residuos y nosotros estaremos siempre ahí, dando respuesta a las necesidades de la sociedad y proponiendo soluciones que sean eficientes y responsables.
Seguiremos apostando por nuestras señas de identidad y diferenciación en el sector, que son principalmente la calidad y la estabilidad de nuestra gestión. La certificación EFQM es un ejemplo claro: somos la única empresa del sector que cuenta con una certificación EFQM, y además en un nivel alto como es el 600.
Por otro lado, continuaremos impulsando la innovación en los procesos de reciclaje, porque para nosotros innovación es igual a aumento de competitividad.
Y, por último, mantendremos nuestra apuesta por la sostenibilidad en sus tres vertientes: medioambiental, social y de compliance. De hecho, contamos con un Plan Director de Sostenibilidad desde hace varios años que seguimos desarrollando para alcanzar una mayor excelencia en este ámbito.
Además, este año celebramos el décimo aniversario de la creación de ILUNION, por lo que podemos decir que, como grupo, casi acabamos de empezar; llevamos un recorrido relativamente corto. Tenemos todo el futuro por delante, mucho trabajo por hacer y muchas oportunidades para seguir demostrando que otra forma de hacer empresa es posible, y que la rentabilidad económica y la rentabilidad social son totalmente compatibles.
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