La Inteligencia Artificial está transformando la gestión de personas. Desde la perspectiva de AEDIPE, ¿cuáles son los principales beneficios y desafíos que plantea su implementación en los RRHH?
La IA nos puede ayudar a ser más eficientes en los procesos operativos y ayudar en la toma de decisiones. Puede simplificar la gestión y enriquecer la información y los criterios de cualquier valoración. Su capacidad es enorme y no podemos permitirnos no utilizarla porque renunciaríamos a competitividad, pero sin duda plantea desafíos, como la pérdida del control de las variables utilizadas en los procesos de decisión y los sesgos algorítmicos.
El uso de IA en la selección de talento ha generado debate sobre la equidad y la transparencia. ¿Cómo pueden las empresas asegurarse de que estos sistemas sean justos y no discriminen a ciertos colectivos?
Es difícil asegurarlo, pero podemos reducir sesgos obviando ciertos datos en el análisis y enriqueciendo las bases de datos, y haciendo pruebas antes de utilizarla. El uso, las buenas prácticas y la formación nos deberían ayudar.
La regulación sobre IA en el ámbito laboral está avanzando en Europa. ¿Cómo crees que afectará a las prácticas de Recursos Humanos en España?
El reglamento europeo de IA nos afecta como estado miembro y encuadra las actividades principales de RH en “alto riesgo” (selección, evaluación profesional, gestión de talento, promoción y decisiones extintivas) y ello nos obliga a reducir sesgos, a supervisar el proceso y a ser transparentes, además de otras obligaciones formales como el registro de sistemas.
Desde AEDIPE, ¿qué recomendaciones darías a las empresas para garantizar un uso ético y responsable de la IA en sus procesos de gestión de personas?
AEDIPE ha firmado el compromiso por una IA segura y responsable en el trabajo, que integre la IA en el dialogo social y en la formación, y que garantice en la dignidad y la seguridad laboral, así como la protección de la privacidad y la no discriminación. Ello implica que el desarrollo y uso de la IA sea responsable, equitativo y beneficioso para todos.
El cómo hacerlo depende en primer lugar de cuál es nuestro propósito, si situamos a las personas en el centro de nuestras actividades, sin perder de vista que el objetivo final de cualquier negocio es el beneficio empresarial, o si situamos el beneficio como nuestro único propósito. Si la persona está en el centro de nuestra actividad lograremos un uso responsable.
Más allá de la selección de talento, ¿qué otros procesos de RRHH se están viendo más impactados por la IA y cómo pueden las empresas aprovechar su potencial?
Hay muchos usos, aunque la mayor parte de las empresas empiezan por ordenar y hacer accesible su información mediante chatbots que resuelven de forma ágil y personalizada cualquier cuestión que surja entorno a información, normativas, requerimientos, procesos…, o también con asistentes virtuales en procesos como el de acogida o itinerarios formativos. En consecuencia, además de aliviar carga de trabajo a los departamentos de RH, mejora enormemente el servicio a los empleados.
A nivel de gestión se utiliza de forma creciente en los procesos de selección, porque resuelve el manejo de un volumen elevado de información en un contexto de desconocimiento de los candidatos. Es un apoyo en la criba de CV, y en el matching candidato-puesto. También se utiliza como asistente en entrevistas automatizadas. Y también puede utilizarse en evaluación profesional en base a KPI de productividad o con orientación predictiva en la gestión del talento, y puede utilizarse en otros muchos procesos de RH. Por todo ello, el uso de AI es altamente sensible y requiere la revisión humana.
El equilibrio entre la automatización y el factor humano es clave en la gestión de personas. ¿Cómo pueden las organizaciones mantener este equilibrio sin perder el enfoque humano en sus estrategias de RRHH?
Si vemos la organización como un conjunto de procesos y nos limitamos a sustituir personas por IA con único propósito de ganar eficiencia, perderemos innovación y perderemos diferenciación. Obtendremos rentabilidad a corto, pero comprometeremos competitividad futura. Debemos aprovechar las capacidades que se liberan para aplicarlas en innovación y en mejora continua.
¿Cómo está cambiando el rol del director de RRHH con la llegada de la IA? ¿Qué nuevas competencias serán necesarias en el futuro?
La IA tiene aplicación en toda la empresa. El rol del director de RH debe ser de facilitador de esta transformación organizativa para lo cual debe conocer bien los procesos y determinar las eficiencias que pueden generarse y proponer cómo aplicar el excedente en nuevas actividades que aporten valor a la empresa.
Debe generar confianza ante este cambio tan profundo, velando por una implantación ética y acorde con la regulación, impulsando la equidad, la diversidad y la inclusión, y para ello es clave que disponga de métricas de contribución que objetiven el proceso de transformación.
Por lo tanto, ante este cambio, requiere conocimiento tecnológico, visión sistémica, capacidad analítica, gobernanza y gestión del cambio, y tener capacidad de influencia, además de promover el trabajo colaborativo.
¿Qué medidas pueden tomar las empresas para formar a sus equipos de RRHH en el uso de estas nuevas tecnologías de manera responsable y efectiva?
Las empresas deben anticiparse a este cambio, formar a todos sus equipos y crear equipos multidisciplinares que trabajen de forma coordinada. Existe formación de calidad y hay empresas que ya han recorrido un camino importante. Podemos aprender de las buenas prácticas y evitar errores.
¿Cómo imaginas el futuro de la IA en la gestión de talento en los próximos cinco años?
Pienso que la IA puede ser una ayuda muy importante tanto para agilizar procesos como aportando un análisis potente que ayude a la toma de decisiones, pero la clave está en disponer de datos de calidad y en conocer las variables en que se basan las decisiones. No podemos ceder el gobierno a una caja negra porque perderemos el control y dejaremos de aportar.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: Por una IA responsable, justa y equitativa