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“Descubrí que sin el pilar social no hay Sostenibilidad”, afirma Marina Moreno Sanz, Responsable de Certificaciones de Fundación COPADE, en esta entrevista con Corresponsables, donde comparte su evolución profesional y personal en el ámbito de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad. Desde sus primeras iniciativas espontáneas en una empresa que no llegó a implementar sus propuestas, hasta su compromiso activo en proyectos de I+D+i y voluntariado con colectivos vulnerables, Marina ofrece una visión profunda, honesta y crítica sobre los avances y retos del sector.
Para ella, el camino de la RSE ha estado guiado por “el corazón, la razón y la legislación”, y destaca que el futuro del sector pasa por “medir el impacto social real” y fomentar la coherencia, tanto a nivel individual como empresarial:“Si no hay personas coherentes, tampoco las empresas lo serán”, sentencia.
En el marco del 20º aniversario de Corresponsables, Marina también destaca el papel fundamental que ha jugado este medio en el impulso y consolidación de la RSE en Iberoamérica: “Uno de los primeros eventos a los que asistí sobre Sostenibilidad fue el vuestro. Me lo recomendaron insistentemente. Y allí recogí vuestro gran anuario… ¡Me encantó saber que somos tantos Corresponsables!”.
Con una mirada crítica pero constructiva, Marina nos invita a ir más allá de las buenas intenciones y las modas, y a construir un modelo empresarial basado en el impacto positivo, la evaluación rigurosa y la coherencia profunda.
Marina, ¿por qué comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad?
Mi primer contacto con la Sostenibilidad fue por puro instinto. Trabajaba en una empresa en la que varias personas comenzamos a sentir y compartir que las cosas se podían hacer mejor, con otro enfoque, y de forma voluntaria montamos “el grupo de medioambiente”.
Nuestro objetivo era promover iniciativas para mejorar el impacto ambiental de la empresa. A la dirección le pareció estupendo, nos dio permiso para reunirnos fuera de horario, pero… nada más. Nuestras propuestas nunca se llevaron a cabo. Así que el grupo duró poco, muy poco.
“El camino de la RSE ha sido marcado, en mi opinión, por el corazón, la razón y la legislación”
Posteriormente trabajé como coordinadora de proyectos de I+D+i dirigidos especialmente a encontrar sustitutivos de combustibles fósiles. Fue entonces cuando comencé a oír hablar de Sostenibilidad, pero solo reducida al ámbito ambiental.
Llevaba un par de años gestionando estos proyectos, cuando comencé a colaborar como voluntaria en Asociación para la Solidaridad, una ONGD vinculada en la Congregación del Santísimo Redentor, que trabaja por y para los más vulnerables. Fue entonces cuando descubrí que sin el pilar social no había Sostenibilidad.
“Una empresa con una RSE sólida tiene más solidez económica”
Así es como descubrí la necesidad de los tres pilares: social, medioambiental y económico, interrelacionados e inseparables, que integran la Sostenibilidad tal como hoy la reconocemos.
¿Cuándo conociste a Corresponsables? ¿Qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
Uno de los primeros eventos a los que asistí sobre Sostenibilidad, fue el vuestro. Me lo recomendaron insistentemente. Y allí recogí vuestro gran anuario.
“Me encantó saber que somos tantos Corresponsables”
¡Cuánta información!: 500 páginas de casos de éxito, personas comprometidas, empresas responsables… ¡Me encantó saber que somos tantos Corresponsables!
Querida Marina, ¿qué cambios significativos has observado en esta materia desde que comenzaste?
El camino de la RSE ha sido marcado, en mi opinión, por el corazón, la razón y la legislación.
En líneas generales, las empresas comenzaron a realizar acciones de RSE por motivos cuasi-altruistas, con actividades al margen de su núcleo de negocio. Había que ser bondadosos y algunas externalidades había que compensar.
El cambio en este modo de operar fue impulsado por la razón económica, para los primeros de la clase, y por la legislación para el resto.
“El reto de la coherencia es un reto de las empresas, que realmente es un reto de las personas”
Para determinadas empresas, una adecuada gestión de sus riesgos medioambientales y sociales determina su viabilidad económica. Tal es el caso de las compañías mineras, que fueron las primeras en aplicarse para gestionar correctamente sus riesgos. Pero es que, en términos generales, el tiempo ha demostrado que una empresa con una RSE sólida tiene más solidez económica, entre otros motivos, porque además de gestionar correctamente sus riesgos, es capaz de detectar y aprovechar oportunidades y es atractiva para sus accionistas, sus clientes y su personal. Todo ello repercute en su cuenta de resultados.
La legislación convenció a la fuerza al resto de la clase, y sigue “convenciendo” cada vez a más empresas.
El siguiente gran cambio que ya entrevemos es trabajar con enfoque de impacto positivo, como algunas empresas presentan en sus webs.
“Si no hay personas coherentes, tampoco las empresas que integran lo serán”
Ahora queda que el impacto positivo no sea la nueva palabra de moda sino una realidad, lo cual no es nada fácil. ¿Corazón o razón?
¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
El primer gran hito fue poner nombre a las cosas. Si necesitas poner nombre a algo, es porque has identificado algo que necesita ser tenido en cuenta.
“Poner nombre a las cosas fue el primer gran hito”
Definir Sostenibilidad, al principio solo referida al ámbito ambiental, fue un primer paso. Y posteriormente, ampliar su alcance a sus tres vertientes: social, económica y medioambiental, interrelacionadas e inseparables, un nuevo hito.
Sin duda, el respaldo de la legislación ha sido un factor determinante para el paso del término de la comunidad científica al mundo empresarial.
Marina, ¿cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?
En el punto del camino en el que nos encontramos, el nuevo reto es: medir el impacto social real. La mayoría de las empresas dicen estar midiendo su impacto cuando, lo que realmente transmiten, son cifras de insumos, actividades o productos, o como mucho, resultados.
Este es, en mi opinión, el siguiente reto: identificar el IMPACTO SOCIAL, de forma prospectiva, pudiéndolo así tener en cuenta en el diseño de cualquier infraestructura, producto o servicio y también a posteriori, de forma evaluativa, para poder tomar medidas si el impacto alcanzado no es el previsto. Y por supuesto, el reto de la coherencia, un reto de las empresas, que realmente es un reto de las personas.
“Ahora queda que el impacto positivo no sea la nueva palabra de moda, sino una realidad”
Las personas son coherentes cuando sus pensamientos, palabras y obras están alineados. Y si no hay personas coherentes, tampoco las empresas que integran lo serán. La coherencia, hoy en día, es el gran reto personal y empresarial.
Para concluir, añade, si lo deseas, cualquier otra reflexión o consideración que consideres oportuno.
Muchísimas gracias a todo vuestro equipo, por vuestro gran trabajo y por contar conmigo.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en la Ficha Corporativa de la Fundación COPADE en el Anuario Corresponsables 2025.