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Delia García, de L’Oréal, es una de las voces más reconocidas en el ámbito de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad en España. Desde sus inicios, cuando se inspiró en la Cumbre de Río de 1992 y se formó en Ciencias Ambientales, ha estado vinculada a proyectos pioneros que marcaron su trayectoria profesional, desde la CEOE hasta la Red de Autoridades Ambientales, pasando por la elaboración de la primera versión de Global G.A.P. GRASP o la presidencia de la red española de amfori.
Con más de dos décadas de experiencia, recuerda que “la RSE en España se veía como algo muy lejano al negocio y más cerca de la filantropía que de la verdadera transformación”. Hoy, subraya con firmeza que “la Sostenibilidad está en el centro del negocio y se entiende como palanca de competitividad”. Para García, el gran cambio ha sido que la sostenibilidad se ha convertido en un eje central de la estrategia empresarial, llegando incluso al Consejo de Administración de compañías como L’Oréal Groupe, donde “el director de Sostenibilidad está en el primer nivel de decisión”.
En su opinión, los grandes hitos de este camino han venido marcados por el mercado, la financiación, la regulación y la propia ciencia, factores que han obligado a las empresas a transformar su manera de operar. Y entre las lecciones aprendidas, resume su filosofía en tres palabras: “ser, hacer y contar, por ese orden”, destacando además la importancia de la valentía y la colaboración para generar cambios estructurales.
Con motivo del 20 aniversario de Corresponsables, García reconoce el papel que ha desempeñado el medio en la consolidación del sector: “Corresponsables ha sido capaz de visibilizar el trabajo que las organizaciones han desarrollado”. Y añade: “El propio nombre Corresponsables implica la generación de una alianza por la Sostenibilidad, ese ODS 17 sin el cual ningún otro objetivo podrá alcanzarse”. Una valoración que refuerza la función del medio como altavoz de buenas prácticas y como punto de encuentro imprescindible para empresas y profesionales.
Delia, ¿por qué comenzaste a interesarte e involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social y Sostenibilidad?
Desde 1992, leyendo sobre la Cumbre de Río. Estudié Ciencias Ambientales en la UAM.
Tuve la suerte de comenzar en proyectos que me acercaron tanto a la CEOE como a la Red de Autoridades Ambientales y ser testigo de grandes acuerdos en los inicios de mi carrera, todo un lujo. Recuerdo también con mucho cariño mi etapa como auditora social interna en diversas fincas del mundo, donde además, para implementar los programas de desarrollo social y medioambiental, tuve que analizar las causas raíz de los retos y trabajar con líderes locales. ¡Fue un aprendizaje increíble!
“La RSE en España se veía como algo muy lejano al negocio y más cerca de la filantropía que de la verdadera transformación”
Participé entonces en la elaboración de la primera versión de Global G.A.P. GRASP y más tarde presidí la red española de amfori.
¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzó en comparación con cómo es hoy?
La RSE en España se veía en sus inicios como algo muy lejano al negocio y estaba más cerca de la filantropía que de la verdadera transformación empresarial. Era habitual que se entendiera como un complemento, una actividad adicional vinculada a acciones solidarias o de carácter social, pero sin que existiera una conexión real con la estrategia de la compañía. Por tanto, no se concebía como un motor capaz de impulsar cambios profundos, sino como un valor añadido, más estético que estructural, que quedaba en paralelo a la actividad principal de las organizaciones.
“Hoy, después de más de 20 años de camino, la Sostenibilidad está en el centro del negocio y se entiende como palanca de competitividad”
Hoy, después de más de veinte años de recorrido, la situación es completamente diferente. La Sostenibilidad ha pasado a ocupar un lugar central en el negocio, y ya no se concibe únicamente como un deber social, sino como una auténtica palanca de competitividad. Cada vez más, las empresas comprenden que integrar estos principios en su estrategia no solo responde a una cuestión ética, sino que también resulta clave para garantizar su permanencia en el mercado, su reputación y su capacidad de innovación. La evolución ha sido significativa, y refleja un cambio cultural y estratégico en la manera de entender el papel de las organizaciones en la sociedad.
Querida Delia, ¿cuándo conociste a Corresponsables? ¿Qué papel consideras que ha tenido en el impulso de la RSE en las últimas dos décadas?
Os conozco desde vuestros inicios y hemos colaborado durante muchos años. Hemos vivido juntos este viaje, compartiendo momentos clave en la consolidación del sector y siendo testigos de la evolución de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad tanto en España como en otros países. En mi experiencia, Corresponsables siempre ha estado presente como un actor cercano y coherente, acompañando a las organizaciones con una labor de difusión y reflexión muy necesaria.
“Corresponsables ha sido capaz de visibilizar el trabajo que las organizaciones han desarrollado”
A lo largo de estos años, Corresponsables ha sido capaz de visibilizar el trabajo que las empresas y entidades han desarrollado, ofreciendo un altavoz para buenas prácticas y avances relevantes. El propio nombre de la publicación ya es una declaración de intenciones, pues implica la generación de una alianza por la Sostenibilidad, un reflejo del ODS 17, sin el cual ningún otro objetivo podría alcanzarse. En este sentido, la revista ha cumplido una función de cohesión y ha impulsado el debate en torno a la necesidad de actuar de manera conjunta para afrontar los retos globales.
¿Qué cambios significativos has observado en esta materia desde que comenzaste?
La Sostenibilidad y la generación de un impacto positivo se integran hoy de manera absolutamente central en la gestión de las empresas. Antes era común ver estos temas en áreas periféricas o como proyectos independientes, pero actualmente ocupan un espacio prioritario y forman parte de la agenda estratégica de cualquier gran organización. Esta integración supone una manera distinta de entender el negocio, donde los objetivos económicos van de la mano con el compromiso social y medioambiental.
“La Sostenibilidad y la generación del impacto positivo se integran hoy de forma absolutamente central en el negocio”
En el caso de L’Oréal Groupe, esta transformación es clara: la Sostenibilidad forma parte de la política retributiva, de la estrategia de negocio y de los valores corporativos. Además, el director de Sostenibilidad se encuentra en el primer nivel de decisión, participando en el Consejo de Administración y en los principales comités de negocio. Esto refleja que ya no es un área secundaria, sino un pilar fundamental para el crecimiento y la permanencia en el mercado.
Delia, ¿cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?
En mi opinión, los factores clave que han impulsado el avance en estas materias son principalmente cuatro: el mercado, la financiación, la regulación y la propia ciencia. Cada uno de ellos ha desempeñado un papel fundamental en la consolidación de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad como ejes estratégicos.
“El propio nombre Corresponsables implica la generación de una alianza por la Sostenibilidad, ese ODS 17 sin el cual ningún otro objetivo podrá alcanzarse”
El mercado ha exigido mayor coherencia y compromiso; la financiación ha condicionado el acceso a recursos en función de criterios sostenibles; la regulación ha obligado a un marco más estricto y transparente; y la ciencia ha aportado la evidencia necesaria para demostrar que actuar es urgente e imprescindible. Estos factores han convergido para generar un entorno donde las empresas no solo quieren, sino que necesitan ser sostenibles para mantenerse competitivas.
¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?
La mayor enseñanza que he recibido a lo largo de mi carrera puede resumirse en tres palabras: ser, hacer y contar, y siempre en ese orden. Primero es necesario ser coherentes con los principios y valores; luego actuar con convicción para implementar proyectos sólidos; y finalmente comunicar lo realizado de forma clara, transparente y honesta. Este orden es fundamental porque muchas veces se intenta invertir el proceso y se prioriza la comunicación antes de los hechos, lo que puede restar credibilidad.
Además, he aprendido la necesidad de la valentía y la colaboración. La valentía para tomar decisiones firmes incluso en escenarios difíciles, y la colaboración porque estos retos no pueden afrontarse de manera individual. Es necesario generar alianzas entre empresas, instituciones y sociedad civil, ya que solo así se logran cambios estructurales y sostenibles en el tiempo.
Delia, ¿puedes compartir algún caso de éxito que consideres emblemático en el campo de la RSE?
Un ejemplo emblemático es el de la fábrica de Burgos de L’Oréal, que entendió desde muy temprano que la Sostenibilidad no era una carga ni una obligación, sino una auténtica herramienta de negocio. Lo hizo combinando la mejora del rendimiento industrial con la regeneración del ecosistema y el empoderamiento de las personas, demostrando que es posible crecer de forma equilibrada.
“El director de Sostenibilidad está en el primer nivel de decisión, en el Consejo de Administración y en los comités de negocio”
En este sentido, en 2015 se implementó una central de Biomasa y en 2017 un sistema de recirculación de agua, acciones que supusieron un cambio estructural en el modelo de gestión de la planta. Pero además, esta fábrica se consolidó como una escuela de excelencia industrial para toda la región y mantiene una estrecha colaboración con la comunidad local. Es un caso que combina innovación, sostenibilidad y compromiso social de manera ejemplar.
Para finalizar, ¿cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?
El futuro de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad está marcado por un gran desafío: el de despolarizar algunos términos y avanzar en un terreno común donde las diferencias conceptuales no frenen la acción. Se trata de continuar con paso firme y con la convicción de que no hay marcha atrás, porque la sociedad, el mercado y el planeta ya no permiten retrocesos.
“Ser, hacer y contar. Por ese orden”
Estoy convencida de que negocio y Sostenibilidad, en sus dimensiones económica, social y medioambiental, no solo no están reñidos, sino que son conceptos absolutamente complementarios y sinérgicos. El futuro pasa por entender que la competitividad de las empresas dependerá en gran medida de su capacidad para integrar estos valores en el corazón de su estrategia, generando un impacto positivo y sostenible en el tiempo.
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