Hoy en día la Sostenibilidad se ha convertido en un criterio esencial a la hora de tomar decisiones empresariales, no solo desde una perspectiva medioambiental, sino también como un marco integral que abarca la salud, la ética, la innovación y la colaboración con nuestros grupos de interés. En este contexto, las compañías tenemos la responsabilidad -y también la oportunidad- de generar un impacto significativo revisando de forma constante cómo creamos valor.
En AstraZeneca, este compromiso se refleja en cómo priorizamos lo que realmente importa a través de tres pilares: la salud de las personas, el cuidado del planeta y una conducta ética alineada con el impacto que generamos.
Un ejemplo clave de este enfoque es nuestra apuesta por la detección precoz y la prevención en patologías como la enfermedad renal crónica (ERC), una afección silenciosa que afecta a una de cada 7 personas. Esta afección provoca la pérdida progresiva e irreversible de la función renal y puede desembocar en diálisis o trasplante. Actuar a tiempo no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, sino que también reduce la complejidad de los tratamientos, alivia la presión sobre el sistema sanitario y, además, tiene un impacto ambiental positivo. Un abordaje anticipado de ERC podría evitar más de 400 millones de euros anuales en costes, así como entre 51.000 y 63.000 toneladas de emisiones de CO₂, además de reducir el consumo de agua, energía y residuos clínicos.
Este mismo enfoque preventivo lo trasladamos a las generaciones más jóvenes a través de proyectos como el Young Health Programme, desde el que promovemos hábitos de vida saludable y trabajamos la prevención de enfermedades en edades tempranas.
Por otro lado, nuestro compromiso ambiental se concreta en objetivos ambiciosos. A través de la iniciativa global Ambition Zero Carbon, trabajamos para reducir nuestras emisiones directas en un 98% antes de 2026 y alcanzar la neutralidad de carbono en 2030. Este esfuerzo implica transformar nuestras operaciones, desde la cadena de suministro hasta la movilidad corporativa.
Estamos adoptando modelos de economía circular que consideran el impacto a lo largo de todo el ciclo de vida de los productos, desde el diseño hasta el final de su uso, impulsando así un cambio estructural hacia modelos más responsables. Esto incluye acciones como reducir el uso de determinados materiales, sustituir unos por otros más sostenibles, alargar la vida útil de los productos y, en definitiva, repensar cada etapa del proceso con criterios de eficiencia y sostenibilidad. En este sentido, también estamos trabajando para reducir el impacto de nuestros productos y promoviendo la transición hacia inhaladores de nueva generación diseñados con dispositivos de impacto climático casi nulo.
En lo referente a movilidad corporativa, ya podemos decir que, en España, el 100% de nuestra flota de vehículos procede de energía verde, y hemos optimizado nuestra política de viajes, logrando una reducción del 54% en las emisiones de CO₂ por empleado. A estas acciones se suma también AZ Forest, un programa de reforestación con el que alcanzaremos este año 77.000 árboles plantados en siete comunidades autónomas de España. Además de contribuir a la absorción de emisiones, esta iniciativa busca restaurar ecosistemas y favorecer la biodiversidad local.
La sostenibilidad no puede desligarse tampoco de los principios éticos que rigen nuestra actividad. En AstraZeneca trabajamos con un enfoque que prioriza la transparencia, el respeto a los derechos humanos, la inclusión y el bienestar de las personas como valores fundamentales. Cuidamos de quienes forman parte de la compañía, promoviendo espacios seguros, saludables y diversos. Entendemos que una cultura diversa e inclusiva enriquece nuestros equipos, impulsa la innovación y refuerza el compromiso, contribuyendo al bienestar organizacional y al éxito sostenible de la compañía.
También estamos reforzando nuestras exigencias éticas en la cadena de suministro, promoviendo que nuestros proveedores se adhieran a plataformas de evaluación como ECOVADIS y damos prioridad a proveedores que comparten nuestros objetivos climáticos. Además, hemos implementado un programa de diversidad en compras para incorporar a pequeñas empresas y grupos tradicionalmente subrepresentados.
En definitiva, creemos que la sostenibilidad empresarial exige compromiso, coherencia y visión a largo plazo. Requiere implicar a todas las áreas, mantener un diálogo constante con los grupos de interés y tener siempre la voluntad de querer hacerlo mejor. Porque solo así podemos construir empresas responsables y dejar un legado valioso para las generaciones que están por venir, garantizando un futuro más justo y equilibrado para todos.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: Top Companies.