Vivimos en un mundo que aplaude lo rápido, lo automático, lo inmediato. Pero… ¿y si la verdadera innovación estuviera justo en lo contrario? En Bolsalea lo creemos firmemente: la sostenibilidad no solo es compatible con la innovación, sino que es su mejor motor. Y a veces, eso implica nadar a contracorriente.
Cuando se piensa en innovación, se suele imaginar tecnología avanzada, procesos automatizados y crecimiento exponencial. Y aunque esa es una parte de la historia, no es la única. En nuestra experiencia, innovar también puede significar ir más lento, hacerlo con las manos, mirar a las personas y al planeta, y preguntarse: ¿cómo lo podemos hacer mejor, aunque no sea más rápido?
Innovar no es correr: es elegir diferente. En Bolsalea llevamos más de 15 años fabricando packaging sostenible en papel y tela. Pero no lo hacemos de forma convencional: producimos bajo demanda, es decir, solo lo que ya ha sido vendido. Esto aplica a todos nuestros productos, desde bolsas hasta sobres y cajas. Con esta forma de producir, evitamos la acumulación de stock, reducimos residuos, optimizamos recursos y respetamos el ritmo natural del trabajo bien hecho. En un entorno empresarial donde todo tiende a acelerarse, nosotros decidimos frenar. Pensar. Y elegir un camino diferente.
Lo manual también innova (aunque no lo sea todo). Una de las partes más valiosas de nuestro proyecto —y que queremos visibilizar más que nunca— es nuestra línea de packaging de autor, elaborada a mano por personas en riesgo de exclusión social. Sonia, por ejemplo, forma parte de nuestro equipo y confecciona nuestro packaging de tela con mimo. También colaboramos con centros ocupacionales, donde personas con discapacidad intelectual elaboran las de papel, y con talleres de proximidad que sostienen la economía local. Este trabajo, que forma parte de nuestros productos, representa una muestra potente de cómo la sostenibilidad también puede generar empleo inclusivo, local y digno. Porque innovar también es abrir espacios a quienes históricamente han sido excluidos.
La sostenibilidad impulsa decisiones valientes. Elegir este modelo no siempre ha sido fácil. En muchos momentos hemos tenido que explicar por qué no hacemos descuentos agresivos, por qué no producimos con prisa o por qué priorizamos lo hecho aquí, con materiales certificados. Pero esa coherencia ha sido también nuestro mayor valor diferencial.
El futuro no es más veloz: es más consciente. Frente al relato dominante de que innovar es producir más, vender más y escalar más, en Bolsalea creemos que la verdadera innovación está en hacer las cosas de otra forma, aunque no sea la más evidente ni la más cómoda. Y en ese viaje, la sostenibilidad no es un freno: es nuestro motor.
No tenemos todas las respuestas, pero tenemos algo claro: queremos seguir construyendo una empresa que no solo hable de innovación, sino que la practique desde los valores. Desde lo local. Desde lo humano. Porque al final, lo realmente disruptivo no es hacer más, sino hacer mejor. Y ese mejor empieza por no olvidarnos de quiénes somos, ni de lo que el mundo necesita. La sostenibilidad nos obliga a pensar mejor. A innovar más allá del producto. A diseñar procesos, relaciones y ritmos distintos. A transformar el packaging en una herramienta de cambio.
Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: B Corp – Empresas con Propósito.