En los últimos años, la sostenibilidad ha evolucionado de ser una opción a convertirse en una necesidad estratégica. Esta transformación también afecta al sector asegurador e implica incorporar criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en todos los niveles de toma de decisiones: desde la selección de activos en los que invertimos, hasta el diseño y certificación de productos que premian comportamientos responsables o la creación de entornos laborales diversos y equitativos.
Al mismo tiempo, los retos del cambio climático nos exigen que organicemos nuestra actividad empresarial de forma sostenible. Así, Allianz ha sido premiado por la sostenibilidad de nuestros edificios con la certificación LEED, distinción Platinum, para sus edificios principales en Madrid y Barcelona, y por ocuparnos del bienestar de nuestros empleados con la certificación WELL Platinum obtenida en 2024.
Vivimos en un mundo caracterizado por la incertidumbre geopolítica, económica y climática. En este contexto, las aseguradoras debemos prever y analizar los riesgos futuros que puedan afectar a nuestros clientes, accionistas, empleados y a la sociedad en su conjunto. Todo ello para hacer nuestro modelo de negocio viable y así poder seguir protegiendo a nuestros clientes en tiempos cada vez más inciertos. Se trata en definitiva de reconectar al seguro con su propósito más profundo: asegurar el futuro de nuestros clientes.
Este objetivo, que siempre ha estado en el núcleo de nuestra actividad, adquiere una nueva relevancia al situarlo en el contexto de los desafíos contemporáneos: el cambio climático, la desigualdad social, la transformación tecnológica o las tensiones geopolíticas.
En este sentido, las aseguradoras desempeñan un papel clave como motor de transformación. Sabemos que los retos son muy ambiciosos, pero también lo son las oportunidades. La sostenibilidad es una palanca de innovación, de atracción de talento, de diferenciación, de fidelización de clientes y de crecimiento a largo plazo. En este contexto, es importante resaltar también nuestro papel como inversor institucional, puesto que, a través de nuestras decisiones de inversión, podemos dirigir capital hacia empresas y proyectos comprometidos con la transición sostenible. De este modo, contribuimos a acelerar cambios estructurales en la economía y la sociedad.
Ahora bien, un futuro más sostenible no se construye solo con convicciones, sino, sobre todo, con hechos concretos. Por eso, en Allianz estamos comprometidos con una transparencia real, fijando metas ambiciosas, midiendo nuestros avances y nuestro impacto, cumpliendo con el marco regulatorio y rindiendo cuentas de forma clara y periódica, especialmente este año, mediante el nuevo reporte bajo la directiva CSRD.
En Allianz Seguros abordamos la transformación sostenible con la firme convicción de que, si trabajamos juntos, podremos contribuir a construir una sociedad más equitativa, un entorno más habitable y un futuro más seguro para nuestros clientes, empleados y accionistas. Porque el sector asegurador no es ajeno a las grandes transformaciones y desafíos de nuestro tiempo. Tiene una oportunidad histórica para enfrentar estos retos, asegurando el futuro de las personas y contribuyendo a un mejor futuro para nuestro planeta, el único que tenemos.
Este artículo forma parte del Dosier Corresponsables: la sostenibilidad en el sector del seguro