En el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, es necesario reconocer que combatirla no depende únicamente de políticas públicas, sino también del compromiso del sector privado, de la sociedad civil y de cada uno de nosotros.
Esta fecha también representa una oportunidad para reconocer el esfuerzo y la lucha de las personas que viven en esta situación y que, pese a las adversidades, buscan cada día salir adelante con dignidad y esperanza. Hablar de erradicar la pobreza implica ir mucho más allá de las cifras; se trata de poner en el centro a las personas y su derecho a una vida digna y plena. Esto cobra aún más relevancia en el contexto actual, donde Naciones Unidas advierte que, al ritmo que vamos, no se logrará cumplir con el objetivo de eliminar la pobreza extrema para 2030. De hecho, se estima que casi 700 millones de personas seguirán viviendo con menos de 2,15 dólares al día.
En ese marco, las microfinanzas desempeñan un papel importante en la erradicación de la pobreza, especialmente en comunidades vulnerables o excluidas del sistema financiero tradicional. Por ello, en Financiera Confianza, entidad de la Fundación Microfinanzas BBVA, trabajamos para que miles de emprendedores en situación de vulnerabilidad accedan a una oferta de valor integral de productos y servicios financieros adaptados a sus necesidades, que les permitan acceder a crédito, ahorros, seguros y educación financiera, necesarios para lograr una salud financiera y bienestar que les permita transformar sus vidas. De acuerdo a nuestra última medición de pobreza monetaria en 2024, logramos demostrar que tras 3 ciclos de crédito, el 27% de nuestros clientes logra salir de la pobreza, alcanzando el 40% tras 5 años de relación con la entidad.
La pobreza no se supera de un día para el otro. Erradicarla exige constancia, compromiso y la suma de esfuerzos que generen verdaderas oportunidades de desarrollo. En este desafío, es clave comprender que la inclusión financiera no es un fin en sí mismo, sino un medio para transformar vidas.
La erradicación de la pobreza requiere un enfoque integral donde además de mejorar los ingresos económicos de las personas, se promueva el acceso equitativo a educación y salud de calidad, servicios básicos como agua y saneamiento, conectividad y vivienda digna. Solo al garantizar estos derechos fundamentales podremos construir comunidades más justas, resilientes y capaces de enfrentar los retos del futuro.
Desde nuestro lugar, continuaremos impulsando modelos financieros responsables y accesibles que empoderen a las personas para que sean protagonistas de su propio desarrollo.
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