Anna Ferrer: "El único medio de construir un porvenir justo es una sociedad más humana"

23-10-2017
Anna Ferrer, presidenta de la Fundación Vicente Ferrer

 

¿Cómo valora la evolución de la Responsabilidad Social Empresarial?

La Responsabilidad Social de las Empresas ha registrado una evolución positiva desde que se puso en marcha. Es lógicamente un motivo de satisfacción, pues las empresas no sólo han tomado conciencia de su papel como agente social, más allá del económico y productivo. Pero sobre todo porque han incorporado esta conciencia en muchos ámbitos de su actividad, en sus relaciones con proveedores, en el impacto medioambiental y en el apoyo a colectivos necesitados. 

 

Sin embargo, y a pesar de la evolución registrada, el camino a recorrer es aún largo. La Responsabilidad Social de las Empresas es una práctica voluntaria y no se ha implantado por igual en todas las empresas, sectores y actividades de la Responsabilidad Social. En India, por ejemplo, la RS es una práctica implantada en algunas de las grandes empresas, y está en evolución creciente en muchas empresas, pero de una forma más incipiente que en España y, mucho más que en EEUU.

 

¿Cómo cree que se puede llegar a concienciar a la sociedad de los países ricos y emergentes  para que se solidaricen con las comunidades más desfavorecidas?

Cuando veo gente por la calle me preguntan si somos conscientes de que la humanidad es una única caravana en la que estamos todos. Si la humanidad se destruye, todos nos destruimos. ¿Por qué no tenemos todavía resuelto este problema de millones de seres humanos condenados a una vida infrahumana?

 

Soy consciente de la crisis que hay en España y en Europa y que hay gente que sufre. Pero, sin quitar importancia a la recesión en los países desarrollados, en India hay crisis desde hace muchísimos años. Mucha gente no puede comer dos veces al día e incluso los que lo hacen, por culpa de la sequía no tienen trabajo durante más de seis meses al año.

 

En este sentido, ¿qué papel tienen las empresas a la hora de fomentar esta concienciación?

Las empresas tiene un papel muy importante, no hay duda. En primer lugar, porque las empresas son colectivos de personas, muchas de ellas conocedoras de realidades y comunidades desfavorecidas. Dando voz a estas personas, la concienciación hacia dentro de la empresa ya se produciría y en todos estos años hemos visto como los trabajadores de las empresas son capaces de movilizar a compañeros y conocidos en actividades solidarias. Como organización, creemos en las personas y en su inmensa capacidad de acción.

 

Y hacia fuera, las empresas trabajan en un mundo global, sí que conocen de manera directa situaciones desfavorecidas. Respetando las comunidades con la que trabajan las empresas es una forma básica de concienciación. Y estrechando lazos, colaborando con proyectos para comunidades que no tienen oportunidades, las empresas adquieren un papel reforzado en esta labor de concienciación en sus países de origen. Cuando se conoce la realidad de cerca, es muy difícil dejar de actuar. 

 

¿Cómo se ha llegado a esta situación de desigualdad  y qué podemos hacer para corregirla?

A mi parecer,  la única posibilidad de cambiar la situación es controlar y acabar con la corrupción y la mala administración que sufren la mayoría de dichos países.  La mayoría de los programas sociales del gobierno indio están comprometidos por la corrupción.  Ese debería ser el primer paso. 

 

Es fundamental  tomar una serie de decisiones para paliar estas desigualdades: fortalecer los sistemas de protección social, mejorar la preparación para emergencias, la inversión en el desarrollo sostenible a pequeña escala en la agricultura, mejorar las oportunidades de sustento, tanto para los pobres rurales, como para los urbanos, y fortalecer la prestación de servicios básicos tales como la educación, la salud y el saneamiento. Sólo así conseguiremos acercarnos cada vez más a los países tradicionalmente desarrollados. A pesar de que en  muchos de ellos y debido a la crisis, también tienen grandes asignaturas pendientes. 

 

¿Qué fórmulas de colaboración tienen las empresas con la Fundación Vicente Ferrer?

La FVF lleva a cabo un proyecto de desarrollo integral en el estado indio de Andhra Pradesh. Para poder actuar en todos estos ámbitos, la fórmula de colaboración solicitada es la económica,  a través de la financiación de un proyecto específico, como becas para la educación superior, construcción de embalses, sistemas de riego, construcción de viviendas o escuelas, programas nutricionales o formación de trabajadoras sanitarias. Estos son sólo unos ejemplos; al tratarse de un proyecto integral, las empresas encuentran la causa que mejor se adecua a sus objetivos y filosofía. 

 

Las empresas también pueden colaborar mediante el apadrinamiento de niños y niñas, o bien, mediante el apoyo a grupos de mujeres a través del programa Mujer a Mujer.  También es posible colaborar, y a la vez difundir nuestra labor, mediante la adquisición de productos artesanales, elaborados por mujeres con discapacidad de Anantapur, bajo el nombre de "Colaboración Activa". Se pueden adquirir en las tiendas de la FVF y en la tienda virtual (http://www.tiendafvf.org/).

 

Pero la colaboración económica no es la única. Toda labor de difusión que las empresas nos puedan hacer es fundamental, para llegar a muchas más personas y empresas. Publicando información en sus revistas corporativas y boletines, incorporando un banner en sus páginas web, siguiéndonos en las redes sociales...Toda colaboración es fundamental y sirva mi agradecimiento para las empresas que ya lo hacen.

 

¿Cuáles son los mayores logros que han conseguido en la India?

Vicente siempre nos dijo que era posible erradicar la pobreza extrema. Cuando empezamos no teníamos nada, sólo determinación. Él nunca pensaba en los obstáculos. Decía que cuando hay dificultades hay solución. Hay que ir siempre hacia adelante. La constancia ha sido fundamental en la Fundación, es el motivo de nuestros buenos resultados. No trabajamos con grandes expertos –son gente local en un 99%– y contamos con mucha experiencia. Cuando trabajas aprendes qué es lo que funciona y lo que no, lo cambias. Nuestro objetivo prioritario es el de acabar con la pobreza endémica y estamos en ello. Nuestra labor ha permitido que más de dos millones y medio de personas tengan una vida mejor.

 

Otro logro importante es la escolarización, el 99% de los niños y niñas de los 3.093 pueblos en los que trabaja la Fundación están escolarizados. Empezamos a trabajar con madres en los años 80 y ahora estas mujeres ya tienes hijas jóvenes que sí salen de sus casas, tienen más información y están escolarizadas. Antes las niñas no iban a la escuela y eran todas analfabetas, ahora el 100% de niñas en nuestros pueblos, pasa por la escuela primaria.

 

En sanidad, tenemos el objetivo de contribuir a resolver las dificultades de acceso a la salud. Para ello, la Fundación tiene una red de hospitales generales, una unidad especializada en pediatría y un centro para personas afectadas por el VIH/SIDA. Recientemente, el Gobierno de Andhra Pradesh nos ha otorgado el premio al mejor programa de prevención vertical.

 

¿En  estos tiempos difíciles, la solidaridad es un bien escaso?

En absoluto, estamos convencidos de que a pesar de la crisis económica, las personas siguen  creyendo que el único medio de construir un  porvenir justo es una sociedad más humana.  Debemos preocuparnos  por los demás, no se puede existir sin el otro. Estoy convencida de que la solidaridad no es un bien escaso, al contrario, tiene mucho futuro. 

 

¿Cuál  es su mensaje de cara al futuro de nuestra sociedad?

El porvenir de nuestra sociedad dependerá de que  seamos capaces de formar  una sociedad abierta,  dialogante y respetuosa con los demás.  No tendremos  futuro si mantenemos la exclusión de los más  desfavorecidos o de aquellos/as  a los que consideramos diferentes a nuestro grupo.  Es urgente que formemos una ciudadanía capaz de entender que cruzarse de brazos es convertirse en cómplices de un sistema que expulsa a  todos aquellos que ni consumen ni producen.  Como decía Vicente, “sin lo demás no somos nadie”.