Corresponsables https://www.corresponsables.com/arg/ Fri, 25 Apr 2025 07:36:52 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8 https://www.corresponsables.com/wp-content/uploads/2024/04/favicon-150x150.png Corresponsables https://www.corresponsables.com/arg/ 32 32 «Funds4impact Summit 2025 pretende impulsar el desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe» https://www.corresponsables.com/ecu/entrevistas/karina-sandoval-directora-funds4impact/ Wed, 23 Apr 2025 11:18:59 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=357077

Entrevistamos a Karina Sandoval, Directora de Funds4Impact Summit 2025

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🌍 Funds4impact Summit 2025 se perfila como uno de los eventos internacionales más relevantes de la región, centrado en la recaudación de fondos, el desarrollo sostenible y la sostenibilidad. Este evento tiene como objetivo fortalecer la colaboración entre diversos actores del ecosistema de impacto en América Latina y el Caribe, desde organizaciones hasta fondos de inversión de impacto. Con el lema “Soluciones colaborativas para escalar impacto”, el Summit buscará visibilizar iniciativas transformadoras y fortalecer alianzas estratégicas para escalar proyectos con alto potencial social y medioambiental. 🌱💡

Corresponsables ha entrevistado a Karina Sandoval, directora del Funds4impact Summit 2025, quien compartió detalles sobre las novedades y objetivos de esta segunda edición del evento, que se llevará a cabo en Cartagena de Indias, Colombia. 🇨🇴 Marcos González, Presidente de Corresponsables y ObservaRSE, participará como ponente presencial en el evento, y Corresponsables actuará como media partner del mismo.

Funds4impact Summit 2025 se presenta como un evento internacional centrado en la recaudación de fondos, el desarrollo y la sostenibilidad. ¿Qué novedades y objetivos específicos se han planteado para esta edición en comparación con años anteriores?

Buscamos impulsar el desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe, y esto se logra a partir de conexiones y alianzas estratégicas y el fortalecimiento de capacidades de los diferentes actores que conforman nuestro ecosistema, como organizaciones, sector privado, fundaciones privadas y corporativas, cooperación internacional, fondos de inversión de impacto, medios de comunicación entre otros.

Esta segunda edición del Funds4impact Summit 2025 se enfoca en sostenibilidad, desarrollo y fundraising. Esta edición busca visibilizar proyectos e iniciativas de impacto social así como las diversas fuentes de financiamiento disponibles que en el contexto actual toma mucha relevancia. Todo ello con el objetivo de que puedan encontrar aliados estratégicos para complementar e impulsar proyectos escalables y replicables a nivel regional.

Desde Funds4impact creemos que si bien en Latinoamérica y el Caribe compartimos problemáticas similares, estamos convencidos que también compartimos muchas soluciones, y desde esta mirada el Funds4impact Summit busca resaltar el poder colaborativo buscando crear una comunidad de tomadores de decisión y agentes de cambio para impulsar y dirigir el crecimiento de la región.

La elección de Cartagena de Indias, Colombia, como sede para el Summit es notable. ¿Qué factores influyeron en esta decisión y qué ventajas ofrece esta ubicación para los participantes y ponentes internacionales?

La elección de Cartagena de Indias, Colombia, como sede del Funds4impact Summit 2025 responde a varios factores estratégicos. En primer lugar, el Funds4impact Summit es un evento internacional que rota cada año por distintos países de América Latina y el Caribe, con el objetivo de facilitar la participación local y visibilizar las problemáticas, retos y oportunidades específicas de cada contexto nacional.

Al descentralizar el evento y acercarlo a los territorios, fomentamos la inclusión de organizaciones que muchas veces no cuentan con los fondos necesarios para participar en un evento fuera de su país. Esto nos permite potenciar su visibilidad, facilitar el relacionamiento estratégico y generar nuevas oportunidades de colaboración y financiamiento.

Este año, seleccionamos a Colombia por su relevancia dentro del ecosistema regional y porque ha sido uno de los países más impactados por el recorte presupuestal de cooperación internacional, con una disminución superior a los 286 millones de dólares por parte del gobierno de Estados Unidos. Elegir Cartagena no solo impulsa la participación de actores locales, sino que también busca contribuir al fortalecimiento de su economía, su tejido social y su capacidad de respuesta desde la sociedad civil.

Además, creemos firmemente que espacios como el Funds4impact Summit, enfocados en el desarrollo, sostenibilidad y fundraising para la escalabilidad de proyectos y programas de gran impacto deben estar presentes en toda la región para catalizar el cambio y la transformación que Latinoamérica y el Caribe necesitan.

Considerando que solo el 1.6% de la inversión global se dirige a América Latina y el Caribe, ¿cómo espera que el Funds4impact Summit 2025 contribuya a aumentar la visibilidad y atracción de inversiones hacia iniciativas sostenibles en la región?

El Funds4impact Summit 2025 nace como respuesta a una realidad urgente: solo el 1.6% de la inversión global se dirige a América Latina y el Caribe. Para revertir esta cifra, es clave crear espacios que conecten directamente a los actores del ecosistema de impacto. Y en el contexto actual de cambio constante en el ecosistema de financiamiento, el Funds4impact Summit se posiciona como un epicentro de relacionamiento estratégico que reúne a fundaciones locales e internacionales, organizaciones sociales, sector privado, cooperación internacional, medios de comunicación, financiadores e inversores de impacto.

Nuestro objetivo es claro: visibilizar iniciativas sostenibles con alto potencial de transformación y facilitar conexiones que se traduzcan en alianzas concretas. En la edición anterior, por ejemplo, se generaron colaboraciones como la de Aporta – Breca Impacto Social (Perú) con Cormades organización Colombiana, lo que derivó en sinergias efectivas y alianzas e iniciativas a largo plazo que impactarán de manera positiva en ambos países y en sus comunidades vulnerables.

En 2025, contamos con la participación de actores clave como la Luis von Ahn Foundation, Rockefeller Foundation, Woord en Daad SkyJuice Foundation, HCLTech Grant, Global Innovation Fund, Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola, Ford Foundation, Banco Interamericano de Desarrollo entre otros, lo que refuerza nuestro compromiso con atraer inversión estratégica y escalar soluciones desde y para la región.

El lema del Funds4impact Summit 2025 es “Soluciones colaborativas para escalar impacto”. Desde su perspectiva, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrentan las organizaciones a la hora de colaborar de forma efectiva, y cómo busca el evento abordar esos retos?

El lema del Funds4Impact Summit 2025 es “Lidera con acción, impulsa el cambio”, y nace precisamente de los desafíos que enfrentan muchas organizaciones sociales en nuestra región: actuar con propósito, generar alianzas efectivas y acceder a los fondos necesarios para escalar su impacto.

Uno de los principales retos es que, a pesar del potencial transformador de sus iniciativas, muchas organizaciones aún enfrentan barreras para identificar y canalizar recursos. Además, no siempre cuentan con las herramientas o la experiencia para trabajar de forma colaborativa: desde aprender a copostular a fondos, hasta establecer acuerdos claros y sostenibles entre actores diversos.

El Funds4impact Summit 2025 busca abordar estos desafíos fortaleciendo las capacidades tanto individuales como organizacionales. A través de espacios de formación práctica, herramientas aplicables a nivel regional y conexiones con expertos y financiadores, promovemos un espacio de co-creación, donde el conocimiento, el esfuerzo y el impacto se comparten.

Porque cuando las organizaciones saben colaborar, también saben crecer. Y ese es el cambio que queremos impulsar.

El sector del desarrollo y la sostenibilidad está en constante evolución. ¿Cómo se asegura el Funds4impact Summit de mantenerse relevante y aportar valor real año tras año en un contexto tan dinámico?

El Funds4Impact Summit se mantiene relevante porque evoluciona junto con el sector. Es un espacio vivo de co-creación donde cada edición se construye de la mano de sus participantes, ponentes, aliados y financiadores.

Quienes forman parte del Summit son profesionales que están liderando procesos de cambio en el presente. Traen consigo experiencias reales, aprendizajes valiosos y casos de éxito que pueden ser replicados y adaptados en distintos contextos de América Latina y el Caribe. A su vez, nuestros aliados estratégicos, fundaciones, financiadores, filántropos e inversores de impacto, impulsan a las organizaciones a actualizarse y a explorar nuevas formas de colaboración y financiamiento.

La agenda del evento, sus temáticas y materiales, se diseñan de forma dinámica, según las necesidades reales del ecosistema. Así garantizamos que el Funds4impact Summit no solo se mantenga vigente, sino que siga siendo un espacio de alto valor, conexión y crecimiento para quienes trabajan por el desarrollo sostenible de nuestra región.

Para las empresas, fundaciones y ONGs interesadas en ser aliadas del Funds4impact Summit, ¿qué tipo de colaboraciones están buscando y cómo pueden estas organizaciones involucrarse activamente en el evento?

Las empresas, fundaciones y ONGs se unen al Funds4impact Summit porque buscan visibilizar sus acciones, compartir casos de éxito, así como comunicar claros llamados a la acción, buscan también encontrar socios implementadores, aliados estratégicos y financiamiento catalítico.

Lo más importante es que quienes se suman al Funds4impact Summit apuesten por un modelo de colaboración y conexión a nivel regional, que promueve visibilidad, aprendizaje y alianzas estratégicas para transformar América Latina y el Caribe.

Las organizaciones interesadas pueden escribirnos a summit@funds4impact.com para explorar juntos la mejor forma de involucrarse.

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El Gobierno crea una nueva Comisión Internacional de personas expertas en RSE https://www.corresponsables.com/ecu/actualidad/gobierno-crea-comision-internacional-expertos-rse/ Wed, 23 Apr 2025 10:07:42 +0000 https://www.corresponsables.com/sin-categorizar/gobierno-crea-comision-internacional-expertos-rse/

Durante los próximos meses, y en línea con directrices internacionales como la Directiva Europa 2024 sobre diligencia debida, que establece objetivos tanto en derechos humanos laborales y sociales como en medio ambiente, la Comisión analizará y actualizará el marco normativo para impulsar la RSE

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El Ministerio de Trabajo y Economía Social ha anunciado la creación de una nueva Comisión Internacional de Expertos en Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Esta iniciativa tiene como objetivo promover el cambio de paradigma hacia una responsabilidad social que vaya más allá de los beneficios económicos y se alinee con los derechos laborales y el bienestar social.

Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, destacó en la presentación oficial que la RSE es fundamental para las transformaciones sociales que están teniendo lugar. «Las empresas deben tener un vínculo directo con los derechos humanos y el bienestar global«, afirmó Díaz.

Objetivos y composición de la nueva Comisión

“Milton Friedman escribió en 1970 que la única responsabilidad social que existe en las empresas es el aumento de beneficios. No tenía razón. Las empresas deben tener un engarce con sus países, con los derechos humanos, con el bienestar en el mundo”, señaló Díaz en su intervención de la nueva Comisión que estará presidida por el catedrático de la universidad de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de Sevilla, Jesús Cruz Villalón.

Desde el Ministerio afirman que esta medida tiene como objetivo reactivar y dar un renovado impulso a la responsabilidad social empresarial como una política pública, abordando los desafíos ambientales y sociolaborales en un contexto de profundos cambios. La Comisión se enmarca dentro de este esfuerzo por reimpulsar la RSE desde la Vicepresidencia Segunda, junto con la reactivación del Consejo Estatal de Responsabilidad Social de las Empresas (CERSE). Además, el informe que emita la Comisión podría inspirar la creación de una nueva Estrategia Española de la RSE, y actualizará el enfoque de la responsabilidad social para adaptarlo a los retos contemporáneos en cuestiones de derechos laborales y medioambientales, así como al nuevo contexto normativo y social.

Además de Cruz Villalón, quien ejercerá como coordinador, la comisión estará compuesta por destacados expertos como: Margarita Baraño, profesora de sociología en la Universidad Complutense de Madrid; Wilfredo Sanguineti, catedrático de Derecho del Trabajo en la Universidad de Salamanca; Marta de la Cuesta González, catedrática en el Departamento de Economía Aplicada de la UNED; María del Mar Alonso-Almeida, doctora en Ciencias Económicas y Empresariales; Beatriz Fernández-Olit, profesora universitaria de Dirección de Empresas; Orencio Vázquez Oteo, profesor de la UNED en el área de economía aplicada; Isabelle Daugareilh, directora de investigación en el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (Centre National de la Recherche Scientifique) y en el Centro de Derecho Comparado del Trabajo y la Seguridad Social de la Universidad de Burdeos; Silvia Borelli, profesora de Derecho Laboral en la Universidad de Ferrara; y Lára Jóhannsdóttir, profesora especialista en responsabilidad social corporativa y sostenibilidad corporativa de la Universidad de Islandia. El enlace entre la comisión y el Ministerio será el economista Segundo González.

En este equipo convergen «saberes distintos, con un compromiso común: el de repensar el papel de las empresas en una sociedad verdaderamente democrática«, ha recalcado la vicepresidenta, quien ha subrayado la necesidad de modernizar este cometido empresarial frente a los retos actuales, como la emergencia climática, los retrocesos democráticos y las desigualdades crecientes.

«En un contexto así, no basta con que las instituciones públicas actúen. No basta, ni siquiera, con ampliar los derechos laborales. Necesitamos también que el tejido productivo se comprometa», ha insistido Díaz, quien ha reclamado que las empresas, especialmente las grandes, deben ser conscientes de su impacto en el mundo, no solo midiendo sus beneficios económicos, «sino también sus impactos sociales, laborales y medioambientales«.

Vuelta al pasado

Durante los próximos meses, y en línea con directrices internacionales como la Directiva Europa 2024 sobre diligencia debida, que establece objetivos tanto en derechos humanos laborales y sociales como en medio ambiente, la Comisión analizará y actualizará el marco normativo para impulsar la RSE.

«Europa nos marca un suelo, pero nosotros queremos construir un techo. Un horizonte ambicioso, con herramientas eficaces, con indicadores exigentes y con voluntad real de cambiar las cosas. No para parecer responsables, sino para serlo», ha subrayado la vicepresidenta.

Las reacciones a esta noticia no se han hecho esperar. Uno de los primeros en pronunciarse en redes sociales fue Juan José Barrera, quien fue el primer director general de Economía Social, Trabajo Autónomo y RSE del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, desde abril de 2004 hasta diciembre de 2011. «Es sorprendente que el Ministerio de Trabajo constituya una comisión de expertos para tratar sobre la responsabilidad social de las empresas (RSE). Se supone que el Consejo Estatal de Responsabilidad Social Empresarial (CERSE), que legalmente existe (con norma no derogada), entre sus funciones tiene la de emitir un informe sobre la situación de la RSE en el ámbito internacional y en España«, comenta Barrera.

Añadió también: «Parece que se quiere suplir al CERSE, un órgano consultivo formado de forma paritaria por representantes de organizaciones patronales, sindicatos, organizaciones sociales y administraciones públicas, por un grupo de expertos que, sin cuestionar sus conocimientos, no representan a los distintos actores que participan en la RSE. Una vuelta al pasado. Borrón y cuenta nueva«.

Objetivo: activar la Responsabilidad Social

Por otra parte, en exclusiva para Corresponsables, Orencio Vázquez, Coordinador del Observatorio de RSC, comenta en referencia a esta nueva Comisión que «ayer tuvimos la primera reunión donde se definió que será una Comisión constituida por personas de ámbito académico cuya idea es la elaboración de un documento de aquí a 10 meses con el objetivo de activar la Responsabilidad Social. Paralelamente, también se quiere activar el CERSE. El Ministerio tiene varios elementos de ámbito estratégico en este campo y uno de ellos era la creación de esta Comisión de expertos independientes. La Comisión tiene la finalidad de elaborar un documento que recoja una serie de propuestas relevantes en el ámbito de la RSE«.

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Orencio Vázquez: “Una sociedad civil organizada, formada e independiente es esencial para avanzar en RSC” https://www.corresponsables.com/ecu/20aniversariocorresponsables/orencio-vazquez-sociedad-organizada-formada-independiente-avanzar-rsc/ Wed, 23 Apr 2025 09:22:15 +0000 https://www.corresponsables.com/sin-categorizar/orencio-vazquez-sociedad-organizada-formada-independiente-avanzar-rsc/

Entrevistamos a Orencio Vázquez Oteo, una de las voces más lúcidas y comprometidas en el ámbito de la Responsabilidad Social, Coordinador del Observatorio de RSC desde su creación en 2004

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Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, conversamos con Orencio Vázquez Oteo, una de las voces más lúcidas y comprometidas en el ámbito de la Responsabilidad Social. A lo largo de más de dos décadas, Orencio ha sido mucho más que un analista o un académico: ha sido un observador exigente, un defensor incansable del rigor y un impulsor silencioso pero firme de cambios reales en la forma en que las empresas entienden su papel en la sociedad.

Coordinador del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa desde su creación en 2004, el doctor en Economía y profesor asociado en la UNED tiene claro que «la RSC no debe ser un instrumento para crear riqueza del accionista, sino una respuesta al poder que la empresa ejerce sobre la sociedad».  En su opinión, “muchos temas esenciales como la fiscalidad o los derechos humanos eran completamente ignorados por la RSC”.

Desde el Observatorio, ha acompañado la evolución normativa con datos, análisis y una mirada crítica constructiva, lo que le ha permitido, según él, «profundizar en los principios de la RSC, evitando caer en discursos vacíos o instrumentales». En la entrevista no deja de señalar que la corrupción sigue siendo «una gran ausente en las agendas de responsabilidad social», a pesar de su grave impacto social y económico.

“La RSC no debe ser un instrumento para crear riqueza del accionista, sino una respuesta al poder que la empresa ejerce sobre la sociedad”

Orencio Vázquez también reflexiona sobre los retos que aún enfrenta la Sostenibilidad y las lecciones aprendidas a lo largo de su carrera, subrayando la importancia de «formarse a fondo y con rigor» para abordar la complejidad de este tema con una visión crítica y transformadora que “no niega sus principios, los profundiza y evita caer en discursos vacíos o instrumentales”, concluye.

¿Cómo llegaste Orencio a la Responsabilidad Social?

Comencé a trabajar en temas sociales y medioambientales hace 23 años, movido por la creencia en el papel político de la empresa y en la necesidad de que ésta asuma una responsabilidad fiduciaria más allá de sus accionistas. Entendía, y sigo entendiendo, que la empresa debe responder también ante sus grupos de interés y evitar las externalidades negativas que puedan derivarse de lagunas legales o de su operativa en entornos vulnerables.

Tres años más tarde, en 2004, nace el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, entidad que coordino desde entonces, conscientes de que el modelo económico dominante premiaba una lógica extractivista y financiera, en detrimento de aquellas actividades verdaderamente generadoras de valor. Por ello, resultaba urgente redefinir el papel de la empresa en cuanto a su contribución a la sociedad.

“Desde el Observatorio hemos acompañado la evolución normativa con datos, análisis y una mirada crítica constructiva”

¿Cuáles fueron las principales premisas del Observatorio de RSC desde su creación?

Partimos de una convicción firme: la Responsabilidad Social Corporativa, la RSC, no debe considerarse como un mero instrumento al servicio de la creación de riqueza para el accionista, una visión puramente instrumental, sino como la consecuencia de mercados imperfectos y de que la responsabilidad de la empresa es proporcional al poder que ésta tiene o puede ejercer sobre la sociedad.

“En sus inicios, muchos temas esenciales como la fiscalidad o los derechos humanos eran completamente ignorados por la RSC”

Desde los inicios del Observatorio de RSC, la rendición de cuentas ha sido una parte esencial del trabajo de la organización. Comenzamos con un proyecto pionero que consistía en analizar qué comunican las empresas en relación con la gestión de riesgos sociales y medioambientales.

Desde entonces, he coordinado o dirigido las 20 ediciones del estudio «La RSC en las memorias anuales de las empresas del Ibex 35». Esta labor me ha permitido conocer de cerca la tendencia y evolución de la información no financiera, siempre enmarcada en un contexto cultural específico. El desarrollo del estudio ha facilitado un contacto directo y continuado con las empresas analizadas, permitiéndome forjar una comprensión más profunda del estado de la RSC y de la rendición de cuentas, así como de las motivaciones e intereses empresariales a la hora de ofrecer este tipo de información.

¿Qué importancia tiene este estudio para la RSE?

A lo largo del tiempo, he podido observar el grado de conocimiento técnico, la relevancia otorgada y el protagonismo que las empresas asignan a las distintas temáticas que se engloban bajo el paraguas de la información no financiera.

El estudio del Observatorio de RSC no solo se ha consolidado como una herramienta para incidir en el sector privado y una vía de sensibilización social, sino que también me ha brindado la oportunidad de participar en discusiones públicas sobre información no financiera en Europa y en España.

“Una visión crítica de la RSC no niega sus principios, los profundiza y evita caer en discursos vacíos o instrumentales”

Además, he podido constatar la importancia que las empresas conceden a los estudios y rankings independientes, lo que pone de manifiesto la necesidad de contar con organizaciones rigurosas y técnicamente solventes, capaces de actuar con independencia en el ámbito de la RSC.

¿Qué más recuerdas de aquellos primeros años de la RSE?

En los primeros años, previos a la crisis financiera de 2008, muchos de los temas que hoy ocupan una posición relevante en la RSC eran completamente ignorados: la fiscalidad, los derechos humanos, la financiación a partidos políticos o el lobby. Entre los asuntos que han recibido menos atención desde el enfoque de la RSC, a pesar de sus graves implicaciones sociales, económicas y medioambientales, destaca sin duda la corrupción. Según estimaciones del Banco Mundial, su coste supone en torno al 2 % del PIB global.

“La dispersión de estándares dificulta la medición real de los avances en RSC y la creación de criterios claros de mercado”

Por otro lado, la ausencia de un marco legal claro y de una definición consensuada provocaba que muchas empresas no sistematizaran adecuadamente sus acciones en materia de RSC. La dispersión de enfoques y la falta de exigencias normativas convertían la responsabilidad corporativa en un ejercicio opcional y poco estructurado.

¿Cuáles fueron las otras grandes barreras y obstáculos que enfrentaste al implementar prácticas de RSE en las primeras etapas?

Pese a los avances, la falta de una definición temprana y universalmente aceptada de la RSC ha tenido como consecuencia su sujeción a múltiples interpretaciones. En algunos casos, esto ha derivado en un uso indebido o incoherente con los valores sociales y con los impactos sociales, medioambientales y económicos que genera la empresa.

A la ausencia de consenso y de un marco legal claro, se suma el desarrollo de una multiplicidad de estándares, normas y guías, lo que ha dificultado notablemente la medición de los progresos. Esta dispersión limita la posibilidad de que los sistemas de arbitraje establezcan criterios claros y uniformes de mercado, que integren la RSC como un factor decisorio real.

“La corrupción sigue siendo una gran ausente en las agendas de responsabilidad social, pese a su impacto social y económico”

A todo ello hay que añadir que la RSC es, por naturaleza, un término abierto, tanto por las diferentes características que se le atribuyen como porque estas han ido evolucionando con el tiempo. Debido a que los límites de la RSC no han sido definidos de forma adecuada, incluso entre los propios directivos empresariales existen divergencias significativas sobre cómo diseñar e implementar políticas y estrategias efectivas en este ámbito.

Por aquella época, en 2005 nació Corresponsables…

Recuerdo bien sus inicios… Cuando Marcos cuando venía a Madrid en el tren nocturno desde Barcelona se solía pasar por la oficina. Manteníamos conversaciones, inquietudes, reflexiones… Era una época en la que teníamos grandes proyectos en mente, mucha ilusión y pocos recursos.

Corresponsables ha sido un medio de referencia y ha sabido aglutinar las voces de distintos actores del ámbito empresarial, académico y de la sociedad civil. Su expansión por Latinoamérica ha representado un hito importante, no solo por su alcance geográfico, sino por su capacidad para fortalecer el debate y la cooperación en torno a la RSC en contextos diversos y con realidades sociales complejas.

«Corresponsables ha sido un medio de referencia y ha sabido aglutinar las voces de distintos actores del ámbito empresarial, académico y de la sociedad civil»

¿Qué cambios significativos has observado en la RSE desde que comenzaste?

A nivel regional, y no solamente en España, la evolución de la información social y medioambiental ha sido significativa. Se ha avanzado en la diferenciación entre comunicación y rendición de cuentas, aunque sigue siendo cuestionable hasta qué punto la información no financiera resulta verdaderamente útil para sus usuarios y destinatarios finales.

En este ámbito, los sistemas voluntarios de reporte en RSC han resultado insuficientes para afrontar con éxito los desafíos actuales que plantea la información no financiera: relevancia, materialidad, neutralidad, fiabilidad y comparabilidad. Esta insuficiencia ha derivado en la intervención del regulador, como una respuesta necesaria para corregir esas limitaciones.

“Los sistemas voluntarios han demostrado ser insuficientes: la intervención del regulador ha sido inevitable”

Sin embargo, la Directiva de información no financiera de 2014 no logró cumplir de forma efectiva su principal objetivo: mejorar la rendición de cuentas de las empresas. Esta falta de eficacia propició su revisión en 2022 y el desarrollo, por parte de la Comisión Europea, de estándares más precisos y exigentes, orientados a garantizar una información más útil, fiable y comparable en toda la Unión Europea.

¿Cuáles consideras que han sido los otros hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas?

Sin lugar a dudas, los avances legislativos han sido el gran incentivo para la adopción de políticas y estrategias empresariales en materia de sostenibilidad. En la última década, se han desarrollado distintas normativas que han situado la sostenibilidad en el centro de la gestión empresarial.

“Europa debe mantener su papel de liderazgo en sostenibilidad en un contexto global cada vez más desafiante”

Además, se ha logrado que los riesgos sociales y medioambientales dejen de ser asuntos periféricos para pasar a formar parte de la agenda de los consejos de administración, lo que representa un avance significativo en términos de gobernanza y compromiso corporativo.

¿Y cómo estamos en la actualidad?

Actualmente estamos asistiendo a un cambio de paradigma. Surgen iniciativas legislativas que definen con mayor precisión cómo deben las empresas abordar sus impactos y externalidades, así como su manera de relacionarse con las partes interesadas. El camino lo abrió la Directiva 2014/95/UE sobre divulgación de información no financiera, posteriormente revisada en 2022, y continuó en 2024 con la aprobación de la Directiva sobre la diligencia debida de las empresas en materia de sostenibilidad, un hito regulatorio que hace apenas unos años habría parecido impensable.

“Formarse a fondo y con rigor es indispensable para abordar la complejidad de la RSC con visión crítica y transformadora”

A estas directivas se suman normativas sectoriales de gran impacto, como el Reglamento de Deforestación, el Reglamento sobre importación de minerales procedentes de zonas de conflicto, y los reglamentos europeos sobre divulgación de información no financiera y la taxonomía verde.

¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?

Los retos son numerosos en un entorno global cada vez más complejo y dinámico, donde surgen nuevos actores y desafíos de gran magnitud. En este contexto, Europa debe mantener y reforzar su papel de liderazgo, impulsando marcos regulatorios ambiciosos y garantizando que la sostenibilidad se convierta en un eje estructural del modelo económico y empresarial.

“Las ONG y la sociedad civil organizada han sido clave para impulsar legislación y contrarrestar el poder de las grandes empresas”

¿Qué otras lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?

El convencimiento de la necesidad de abordar la RSC con una visión crítica ha sido una constante. Una visión crítica no implica cuestionar las premisas de la RSC, sino profundizar adecuadamente en su implementación, ser rigurosos en el diagnóstico y precisos en las propuestas. Esta aproximación permite alejarse de discursos vacíos e instrumentalizados que, en última instancia, pueden perpetuar el status quo bajo una apariencia de compromiso social.

Las organizaciones independientes han jugado un papel clave tanto en el cambio de políticas y prácticas empresariales como en el impulso de legislación orientada hacia un modelo más sostenible. El interés actual de muchas empresas por una economía sostenible, así como los avances legislativos en esta línea, han estado precedidos por un largo periodo de campañas lideradas por ONG, que pusieron el foco en las implicaciones negativas de la globalización y en el creciente poder de las empresas multinacionales.

Una sociedad civil organizada, formada e independiente es esencial para avanzar en RSC. Su capacidad para generar incentivos y desincentivos actúa como contrapeso al poder económico en los procesos legislativos y en la elaboración de normas y estándares. Las organizaciones de la sociedad civil, nacidas del seno de la propia ciudadanía y creadas libremente por ella, adoptan así un rol político legítimo, orientado a promover el bien común y a buscar un equilibrio entre intereses.

Este rol político asumido por un conjunto de ONG ha emergido de forma paralela a la creciente capacidad de influencia de las empresas transnacionales, convirtiéndose en una pieza clave para el avance hacia una responsabilidad empresarial real, transformadora y alineada con los valores democráticos.

¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?

La formación rigurosa y transversal es fundamental. Es imprescindible contar con una profunda preparación en los distintos campos que abarca la RSC, desde el conocimiento técnico y normativo hasta la comprensión de su dimensión social, económica y política. Solo así se podrá abordar la complejidad del entorno empresarial actual con visión crítica y capacidad transformadora.

¿Hay algo que harías diferente si tuviera la oportunidad de comenzar de nuevo?

Han sido muchos años de trabajo, con decisiones que, seguramente, han sido en parte acertadas y en parte no tanto. No obstante, deben ser otros quienes juzguen la labor desarrollada por el Observatorio de RSC.

Lo importante es haber contribuido, con honestidad y compromiso, al avance de una responsabilidad empresarial más consciente, crítica y orientada al bien común.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en la Ficha Corporativa del Observatorio de RSC en el Anuario Corresponsables 2025.

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Longinos Marín Rives: “El futuro solo será posible para aquellas empresas que integren la RSC en su estrategia” https://www.corresponsables.com/ecu/20aniversariocorresponsables/longinos-marin-rives-futuro-posible-empresas-integren-rsc/ Wed, 23 Apr 2025 08:33:33 +0000 https://www.corresponsables.com/sin-categorizar/longinos-marin-rives-futuro-posible-empresas-integren-rsc/

Entrevistamos a Longinos Marín Rives, Catedrático de la Universidad de Murcia, director de su Cátedra de RSC desde 2010 y actual Vicerrector de Responsabilidad Social y Transparencia

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Con esta afirmación contundente publicada en el titular, Longinos Marín Rives resume no solo su visión sobre el papel de la empresa en la sociedad, sino también el eje que ha guiado sus más de veinte años de trayectoria académica e investigadora vinculada a la Responsabilidad Social. Catedrático de la Universidad de Murcia, director de su Cátedra de RSC desde 2010 y actual Vicerrector de Responsabilidad Social y Transparencia, ha sido una figura clave en la consolidación del pensamiento crítico y aplicado en torno a la responsabilidad social empresarial, con una destacada proyección nacional e internacional.

Su camino comenzó en el año 2000, cuando trabajaba en la empresa privada y conoció al fundador de la consultora Valores & Marketing, Ramón Guardia, también gran amigo y aliado de Corresponsables hasta que lamentablemente nos dejó hace pocos años, quien le transmitió el entusiasmo por una visión empresarial más comprometida. Desde entonces, ha sido un impulsor incansable del diálogo entre universidad, empresa y sociedad. “La RSC consiste, en esencia, en escuchar a los grupos de interés y orientar la actividad empresarial de forma equilibrada y honesta.”

Autor de más de 30 artículos científicos en revistas internacionales de alto impacto, ha combinado la excelencia investigadora con la vocación docente y la transferencia de conocimiento a través de programas como el Máster en RSC de la Universidad de Murcia. Su labor ha acompañado el despertar de muchas organizaciones hacia prácticas más responsables, especialmente en la Región de Murcia. “Me enorgullece haber demostrado que la RSC no solo es ética, sino también rentable”, afirma con convicción.

Vinculado a Corresponsables desde su fundación en 2005, guarda un recuerdo especial del primer número de la revista, cuando Marcos González, fundador del medio, “viajó en autobús desde Barcelona hasta Murcia con cajas de ejemplares de Corresponsables para repartir en unas jornadas”. Desde entonces, ha sido testigo cercano del crecimiento de un medio al que reconoce como actor imprescindible en la expansión de la RSE en España y Latinoamérica: “Su constancia y perseverancia han sido claves para lograr el nivel actual de compromiso empresarial.”

En esta entrevista, repasa los grandes hitos de estas dos décadas —como la Ley de Información No Financiera o el debate sobre la ISO 26000—, reflexiona sobre el riesgo del greenwashing y aboga por un futuro donde el lenguaje de la sostenibilidad se consolide y se traduzca en una acción coherente y estratégica. A quienes se inician en este camino, les lanza un mensaje claro: “La confianza no se impone, se construye con hechos.”

¿Cómo llegaste Longinos a la Responsabilidad Social?

Mi acercamiento a la Responsabilidad Social comenzó en el año 2000, durante mi etapa en la empresa privada, cuando conocí a Ramón Guardia Massó, un excelente profesional que me transmitió su entusiasmo por la implicación empresarial en cuestiones sociales y ambientales.
En 2003 inicié mi tesis doctoral sobre este tema, que por entonces era aún muy incipiente. En 2005 conocí a Marcos González y fui testigo del nacimiento de Corresponsables, cuya primera publicación incluyó un especial sobre la RSC en Murcia. Recuerdo con cariño cómo Marcos viajó desde Barcelona hasta Murcia en autobús, transportando personalmente las cajas con los ejemplares que repartimos en unas jornadas celebradas en la Universidad de Murcia. Desde entonces he seguido de cerca su trayectoria, tanto en España como en América Latina. Ha sido admirable su esfuerzo por consolidar el proyecto y mantener a su equipo a lo largo de los años.

«Mi acercamiento a la Responsabilidad Social comenzó en el año 2000, durante mi etapa en la empresa privada»

Ya en 2007 defendí mi tesis y, desde entonces, me he dedicado por completo a la labor académica e investigadora en RSC, especialmente desde la perspectiva del consumidor.

¿Qué destacarías de tu trayectoria?

Destacaría dos hitos importantes en mi trayectoria: en 2010 lanzamos la Cátedra de RSC, con una intensa actividad formativa e investigadora; y en 2018 tuve el honor de asumir el Vicerrectorado de Responsabilidad Social y Transparencia en la Universidad de Murcia, una iniciativa pionera en el ámbito universitario español.

«La confianza no se impone, se construye con hechos»

¿Qué recuerdas de aquellos primeros años de la RSE?

En aquellos años, la RSC era aún muy desconocida, lo que generaba confusión tanto en el ámbito público como en el privado. Nos nutríamos de literatura académica estadounidense y de referentes como Ramón Jáuregui, Juan José Almagro, Ramón Pueyo o el propio Ramón Guardia. Recuerdo especialmente un debate en 2007 sobre la posibilidad de premiar al Ministerio de Defensa por publicar su primera memoria de RSC. Fue una discusión apasionante que ayudó a perfilar el verdadero significado de la responsabilidad social.

«La RSC era aún muy desconocida, lo que generaba confusión»

¿Cuál fue el primer proyecto de RSE en el que participaste?

Además de mis primeros trabajos académicos, guardo un especial recuerdo de la elaboración de planes y memorias de RSC, tanto para la Universidad de Murcia como para empresas de la región. Fue una etapa de gran entusiasmo e implicación.

¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzaste en comparación con el actual?

En los inicios, los debates giraban en torno al papel de las empresas en la sociedad, si la RSC debía ser obligatoria y qué distintivos podrían acreditar a una empresa responsable. Recuerdo especialmente la discusión sobre la ISO 26000, finalmente reconocida como guía y no como norma, lo que causó cierta frustración.

«El concepto está más consolidado, aunque persiste confusión terminológica»

Hoy el concepto está más consolidado, aunque persiste una gran confusión terminológica. Términos como sostenibilidad, ASG o ESG tienden a solaparse, generando desconcierto tanto entre empresarios como entre ciudadanos. Todo apunta a que acabaremos unificando el lenguaje bajo el paraguas de la sostenibilidad, siempre entendida desde sus tres dimensiones: económica, social y ambiental. También se habla mucho más de comunicación, y, por desgracia, del riesgo del greenwashing.

Mucho hemos hablado de greenwashing en Corresponsables…

Habéis tenido un papel fundamental. Corresponsables ha contribuido de manera decisiva a la difusión del conocimiento sobre RSC y ha acompañado a muchas empresas en el camino hacia prácticas más responsables. Su constancia y perseverancia han sido claves para lograr el nivel actual de compromiso empresarial, tanto en España como en Latinoamérica.

¿Qué otros obstáculos encontraste al empezar en este ámbito?

En realidad, más que obstáculos, recuerdo la grata experiencia de ver cómo las empresas que asesoramos fueron incorporando la RSC y dándole continuidad en el tiempo. Muchas de las grandes compañías de la Región de Murcia iniciaron este camino a través de nuestra formación en la Universidad y en el Máster de RSC, y hoy aplican con convicción estos principios.

«Muchas grandes compañías de la Región de Murcia iniciaron este camino a través de nuestra formación»

¿Qué hitos destacarías como los más importantes en la evolución de la RSE y la sostenibilidad? ¿Qué factores han impulsado esos cambios?

Uno de los momentos clave fue la aprobación de la Ley de Información No Financiera en 2018. Las leyes, cuando están bien orientadas, pueden ser un impulso valioso para despertar conciencias. También guardo un gran recuerdo del reconocimiento que Corresponsables me otorgó en 2019 por mi trayectoria en la Universidad de Murcia.

«Las leyes, cuando están bien orientadas, pueden ser un impulso valioso para despertar conciencias»

¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu trayectoria en el ámbito de la RSE?

Que muchas respuestas ya están en los clásicos. Por eso es importante releer a Séneca, Sócrates o Heráclito, como suele recordar Juan José Almagro. La confianza no se impone, se construye con hechos. La RSC consiste, en esencia, en escuchar a los grupos de interés y orientar la actividad empresarial de forma equilibrada y honesta.

«La RSC consiste, en esencia, en escuchar a los grupos de interés»

¿Cómo ha evolucionado tu propia trayectoria profesional en este campo durante estos 20 años?

En la universidad he pasado de ser investigador predoctoral a catedrático. Me siento afortunado de haber acompañado a tantas organizaciones en su camino hacia la responsabilidad y de haber demostrado que la RSC no solo es ética, sino también rentable. Pero, sobre todo, me enorgullece haber formado parte de una comunidad de profesionales con la que comparto no solo conocimientos, sino también amistad: Juan José Almagro, Salvador Ruiz de Maya, Pedro Cuestas, Inés López, Sergio Román, Alicia Rubio, Ana Jiménez Alfaro, Sylvia López, Lucio Fernández, Chesco Bastida, entre otros.

¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?

El futuro solo será posible para aquellas empresas que integren la RSC en su estrategia. También me gustaría destacar el valor de la investigación académica: he tenido la oportunidad de publicar más de 30 artículos científicos que demuestran cómo los consumidores se identifican más con empresas comprometidas con la responsabilidad social.

«He tenido la oportunidad de publicar más de 30 artículos científicos»

¿Cómo te gustaría que se te recordara en el ámbito de la RSE?

Como un investigador que contribuyó a que las empresas de la Región de Murcia fuesen más competitivas gracias a su compromiso con la responsabilidad social.

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Marcos de Castro Sanz: «Usted quiere hacer empresas o conventos, me preguntó uno de la CEOE» https://www.corresponsables.com/ecu/20aniversariocorresponsables/marcos-de-castro-sanz-empresas-o-conventos/ Tue, 22 Apr 2025 07:35:33 +0000 https://www.corresponsables.com/sin-categorizar/marcos-de-castro-sanz-empresas-o-conventos/

Entrevistamos a Marcos de Castro Sanz, figura clave en el ámbito de la economía social en España, con un papel fundamental en la responsabilidad social empresarial (RSE)

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“Mi implicación en la RSE fue natural, casi inevitable”. Así resume su trayectoria uno de los grandes referentes del ámbito de la economía social en España, cuya visión sobre la empresa —como agente al servicio de las personas y del bienestar colectivo— ha guiado toda su carrera.

Desde sus inicios profesionales, Marcos de Castro Sanz ha defendido con firmeza una idea que hoy parece incuestionable pero que, en su momento, generaba rechazo y desconcierto: “en aquellos primeros años, hablar de RSE era enfrentarse a resistencias, malentendidos y una profunda desconfianza”.

Ligado desde siempre al cooperativismo, especialmente a través del Grupo Mondragón y de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), del que fue su Presidente así como Consejero en el Consejo Económico y Social, recuerda una anécdota vivida en el Consejo Económico y Social que ilustra bien el contexto de la época: al plantear que el desarrollo económico debía ir de la mano del bienestar social, un alto cargo empresarial le espetó con ironía: “¿Usted quiere hacer empresas o conventos?”

Dos décadas después, Marcos de Castro reconoce que la RSE ha evolucionado enormemente. Ya no es un concepto marginal, sino que se ha integrado en la legislación, en la academia y en muchas políticas públicas. En este proceso, reconoce el papel de actores clave como las universidades, el Observatorio de RSC, la acción política y, especialmente, Corresponsables: “Desde sus inicios, ha sido una herramienta fundamental para visibilizar prácticas responsables, tender puentes entre actores y mostrar que otra manera de hacer empresa es posible, deseable y viable.”

Con una mirada optimista, anticipa un futuro marcado por un mayor compromiso normativo, una ciudadanía más formada y consciente y empresas que comprendan que no pueden actuar de espaldas a la sociedad.

A quienes empiezan en este ámbito uno de sus grandes pioneros les lanza un consejo claro: “No olviden nunca que la empresa vive en la sociedad e interactúa con ella. No es solo la cuenta de resultados”.

¿Cómo, cuándo y por qué comenzaste a involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social Empresarial?

Siempre he trabajado en el ámbito de la economía social, donde el concepto de responsabilidad social está implícito en su forma de entender la empresa. Por tanto, mi implicación en este ámbito fue natural, casi inevitable, desde los primeros momentos en que comenzó a divulgarse conceptualmente la RSE a inicios del nuevo siglo.

«En aquellos primeros años, hablar de RSE era enfrentarse a resistencias, malentendidos y una profunda desconfianza»

Desde esa convicción, he defendido durante toda mi trayectoria la necesidad de que la actividad económica esté al servicio de las personas y de la sociedad en la que opera. Una visión que hoy forma parte del consenso, pero que entonces requería una gran dosis de pedagogía y compromiso.

¿Recuerdas alguna anécdota o vivencia de aquellos primeros años en este campo?

Una especialmente reveladora fue durante una sesión del Consejo Económico y Social, cuando defendí la necesidad de vincular empresa y bienestar social como binomio imprescindible para el desarrollo económico. Un alto cargo de la CEOE me interpeló con cierta ironía: “¿usted quiere hacer empresas o conventos?”. Este tipo de reacciones reflejaban hasta qué punto el concepto de RSE era entonces percibido como una amenaza o una anomalía. No se entendía que una empresa pudiera tener objetivos más allá del beneficio económico inmediato.

¿Qué más recuerdas del panorama de la RSE en sus inicios en comparación con la situación actual?

En aquel entonces, la Responsabilidad Social era un concepto desconocido para la mayoría del tejido empresarial. Todo eran resistencias, malentendidos y una profunda desconfianza. Algunos dirigentes afirmaban sin rodeos que la única responsabilidad de una empresa era ganar dinero. Y ahí acababa la conversación.

«La RSE ha evolucionado enormemente. Ya no es un concepto marginal, sino que se ha integrado en la legislación, en la academia y en muchas políticas públicas»

Hoy la situación ha cambiado notablemente. El concepto está desarrollado, cuenta con base normativa y reconocimiento institucional. Se ha integrado en los programas académicos, en la legislación y en muchas políticas públicas. Pero todavía arrastra inercias que debemos seguir combatiendo.

¿Qué otros obstáculos y resistencias encontraste a la hora de promover prácticas responsables en las empresas?

La principal barrera fue, y en parte sigue siendo, considerar la RSE como un freno a la competitividad. Muchas personas pensaban que preocuparse por el entorno, por los derechos laborales o por el impacto ambiental limitaba la acción empresarial, especialmente en un mercado tan competitivo como el actual.

«La principal barrera fue, y en parte sigue siendo, considerar la RSE como un freno a la competitividad»

A esto se sumaba una visión reducionista del mercado, que lo desvinculaba por completo de la sociedad. Se hablaba constantemente de rentabilidad, pero muy poco de impacto social. Costó mucho introducir una mirada más amplia, más integral.

¿Observabas resistencias similares en otras organizaciones o personas defensoras de la RSE?

Sí, muchas veces he visto cómo quienes promovían enfoques responsables eran tratados como ingenuos o como obstáculos para el negocio. Dominaba una cultura empresarial donde todo se justificaba si se obtenía mayor competitividad, sin importar el coste social o ambiental. Era común encontrar actitudes que veían como “limitación” cualquier respeto a los derechos de las personas, al medioambiente o al bien común. Se hablaba de mercado, pero se ignoraba por completo a la sociedad.

«Muchas veces he visto cómo quienes promovían enfoques responsables eran tratados como ingenuos o como obstáculos para el negocio»

¿Cuál fue el primer proyecto relacionado con la RSE en el que trabajaste directamente?

Más que un proyecto concreto, mi primer compromiso fue impulsar, desde la economía social, una forma distinta de entender la empresa: como agente activo en la mejora de la sociedad. Esto implicaba promover estructuras empresariales coherentes con valores como la equidad, la participación, la sostenibilidad o la solidaridad.

Aunque no siempre fue fácil, estoy convencido de que contribuir a integrar esa visión en el desarrollo económico fue un paso fundamental en la consolidación de la RSE en España.

¿Hubo alguna experiencia especialmente memorable en tu trayectoria en RSE que te haya marcado?

Sí, recuerdo un curso universitario sobre RSE en el que se expusieron buenas prácticas medioambientales de empresas, pero sin citar nombres. Pregunté por qué y me dijeron que algunas no tenían a todos sus trabajadores dados de alta. Temían que al mencionarlas hubiera inspecciones.

Fue un ejemplo claro de cómo, en muchos casos, la RSE era una fachada parcial y no implicaba una gestión empresarial coherente en todos sus niveles.

¿Cuáles han sido tus principales referentes o entidades clave en este camino?

Yo destacaría cuatro pilares: la labor de Corresponsables como medio de referencia, el trabajo del Observatorio de RSC, el impulso desde la universidad y la integración de la RSE en la política pública. Todos ellos han contribuido a consolidar el concepto y a extender su práctica en distintos sectores y ámbitos.

«Lo que más me impresionó de Marcos no fue solo su esfuerzo por sacar adelante una publicación especializada en RSE, sino su convicción profunda de que era posible construir empresas más responsables»

Gracias por la parte que nos toca… ¿qué papel consideras que ha jugado Corresponsables en la expansión de la RSE en estas dos décadas?

Un papel fundamental. Ha contribuido a extender el concepto de RSE más allá de los círculos tradicionales, acercándolo a muchas organizaciones que quizá no se hubieran planteado su aplicación.

Conocí Corresponsables en sus inicios. Desde el primer momento me pareció una iniciativa novedosa y necesaria. Interpreté que era una nueva forma de intervenir en el mundo de la economía social, desde la comunicación y la visibilización de prácticas responsables.

«Corresponsables ha sido una herramienta fundamental para visibilizar prácticas responsables, tender puentes entre actores y mostrar que otra manera de hacer empresa es posible, deseable y viable»

Valoré especialmente su capacidad de integración, su voluntad de incluir a todo tipo de empresas y de tender puentes entre distintos actores. Corresponsables ha sabido generar espacios de reflexión y de encuentro, promover buenas prácticas y mostrar que otra manera de hacer empresa no solo es posible, sino también deseable y viable.

¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en estas dos décadas y qué factores los han impulsado?

Creo que el principal avance es que hoy se entiende que la acción empresarial no puede ser dañina para las personas ni para la sociedad. Esa idea se ha interiorizado socialmente, hasta el punto de que hay empresas que ya son rechazadas por su mal actuar. También ha influido de forma clave la legislación, que empieza a sancionar malas prácticas y a incentivar una mayor conciencia en la acción empresarial.

«Hoy la situación ha cambiado notablemente. El concepto está desarrollado, cuenta con base normativa y reconocimiento institucional»

¿Qué lecciones principales has aprendido a lo largo de tu trayectoria en responsabilidad social?

La primera gran lección es que la cultura de gestión empresarial necesita ser repensada continuamente. No basta con integrar conceptos nuevos, hay que revisar las lógicas tradicionales con las que se actúa en el mercado.

He aprendido también que, sin una visión crítica y actualizada, las inercias del sistema tienden a reproducirse, dificultando los cambios profundos que se necesitan.

¿Qué destacarías de tu evolución profesional y personal en relación con la RSE?

Diría que he aprendido a mirar la empresa no como una estructura aislada, sino como una organización viva, profundamente interdependiente con la sociedad. Observar el impacto social de las decisiones empresariales y comprender sus implicaciones ha sido, sin duda, una de las mayores transformaciones de mi manera de entender el trabajo directivo.

«El principal avance es que hoy se entiende que la acción empresarial no puede ser dañina para las personas ni para la sociedad»

¿Qué cambios significativos has observado en la RSE en España desde que comenzaste?

El cambio ha sido enorme. En los inicios, la RSE era un concepto desconocido y generaba todo tipo de resistencias. Hoy, por el contrario, se ha convertido en una noción incuestionable, integrada no solo en las políticas públicas, sino también en la academia y en el discurso empresarial general.

Hemos pasado de una sospecha constante a un reconocimiento amplio, aunque todavía persistan retos en su aplicación real.

¿Qué caso de éxito destacarías como emblemático en el ámbito de la RSE?

Más que un caso puntual, destacaría el cambio social en torno al rechazo a la contaminación y a los impactos negativos empresariales. La ciudadanía es cada vez más consciente y exigente ante estos temas. Ese despertar social es un éxito colectivo que refleja el trabajo de muchas personas e instituciones durante años.

¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad? ¿Qué retos y oportunidades anticipas?

Soy optimista. Creo que estamos ante un crecimiento sostenido de la conciencia social, apoyado por una mayor formación académica y, sobre todo, por una acción política más comprometida.

Las normas, las leyes y los nuevos marcos regulatorios marcarán la diferencia en las próximas décadas.

¿Qué consejo darías a las nuevas generaciones interesadas en la RSE?

Les diría que no olviden nunca que la empresa vive en la sociedad e interactúa con ella. No es solo la cuenta de resultados. Incorporar esta mirada es esencial para construir organizaciones que realmente generen valor compartido.

¿Cuál consideras que ha sido tu mayor contribución al campo de la RSE?

Haber defendido, desde distintas responsabilidades, la idea de que la empresa debe estar plenamente inserta en la sociedad y actuar en diálogo con ella. Esa convicción ha guiado mi manera de trabajar, tanto en lo estratégico como en lo cotidiano.

¿Y si pudieras empezar de nuevo, habría algo que harías diferente?

Sí, me habría gustado haber incorporado antes la voz y la participación real de las personas, no solo como fuerza de trabajo o consumidores, en el desarrollo de las empresas.

La RSE no puede construirse sin escuchar activamente a quienes forman parte de la sociedad que queremos mejorar.

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José Ángel Moreno: “La RSE auténtica exige confrontar el poder corporativo y revisar el modelo empresarial” https://www.corresponsables.com/ecu/20aniversariocorresponsables/jose-angel-moreno-rse-autentica-confronta-poder-corporativo/ Tue, 22 Apr 2025 07:03:00 +0000 https://www.corresponsables.com/sin-categorizar/jose-angel-moreno-rse-autentica-confronta-poder-corporativo/

Entrevistamos a José Ángel Moreno Izquierdo, Patrono de Economistas Sin Fronteras y Miembro del Comité Asesor del ObservatorioRSC

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“Fueron días marcados por la ilusión, pero también por una carga de trabajo abrumadora.” Así recuerda sus inicios en la responsabilidad social empresarial quien, en noviembre de 2002, asumió la Dirección de RSE del Grupo BBVA sin contar con equipo propio, enfrentándose en solitario —con el apoyo puntual de una consultora externa— al reto de elaborar la primera memoria de RSE de la entidad en menos de tres meses. Un desafío tan exigente como revelador, que marcó el comienzo de una trayectoria profesional profundamente comprometida con la sostenibilidad.

Su vínculo con estos temas, sin embargo, se remonta a los años noventa, durante su etapa como director general de la Fundación Argentaria, donde promovió investigaciones, seminarios y publicaciones centradas en la ética empresarial y la relación entre empresa y medio ambiente. Desde entonces, ha sido testigo —y protagonista— de una evolución profunda del concepto de RSE, pasando de una visión voluntarista y comunicativa a una más estructural y exigente, aunque aún, en su opinión, con importantes retos por superar.

“En aquellos primeros años predominaban el voluntarismo y la sorpresa empresarial ante las nuevas exigencias sociales, sobre todo en transparencia”, rememora. La internacionalización de las grandes compañías españolas, especialmente en sectores como banca, energía y telecomunicaciones, obligó a adoptar criterios de actuación más rigurosos. Y aunque la RSE se ha profesionalizado y tecnificado, advierte que “sigue dominada por una visión reputacional y aún no afronta de forma integral las externalidades negativas del modelo empresarial”.

Crítico con la concepción puramente voluntaria de la RSE, defiende una mayor regulación pública y una transformación más profunda del modelo empresarial: “La urgencia de los desafíos ecológicos puede ser el catalizador de un cambio radical”, afirma con convicción. A quienes empiezan en este ámbito, les recomienda formarse a fondo, conocer bien su empresa y atreverse a actuar con ambición, aunque eso implique ir contracorriente: “La RSE, en gran medida, supone un enfrentamiento con los criterios dominantes del mundo corporativo”.

«El éxito de una estrategia de RSE depende, en primer lugar, del compromiso firme y coherente de la alta dirección»

Su paso por el Grupo BBVA y su vinculación con iniciativas clave como el Observatorio de RSC o el primer número de Corresponsables —medio al que conoció en sus inicios y que, en sus palabras, “ha sido una herramienta fundamental para visibilizar las buenas prácticas empresariales”— consolidan una trayectoria que ha dejado huella. Y si bien se muestra autocrítico con algunos logros pendientes, tiene claro cómo le gustaría ser recordado: como alguien que intentó, con modestia y sinceridad, contribuir a que su empresa fuera mejor, “escuchando y atendiendo con respeto y compromiso a todas las personas y entidades con las que tuvo el privilegio de colaborar”.

Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, hemos tenido el honor de conversar con José Ángel Moreno Izquierdo, una figura clave y profundamente inspiradora en la historia de la responsabilidad social empresarial en España. Más allá de sus relevantes cargos —como Director de Responsabilidad Corporativa del Grupo BBVA o Director General de las fundaciones Banco Exterior y Argentaria—, José Ángel ha sido y sigue siendo un faro ético, una voz crítica y comprometida con una economía más justa, humana y democrática. Actualmente es miembro de Economistas sin Fronteras, organización desde la que continúa impulsando una visión ética y transformadora de la economía.

Economista de formación, su trayectoria profesional ha transcurrido en el sector financiero, donde también ejerció como economista del Servicio de Estudios del Banco Exterior de España, y donde, ya en su madurez profesional, decidió dar un paso valiente hacia la transformación social, participando activamente en la creación de la Fundación BBVA Microfinanzas y más tarde dedicándose a la docencia de la RSE en universidades como la de Navarra y la UNED.

«La tentación de convertir la RSE en un mero instrumento reputacional es constante, especialmente en empresas cotizadas»

Autor de numerosos artículos y de dos libros esencialesEntre el fragor y el desconcierto (2000) y Poder corporativo, irresponsabilidad empresarial y democracia económica (2021)—, José Ángel representa a una generación de profesionales que no se conformaron con lo posible, sino que trabajaron por lo necesario. A quienes no entendieron la responsabilidad social como un departamento, sino como un compromiso ético transversal, profundo y transformador.

¿Cómo recuerdas tus comienzos en la Responsabilidad Social? ¿Alguna anécdota a destacar?

Mi vinculación inicial con la RSE se remonta a los años noventa, durante mi etapa como Director General de la Fundación Argentaria. En ese entonces, promoví investigaciones, seminarios y publicaciones centradas en la ética empresarial y la relación entre empresa y medio ambiente. Sin embargo, fue en noviembre de 2002, al asumir el cargo de Director de RSE del Grupo BBVA, cuando mi implicación en esta materia adquirió una dimensión completa y estructural.

«Si el objetivo es construir empresas que generen un impacto positivo real en la sociedad, se volverá imperativo revisar profundamente el modelo empresarial actual»

Una anécdota significativa de aquella etapa inicial refleja bien el contexto que vivíamos entonces: durante mis primeros meses como Director de RSE, no se me asignó ningún equipo. Conté únicamente con el apoyo ocasional de la secretaria de mi superior y de una consultora externa, contratada puntualmente para colaborar en la elaboración de la primera memoria de RSE del Grupo, cuyo plazo de entrega era inferior a tres meses. Aquellos fueron días marcados por la ilusión, pero también por una carga de trabajo abrumadora que, aún hoy, evoco con cierta angustia.

No tuvo que ser fácil crear aquella primera memoria…

Sin duda ése fue el primer gran proyecto: la creación de la primera memoria de RSE de la entidad financiera. A pesar de los limitados recursos, se trató de una iniciativa de enorme envergadura que exigió un esfuerzo extraordinario. Fue una etapa de aprendizaje intenso y trabajo exhaustivo, pero también de una gran motivación personal.

¿Cómo era el panorama de la RSE en sus inicios, en comparación con el actual?

En aquellos primeros años predominaban el voluntarismo y la ilusión por parte de algunos individuos, frente a una cierta sorpresa generalizada en el mundo empresarial ante nuevas exigencias sociales, sobre todo relacionadas con la transparencia. Estas demandas afectaron particularmente a las grandes empresas españolas que se estaban internacionalizando desde los años noventa, principalmente hacia América Latina. Las agencias de calificación, organizaciones sociales internacionales y diversos grupos de interés empezaron a exigirles criterios de actuación y niveles de transparencia que, hasta entonces, eran poco comunes en nuestro entorno.

«A quienes se inician en la RSE les diría: ‘Formarse lo máximo posible y atreverse a actuar con ambición, aunque eso implique ir contracorriente’»

La internacionalización de estas grandes compañías, especialmente en la banca, energía y telecomunicaciones, impulsó una primera aproximación a la RSE centrada en la comunicación y la imagen corporativa. Faltaba una reflexión profunda sobre el alcance del proyecto, lo que se tradujo en una escasa planificación y estructura. Desde entonces, sin embargo, se ha avanzado notablemente en las grandes empresas: la RSE ha sido profesionalizada, formalizada y tecnificada. Aunque, a mi juicio, sigue dominada por una visión reputacional y aún no afronta de forma integral las externalidades negativas del modelo empresarial.

Luego incidiremos si te parece bien en la situación actual y retos de futuro, pero antes… ¿qué otros obstáculos encontraste al implementar la RSE en sus primeros años?

Los desafíos fueron numerosos. El principal fue el desconocimiento de la RSE por parte de los altos y medianos directivos, quienes asumían que la responsabilidad corporativa se limitaba a acciones filantrópicas y no afectaba a sus áreas de gestión. Esto generaba resistencias, y exigía un esfuerzo delicado y personalizado de formación y sensibilización. En muchos casos, el responsable de RSE era percibido como alguien sin la autoridad necesaria para influir en los niveles más altos de la organización.

«El principal obstáculo al implementar la RSE fue el desconocimiento de la misma por parte de los directivos»

Otro obstáculo importante fue la escasez de recursos humanos y materiales, especialmente en los inicios. Afortunadamente, en mi caso, el respaldo de la presidencia fue claro, y el equipo fue creciendo con rapidez: en 2007 ya contábamos con un equipo de diez personas. La complejidad estructural del grupo, con presencia en múltiples países y filiales independientes, también dificultó establecer una estrategia común de RSE, algo que no empezó a materializarse hasta 2005. En resumen, las principales barreras eran internas más que externas.

Tuviste experiencias similares a las de otros pioneros de la RSE…

Sí, muchas de las empresas pioneras atravesaron situaciones semejantes. Éramos pocos los que abordábamos la RSE con decisión, y por ello coincidíamos en casi todas las iniciativas y plataformas del sector. Compartíamos dificultades, limitaciones presupuestarias y una firme convicción sobre el valor de nuestro trabajo. Aquellos pioneros impulsaron cambios importantes desde dentro, muchas veces sin contar con el respaldo decidido de sus organizaciones. Fueron líderes sin poder formal, pero con una gran determinación.

En aquella época nació Corresponsables, que este 2025 está celebrando su 20 aniversario…

Creo que conocí a Corresponsables, y personalmente a Marcos González, en los primeros años del proyecto, probablemente entre 2003 y 2004. Recuerdo vívidamente el primer número de la revista. Lo que más me impresionó de Marcos no fue solo su esfuerzo por sacar adelante una publicación especializada en RSE, sino su convicción profunda de que era posible construir empresas más responsables.

«Corresponsables ha sido una herramienta fundamental para visibilizar las buenas prácticas empresariales y promover la colaboración entre empresas, administraciones y organizaciones sociales.»

Desde entonces, Corresponsables ha sido una herramienta fundamental para visibilizar las buenas prácticas empresariales y promover la colaboración entre empresas, administraciones y organizaciones sociales.

¿Qué otros referentes destacarías?

Hablando siempre del caso español, en mi opinión los pioneros en la gestión fueron los responsables de RSE de las primeras empresas que asumieron de forma más expresa esta cuestión. Entre los que me atrevo a destacar (porque fueron con quienes más relación tuve y más experiencias compartí), los responsables de RSE de Iberdrola, Telefónica, Repsol, Mapfre y Eroski.

Y respecto a mis referentes, y ciñéndome al aspecto teórico y formativo, no puedo dejar de mencionar a cinco personas de las que aprendí mucho y que fueron fundamentales en mi bagaje profesional: Adela Cortina, Marta de la Cuesta, Josep María Lozano, José Miguel Rodríguez y Antonio Vives. Y junto a ellos, un político que fue decisivo en el impulso inicial de una RSE exigente en nuestro país y al que nunca se le agradecerá bastante su aportación: Ramón Jáuregui.

¿Puedes compartir algún otro caso de éxito que consideres emblemático en el campo de la RSE?

Un caso modesto, pero eficaz: el Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa. Quizás no se le pueda calificar como emblemático, pero para mí representa un ejemplo excepcional de rigor en la evaluación de la RSE de las grandes empresas españolas, con total independencia y con muy modestos recursos económicos.

«La responsabilidad social empresarial no es un departamento, sino un compromiso ético transversal, profundo y transformador»

¿Cuáles han sido, en tu opinión, los otros hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas?

En buena medida, la respuesta se encuentra implícita en los puntos anteriores, pero me gustaría destacar dos aspectos clave. Por un lado, el creciente descrédito de la concepción empresarial de la RSE entendida de forma estrictamente voluntaria e instrumental. Por otro lado, se constata cada vez con mayor claridad el impacto negativo que tiene para la sociedad una gestión empresarial centrada obsesivamente en la maximización del beneficio a corto plazo.

En cuanto a hitos concretos, creo que han sido especialmente relevantes los múltiples documentos y directivas de la Unión Europea sobre estas cuestiones (empezando por el inicial Libro Verde), el Pacto Mundial de Naciones Unidas (muy insuficiente, pero que ayudó indudablemente a la difusión de la RSE), los Principios Rectores de Naciones Unidas sobre Derechos Humanos y Empresas, los acuerdos internacionales sobre cambio climático auspiciados por Naciones Unidas (especialmente el Acuerdo de París de 2015) y las primeras leyes nacionales de diferentes países (y especialmente la francesa) sobre información de RSE, Derechos Humanos y Sostenibilidad.​

«La urgencia de los desafíos ecológicos puede ser el catalizador de un cambio radical»

Respecto a los factores que han impulsado esta concienciación creciente por la RSE entendida en sentido amplio, me parece necesario insistir en la movilización de las organizaciones sociales y en la preocupación de los organismos internacionales y, sobre todo, de la Comisión Europea y del Parlamento Europeo, por estos temas, así como en la ingente literatura académica crítica con la mencionada concepción convencional de la RSE y con la gestión empresarial cortoplacista.

¿Qué cambios significativos ha observado en la RSE en España desde sus inicios?

He observado varios cambios significativos en la evolución de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en España a lo largo de los años. En primer lugar, se ha alcanzado un conocimiento mucho más profundo y extendido sobre lo que realmente supone la RSE, tanto en el ámbito empresarial como en la sociedad en general. En segundo lugar, ha crecido notablemente la preocupación por su aplicación entre los principales organismos internacionales y la sociedad civil.

Además, se ha producido un notable incremento de la legislación y la regulación, especialmente impulsadas por la Unión Europea. A esto se suma la expansión de una industria especializada compuesta por consultores, auditores, certificadores, comunicadores…, lo que ha contribuido a su aplicación, pero también ha supuesto una mercantilización de la misma y una sofisticación en ocasiones excesiva.

«La RSE ha sido profesionalizada, formalizada y tecnificada, pero sigue dominada por una visión reputacional»

Por último, se ha impuesto una creciente exigencia de profesionalización y tecnificación en los responsables de su gestión dentro de las grandes empresas, lo que ha elevado los estándares, pero también la complejidad del ejercicio de sus funciones.

¿Qué lecciones te ha dejado tu trayectoria en RSE?

He aprendido que el éxito de una estrategia de RSE depende, en primer lugar, del compromiso firme y coherente de la alta dirección. Además, es imprescindible dotar al área de RSE de recursos suficientes y situarla en un nivel jerárquico que permita su interlocución directa con las áreas clave de la empresa.

También he constatado que la tentación de convertir la RSE en un mero instrumento reputacional es constante, especialmente en empresas cotizadas. Por ello, creo que es indispensable avanzar hacia una mayor regulación y control públicos de las prácticas empresariales.

¿Podría compartir alguna otra experiencia especialmente memorable en su trayectoria en RSE, tanto positiva como negativa?

«Memorable» es un calificativo demasiado grandilocuente para mi trayectoria profesional, pero recuerdo con especial orgullo dos modestos logros: la buena calificación que, al menos en términos comparativos, se otorgó generalizadamente al informe de RSE de nuestro grupo en los años en que fui responsable del área y la muy buena sintonía que mantuve con las organizaciones sociales dedicadas al seguimiento de la RSE, incluso en casos en que eran muy críticas con las empresas.

En cuanto a objetivos que creo que no llegué a conseguir satisfactoriamente, destacaría los insuficientes progresos realizados en la concienciación de los directivos de muchos de los departamentos esenciales en la actividad del banco en que trabajaba acerca de la importancia y del contenido de la RSE en sus ámbitos.

¿Qué destacarías de la evolución de tu trayectoria profesional y/o personal en este ámbito a lo largo de los últimos 20 años?

He experimentado un progresivo desencanto respecto a las posibilidades que ofrece la concepción convencional de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y la capacidad de las empresas para asumir de manera consistente sus múltiples responsabilidades con la sociedad.

Aunque considero útiles las figuras del responsable y del departamento de RSE, sus limitaciones son evidentes. Es común que la dirección de la empresa los utilice de forma puramente instrumental.

Por ello, me he vuelto cada vez más crítico con la concepción voluntaria de la RSE y partidario de una regulación y control públicos más severos y exigentes, especialmente en las grandes corporaciones.

¿Qué consejo darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?

A quienes se inician en el ámbito de la Responsabilidad Social Empresarial, me atrevo a ofrecer dos recomendaciones esenciales. En primer lugar, les animaría a formarse lo máximo posible en RSE y a conocer en profundidad tanto su empresa como el sector en el que se desenvuelven. La comprensión del entorno es clave para una gestión eficaz. En segundo lugar, les invito a ser ambiciosos en sus metas: a trabajar con determinación por mejorar los comportamientos empresariales, incluso si esto implica enfrentarse a discrepancias con sectores de la dirección.

«La RSE, en gran medida, supone un enfrentamiento con los criterios dominantes del mundo corporativo.»

Han de estar dispuestos a asumir los riesgos profesionales que esto conlleva, sin perder de vista que deben también ser realistas respecto a sus expectativas. El entorno empresarial actual, profundamente influenciado por la lógica del corto plazo, tiende a desincentivar —e incluso a impedir— el desarrollo de una responsabilidad social verdaderamente auténtica y coherente. No deben olvidar que la RSE, en gran medida, supone un enfrentamiento con los criterios dominantes en el mundo corporativo.

¿Y cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad en las próximas décadas? ¿Qué retos y oportunidades anticipas?

Respecto al futuro de la RSE y la sostenibilidad, estoy convencido de que estará marcado por dos tendencias principales. La primera, un aumento notable en la complejidad de la gestión, con una creciente necesidad de cuantificar y medir los impactos y resultados, así como una integración cada vez más intensa de la digitalización y la inteligencia artificial en los procesos. La segunda tendencia será una mayor complejidad en el ámbito regulador y legislativo, impulsada especialmente desde instancias internacionales y supranacionales. Todo ello exigirá un perfil profesional más especializado y con competencias cada vez más sofisticadas.

En cuanto a los retos que se vislumbran en el horizonte, el más significativo será, sin duda, la creciente tensión entre una RSE real y transformadora y los objetivos empresariales centrados en la maximización del beneficio a corto plazo. Afrontar esa contradicción requerirá decisiones valientes, tanto por parte de las empresas que deseen avanzar sinceramente en sostenibilidad, como por parte de los gobiernos y organismos internacionales llamados a regular y exigir un comportamiento más ético y responsable. En este contexto, la dimensión ecológica se convertirá en un factor cada vez más apremiante, introduciendo limitaciones urgentes e intensas en la actividad empresarial y acelerando la necesidad de replantear los modelos de negocio vigentes.

De hecho, si el objetivo es construir empresas que generen un impacto positivo real en la sociedad, se volverá imperativo revisar profundamente el modelo empresarial actual.Ahora bien, entre estas dificultades también se esconde una gran oportunidad: precisamente la urgencia y la gravedad de los desafíos ecológicos pueden ser el catalizador de un cambio radical.

Las empresas que sepan leer adecuadamente el presente y anticipar el futuro con una mirada positiva, amplia y de largo alcance, serán las que lideren la transformación hacia una economía verdaderamente sostenible.

¿Hay algo que harías diferente si volvieras a empezar? ¿Y cómo te gustaría que se te recordara dentro del ámbito de la RSE?

Si tuviera la posibilidad de volver al punto de partida, sin duda plantearía mayores condiciones a mi empresa antes de aceptar el cargo de director de RSE. Esas garantías iniciales habrían facilitado el desarrollo más sólido de una estrategia verdaderamente transformadora desde el inicio.

Y si tengo que elegir cómo me gustaría ser recordado en este campo, diría que como alguien consciente de las limitaciones inherentes a la voluntariedad en el progreso de la RSE, pero que, a pesar de ello, intentó, con modestia y sinceridad, contribuir a que su empresa fuera mejor.

Alguien que procuró escuchar y atender con respeto y compromiso a todas las personas y entidades con las que, en el ejercicio de sus funciones, tuvo el privilegio de colaborar.

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Mauricio López González: “La sostenibilidad no se impone, se construye colectivamente” https://www.corresponsables.com/ecu/20aniversariocorresponsables/mauricio-lopez-gonzalez-sostenibilidad-construye-colectivamente/ Mon, 21 Apr 2025 10:46:35 +0000 https://www.corresponsables.com/sin-categorizar/mauricio-lopez-gonzalez-sostenibilidad-construye-colectivamente/

Entrevistamos a Mauricio López González, Vicepresidente de Andesco y Director Ejecutivo de la Red Colombia del Pacto Global de las Naciones Unidas

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Con esta convicción expresada en el titular, Mauricio López ha recorrido más de dos décadas al servicio de la responsabilidad social y el desarrollo sostenible en Colombia. Fue en 2003 cuando inició su andadura profesional en este ámbito, en un momento en que la RSE aún se entendía desde un enfoque eminentemente filantrópico. Desde entonces, ha sido testigo y protagonista de una transformación profunda: “La sostenibilidad ya no es un complemento, sino una dimensión estratégica”, afirma este ingeniero civil de formación, con más de 43 años como catedrático universitario.

El desde hace bastantes años Director Ejecutivo de la Red Colombiana del Pacto Global de las Naciones Unidas recuerda que, al inicio, “la RSE se concebía aún como una práctica esencialmente filantrópica” y que “uno de los grandes desafíos fue el desconocimiento general sobre qué implicaba realmente la RSE”.

Su relación con Corresponsables, que cumple 20 años en 2025, ha sido una constante: “Corresponsables ha sido un referente en el ecosistema iberoamericano de sostenibilidad”, destaca Maurico López que ha aprendido “que la persistencia en la narrativa y la gestión del conocimiento son fundamentales”.

Firme defensor de las alianzas estratégicas, reconoce que, si comenzara ahora, “sería más contundente en los mensajes, mostrando desde el principio cómo estas reflexiones no solo son necesarias desde un punto de vista ético, sino también estratégicas para la competitividad y la productividad empresarial”.

Mauricio López, uno de los grandes pioneros de la Sostenibilidad, mira al futuro con esperanza y compromiso: “El futuro será sostenible si nos atrevemos a construirlo desde hoy”.

Cuéntanos Mauricio qué motivaciones iniciales te impulsaron a involucrarte en este campo hace ya bastantes años…

Mi incursión en la Responsabilidad Social Empresarial comenzó en 2003, cuando en el sector de los servicios públicos empezamos a debatir sobre la forma más adecuada de documentar y sistematizar las actividades de RSE en las empresas. Fue una etapa de descubrimiento, impulsada por un estudio que realizamos en Andesco, en alianza con la Universidad Externado de Colombia, que nos permitió conocer de primera mano buenas prácticas empresariales.

Recuerdo que, en ese momento, la RSE se concebía aún como una práctica esencialmente filantrópica. Era necesario establecer una distinción clara entre la misión inherente de las empresas, como es la prestación de servicios públicos, y aquellas acciones voluntarias que iban más allá del deber institucional. Fue precisamente esa reflexión la que marcó el inicio de un cambio de paradigma.

¿Cuál fue el primer proyecto concreto en el que participaste vinculado a la RSE?

Mi primer proyecto fue una encuesta sobre el estado de la RSE en el sector de servicios públicos, realizada en 2003 y cuyos resultados se presentaron en 2004. Este ejercicio nos permitió tener una visión más clara del punto de partida del sector en materia de sostenibilidad. En paralelo, comenzamos a explorar el Pacto Global, cuando aún era un proyecto incipiente en Colombia, impulsado por el PNUD con fondos canadienses.

¿Qué obstáculos encontraste al implementar la RSE en sus primeras etapas y qué barreras persisten hoy en día?

Uno de los grandes desafíos fue el desconocimiento general sobre qué implicaba realmente la RSE. Con el tiempo, hemos ido profundizando en sus múltiples derivaciones: Desarrollo Sostenible, Principios del Pacto Global, Agenda 2030, ODS, Valor Compartido, ASG (ESG), entre otros conceptos clave. Aun así, persisten barreras estructurales, como las dificultades económicas del país, que generan incertidumbre empresarial y frenan el avance sostenido en sostenibilidad.

He sido testigo de cómo muchas organizaciones enfrentan los mismos retos: limitaciones presupuestarias, falta de conocimiento técnico, escasa cultura de sostenibilidad. Todo ello se agudiza en contextos de crisis o de inestabilidad institucional. Sin embargo, esos obstáculos no han impedido el crecimiento del movimiento. La clave ha sido la persistencia y la creación de alianzas estratégicas.

¿Cuál ha sido tu relación con Corresponsables a lo largo del tiempo ahora que está celebrando en 2025 su 20 aniversario?

Desde el año 2009, cuando se consolidó la Red Formal del Pacto Global en Colombia, mantenemos una relación estrecha y de cooperación con Corresponsables. Considero que el medio ha desempeñado un papel fundamental al difundir experiencias, compartir buenas prácticas y visibilizar historias que inspiran. En estos 20 años, ha sido un referente en el ecosistema iberoamericano de sostenibilidad.

¿Quiénes han sido tus otros referentes en este ámbito?

Las 600 organizaciones que conforman la Red Colombiana del Pacto Global son para mí referentes valiosísimos. En su fundación destaco la labor de Andesco y sus empresas afiliadas de servicios públicos, así como la Cámara de Comercio de Bogotá, Compensar, y diversas universidades que han contribuido desde el conocimiento.

¿Cuáles consideras los hitos más importantes en estas dos décadas de evolución de la RSE, y qué factores han impulsado esos cambios?

Destacaría, por un lado, el creciente conocimiento y concienciación ciudadana, y por otro, la mayor exigencia de integrar las dimensiones social y ambiental con la económica, bajo el principio de respeto por los derechos humanos y la transparencia en la relación con los grupos de interés. También ha sido clave el impulso normativo y la presión internacional.

Uno de los momentos más satisfactorios ha sido presenciar el crecimiento de la Red Colombiana del Pacto Global, que hoy reúne a más de 600 empresas y organizaciones. Sus programas y eventos han alcanzado relevancia nacional y reconocimiento regional. En contraste, la realidad económica del país sigue siendo una limitación seria para avanzar al ritmo deseado.

Comparando tus inicios con el momento actual, ¿cómo ha evolucionado la RSE y qué avances destacarías?

La transformación ha sido profunda. Pasamos de una concepción marginal de la RSE a situarla en el eje mismo del propósito de las empresas de servicios públicos y de comunicaciones. Hoy participamos activamente en la Red Colombiana del Pacto Global de las Naciones Unidas, lo cual es reflejo de esa evolución. La sostenibilidad ya no es un “complemento”, sino una dimensión estratégica.

¿Consideras que la Red Colombiana del Pacto Global puede considerarse un caso de éxito en sostenibilidad?

Sin duda, lo es. La Red Colombiana es un caso de éxito ampliamente reconocido, tanto a nivel nacional como en América Latina. Ha demostrado que es posible articular a múltiples actores en torno a una agenda común de desarrollo sostenible.

¿Qué relación mantenéis con otras redes internacionales como la del Pacto Mundial de España?

Nuestra relación con la Red Española del Pacto Mundial ha sido muy enriquecedora. De hecho, España tiene la red más importante del mundo, y ha sido para nosotros una fuente constante de buenas prácticas y aprendizajes, que hemos podido adaptar y replicar en el contexto colombiano.

¿Qué mensaje te gustaría dejar?

Mi recomendación es seguir trabajando en sinergia con las redes locales del Pacto Global. Solo desde la cooperación multisectorial lograremos afrontar los retos sociales, ambientales y económicos que nos plantea el presente.

¿Qué lecciones fundamentales has aprendido en estos años de trabajo en RSE, tanto a nivel personal como profesional?

He aprendido que la persistencia en la narrativa y la gestión del conocimiento son fundamentales. La sostenibilidad no se impone, se construye colectivamente, mediante redes de cooperación como la Red Colombiana del Pacto Global, que ha sido una plataforma esencial en este recorrido. La coherencia entre discurso y práctica también ha sido una lección crucial.

Sin duda, he alcanzado un mayor conocimiento y liderazgo en temas de RSE y sostenibilidad. Pero lo más valioso ha sido tener la oportunidad de conocer de cerca lo que hacen las empresas y organizaciones en esta materia, y entender cómo enfrentan los desafíos que implica integrar la sostenibilidad en sus operaciones y culturas organizacionales.

¿Qué consejo les darías a las nuevas generaciones de profesionales que desean dedicarse a la RSE?

Les diría que aprendan más, se abran a nuevas experiencias y se atrevan a innovar en todos los ámbitos: ambiental, social, económico, cultural, tecnológico. El futuro será sostenible si nos atrevemos a construirlo desde hoy.

¿Qué visión tienes sobre el futuro de la RSE y la sostenibilidad en las próximas décadas?

A pesar de los desafíos, soy optimista. Cada vez más empresas, organizaciones y ciudadanos comprenden la importancia de actuar con responsabilidad. La presión social y el avance normativo jugarán un papel crucial en este proceso.

¿Cuál consideras que ha sido tu mayor contribución al campo de la RSE? ¿Y si pudieras empezar de nuevo, habría algo que cambiarías?

Creo que mi principal aporte ha sido, día tras día, mostrar que la sostenibilidad, desde el conocimiento y la narrativa, es el guion imprescindible para construir un futuro mejor, sin dejar a nadie atrás.

Y sí, sería más contundente en los mensajes, mostrando desde el principio cómo estas reflexiones no solo son necesarias desde un punto de vista ético, sino también estratégicas para la competitividad y la productividad empresarial.

¿Cómo te gustaría que se te recordara dentro del ámbito de la RSE?

Me gustaría ser recordado como un optimista de la capacidad del ser humano para avanzar positivamente, apoyando a los demás y construyendo comunidad en torno a valores compartidos.

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Carles Campuzano: “Sigo tan convencido como al principio de la relevancia de la RSE y de su impacto positivo” https://www.corresponsables.com/ecu/20aniversariocorresponsables/carles-campuzano-relevancia-rse-impacto-positivo/ Mon, 21 Apr 2025 10:35:11 +0000 https://www.corresponsables.com/sin-categorizar/carles-campuzano-relevancia-rse-impacto-positivo/

Entrevistamos a Carles Campuzano i Canadés, diputado en el Parlament de Catalunya

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Hace más de veinte años, cuando la sostenibilidad aún no ocupaba titulares ni formaba parte salvo honrosas excepciones de la estrategia de las empresas, Carles Campuzano ya apostaba por una forma distinta de entender el papel de la política y la economía. Inspirado por el Libro Verde impulsado por la Comisión Europea, empezó a impulsar junto a Ramón Jáuregui, siendo diputado, en el Congreso una subcomisión para elaborar un informe pionero sobre responsabilidad social empresarial.

En esta conversación con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, Campuzano rememora con lucidez y emoción los inicios de ese camino. “Recuerdo que un alto dirigente empresarial me advirtió que estábamos promoviendo la entrada del marxismo en el mundo empresarial. Hoy parecería una previsión trumpiana, pero en su momento fue un comentario muy sorprendente”.

Su labor como diputado en el Congreso y, posteriormente, como conseller de Drets Socials en el Govern de la Generalitat y actualmente diputado en el Parlament de Catalunya, Carles Campuzano observa con cierta preocupación cómo algunas conquistas corren peligro. “Estamos viviendo una ola reaccionaria. Si lo que representa Trump se consolida en los próximos años, los tiempos serán difíciles para la RSE”. Y, sin embargo, sigue creyendo firmemente en su potencial: “Una sociedad decente necesita empresas responsables. La RSE sigue siendo una historia que vale la pena”.

Firme defensor del compromiso con valores sólidos y de la coherencia entre el discurso y la acción, Campuzano recuerda con cariño los inicios de Corresponsables en 2005: “he tenido la suerte de ver cómo Marcos González convertía su sueño en realidad. Corresponsables ha jugado un papel crucial, ayudando a legitimar los valores de la responsabilidad social empresarial” y sigue “tan convencido como al principio de la relevancia de la RSE y de su impacto positivo en la sociedad y el mundo empresarial”.

¿Cómo y cuándo te involucraste en la RSE?

A principios de los años 2000, cuando la Comisión Europea impulsó la creación del Libro Verde para establecer un marco europeo de responsabilidad social empresarial (RSE). Me pareció un enfoque muy acertado, relevante y necesario. Fue entonces cuando comencé a interesarme profundamente en el tema.

¿Qué anécdotas recuerdas de tus primeros pasos en este ámbito?

Al principio, las reacciones fueron tanto contrarias como muy curiosas, con muchas preguntas y dudas sobre lo que realmente estábamos proponiendo. Recuerdo que un alto dirigente empresarial me advirtió que estábamos promoviendo la entrada del marxismo en el mundo empresarial, algo que hoy parecería una previsión ‘trumpiana’, pero que en su momento fue un comentario muy sorprendente.

¿Cuál fue el primer proyecto importante en el que te involucraste relacionado con la RSE?

La primera propuesta que impulsamos fue la creación de una subcomisión en el Congreso de los Diputados, con el objetivo de elaborar un informe sobre la RSE. Fue una experiencia muy enriquecedora, trabajando codo a codo con Ramón Jáuregui del PSOE, Ignacio Azpiroz del PP, Josep Maria Lozano de ESADE y Víctor Viñuales de Ecodes. Hicimos un trabajo excelente, que finalmente fue aprobado en julio de 2006. Aunque antes de esa iniciativa, ya habíamos lanzado otras propuestas relacionadas con la RSE.

¿Qué obstáculos o barreras encontraste cuando intentabas implementar la RSE en sus primeras etapas?

Más allá de los prejuicios y el desconocimiento generalizados, el principal reto consistía en adaptar el enfoque de la RSE para que también fuera aplicable a las medianas y pequeñas empresas. Si la regulación no es adecuada, la responsabilidad social puede percibirse como una carga burocrática adicional. Además, el fenómeno del greenwashing afectó principalmente a las grandes corporaciones.

El greenwashing siempre ha estado presente en la RSE, también en medios como Corresponsables que lo han tratado de combatir…

Así es, conocí Corresponsables desde sus primeros días, incluso antes de crearse en 2005. He tenido la suerte de ver cómo Marcos González convertía su sueño en realidad, algo que al principio no era nada fácil ni evidente. Es una historia de éxito que merece ser destacada.

Corresponsables ha jugado un papel crucial al dar visibilidad, reconocimiento y presencia a las empresas y sus prácticas de RSE, ayudando a legitimar los valores y discursos relacionados con la responsabilidad social empresarial. Ha sido una plataforma esencial para el panorama de la RSE en España.

¿Qué otras figuras o entidades consideras que han sido pioneras en la RSE?

Sin duda, académicos como Josep Maria Lozano y Joan Fontrodona, ejecutivos de alto nivel como Josep Maria Santacreu, y activistas como Josep Maria Canyelles son algunos de los pioneros que han influido profundamente en mi visión de la RSE.

¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en las dos últimas décadas?

Uno de los mayores logros ha sido superar la percepción de que la RSE era solo una moda. A partir de los 2000, hemos enfrentado grandes crisis como la recesión financiera global y la pandemia, pero la RSE, expresada con diferentes lenguajes y parámetros, sigue siendo una prioridad. Eso demuestra su relevancia continua.

¿Qué cambios significativos has observado en la RSE en España desde tus inicios?

La evolución en España ha sido similar a la de la Unión Europea. Hoy en día, contamos con más regulación y obligaciones legales sobre el impacto de las empresas en la sociedad, lo que va más allá de las responsabilidades con los accionistas.

Si comparas el estado de la RSE en sus primeros días con la actualidad, ¿qué diferencias principales destacarías?

Hoy nos encontramos en un momento complejo. En los últimos años, la RSE ha evolucionado hacia los términos ESG (aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza), y la transparencia sobre la información no financiera ha dejado de ser una cuestión voluntaria, convirtiéndose en una obligación legal para las empresas. El salto desde el Libro Verde y nuestro informe de la subcomisión hasta estos planteamientos es significativo y positivo. Sin embargo, también vemos que en algunos países, como EE. UU., algunos sectores políticos cuestionan estas políticas. Además, la Comisión Europea ha dado marcha atrás en algunas de sus iniciativas legislativas, lo que ha convertido a la RSE y la ESG en temas políticos de gran trascendencia, que afectan a la naturaleza del capitalismo y la sociedad que deseamos construir.

¿Cuáles crees que son los otros puntos débiles que aún persisten en el debate sobre la RSE en España?

En el ámbito político español, el debate sobre la RSE nunca ha trascendido el nivel sectorial y técnico. No se ha logrado enfocar el tema desde una perspectiva más profunda sobre los valores fundamentales que justifican el interés por la RSE. Este enfoque limitado ha sido una debilidad que seguramente tendrá sus consecuencias en el futuro.

¿Cómo ves, por tanto, el futuro de la RSE y la sostenibilidad en los próximos años?

El principal reto ahora es superar la ola reaccionaria que estamos viviendo y adaptarnos a un entorno internacional cada vez más incierto. Si lo que representa Trump se consolida en los próximos años, los tiempos serán difíciles para la RSE.

Entrando ya en el ámbito más personal… ¿qué lecciones importantes has aprendido a lo largo de tu carrera en el ámbito de la RSE?

Lo que he aprendido es que, en este campo, hay mucha gente valiosa, con buenas ideas y energía positiva. Lo más interesante de la RSE son los valores y las acciones concretas basadas en esos valores, que hacen que esta sea una historia que realmente vale la pena.

¿Qué aspectos destacarías de tu propia evolución profesional y personal en este campo durante los últimos 20 años?

Lo que destaco es que sigo tan convencido como al principio de la relevancia de la RSE y de su impacto positivo en la sociedad y el mundo empresarial.

¿Qué consejo le darías a los nuevos profesionales que desean adentrarse en la RSE?

Mi consejo es que eviten lo superficial y lo banal, que busquen ir al fondo de los temas y se aseguren de que su discurso se corresponda con acciones reales, entendiendo que la vida es contradictoria y compleja.

¿Cuál considera que ha sido tu mayor contribución al campo de la RSE?

Creo que mi mayor contribución ha sido aportar la mirada desde la experiencia práctica y desde el ámbito político, lo que ha permitido dar visibilidad a la RSE en la agenda española.

¿Cómo te gustaría que te recordaran en el ámbito de la RSE?

Me gustaría ser recordado como alguien que ayudó a situar la RSE en el centro de la agenda española, impulsando su integración y desarrollo.

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Formación, alianzas e iniciativas ambientales en búsqueda del bienestar global https://www.corresponsables.com/ecu/publicaciones/newsletter-latinoamerica-72-16-04-2025/ Wed, 16 Apr 2025 14:00:39 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=356275

Latinoamérica, número 72, 16/04/2025

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Juan Alfaro: “El liderazgo ético en las empresas es esencial para garantizar un futuro sostenible y responsable” https://www.corresponsables.com/ecu/20aniversariocorresponsables/juan-alfaro-liderazgo-etico-garantia-futuro-sostenible/ Wed, 16 Apr 2025 10:42:18 +0000 https://www.corresponsables.com/sin-categorizar/juan-alfaro-liderazgo-etico-garantia-futuro-sostenible/

Entrevistamos a Juan Alfaro, Secretario del Club Excelencia en Sostenibilidad, uno de sus grandes pioneros, primero como abogado ambientalista, luego impulsando una de las primeras memorias de RSE en el sector privado y después creando el Club de Excelencia en Sostenibilidad en 2002, una de las primeras asociaciones dedicadas a promover buenas prácticas en RSE en España

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Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, hablamos con Juan Alfaro, secretario del Club Excelencia en Sostenibilidad, uno de sus grandes pioneros, primero como abogado ambientalista, luego impulsando una de las primeras memorias de RSE en el sector privado y después creando el Club de Excelencia en Sostenibilidad en 2002, una de las primeras asociaciones dedicadas a promover buenas prácticas en RSE en España.

Director del Programa de Liderazgo de ESG en el IE Business School, Alfaro recuerda cómo “los primeros años fueron de lucha para convencer a las empresas de integrar la sostenibilidad en sus estrategias” y, cuando el concepto ya se estaba asentando, llegó la crisis económica, que “evidenció que la sostenibilidad no es un lujo, sino una fuente de resiliencia”.

«La sostenibilidad no es un lujo, sino una fuente de resiliencia»

Con sinceridad y transparencia recuerda los incontables obstáculos de los primeros años, pero también ofrece su perspectiva sobre sus desafíos actuales, el papel fundamental de las nuevas generaciones y la necesidad de que la Sostenibilidad se entienda como un componente esencial de la estrategia empresarial, no solo como un elemento reputacional.

¿Cómo, cuándo y por qué comenzaste a involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social?

Estudié Derecho y, al finalizar la carrera, me encontraba en ese momento de reflexión propio de cualquier joven que debe tomar decisiones sobre su futuro. Mi dilema era elegir entre convertirme en abogado mercantilista o penalista. Buscaba nichos dentro del ejercicio profesional que me permitieran crecer rápidamente y aportar valor a cualquier organización.

«Fui, si no el primero, uno de los primeros en asumir el rol de director de sostenibilidad en España»

Fue entonces cuando descubrí un programa de dirección centrado en derecho ambiental, organizado por un despacho en Madrid. Me pareció una oportunidad interesante para diferenciarme, así que pensé: «Oye, quizá pueda destacar como abogado medioambientalista». Así que, en el último año de carrera, decidí inscribirme. Nada más terminarlo, comencé a trabajar en la ingeniería familiar en Albacete.

Poco después, me incorporé a una compañía llamada Ingenieros Asesores, donde pude conocer la práctica ambiental desde una perspectiva muy operativa. Ahí aprendí, por ejemplo, cómo se realiza una medición isocinética en una chimenea, cómo se calculan las demandas biológicas de oxígeno (DBO) en los vertidos… En definitiva, viví el medio ambiente desde dentro, en el día a día técnico de las instalaciones.

«Aunque algunos pensaban que ‘sostenibilidad’ era un término incomprensible, yo insistí en mantenerlo»

Dentro de la misma empresa, me hice cargo rápidamente del área privada de clientes, en una compañía que hoy se conoce como «En Vida». En ese departamento, lo habitual era captar y gestionar cuentas estratégicas, y uno de esos clientes fue Siemens, la multinacional alemana. Fue esta empresa la que me fichó para ocupar el cargo de director de Medio ambiente y Sostenibilidad. Esto sucedió en 1996.

No habría muchos cargos similares en esos años…

En aquel momento, en España ya existían perfiles centrados en medio ambiente, pero no había directores de sostenibilidad, ni personas que hablaran de reporting o de conceptos como la triple cuenta de resultados. Creo que fui, si no el primero, uno de los primeros en asumir ese rol en el país. Desde entonces ha llovido mucho. De hecho, en 1997-1998 fuimos los primeros en publicar un informe de sostenibilidad con enfoque en la triple cuenta de resultados. Aquel informe lo guardo con mucho cariño, porque fue precursor de todo lo que vino después.

«Cuando Siemens me liberó de mis responsabilidades ejecutivas, aproveché para crear un programa pionero en responsabilidad corporativa»

¿Cuál fue el primer proyecto o iniciativa de RSE en el que trabajaste? ¿Cómo lo recuerdas?

Cuando Siemens me liberó de mis responsabilidades ejecutivas dentro de la multinacional, aproveché ese momento para contactar con el IE. Les propuse la creación de un programa de dirección en Responsabilidad Corporativa, una formación pionera en aquel entonces. El IE acogió con entusiasmo la idea, y así comenzó lo que sería un recorrido formativo muy sólido y duradero en este ámbito.

«En los primeros años, la mayoría de los directivos eran escépticos ante este nuevo enfoque»

Ese programa ha estado vigente durante muchos años, y seguimos trabajando en él, manteniendo el mismo enfoque de fondo, aunque evolucionando naturalmente con los tiempos. Me enorgullece haber contribuido al desarrollo de una formación ejecutiva de alto nivel que ha ayudado a preparar a numerosos profesionales para liderar en sostenibilidad.

¿Cómo fue la transición de ser un ejecutivo dentro de una multinacional a fundar una asociación de sostenibilidad?

La transición fue bastante natural. En aquel momento, Siemens estaba en plena expansión bajo la presidencia de Eduardo Montes, una figura clave en el impulso de la compañía. Recuerdo muy bien que un día, también en el ascensor, le dije: “Presidente, me gustaría crear una asociación para compartir buenas prácticas sobre sostenibilidad entre compañías”. Me escuchó con atención y aprobó la idea de inmediato.

Así fue como nació el Club de Excelencia en Sostenibilidad en 2002. Aunque en aquel entonces algunos sectores internos, como el departamento de comunicación en España, opinaban que el término “sostenibilidad” era poco comprensible para el público, yo insistí en mantenerlo. Sabía que en el mundo anglosajón ya se utilizaba con naturalidad y tenía claro que era cuestión de tiempo que se adoptara también aquí. Y no me equivoqué.

«Muchos CEO no manejaban el lenguaje propio de la RSE; todo resultaba ajeno»

Más tarde, cuando Eduardo dejó la presidencia de Siemens, tomé la decisión de externalizar el club, convirtiéndolo formalmente en una asociación empresarial sin ánimo de lucro. Al desvincularme de la multinacional, entendí que era el momento idóneo para impulsar la formación ejecutiva en sostenibilidad. Esa decisión me llevó a crear el mencionado programa de dirección en responsabilidad corporativa, que tú mismo, Marcos, cursaste en su momento. Hoy, esa formación ha evolucionado y se llama Programa de Dirección de Liderazgo en ESG.

¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzaste, en comparación con cómo es hoy?

En los primeros años, empezábamos a ver tímidos indicadores de que la RSE no solo generaba valor social o ambiental, sino también económico. Sin embargo, aunque contábamos con algunos visionarios, como el propio Eduardo Montes, la mayoría de las empresas y sus directivos eran escépticos ante este nuevo enfoque.

Durante los primeros años en Siemens, trabajamos intensamente para desarrollar nuestro informe de sostenibilidad. Nos llevó dos años completarlo. En paralelo, comenzamos a construir plataformas de relación con nuestros grupos de interés, lo cual era completamente innovador en ese momento.

«La sostenibilidad ha dejado de ser algo aspiracional para convertirse en una prioridad estratégica»

Recuerdo con especial cariño el trabajo conjunto con Aldo Olcese y Miguel Ángel Rodríguez. Con ellos coescribí en 2008 el Manual de la Empresa Responsable y Sostenible y desarrollamos casos de estudio que ayudaron a conceptualizar y aplicar la responsabilidad corporativa de una forma práctica y tangible.

«La crisis económica evidenció qué empresas realmente creían en estos valores»

Hoy el contexto es completamente diferente. La pregunta ya no es “¿por qué debemos integrar la sostenibilidad?”, sino “¿cómo lo hacemos más rápido y mejor?”. Se han creado nuevas profesiones, herramientas y mercados. La sostenibilidad ha dejado de ser algo aspiracional para convertirse en una prioridad estratégica en los consejos de administración.

Pronto regresaremos al hoy, pero en Corresponsables nos interesa mucho repasar y recordar los inicios de la RSE… ¿cuáles fueron los mayores desafíos, barreras y obstáculos en sus primeras etapas?

Recuerdo claramente que en aquellos años éramos muy pocos trabajando en este ámbito, especialmente en el entorno asociativo. Forética y nosotros fuimos los dos principales agentes impulsores de la RSE en España. Existía muy poca masa crítica, y eso hacía que el trabajo fuera desafiante, pero a la vez pionero.

Uno de los principales retos fue la incomprensión generalizada. Muchos CEO no manejaban el lenguaje propio de la RSE. El vocabulario, los conceptos… todo resultaba ajeno. Predominaba la incredulidad, y la sostenibilidad se percibía como algo accesorio, casi cosmético. La visión de que podía formar parte central de la estrategia empresarial aún no había calado.

Además, los perfiles profesionales que trabajaban en estas áreas eran, en su mayoría, altamente técnicos: ingenieros, químicos, biólogos… Lo que planteaba una dificultad adicional para traducir ese enfoque técnico en decisiones corporativas o de negocio.

Sin embargo, con el paso del tiempo, conseguimos que se entendiera que la RSE no era únicamente una cuestión operativa o reputacional, sino una verdadera palanca estratégica. Hoy en día, ver cómo muchas empresas integran la sostenibilidad en el corazón de su modelo de negocio es para mí una gran satisfacción. Ha sido un proceso largo, pero muy gratificante.

También hubo un componente político muy relevante. Tuve numerosas interacciones con figuras clave como Ramón Jáuregui, lo que me permitió participar en procesos legislativos y de impulso institucional vinculados a la responsabilidad social. Fue una etapa muy enriquecedora, que contribuyó a darle respaldo público y normativo a lo que, en su momento, era un campo emergente.

Y en pleno auge estalló la crisis económica…

Así es. La crisis económica de 2008 fue un momento particularmente crítico. Como suele ocurrir en contextos de recesión, muchas empresas recortaron drásticamente sus presupuestos en áreas como sostenibilidad, comunicación y responsabilidad social. Sin embargo, fue precisamente en ese momento cuando se evidenció qué organizaciones realmente creían en estos valores y cuáles los habían adoptado de forma más superficial.

A pesar de las dudas y la presión económica, muchas compañías decidieron mantener sus compromisos. Fue una etapa muy exigente, pero también una gran oportunidad para demostrar que la sostenibilidad no es una cuestión ornamental, sino una fuente de resiliencia empresarial.

«La pandemia también puso de manifiesto el valor de las empresas que invirtieron en sostenibilidad»

La pandemia de la COVID-19 fue otro momento determinante. Supuso un golpe global inesperado, que obligó a las organizaciones a adaptarse rápidamente a nuevas formas de operar, comunicar y actuar. Sin embargo, también puso de manifiesto el valor de aquellas empresas que habían invertido en sostenibilidad, gobernanza y capital humano.

Durante esa crisis sanitaria recopilamos una gran cantidad de buenas prácticas impulsadas por empresas españolas que supieron responder con agilidad, responsabilidad y compromiso. Este material será publicado próximamente, y creo que aportará mucho valor como referencia de cómo actuar ante situaciones límite.

¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?

Desde mi perspectiva, ha habido varios hitos fundamentales. Uno de ellos fue, sin duda, la posibilidad de mantener audiencias con la Casa Real, lo que dio visibilidad y legitimidad institucional a la agenda de la sostenibilidad empresarial en sus primeras fases. Otro gran logro fue como ya he dicho la creación del Manual de la Empresa Responsable y Sostenible, que ayudó a estructurar y conceptualizar la RSE desde una perspectiva práctica y cercana a la realidad empresarial.

También recuerdo con especial admiración a los primeros directivos y ejecutivos que decidieron tomar las riendas de esta transformación en sus compañías. Fue un grupo de personas con visión, valentía y sentido del largo plazo, que entendieron que la sostenibilidad no era una moda, sino una palanca real de competitividad.

«Hoy la pregunta ya no es ‘por qué’, sino ‘cómo lo hacemos más rápido y mejor’»

En cuanto a los factores que han impulsado el cambio, han sido diversos y complementarios: el impulso normativo, el avance del conocimiento científico, la presión —cada vez más sofisticada— de los inversores, el cambio de mentalidad de los consumidores, y el surgimiento de nuevas generaciones que ya vienen formadas con una sensibilidad ética y ambiental mucho más profunda.

Además, ha sido clave el papel de las escuelas de negocio, las plataformas colaborativas entre empresas y los medios de comunicación especializados como Corresponsables, todo ha ayudado a crear un ecosistema sólido y profesionalizado.

Ya han llovido 20 años desde que nos conocimos…

Recuerdo perfectamente cuando nos conocimos. Lo que realmente me marcó fue tu entusiasmo. Desde el principio vi en ti una convicción muy fuerte, una energía emprendedora poco común, y una visión clara de lo que querías construir.

Corresponsables nació en 2005 como una pequeña startup en un terreno donde no existía prácticamente nada. Sin embargo, tenías muy claro el propósito: crear un medio especializado en sostenibilidad, con una estructura innovadora que incluyera web, revista y anuario. Lo hiciste en un momento en el que la sostenibilidad apenas tenía presencia en los medios.

«Corresponsables es hoy un referente en la comunicación sobre sostenibilidad»

Fuiste pionero. Y gracias a tu esfuerzo, hoy Corresponsables es un referente en el ámbito de la comunicación sobre responsabilidad social y sostenibilidad. Habéis contribuido de manera decisiva a dar voz a miles de organizaciones y profesionales que, de otro modo, no habrían tenido visibilidad. Me siento muy orgulloso de haber acompañado este proceso y de haber sido testigo de su consolidación, tanto en España como en América Latina.

Gracias por tus palabras Juan, ya sabes que el sentimiento es mutuo… ¿Podrías compartir algún momento o experiencia que haya sido especialmente memorable en tu trayectoria en RSE?

Uno de los momentos más significativos fue durante la crisis económica. Mientras muchas compañías optaban por reducir gastos en todas las áreas, nosotros decidimos mantenernos firmes en nuestro compromiso con la responsabilidad social. Fue una decisión valiente, pero también estratégica. Aquel contexto, lleno de incertidumbre, puso a prueba nuestras convicciones. Y lo que quedó claro es que la sostenibilidad no es solo una cuestión ética o reputacional: es también una fuente de valor económico a largo plazo.

Esa etapa fue dura, pero también muy clarificadora. Nos permitió demostrar que tener una estrategia clara en sostenibilidad no es un lujo, sino un componente esencial de la resiliencia empresarial. Hoy, muchos de aquellos principios que entonces defendíamos han sido validados por el tiempo y por los resultados.

¿Cómo valoras la evolución de los perfiles profesionales en el ámbito de la sostenibilidad?

En los comienzos, como he dicho antes, los perfiles predominantes eran técnicos. Las empresas solían confiar estas materias a especialistas en medio ambiente, normalmente ingenieros o químicos, que hacían un trabajo excelente desde el punto de vista operativo, pero que, en muchos casos, no contaban con herramientas estratégicas o de comunicación para trasladar el impacto global de su trabajo.

«El futuro de la sostenibilidad está, sin duda, en manos de las nuevas generaciones»

Con el tiempo, vimos cómo se fueron incorporando profesionales del ámbito jurídico, económico y de la gestión empresarial. Esto permitió una comprensión más holística de la sostenibilidad, conectando las cuestiones sociales y ambientales con los resultados financieros y con la estrategia corporativa.

Hoy en día, los CFOs —directores financieros— tienen un papel clave en este ámbito. La sostenibilidad ha dejado de ser un tema periférico para convertirse en una cuestión central, con un impacto directo en la rentabilidad, la atracción de inversión y la reputación de las compañías. Es una transformación que he vivido con mucha intensidad y que demuestra cómo el enfoque ESG ha madurado profundamente en apenas dos décadas.

¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?

Es un consejo que también le doy a mis propios hijos, que están ahora en etapa de formación. Les insisto en que la sostenibilidad es un campo que requiere compromiso, rigor y transparencia. No basta con cumplir formalmente unos requisitos o seguir una moda. Se trata de trabajar con seriedad, con una visión de largo plazo, y con una clara intención de generar un impacto positivo real.

Hoy las nuevas generaciones están mucho mejor preparadas. Cuentan con una formación mucho más centrada en los valores, en la ética y en la sostenibilidad. Ya no se trata solo de trabajar en grandes corporaciones: muchos jóvenes están creando sus propias startups enfocadas en sostenibilidad, desarrollando plataformas de reporting o aplicando inteligencia artificial al análisis ESG. Están innovando, aportando soluciones nuevas y construyendo el futuro.

A ellos les diría: aprovechad este momento histórico. Las oportunidades son enormes. Las empresas, los gobiernos y la sociedad necesitan talento comprometido y con una visión transformadora. El futuro de la sostenibilidad está, sin duda, en sus manos. Y aunque será un camino lleno de retos, también será —sin exagerar— uno de los viajes profesionales y vitales más gratificantes que se pueden emprender hoy.

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La entrada Juan Alfaro: “El liderazgo ético en las empresas es esencial para garantizar un futuro sostenible y responsable” se publicó primero en Corresponsables.

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