
Entrevistamos a Joan Fontrodona, Profesor de Ética Empresarial y Titular de la Cátedra CaixaBank de RSC en IESE Business School, Presidente del Jurado de los XVI Premios Corresponsables
La entrada Joan Fontrodona: “La Responsabilidad Social es un compromiso profundo, no solo una estrategia, cuyo corazón está en la ética” se publicó primero en Corresponsables.
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Para conmemorar el 20 aniversario de Corresponsables, una de las publicaciones más influyentes en el ámbito de la Responsabilidad Social Empresarial, conversamos con Joan Fontrodona, Profesor de Ética Empresarial y Titular de la Cátedra CaixaBank de RSC en IESE Business School, quien también es el Presidente del Jurado de los XVI Premios Corresponsables. Fontrodona, uno de los referentes más destacados en ética empresarial, repasa su trayectoria y cómo, a lo largo de las últimas dos décadas, ha visto transformar la RSE, desde una disciplina incipiente y casi desconocida, hasta convertirse en una piedra angular de la gestión empresarial moderna.
“Conocí a Corresponsables cuando aún era una idea incipiente”, recuerda Fontrodona. “Era un proyecto que nacía con un propósito claro y emocionante: ser el faro de la RSE en un mundo que apenas comenzaba a vislumbrar su importancia.” Esta visión, respaldada por Marcos González, fundador de Corresponsables, se materializó en una publicación que, para Fontrodona, ha sido esencial para la evolución del sector: “Corresponsables no solo ha sido un medio de comunicación; ha sido un espacio para la reflexión, la visibilidad y la construcción de comunidad. Hoy, es un referente indiscutible en el panorama de la RSE, no solo en España, sino en toda Latinoamérica”, afirma con una profunda admiración.
A lo largo de estos 20 años, Corresponsables ha sido un catalizador en la expansión del concepto de RSE, contribuyendo a visibilizar las buenas prácticas y el impacto positivo de las empresas en la sociedad. “Uno de los grandes logros de Corresponsables ha sido lograr que los temas de Responsabilidad Social y Sostenibilidad sean debatidos en todos los foros, desde empresas hasta instituciones públicas, pasando por la sociedad civil”, apunta Fontrodona, quien destaca la labor de la publicación en la creación de una comunidad activa de actores comprometidos con la sostenibilidad y la ética empresarial.
Con motivo de este 20 aniversario, el profesor Fontrodona también reflexiona sobre el camino recorrido: “Ver cómo una idea se transforma en un motor de cambio, cómo Corresponsables ha sido testigo y partícipe del crecimiento de la RSE a lo largo de estos años, es una satisfacción enorme. Desde sus inicios, la revista ha mantenido un enfoque firme y honesto, algo que en un mundo tan volátil y cambiante como el de la Responsabilidad Social es difícil de encontrar”, subraya con una clara emoción. Según él, el éxito de Corresponsables radica en su capacidad para mantenerse fiel a su misión original, al mismo tiempo que se adapta a las nuevas demandas del entorno global, manteniendo siempre como eje central la ética y la sostenibilidad.
“Corresponsables no solo ha sido un medio de comunicación; ha sido un espacio para la reflexión, la visibilidad y la construcción de comunidad”
En un tono más personal, Fontrodona se muestra especialmente orgulloso de haber sido parte de la historia de Corresponsables, un medio que ha logrado consolidarse como una referencia para todos aquellos que, como él, creen que la ética empresarial no es una moda, sino una necesidad fundamental. “Si algo hemos aprendido en este tiempo es que la RSE debe estar en el corazón de las decisiones empresariales. Y Corresponsables ha sido un aliado indispensable para quienes promovemos estos valores. Su 20 aniversario no solo celebra su éxito como medio, sino también el impacto real que ha tenido en la transformación de la sociedad hacia un modelo más responsable y sostenible”, concluye.
Nos remontamos a mediados de los años 80. Yo era entonces estudiante de Filosofía en la Universidad de Navarra. Mi último año de carrera coincidió con la creación del Instituto Empresa y Humanismo, una iniciativa de la Facultad de Filosofía en la que mis profesores consiguieron convencer a un grupo de empresarios para que apoyaran con algunos fondos la investigación sobre “filosofía de la empresa”, un concepto que por aquellos años comenzaba a ponerse de moda.
Al terminar la carrera, me quedé en la Universidad como profesor ayudante para investigar sobre estos temas. Como tenía que trabajar en “filosofía de la empresa”, y de filosofía sabía algo, pero de empresa no tanto, pensé que sería buena idea cursar un máster para entender mejor cómo funcionaban las organizaciones empresariales. Así que pedí plaza en el MBA del IESE.
Al finalizar el MBA, como el IESE forma parte de la Universidad de Navarra, me convencieron para quedarme como profesor. Durante los primeros años trabajé en el Departamento de Dirección de Personas y, poco después, pasé al Departamento de Ética. Desde entonces he estado vinculado a los temas de ética, Responsabilidad Social y, más recientemente, Sostenibilidad.
En el ámbito académico, mi primer trabajo relacionado con la RSE fue —literalmente— pasar a máquina los estatutos del futuro Instituto Empresa y Humanismo. Siempre digo en broma que yo fui quien “escribió” los estatutos, y algo de verdad hay en ello. Más tarde, ya como recién licenciado, participé en distintos proyectos del Instituto, desempeñando papeles diversos. Recuerdo especialmente, junto con un colega, la labor de recopilación de información para uno de los libros de la colección Empresa y Humanismo, que fue una experiencia muy enriquecedora.
En el ámbito práctico, ya en el IESE, con un amigo hicimos nuestra primera incursión en el mundo de la consultoría. Uno de nuestros primeros encargos fue redactar una declaración de valores para un centro especial de empleo. Poco después, elaboramos una encuesta sobre el clima ético en la empresa española, que más adelante fue replicada en algunos países de Latinoamérica.
“La ética no es una teoría externa a la empresa, sino una dimensión interna de la dirección y de la toma de decisiones”
Siempre me ha maravillado encontrar personas que intentan hacer de la consultoría ética un modo de vida. En España no hay mucha tradición de este tipo de trabajos, y las empresas suelen destinar pocos recursos a la consultoría en temas éticos, lo que hace aún más admirable el esfuerzo de quienes apuestan por ello.
Ha cambiado mucho en volumen y visibilidad, pero quizás en profundidad menos de lo que solemos pensar. Hoy hay mucha más gente involucrada que en los años ochenta o noventa, pero algunas de las dificultades de entonces siguen presentes.
En los inicios, éramos pocos los que trabajábamos en estos temas y prácticamente todos nos conocíamos. En Comillas estaba José Luis Fernández; en el Instituto de Empresa, Joaquín Garralda; en Navarra, el Instituto Empresa y Humanismo, con Alejandro Llano, Rafael Alvira y Leonardo Polo; en el IESE, Antonio Argandoña y Domènec Melé; y en Valencia, la Fundación ÉTNOR con Adela Cortina. Además, había algunos “francotiradores” en universidades públicas de distintos lugares de España. Era un grupo reducido, pero muy comprometido, y con un enfoque claramente ético y filosófico.
“Ver cómo una idea se transforma en un motor de cambio es una satisfacción enorme”
Con el cambio de siglo, el panorama empezó a institucionalizarse. Se popularizó la expresión “Responsabilidad Social Corporativa”, y surgieron iniciativas internacionales que ayudaron a dar mayor visibilidad al tema: la creación de la Academy for Business in Society (ABIS) hacia el año 2000, el inicio de la Red Española del Pacto Mundial y, más adelante, todo el impulso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Estas plataformas generaron más movimiento, redes y presencia pública de la RSE y la Sostenibilidad.
Hoy la Sostenibilidad ocupa el lugar central del debate, y hay más programas universitarios, foros y congresos —da gusto comprobarlo, por ejemplo, en los encuentros de EBEN, donde siempre aparecen nuevas generaciones interesadas en estos temas—. Sin embargo, en muchas empresas sigue costando que la RSE y la Sostenibilidad estén realmente presentes en la toma de decisiones estratégicas. Un buen indicador del compromiso real de las organizaciones sigue siendo el nivel de recursos —presupuestarios, humanos y de estructura— que están dispuestas a dedicar a ello, y en general sigue siendo limitado.
En resumen, hemos pasado de ser un grupo pequeño de entusiastas a un movimiento amplio y diverso, pero el reto sigue siendo el mismo: lograr que la ética y la Responsabilidad Social formen parte del corazón del negocio, y no sólo de su discurso.
Conocí a Marcos cuando Corresponsables era todavía sólo una idea. En aquel momento, él trabajaba como periodista en publicaciones del ámbito empresarial y tenía ya la inquietud de centrarse en los temas de Responsabilidad Social. Un día me llamó para contarme sus planes y quedamos a comer en el IESE. Recuerdo muy bien aquella conversación: hablaba con entusiasmo de la necesidad de crear un medio especializado que diera voz a quienes estaban impulsando la RSE desde distintos sectores.
“Uno de los grandes logros de Corresponsables ha sido lograr que los temas de Responsabilidad Social y Sostenibilidad sean debatidos en todos los foros”
Desde entonces hemos seguido en contacto y he podido acompañar, de algún modo, la evolución de Corresponsables desde antes de su nacimiento —en sus fases de gestación, podríamos decir, en la cabeza y en el corazón de Marcos—. Es una satisfacción ver cómo aquella intuición inicial se ha convertido en una referencia indispensable en el ámbito de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad.
A quienes me consultan sobre cómo dedicarse profesionalmente al ámbito de la Responsabilidad Social, siempre les pongo como ejemplo el caso de Corresponsables. ¿Por qué? Porque este es un campo tan amplio y transversal que, si uno no tiene un foco claro, corre el riesgo de dispersarse ante la enorme variedad de temas. Una de las grandes fortalezas —y razones del éxito— de Marcos y su equipo fue precisamente tener muy claro su enfoque: dentro del mundo de la RSE, decidió centrarse en la información y la comunicación sobre la responsabilidad social. Ese foco les permitió consolidarse y hacerse fuertes en un nicho que ellos supieron visualizar, desarrollar y profesionalizar.
Gracias a esa claridad, Corresponsables ha jugado un papel fundamental en la difusión y expansión de la RSE, primero en España y posteriormente en Latinoamérica. Sus publicaciones, entrevistas y monográficos han contribuido a visibilizar las buenas prácticas y a mantener viva la conversación sobre Sostenibilidad, ética y responsabilidad empresarial.
“Corresponsables ha logrado visibilizar las buenas prácticas y mantener viva la conversación sobre Sostenibilidad y ética empresarial”
Pero, además, Corresponsables ha tenido otra aportación muy valiosa: la de ser un lugar de encuentro. Por la personalidad de Marcos y el talante de su equipo, sus eventos han logrado reunir a personas de todos los ámbitos —empresarial, académico, institucional y social— que trabajan en este campo. Siempre digo que una de las mejores formas de introducirse en el mundo de la RSE es participar en los encuentros organizados por Corresponsables, porque allí uno encuentra a “toda la familia” de la Responsabilidad Social.
En definitiva, Corresponsables ha contribuido no sólo a difundir la RSE, sino también a construir comunidad y a demostrar, con su propio ejemplo, que tener un foco claro y una misión bien definida es la mejor garantía de éxito y de permanencia.
He aprendido, en primer lugar, que a menudo los primeros a los que hay que convencer son los de tu propia casa. En muchos casos, hay más interés por la Responsabilidad Social fuera que dentro de la propia organización. Ganar legitimidad interna puede resultar más difícil que ganarla fuera, pero es una condición indispensable para que los proyectos de RSE sean sostenibles y creíbles.
También he aprendido que no hay que tener miedo a ser exigentes. Con frecuencia intentamos justificar la Responsabilidad Social apelando a razones coyunturales —que es buena para el negocio, que mejora la reputación o que el mercado lo demanda— y nos olvidamos de la razón más profunda: la convicción. La Responsabilidad Social no debería ser una estrategia de imagen, sino una expresión del papel que la empresa asume en la sociedad. Y, curiosamente, cuando se explican bien estas razones, la gente suele entenderlas y comprometerse de verdad.
Por último, he aprendido que la falta de recursos se puede compensar con entusiasmo y compromiso. La mayoría de las personas que trabajan en este ámbito tienen un talante abierto y unas convicciones firmes, cualidades esenciales para mantener la perseverancia y la paciencia necesarias para abrirse paso en un terreno que no siempre es fácil. Gracias a ellas, la RSE ha seguido avanzando incluso en momentos en que los apoyos institucionales o económicos eran escasos.
En el mundo académico, las carreras profesionales suelen ser bastante planas, así que en mi caso la evolución ha sido más interior que de cargo o posición. En estos veinte años he seguido aprendiendo de mis maestros y colegas, y he procurado mejorar en la forma de explicar las cosas y de razonarlas con más profundidad y consistencia.
“Lo importante es llegar al fondo: comprender los fundamentos éticos de la RSE como contribución al bien común”
También he aprendido a mirar la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad con una perspectiva más amplia y realista. Con el tiempo he entendido mejor que detrás de los conceptos y las modas hay siempre un desafío humano y ético: cómo lograr que las organizaciones actúen con coherencia y contribuyan al bien común. Esa convicción, que ya estaba al principio, se ha hecho más serena y más madura con los años.
En las dos últimas décadas la RSE ha pasado de ser una corriente marginal a consolidarse como un elemento habitual del discurso empresarial. Sin embargo, este proceso de expansión no siempre ha ido acompañado de una transformación equivalente en la práctica.
A nivel internacional, destacaría varios hitos decisivos:
La consolidación del Pacto Mundial de las Naciones Unidas a comienzos de los 2000, que ofreció un marco ético básico y logró implicar a miles de empresas.
La expansión de los informes de Sostenibilidad impulsados por el Global Reporting Initiative (GRI), que profesionalizó la rendición de cuentas y generó un lenguaje común.
La aprobación de la Directiva Europea sobre Información No Financiera (2014) y la Directiva sobre Gobierno Corporativo Sostenible (SRD II), que dieron un impulso normativo al papel de los consejos de administración y a la transparencia en materia ESG.
Y, finalmente, la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2015, que ofrecieron un marco global de referencia para orientar la acción empresarial hacia los grandes retos sociales y ambientales.
En el contexto español, la evolución ha estado marcada por:
La publicación de los Códigos de Buen Gobierno, desde el Informe Aldama (2003) hasta el Código Unificado y sus revisiones posteriores, que establecieron estándares de transparencia, ética y responsabilidad en la gestión.
La aparición de iniciativas que han promovido y aglutinado el movimiento, como Forética, Corresponsables y la Red Española del Pacto Mundial, que han contribuido a generar comunidad, visibilidad y diálogo entre empresas, academia y sociedad civil.
La creación del Consejo Estatal de RSE, que en su momento representó un intento de institucionalizar el diálogo público-privado en esta materia, aunque hoy se encuentra pendiente de reactivación.
El desarrollo de programas universitarios y centros de investigación dedicados a la ética empresarial y la Sostenibilidad, que han formado a nuevas generaciones de profesionales y contribuido a dar rigor académico al debate.
Entre los factores impulsores de este proceso destacaría cuatro:
La creciente conciencia social y ambiental, que ha exigido a las empresas un compromiso más explícito con el bien común.
La globalización digital, que ha incrementado la exposición pública de las organizaciones y la demanda de coherencia entre discurso y práctica.
El papel de los inversores responsables, que tuvo un efecto catalizador en determinados momentos. También es verdad que su interés parece haberse enfriado recientemente, lo que revela que su compromiso no estaba aún profundamente arraigado.
Por último, conviene reconocer el papel de muchos emprendedores y pequeñas empresas que, con recursos limitados pero con una gran dosis de compromiso personal, han mantenido viva la llama de la Sostenibilidad en estos años. Su ejemplo demuestra que el verdadero motor del cambio no es el tamaño ni la disponibilidad de medios, sino la convicción. En muchos casos, han sido ellos quienes han mostrado que la Sostenibilidad es, ante todo, una cuestión de coherencia y de voluntad, y no sólo de regulación o de presupuesto.
En conjunto, estos hitos y factores han consolidado una base sólida para la RSE y la Sostenibilidad. El reto pendiente es avanzar desde la formalización hacia la integración real en la estrategia y la cultura de las organizaciones, donde la ética y la Sostenibilidad se vivan como parte del negocio y no sólo como un complemento reputacional.
Recuerdo dos momentos muy distintos, que ilustran bien los contrastes que he visto a lo largo de estos años.
El primero fue una comida con profesionales del ámbito de la RSE. A la hora del café, un alto ejecutivo de una entidad financiera española tomó la palabra para hablarnos sobre la importancia de la Responsabilidad Social. Su argumento fue más o menos así: “Por fin he entendido esto de la Responsabilidad Social. Si soy socialmente responsable, mis trabajadores estarán más implicados y rendirán mejor; mis clientes tendrán una buena imagen de la empresa y acabarán comprando más; y al final todo esto se traduce en un mayor beneficio para el accionista”. Mientras lo escuchaba, pensé: “¡No te has enterado de nada!”. Me pareció —y me sigue pareciendo— un ejemplo claro de cómo se instrumentaliza la Responsabilidad Social, reduciéndola a una herramienta más al servicio de la maximización del beneficio. La RSE, sin embargo, debería ser ante todo una oportunidad para repensar la empresa y su propósito, más allá de lo puramente económico. Aquella anécdota me dejó claro que, a pesar de los avances, todavía había —y sigue habiendo— mucho camino por recorrer.
El segundo recuerdo es mucho más positivo. Hacia el año 2000 participé en una conferencia del Reputation Institute en Boston. Allí conocí a personas como Alberto Andreu, Ángel Alloza o Esther Trujillo, que trabajaban en grandes empresas impulsando temas de reputación y Responsabilidad Social. Para mí fue un descubrimiento. Venía de un entorno académico bastante teórico, y aquel encuentro me abrió las puertas a un enfoque mucho más práctico, fresco y conectado con la realidad empresarial. Fue una experiencia que me ayudó a comprender mejor cómo se podía traducir la reflexión ética en gestión corporativa.
Ambas experiencias —una frustrante y otra inspiradora— reflejan bien la tensión constante en este campo: entre quienes ven la RSE como una estrategia y quienes la viven como una convicción. Y, quizá, el reto permanente consiste en lograr que la convicción y la estrategia vayan siempre de la mano.
Voy a responder desde el ámbito académico, que es el que mejor conozco. Ya he mencionado antes a algunos de ellos. Podríamos hablar de una primera generación de pioneros, entre los que estaban José Luis Fernández, Antonio Argandoña, José María Lozano y Joaquín Garralda. A este grupo se sumaron poco después otros como Domènec Melé, Adela Cortina, Jesús Conill, Domingo García Marzá. Seguro que me dejo otros muchos… Todos ellos contribuyeron decisivamente a introducir la ética empresarial en el ámbito universitario español y a situarla en diálogo con la filosofía y la gestión.
Después vinimos los de la segunda generación, entre los que destacaría a Carlos Moreno, el recordado Manuel Guillén, Jordi Melé, José Luis Retolaza y Leire San José, por citar algunos de los más cercanos. Y hoy contamos con una nueva generación de académicos, como Rafael Morales o Dolors Setó, junto con muchos otros que auguran un gran futuro para el campo de la ética y la responsabilidad empresarial en nuestro país.
“Si algo hemos aprendido en este tiempo es que la RSE debe estar en el corazón de las decisiones empresariales”
Unos apuntes históricos merecen ser recordados. Es justo mencionar a Miguel Ángel Gallo, profesor de Dirección General en el IESE, que ya en los años 80 escribió un libro titulado Responsabilidad Social de la Empresa, probablemente el primero publicado sobre el tema en España. También conviene recordar los Balances Sociales que publicaba anualmente el Banco de Bilbao, así como una iniciativa menos conocida, el Repertorio de Temas que el Banco Popular incluía junto con su memoria anual; ambos pueden considerarse un antecedente directo de los actuales informes de Responsabilidad Social.
En el plano más institucional, la European Business Ethics Network (EBEN) ha sido el gran referente académico en ética de los negocios. Más tarde surgió ABIS (The Academy of Business in Society), en la que también participé, con la ambición de convertirse en el principal referente europeo de la Responsabilidad Social para empresas y universidades. Fue un modelo innovador que combinaba visión académica y conexión empresarial, aunque, lamentablemente, tenía un modelo de negocio poco estable y se extinguió hace unos meses.
En el ámbito empresarial, conviene reconocer a pioneros como Alberto Andreu, Esther Trujillo, Toni Ballabriga y Ángel Alloza, que impulsaron la RSE desde dentro de las organizaciones cuando todavía era un terreno poco explorado. Y, en el plano político, es justo mencionar a Ramón Jáuregui y Carles Campuzano, dos personas que mostraron un interés genuino por la responsabilidad social y contribuyeron a darle respaldo institucional desde sus respectivas ocupaciones.
Hablamos mucho del Objetivo 17 de los ODS, el de tejer alianzas. También en el mundo de la RSE es fundamental establecer vínculos y construir comunidad. Les animaría a buscar espacios de encuentro, a compartir experiencias y a relacionarse con personas que comparten retos y aspiraciones similares. La Responsabilidad Social puede ser a veces un camino solitario dentro de las organizaciones, y formar parte de una red ayuda a mantener la motivación, a aprender de los demás y a no perder el impulso.
“La Responsabilidad Social no debería ser una moda, sino una necesidad fundamental”
El segundo consejo sería profundizar en las razones de la Responsabilidad Social. Es fácil quedarse en una visión superficial o instrumental —la RSE como herramienta para mejorar la reputación o atraer talento—, pero lo importante es llegar al fondo: comprender sus fundamentos éticos y su sentido como contribución al bien común. Sólo cuando la Responsabilidad Social se vive desde la convicción y los valores puede sostenerse en el tiempo y generar verdadero impacto.
El paso de la Responsabilidad Social a la Sostenibilidad ha supuesto un cambio importante: hemos pasado de una visión externa —centrada en la filantropía o en las acciones de imagen— a una visión más interna, que busca integrar la Sostenibilidad en las operaciones, la cadena de valor y las decisiones estratégicas de la empresa. Ese movimiento de “afuera hacia adentro” es uno de los grandes avances de los últimos años y deberá consolidarse en el futuro.
Ahora bien, me preocupa que ocurra algo parecido a lo que ya sucedió con la RSE: que, por haberla entendido mal, acabemos también “cansándonos” de la Sostenibilidad. La gran incógnita es cuál será el nuevo concepto que tomará el relevo cuando el término Sostenibilidad empiece a desgastarse.
“El reto sigue siendo el mismo: lograr que la ética y la Responsabilidad Social formen parte del corazón del negocio”
En 2030 finaliza el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y todo apunta a que muchos de ellos quedarán lejos de cumplirse. Es previsible que Naciones Unidas proponga entonces una nueva agenda global para, digamos, 2050. La cuestión es si esa futura agenda será capaz de mantener el consenso alcanzado con los ODS o si, por el contrario, una mayor carga ideológica dificultará su aceptación generalizada.
Otro gran reto será el de las nuevas tecnologías, especialmente la inteligencia artificial y sus derivadas. Cada avance tecnológico plantea nuevas cuestiones éticas y de responsabilidad. Las cuestiones que estas nuevas tecnologías van a plantear deberán abordarse con la misma profundidad con que se afrontaron en su momento los debates sobre derechos laborales o medio ambiente. La ética y la Responsabilidad Social seguirán siendo marcos de reflexión imprescindibles para guiar el desarrollo tecnológico al servicio del bien común.
También sigue pendiente el desafío de la medición y la rendición de cuentas. La taxonomía verde europea ha supuesto un paso importante, pero su complejidad ha puesto de manifiesto los límites de una regulación excesivamente técnica y burocrática. Todo apunta a que la futura taxonomía social será aún más extensa, lo que plantea un riesgo real: que el exceso de normas y obligaciones acabe frenando el impulso genuino de la Sostenibilidad. Encontrar un punto de equilibrio entre regulación e inspiración, entre control y convicción, será uno de los grandes desafíos de las próximas décadas.
En definitiva, el futuro de la RSE y la Sostenibilidad dependerá de nuestra capacidad para mantener vivo su sentido ético y humanista, evitando que se reduzcan a una mera cuestión de cumplimiento o de lenguaje. Mientras sigamos recordando que su objetivo último es mejorar las condiciones de las personas y cuidar la casa común, seguirá habiendo motivos para la esperanza.
Siempre he intentado poner el acento en la ética como motor de la responsabilidad y como fundamento último de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad. Es una convicción que aprendí de mis maestros y que he procurado transmitir a mis alumnos y colegas: que sin una base ética clara, la RSE corre el riesgo de convertirse en un instrumento más, vacío de sentido.
“El éxito de Corresponsables radica en su capacidad para mantenerse fiel a su misión original y adaptarse a las nuevas demandas”
A lo largo de estos años he tratado de tender puentes entre la reflexión filosófica y la práctica empresarial, mostrando que la ética no es una teoría externa a la empresa, sino una dimensión interna de la dirección y de la toma de decisiones. En ese sentido, quizá mi mayor contribución haya sido ayudar a que la ética se vea no como un adorno del management, sino como su parte más profunda y transformadora.
Me bastaría con que se me recordara como alguien que ayudó a mantener viva la idea de que la ética es el corazón de la responsabilidad. Si con mi trabajo he contribuido, aunque sea modestamente, a que algunas personas comprendan mejor esa conexión entre empresa, valores y bien común, me doy por satisfecho.
Y, más allá de lo académico, me gustaría que también se me recordara como alguien que tenía las puertas abiertas para escuchar y ayudar a quien lo necesitara.
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Entrevistamos a Choni Fernández, Directora de Cliente, Sostenibilidad y Comunicación de PortAventura World
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En el marco de su 20 aniversario, Corresponsables entrevista a Choni Fernández, Directora de Cliente, Sostenibilidad y Comunicación de PortAventura World, quien reflexiona sobre el trayecto de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad en la compañía, así como en el sector empresarial en general. Con más de una década de experiencia en el sector, Choni Fernández comparte su visión sobre cómo la Sostenibilidad ha pasado de ser una iniciativa aislada a convertirse en un pilar estratégico en la gestión empresarial. “Al principio, la Sostenibilidad era algo accesorio, pero con el tiempo hemos entendido que no solo es fundamental, sino que es esencial para el futuro de cualquier empresa”, señala.
En su conversación, destaca cómo PortAventura World ha integrado la Sostenibilidad en todos sus procesos, desde la cadena de suministro hasta la comunicación interna y externa. “Cuando nos sumamos al Pacto Mundial de las Naciones Unidas en 2008, marcamos el inicio de un proceso transformador. Nos dimos cuenta de que Sostenibilidad y Responsabilidad Social no son solo un beneficio reputacional, sino que también son un factor clave de competitividad”, explica Fernández.
Choni Fernández también aprovecha para destacar la labor de Corresponsables en estos años. “Corresponsables ha sido un aliado fundamental para PortAventura World. Recuerdo cómo Marcos nos insistió en la importancia de contar nuestra historia de Sostenibilidad, algo que, al principio, veíamos como un tema de ‘**backstage’’. Hoy, la Sostenibilidad ha dejado de ser algo invisible para convertirse en un tema de primer plano, donde Corresponsables ha jugado un papel clave al visibilizar las buenas prácticas y conectarnos con otros actores del sector”.
Además, Choni Fernández recalca el impacto de Corresponsables en la cultura de la responsabilidad empresarial en España, especialmente en el contexto de su aniversario: “Es increíble cómo Corresponsables ha logrado hacer de la Sostenibilidad una conversación social, mucho más allá de los círculos empresariales. Han permitido que las empresas compartan experiencias y se motiven mutuamente a avanzar en esta dirección”.
Pues mis inicios fueron en 2010, a raíz de un Plan de compras responsables.
PortAventura World tiene una trayectoria sólida en cuanto a la Sostenibilidad ambiental. En 2008, nos sumamos al Pacto Mundial de las Naciones Unidas, lo que marcó el inicio de nuestra integración de temas como los Derechos Humanos en nuestra cadena de suministro. La Sostenibilidad y la Responsabilidad Social Corporativa comenzaron a formar parte de la ‘S’ en ESG. Implementamos auditorías sociales en fábricas asiáticas, de donde importábamos parte de nuestro merchandising.
Y, debo admitir, superé muchos prejuicios: al evaluar el nivel de muchas fábricas chinas, me di cuenta de que, en ese entonces, no tenían nada que envidiar a las fábricas europeas.
En el pasado, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) en muchas empresas se centraba principalmente en políticas o medidas de mitigación de riesgos, lo cual no es negativo en sí mismo, pero a menudo quedaba al margen del núcleo del negocio. Se veía más como un complemento o incluso algo prescindible. Hoy en día, esta visión es insostenible. No hay empresa que tenga un verdadero presente y futuro que no integre la Sostenibilidad en cada uno de sus procesos y áreas clave de negocio.
“La Sostenibilidad era algo accesorio, pero con el tiempo hemos entendido que no solo es fundamental, sino que es esencial para el futuro de cualquier empresa”
Afortunadamente, hoy medimos el éxito no solo a través de las ventas, sino también en función de los impactos ambientales y sociales que generamos. La Sostenibilidad ha pasado a ser una parte fundamental de la estrategia empresarial y del valor que las organizaciones entregan a la sociedad.
Corresponsables ha sido parte del camino de Sostenibilidad de PortAventura desde sus inicios. Recuerdo a Marcos insistiéndonos en que teníamos que contar nuestra historia; en ese momento, nosotros éramos bastante reacios, seguíamos pensando que la Sostenibilidad era algo que pertenecía al ‘backstage’ y que no le interesaba a nadie. Es increíble haber vivido de cerca cómo ha ido ganando relevancia, cómo cualquier evento relacionado con este tema genera atención y cómo ha traspasado fronteras, llegando a Iberoamérica con aún más fuerza.
“Corresponsables ha sido un aliado fundamental para PortAventura World”
Corresponsables ha jugado un papel fundamental en el impulso de la Sostenibilidad en las últimas dos décadas, contribuyendo activamente a crear una cultura de Sostenibilidad y Responsabilidad en las empresas y organizaciones. Su enfoque ha sido clave para visibilizar y posicionar la Sostenibilidad como un componente esencial en la estrategia empresarial. A través de la difusión de buenas prácticas, la organización de eventos, y la promoción de una información accesible y relevante, Corresponsables ha logrado que muchas empresas comprendieran que la Sostenibilidad no es un tema accesorio, sino un eje central para la competitividad y el impacto social.
En los años más cercanos a 2010, muchas iniciativas de Sostenibilidad (o RSC) eran más reactivas, desconectadas de la estrategia central, con acciones “parche” (donaciones, campañas puntuales, compensaciones).
Hoy, la Sostenibilidad tiende a estar integrada como elemento clave de la estrategia, parte del modelo de negocio, con indicadores, gobernanza propia y enlace con los objetivos financieros.
Las empresas no solo “hacen Sostenibilidad”, sino que “son empresas sostenibles”.
Antes era frecuente que los informes ambientales/sociales fueran voluntarios, poco estandarizados, con indicadores seleccionados y poca comparabilidad.
En la actualidad, se ha multiplicado el uso de marcos reconocidos (GRI, SASB, TCFD, etc.). Además, regulaciones obligan a muchas empresas a reportar aspectos ESG (ambientales, sociales y de gobernanza).
“Cuando nos sumamos al Pacto Mundial de las Naciones Unidas en 2008, marcamos el inicio de un proceso transformador”
Finalmente destacaría el cambio en la presión de los stakeholders: inversores, clientes, reguladores: Ya no bastan los compromisos declarativos: los inversores evalúan riesgos climáticos, sociales y de gobernanza. ESG se ha convertido en un factor de asignación de capital. Los consumidores demandan más transparencia, productos “verdes” o “responsables”, y el “greenwashing” es cada vez más vigilado.
Sin duda, la creciente presión de los mercados financieros por canalizar inversiones sostenibles, junto con las regulaciones que exigen a las empresas reportar sus aspectos no financieros y la mayor sensibilización de clientes y consumidores, han impulsado un cambio significativo en la Sostenibilidad empresarial.
“El futuro de la Sostenibilidad pasa por integrar cada vez más la transparencia, la innovación y la regeneración”
A lo largo de mi carrera en Sostenibilidad Empresarial, he aprendido que la Sostenibilidad no es una meta puntual, sino un proceso continuo de transformación cultural dentro de las organizaciones. Al principio, la Sostenibilidad se entendía principalmente como una serie de acciones sociales o medioambientales complementarias; con el tiempo he comprobado que su verdadero impacto surge cuando se integra en la estrategia, la toma de decisiones y la identidad corporativa.
He aprendido también que la Sostenibilidad es, ante todo, una cuestión de coherencia y propósito. No basta con comunicar valores: hay que vivirlos y traducirlos en prácticas diarias, indicadores y compromisos reales, tanto internos como externos.
El trabajo en Sostenibilidad me ha enseñado la importancia de escuchar a los grupos de interés, entender sus expectativas y construir relaciones basadas en la confianza y la transparencia. Y lo más importante de todo, me ha mantenido fiel a mis valores y me ha hecho mejor persona.
Cuando PortAventura empezaba a dar sus primeros pasos firmes en Sostenibilidad, una de las grandes iniciativas fue implantar un sistema de reciclaje unificado en todo el parque. La idea era sencilla: contenedores de colores para separar residuos… fácil, ¿verdad?
Lo que no sabíamos era que los colores no significan lo mismo en todos los países. ¿Lo sabíais?
“Sostenibilidad y Responsabilidad Social no son solo un beneficio reputacional, sino que también son un factor clave de competitividad”
Así que tras las discusiones iniciales y ante la imposibilidad de instalar islas de reciclaje por nacionalidad, optamos por poner pictogramas en cada tipología de contenedor.
Lección: la Sostenibilidad no solo requiere buenas intenciones, sino también claridad, empatía cultural y mucho sentido del humor.
He aprendido y sigo aprendiendo, de referentes internacionales como Paul Polman, Tensie Whelan, por su labor al frente del Center for Sustainable Business de la Universidad de Nueva York, y más recientemente Daniel Truran, de B Lab Europe, cuyo enfoque humanista sobre la empresa como fuerza para el bien me resulta profundamente inspirador.
Pero también de ejemplos más cercanos como de Mango —donde con Beatriz Bayo aprendí mucho sobre las auditorías sociales en fábricas asiáticas—, también de Ana Palencia y su impulso a las marcas con propósito, he tenido la suerte de inspirarme en personas que han marcado un antes y un después en la Sostenibilidad empresarial.
Pero, si te digo la verdad, con el tiempo me he dado cuenta de que mi mayor referente ha sido mi madre. Representante de una generación que no lo tuvo nada fácil, ella es, sin saberlo, quien mejor encarna el concepto de economía circular.
“Recuerdo cómo Marcos nos insistió en la importancia de contar nuestra historia de Sostenibilidad”
En casa, la ropa siempre se reciclaba, los restos de comida volvían convertidos en nuevos y deliciosos platos, y nada se tiraba sin pensar si podía tener una segunda vida. Aquella forma de vivir, nacida de la necesidad y del sentido común, se ha convertido con los años en mi mayor lección de Sostenibilidad: que la Responsabilidad y el aprovechamiento empiezan en lo cotidiano, mucho antes de que existieran etiquetas o certificaciones.
Dentro del sector turístico: Iberostar Hotels & Resorts es, sin duda, uno de los casos más emblemáticos de éxito en Sostenibilidad dentro del turismo español e internacional.
Su evolución en materia de RSE y Sostenibilidad ha sido tan sólida y coherente que hoy se la considera referente mundial en turismo responsable vinculado a los océanos.
Me fascina que Gloria Fluxà, vicepresidenta de la compañía, se presente como Chief Sustainability Officer, con su liderazgo el grupo emprendió una transformación profunda hacia un modelo de negocio basado en la Sostenibilidad, centrado en el lema “Wave of Change”.
Creo que estamos entrando en una nueva etapa: la Sostenibilidad dejará de ser algo complementario o “bonito de tener” para convertirse en el eje central de la estrategia empresarial. Las empresas del futuro no se medirán solo por lo que producen, sino por cómo contribuyen al bienestar social y ambiental.
En los próximos años veremos una evolución clara: pasaremos de reducir impactos a regenerar ecosistemas y comunidades. Ya no bastará con contaminar menos, sino con dejar un legado positivo. Al mismo tiempo, la regulación será más exigente, y la transparencia total —con datos reales y verificables— será la norma.
“La Sostenibilidad ha dejado de ser algo invisible para convertirse en un tema de primer plano”
El gran reto estará en transformar la cultura organizacional: formar líderes con visión sistémica, empáticos y comprometidos, capaces de equilibrar negocio y propósito. También deberemos evitar la “fatiga verde” y mantener la credibilidad frente a tanta información y etiquetas.
Pero hay grandes oportunidades: la Sostenibilidad será motor de innovación, atracción de talento y diferenciación competitiva. Las empresas que integren propósito y rentabilidad serán las que prosperen.
En definitiva, el futuro pasa por dejar de “hacer RSE” y empezar a ser empresas verdaderamente sostenibles, que no solo mitiguen impactos, sino que generen valor y esperanza.
Las nuevas generaciones tienen la clave para llevar la Sostenibilidad al siguiente nivel. Vienen con una conciencia más global y auténtica; nuestro papel es acompañarles y dejarles espacio para innovar. Si unimos su energía con nuestra experiencia, el legado será imparable.
La Sostenibilidad sin comunicación no avanza. Podemos tener grandes proyectos, políticas y compromisos, pero si no sabemos contarlos con transparencia, rigor y cercanía, corremos el riesgo de que se queden invisibles o de que la sociedad no los entienda.
Comunicar bien la Sostenibilidad no es hacer marketing, es crear conciencia y generar confianza. Es explicar el “por qué” y el “para qué” de lo que hacemos, mostrando los logros, pero también los retos pendientes.
“Corresponsables ha logrado hacer de la Sostenibilidad una conversación social, mucho más allá de los círculos empresariales”
En ese sentido, Corresponsables ha hecho una labor imprescindible. Ha sido un medio pionero en dar voz a quienes creemos en la gestión responsable, en conectar empresas, administraciones y entidades sociales, y en visibilizar las buenas prácticas que inspiran a otros.
Gracias a ellos, la Sostenibilidad ha ganado espacio en el debate público y ha dejado de ser un tema “de expertos” para convertirse en una conversación social.
Creo sinceramente que su trabajo ha contribuido a construir una cultura de la responsabilidad compartida, que es justo lo que la Sostenibilidad necesita: no solo acciones individuales, sino un relato colectivo que impulse el cambio.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en el Caso Práctico de PortAventura World en el Anuario Corresponsables 2025.
La entrada Choni Fernández: “La Sostenibilidad no solo requiere buenas intenciones, sino también claridad, empatía cultural y mucho sentido del humor” se publicó primero en Corresponsables.
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Entrevistamos a Esperanza Carrillo, Responsable de RSE y Nuevos mercados de PEFC España
La entrada Esperanza Carrillo: “La Sostenibilidad necesita más colaboración real entre personas y territorio” se publicó primero en Corresponsables.
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Con motivo del 20 aniversario de Corresponsables, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Esperanza Carrillo, Responsable de RSE y Nuevos Mercados de PEFC España, quien reflexiona sobre el evolucionar de la RSE y la Sostenibilidad en las últimas dos décadas. En una conversación marcada por la coherencia y el compromiso, Carrillo nos ofrece una visión amplia del sector, destacando cómo PEFC ha contribuido a hacer de la sostenibilidad una práctica auditable y un motor de cambio en la gestión forestal.
En sus palabras, “Cuando comencé en este ámbito, la RSE era aún incipiente. Se veía como algo voluntario, más asociado a la comunicación que a la estrategia. Hoy, sin embargo, la Sostenibilidad es un pilar fundamental de la gestión empresarial”. Y es precisamente en esta evolución donde destaca el papel fundamental que ha jugado Corresponsables en la difusión de una comunicación responsable. “Conocí a Corresponsables en los primeros años de expansión de la comunicación responsable en España. Desde entonces, habéis sido un referente, un espacio de encuentro para visibilizar iniciativas que demuestran que es posible generar valor económico cuidando del entorno y de las personas“, asegura.
A lo largo de la entrevista, Esperanza Carrillo también pone en valor los hitos más importantes de la RSE y la Sostenibilidad, señalando la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible como puntos clave en la consolidación de un modelo empresarial más responsable. “Es emocionante ver cómo la Sostenibilidad ha dejado de ser un concepto abstracto para convertirse en una obligación medible y transparente, respaldada por normativas como la Directiva CSRD“, comenta.
De cara al futuro, Carrillo apuesta por una Sostenibilidad cada vez más estratégica y tecnológica, con la trazabilidad digital y la inteligencia de datos como factores decisivos para una transición justa. “El gran desafío será hacerlo accesible para las pymes y los territorios rurales, pero sin duda, la participación activa de las nuevas generaciones será clave para seguir avanzando en este camino”.
Mi formación está ligada a la Sostenibilidad, y desde el inicio tuve claro que los retos ambientales y sociales debían entenderse de forma integrada. Incorporarme a PEFC España me permitió aplicar esa visión en un ámbito como el sector forestal. En PEFC, la Sostenibilidad se traduce en prácticas verificables, con impacto real en el entorno natural, en los territorios rurales y en las personas que viven del bosque.
“La Sostenibilidad requiere coherencia, continuidad y alianzas”
Cuando comencé a trabajar en este ámbito, la RSE era aún incipiente. Se veía como algo voluntario, más asociado a la comunicación que a la estrategia. Hoy, sin embargo, la Sostenibilidad se ha convertido en un pilar de la gestión empresarial, respaldada por marcos normativos como la Directiva CSRD o la Taxonomía Europea, que vinculan los compromisos ambientales y sociales con la competitividad y la transparencia. Hemos pasado de hablar de “buenas prácticas” a hablar de obligaciones, métricas y rendición de cuentas.
“La RSE era aún incipiente, se veía como algo voluntario, más asociado a la comunicación que a la estrategia”
Conocí a Corresponsables hace muchos años, cuando la Sostenibilidad se comunicaba desde una óptica más empresarial. Con el tiempo, habéis sabido acercaros al mundo forestal y acompañar al sector en su discurso, dando visibilidad a proyectos como los de PEFC que conectan Sostenibilidad y territorio.
“Conocí a Corresponsables en los primeros años de expansión de la comunicación responsable en España”
Por ende, puedo decir que conocí a Corresponsables en los primeros años de expansión de la comunicación responsable en España. Desde entonces, habéis sido un referente: un espacio de encuentro para visibilizar iniciativas que demuestran que es posible generar valor económico cuidando del entorno y de las personas. PEFC España ha tenido la oportunidad de compartir con vosotros numerosas experiencias, siempre en un entorno profesional y constructivo.
Entre los cambios más significativos, destacaría la consolidación de los sistemas de medición y verificación, la integración de criterios ESG en la toma de decisiones y el creciente reconocimiento del papel de los bosques en la mitigación del cambio climático y mejora de la biodiversidad. También ha crecido la comprensión de que la Sostenibilidad no se limita a lo ambiental: abarca la igualdad, la gobernanza y los derechos humanos.
Los hitos clave de estas dos décadas incluyen la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la aprobación de la Directiva de Información No Financiera, el impulso de la economía circular y la financiación sostenible. En el ámbito forestal, un hito especial ha sido la consolidación del sistema PEFC como herramienta de RSE territorial: demuestra compromiso ambiental, social y económico en miles de montes gestionados de manera responsable.
Si tuviera que elegir una lección principal, diría que la Sostenibilidad requiere coherencia, continuidad y alianzas. No basta con tener proyectos o certificaciones: hay que implicar a las personas, escuchar al territorio y avanzar con transparencia y rigor técnico.
Recuerdo los primeros años de la RSE, cuando muchas empresas preguntaban: “¿Y esto para qué sirve y qué tiene que ver con el sector forestal?”. Hoy esas mismas compañías publican informes de sostenibilidad, miden sus emisiones y exigen trazabilidad a sus proveedores, muchos de ellos de productos procedentes de bosques certificados. Esa evolución demuestra que el cambio es posible.
“Hoy, la Sostenibilidad se ha convertido en un pilar de la gestión empresarial”
En cuanto a referentes, destacaría a las organizaciones que, como PEFC, convirtieron la Sostenibilidad en una práctica auditable. Por supuesto, a entidades como Corresponsables, que ayudaron a crear una conciencia empresarial sólida. Y a personas como María Rodríguez, que falleció hace unos meses, experta en consumo responsable y RSE, y sobre todo en valores de humanidad; creo que ha dejado un gran vacío en nuestros corazones pero un importante legado en el ámbito de la Sostenibilidad.
Tengo que decir que PEFC es, en sí mismo, un caso de éxito en Sostenibilidad: millones de hectáreas certificadas, miles de empresas implicadas y una cadena de responsabilidad que conecta el bosque con el consumidor final. Cada sello PEFC representa una gestión responsable, verificable y comprometida con las personas y el entorno natural.
“PEFC es, en sí mismo, un caso de éxito en Sostenibilidad: millones de hectáreas certificadas y miles de empresas implicadas”
La principal lección que he aprendido es que la Sostenibilidad no se impone, se construye con paciencia y coherencia. Requiere diálogo, participación y voluntad de mejora constante. He comprobado que cuando la gestión responsable se entiende como una oportunidad surgen las verdaderas transformaciones.
De cara al futuro, creo que la Sostenibilidad será cada vez más estratégica y tecnológica. La trazabilidad digital, la inteligencia de datos y la transparencia marcarán la diferencia. El gran desafío será hacerlo accesible para las pymes y para los territorios rurales, garantizando una transición justa e inclusiva.
“La Sostenibilidad no se impone, se construye con paciencia y coherencia”
Las nuevas generaciones tienen un papel protagonista. Para ellas, la Sostenibilidad no es un añadido, sino una condición natural del desarrollo. Sin embargo, en el sector forestal afrontamos un importante desafío de relevo generacional: necesitamos atraer y formar a jóvenes que den continuidad a la gestión activa de los bosques. Sin su participación, no sería posible garantizar la Sostenibilidad económica, social y ambiental de los territorios rurales.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en la Buena Práctica de PEFC España en el Anuario Corresponsables 2025.
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Entrevistamos a Marcelo Miranda, CEO de Consolis Tecnyconta
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Con motivo del 20 aniversario de Corresponsables, tuvimos la oportunidad de conversar con Marcelo Miranda, CEO de Consolis Tecnyconta, una empresa referente en el sector de la construcción industrializada. Durante esta entrevista, Miranda comparte su visión sobre cómo la Responsabilidad Social Empresarial y la Sostenibilidad se han integrado en la estrategia de la compañía y cómo, con el tiempo, estos conceptos han dejado de ser una opción para convertirse en una exigencia para cualquier empresa que aspire a ser competitiva y relevante en el mercado.
“Desde el inicio de mi carrera, he entendido que una empresa no debe limitarse únicamente a generar valor económico, sino que también debe contribuir de manera tangible al entorno en el que opera”, asegura Miranda, quien ha sido un protagonista clave en la transformación hacia una construcción más sostenible. A lo largo de la entrevista, destaca cómo Consolis Tecnyconta ha logrado incorporar la innovación y la industrialización en sus procesos constructivos, demostrando que es posible combinar eficiencia, rentabilidad y Sostenibilidad.
“Corresponsables ha jugado un papel fundamental en la visibilización de la RSE y la Sostenibilidad en España”
Refiriéndose al trabajo de Corresponsables en su 20 aniversario, Marcelo Miranda no duda en recalcar la relevancia que ha tenido la plataforma para promover la Sostenibilidad y la Responsabilidad Social en el ámbito empresarial: “Corresponsables ha jugado un papel fundamental en la visibilización de la RSE y la Sostenibilidad en España. Su capacidad para conectar a empresas, instituciones y profesionales de todos los sectores ha permitido que estos temas dejen de ser nicho y se conviertan en cuestiones transversales, fundamentales para el futuro de los negocios. El 20 aniversario de Corresponsables es una verdadera celebración de este avance”.
Durante la entrevista, Marcelo reflexiona sobre cómo la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad se han convertido en motores de cambio en el sector de la construcción, una industria tradicionalmente alejada de estos conceptos. También destaca el papel de las nuevas generaciones en la transformación de este modelo empresarial, asegurando que son ellas quienes liderarán el futuro de una construcción más responsable y sostenible.
Desde el inicio de mi carrera, la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad han formado parte de mi manera de entender el liderazgo. Siempre he creído que una empresa no debe limitarse a generar valor económico, sino también a contribuir de forma tangible al entorno en el que opera.
Esa convicción ha guiado muchas de las decisiones que he tomado a lo largo del tiempo, y hoy sigue muy presente en lo que hacemos en Consolis Tecnyconta, donde impulsamos el desarrollo de soluciones innovadoras, responsables y de calidad que impulsan la Sostenibilidad real de la construcción, generando un impacto positivo en la rentabilidad, productividad y el entorno.
“Desde el inicio de mi carrera, la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad han formado parte de mi manera de entender el liderazgo”
Diría que cuando empezamos a plantear la optimización de los procesos de construcción a partir del impacto ambiental y desde el punto de vista de la eficiencia e innovación, se veía como algo costoso o complejo de llevar a cabo.
Sin embargo, fue precisamente esa primera apuesta por hacer las cosas de forma distinta la que dio paso a nuevas oportunidades. Al combinar innovación, industrialización y una visión compartida con nuestros clientes, demostramos que otra forma de construir era posible —más eficiente y sostenible. Gracias a esa convicción, nos posicionamos como referentes en construcción industrializada en el sector del prefabricado.
Cuando empecé, la RSE no formaba parte del núcleo estratégico de las compañías, y mucho menos se consideraba la Sostenibilidad como ventaja competitiva. A día de hoy, esto ha cambiado, la Sostenibilidad se mide y se exige, nosotros la transformamos en una parte del proceso constructivo apostando fuertemente por la innovación, logrando mayor eficiencia, menor uso de materias primas y un enfoque integral que permite entregar proyectos rentables en menos tiempo.
Considero que han sido la entrada en vigor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el avance normativo en Europa y el desarrollo de nuevas tecnologías que permiten construir más rápido y con menor impacto. En nuestro caso, en Consolis Tecnyconta trabajamos para ofrecer soluciones que sean eficientes y rentables, además de sostenibles, por eso lanzamos Green Spine Line®, línea de productos que reduce la huella de carbono en más de un 40% según tipo proyecto; TecnyData®, solución avanzada de prefabricados de hormigón sostenible específica para centros de datos; o TecnyHome, sistema de construcción industrializada que apuesta por la calidad y Sostenibilidad en la edificación residencial.
En Consolis Tecnyconta estamos convencidos de que el futuro de la construcción es responsable. Por ello, la Sostenibilidad es un valor presente de forma transversal en nuestra estrategia empresarial.
Nuestra experiencia nos ha demostrado que los avances van de la mano de la eficiencia operativa, la reducción de tiempos, la optimización de costes y una mentalidad abierta al cambio. Innovar implica asumir riesgos, pero también abre la puerta a oportunidades reales de transformación. Por eso aplicamos un enfoque fail fast, equivocarse pronto nos permite aprender más rápido, ajustar y mejorar con mayor agilidad.
“Una empresa no debe limitarse a generar valor económico, sino también a contribuir de forma tangible al entorno en el que opera”
Además, en el ámbito de la Responsabilidad Social Empresarial, hemos aprendido que la Sostenibilidad no se limita solo al impacto ambiental, sino que también implica un compromiso firme con las personas y con el entorno en el que operamos. En Consolis Tecnyconta trabajamos para generar valor social a través de la creación de empleo estable y de calidad, la seguridad y bienestar de nuestros equipos, la colaboración con comunidades locales y el impulso de proyectos que fomenten la innovación y el desarrollo del sector.
La RSE nos ha enseñado que escuchar y dialogar con nuestros grupos de interés es clave para crecer de forma responsable y que la confianza se construye día a día con hechos, no solo con palabras.
Nos dirigimos hacia un modelo empresarial donde la rentabilidad y el crecimiento empresarial, como indicadores clave del rendimiento, también serán impulsados por la Sostenibilidad.
“Fue precisamente esa primera apuesta por hacer las cosas de forma distinta la que dio paso a nuevas oportunidades”
Los retos que enfrentaremos en las próximas décadas serán complejos. La transformación digital, las nuevas exigencias regulatorias, la presión sobre los recursos naturales, entre otros, pero también abrirán grandes oportunidades. Las compañías que sepan anticiparse, innovar y actuar marcarán el camino, posicionándose como referentes.
Creo que las nuevas generaciones tienen un papel fundamental en la continuidad y la evolución del camino hacia un modelo empresarial más responsable y sostenible.
Podríamos decir que las nuevas generaciones están más sensibilizadas y cuentan con una visión transversal y más colaborativa. Nos empujan a hacer las cosas mejor, a ser más transparentes y coherentes. Y eso es fundamental, porque no solo van a continuar el legado, sino que serán los encargados de liderar la transformación de un modelo del que hoy estamos construyendo los cimientos.
“Las nuevas generaciones son las que liderarán el futuro de un modelo empresarial más responsable y sostenible”
Por eso, nuestro papel es darles herramientas, espacio y, sobre todo, confianza, para que lo hagan posible.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.
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Entrevistamos a Mariví Sánchez, Directora de Sostenibilidad y Comunicación de Nauterra
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“Comencé a trabajar en el mundo de la Sostenibilidad casi por casualidad”, recuerda Mariví Sánchez, Directora de Sostenibilidad y Comunicación de Nauterra, quien lleva casi dos décadas impulsando la integración de la Responsabilidad Social en el corazón del negocio. Desde sus inicios en Abengoa, donde cofundó el departamento de Responsabilidad Social junto a Carlos Bousoño, hasta su papel actual en el sector alimentario, Sánchez ha sido testigo directo de cómo la Sostenibilidad ha pasado “de la filantropía a la gestión estratégica”.
Convencida de que “la Sostenibilidad tiene ya un grado de integración en los negocios muy relevante”, la directiva destaca que en la actualidad “ya no hace falta explicar lo que es la Sostenibilidad”, un síntoma claro de la madurez del ámbito y del avance hacia modelos empresariales más responsables y medibles.
En la conversación, Mariví repasa los grandes hitos de estas dos décadas: la evolución legislativa, el papel de la ciencia y la cuantificación de impactos, y la irrupción de la inversión sostenible como catalizadores del cambio. “Hemos pasado de las buenas intenciones a la medición y análisis de riesgos, impactos y oportunidades. De discursos futuristas a discursos realistas”, afirma.
Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, la directora de Nauterra subraya el papel fundamental del medio en la consolidación del movimiento de la RSE en España: “Corresponsables fue un altavoz muy importante en los inicios. Era de los pocos medios especializados en Sostenibilidad y podíamos contar siempre con ellos. Fueron pioneros y consiguieron atraer más medios al sector y acercar también la Sostenibilidad a medios más generalistas”.
Sánchez también recuerda con admiración el trabajo de Marcos y Pablo, fundadores del medio: “Recuerdo incansables a Marcos y a Pablo asistiendo a eventos, recorriendo Madrid de punta a punta y cubriendo todo lo que llevaba la palabra sostenible”.
Mirando hacia el futuro, Mariví sostiene que el gran reto será la adaptación de los negocios al cambio climático y el uso de la tecnología para reducir emisiones y optimizar recursos. Y lanza un mensaje a las nuevas generaciones: “Su papel va a ser decisivo, pero es importante que recuperemos el valor del bien colectivo si queremos seguir avanzando en Sostenibilidad”.
Comencé a trabajar en el mundo de la Sostenibilidad casi por casualidad. Una oferta de trabajo para un departamento de comunicación que en medio del proceso decidió dividirse en un departamento de comunicación corporativa y otra de Responsabilidad Social. Y ahí acabé, junto a Carlos Bousoño, creando el departamento de Responsabilidad Social de Abengoa hace ya la friolera de casi 18 años.
“Comencé a trabajar en el mundo de la Sostenibilidad casi por casualidad”
Desde ese momento me convertí en una convencida de la labor que realizan los departamentos de Sostenibilidad en una compañía y hasta hoy, que sigo haciendo lo mismo, en otro sector, en otra empresa pero con la misma ilusión y compromiso que cuando empecé. He tenido mucha suerte de poder dedicarme a esto.
Mis inicios en el mundo de la Sostenibilidad coinciden casi con la irrupción de la Sostenibilidad en las agendas de las empresas. En aquel momento había que hacer mucha labor didáctica interna y externamente, nadie tenía claro a qué nos dedicábamos. Había que reivindicar una y otra vez el rol que teníamos en la empresa y empezar a acercar el camino de la Sostenibilidad y del negocio. Recuerdo mucho predicamento y mucha frustración compartida con colegas del gremio sostenible, también.
“Me convertí en una convencida de la labor que realizan los departamentos de Sostenibilidad en una compañía”
No recuerdo exactamente cuándo conocí Corresponsables. Cuando llegué al mundo de la Sostenibilidad en 2007 ya estaban y desde entonces siempre han estado. No era tan grande, pero recuerdo incansables a Marcos y a Pablo asistiendo a eventos, recorriendo Madrid de punta a punta y cubriendo todo lo que llevaba la palabra sostenible.
“Corresponsables fue un altavoz muy importante en los inicios”
Corresponsables fue un altavoz muy importante en los inicios. Era de los pocos medios especializados en Sostenibilidad y podíamos contar siempre con ellos. Fueron pioneros y consiguieron atraer más medios al sector y acercar también la Sostenibilidad a medios más generalistas.
¡Hace tiempo que no hace falta explicar lo que es la Sostenibilidad! Ese es un cambio importante. Esto que suena a chiste implica que la Sostenibilidad tiene ya un grado de integración en los negocios muy relevante.
Cuando llegué a Nauterra en 2016, no había tantas empresas que tuvieran una dirección de Sostenibilidad en el Comité de Dirección, ahora casi todas cuentan con alguien que representa estas cuestiones en el foro de toma de decisiones. En una gran parte de las empresas, la Sostenibilidad está integrada en su negocio, en su propia narrativa y en su estrategia de negocio. Esto era utópico hace unos años.
La legislación ha evolucionado a pasos de gigante en este sentido. De hecho, ha sido quien ha catalizado esa integración más estratégica. Antes se hablaba de voluntariedad, ahora de cumplimiento y diferenciación.
Ha habido una enorme evolución en las últimas dos décadas. Hemos pasado de un enfoque filantrópico a un enfoque de gestión del negocio. De las buenas intenciones a la medición y análisis de riesgos, impactos y oportunidades. De discursos futuristas a discursos realistas.
“Hace tiempo que no hace falta explicar lo que es la Sostenibilidad”
La ciencia, la cuantificación de impactos, la legislación y la inversión sostenible han sido, en mi opinión, los cuatro grandes catalizadores de esta evolución.
La gran lección que he aprendido es que quienes nos dedicamos a la Sostenibilidad dentro del ámbito empresarial debemos hablar en el lenguaje del negocio y de la empresa, sólo así se produce esa verdadera integración estratégica.
La importancia de la medición, de los datos y de la precisión a la hora de abordar los impactos. Las palabras vacías y las declaraciones grandilocuentes no sirven de absolutamente nada si no están sustentadas en datos.
Uno de mis grandes referentes a día de hoy, además de amigo, es Ramón Pueyo, socio responsable de Sostenibilidad y Buen Gobierno de KPMG. Junto con su equipo de entonces y el de ahora, creo que han sido unos de los grandes impulsores de la Sostenibilidad en España.
“Hemos pasado de un enfoque filantrópico a un enfoque de gestión del negocio”
En general, te diría que las Big4 han tenido un papel decisivo para las empresas españolas.
Nauterra fue pionera en el sector en diseñar unos objetivos públicos de reducción de impacto cuantitativos, exigentes y con un horizonte de cumplimiento específico marcado.
Ha sido también pionera en certificar las plantas residuo cero y en Abengoa creamos un panel internacional independiente de Expertos en Sostenibilidad que asesoraban a la empresa y que tenía miembros tan ilustres como María Mendiluce, Ángel Alloza o Marina Grossi, otro gran ejemplo de referentes personales.
En estos tiempos convulsos predecir es un ejercicio de alto riesgo, pero me atrevo a asegurar que estamos ya en el camino de no retorno. No será posible concebir empresas que no midan y reduzcan sus impactos.
“La gran lección que he aprendido es que quienes nos dedicamos a la Sostenibilidad dentro del ámbito empresarial debemos hablar en el lenguaje del negocio y de la empresa”
El cómo es ya tan importante como el qué. ¿Gran reto de los próximos años? La adaptación de los negocios a las consecuencias del cambio climático y el desarrollo de tecnología como gran aliado para reducir emisiones y hacer un uso más eficiente de los recursos.
Aunque las nuevas generaciones tienen una mayor sensibilidad hacia estos temas, el mundo las dirige a un mayor individualismo que nos/los despoja de esa conciencia colectiva. Es importante que recuperemos el valor del bien colectivo si queremos seguir avanzando en Sostenibilidad.
Su papel va a ser decisivo.
Nuestro rol como consumidores y ciudadanos también es fundamental. Cada acción cuenta, y comprar unos productos y no otros perpetúa una manera u otra de hacer las cosas.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en el Caso Práctico de Nauterra en el Anuario Corresponsables 2025.
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Entrevistamos a Jordi Port Tarrés, Director Corporativo de Comunicación y Sostenibilidad de Noel Alimentaria
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“La Sostenibilidad no puede ser una función aislada, sino un eje transversal que impregne todas las decisiones empresariales”, afirma Jordi Port Tarrés, Director Corporativo de Comunicación y Sostenibilidad de Noel Alimentaria, quien ha vivido en primera persona la transformación de la Responsabilidad Social en una verdadera palanca estratégica.
Su interés por la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad surgió, explica, “de forma orgánica, como una evolución natural de mi compromiso con la comunicación con propósito”. Desde entonces, ha liderado la integración de estos valores en Noel, impulsando más de 150 acciones dentro del Plan Estratégico de Sostenibilidad 2023–2025 y trabajando ya en la estrategia 2026–2028.
Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, Jordi recuerda con cariño su primer contacto con el medio: “Conocí a Corresponsables en plena pandemia, cuando nos invitaron a compartir buenas noticias en medio del confinamiento. Fue un gesto profundamente humano y muy alineado con el propósito de la RSE.”
Para él, Corresponsables ha sido una pieza clave en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en España y América Latina: “Ha permitido visibilizar buenas prácticas, generar espacios de reflexión y conectar a profesionales comprometidos con el cambio.”
Convencido de que “la Sostenibilidad no es una moda, sino una exigencia ética y competitiva”, Jordi mira al futuro con optimismo y pone el foco en las nuevas generaciones: “Tienen el reto y la oportunidad de transformar la RSE y la Sostenibilidad en una cultura empresarial viva, no solo en una estrategia.”
Mi interés por la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad comenzó de forma orgánica, como una evolución natural de mi compromiso con la comunicación corporativa con propósito. Desde mis primeros años en Noel, entendí que la Sostenibilidad no podía ser una función aislada, sino un eje transversal que debía impregnar todas las decisiones empresariales.
El punto de inflexión llegó cuando en 2023 se incorporó bajo la dirección corporativa de comunicación, que ya lideraba, el área de Sostenibilidad. Fue entonces cuando empecé a gestionar proyectos estratégicos relacionados con este ámbito.
Al principio, la RSE era vista como una práctica voluntaria, muchas veces ligada a la filantropía y a acciones puntuales sin una estrategia definida. Las empresas que se implicaban lo hacían por convicción ética o por presión reputacional, pero no existía un marco normativo claro ni indicadores que permitieran medir el impacto real. La Sostenibilidad era vista como algo accesorio, no como parte del modelo de negocio.
“Mi interés por la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad comenzó de forma orgánica, como una evolución natural de mi compromiso con la comunicación corporativa con propósito”
Hoy, la RSE ha evolucionado hacia un enfoque estratégico y transversal, vinculado al propósito empresarial y a los criterios ASG. Las empresas han comprendido que su legitimidad social depende de su capacidad para generar valor compartido. Sin embargo, persisten sombras como el greenwashing o la incoherencia entre lo que se comunica y lo que realmente se hace. La clave está en la autenticidad, en el compromiso real y en entender que la Sostenibilidad no es una moda, sino una exigencia ética y competitiva.
Conocí a Corresponsables en plena pandemia, en marzo de 2020, cuando Marcos González nos escribió para invitarnos a compartir nuestras buenas noticias en medio del confinamiento. Fue un gesto que me pareció profundamente humano y alineado con el propósito de la RSE: poner en valor lo positivo incluso en los momentos más difíciles. Desde entonces, hemos colaborado en múltiples ocasiones, desde entrevistas y jornadas hasta grabaciones y revisiones de contenidos.
“Conocí a Corresponsables en plena pandemia, en marzo de 2020, cuando Marcos González nos escribió para invitarnos a compartir nuestras buenas noticias en medio del confinamiento”
Corresponsables ha sido una pieza clave en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en España y América Latina. Su labor como medio especializado ha permitido visibilizar buenas prácticas, generar espacios de reflexión y conectar a profesionales comprometidos con el cambio.
En estas dos décadas, la RSE y la Sostenibilidad han pasado de ser conceptos periféricos a convertirse en pilares estratégicos de las organizaciones. Entre los hitos más relevantes destacan la incorporación de los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza), la consolidación de marcos normativos como la Ley de Información No Financiera y la profesionalización del rol de la Sostenibilidad en las empresas.
“La Sostenibilidad no podía ser una función aislada, sino un eje transversal que debía impregnar todas las decisiones empresariales”
También ha sido clave la evolución del consumidor, cada vez más exigente y consciente, que ha impulsado cambios en la cadena de valor, como la gestión responsable del agua, la descarbonización y la circularidad.
Los factores que han impulsado estos cambios son múltiples: la presión regulatoria, la emergencia climática, la digitalización y, sobre todo, la voluntad de muchas organizaciones de generar impacto positivo. En el caso de Noel, por ejemplo, se han implementado más de 150 acciones en el marco del Plan Estratégico de Sostenibilidad 2023–2025, y se está trabajando ya en la estrategia 2026–2028.
Esta evolución ha sido posible gracias al compromiso transversal de los equipos, la medición mediante KPIs y la integración de la Sostenibilidad en la cultura corporativa.
Más allá de los hitos que hemos podido conseguir en materia medioambiental, igualdad e inclusión o relativos a la acción social, una de las iniciativas que hemos puesto en marcha en Noel ha sido la creación del Comité de Sostenibilidad.
Se trata de un órgano transversal que evalúa trimestralmente el cumplimiento de la estrategia de Sostenibilidad de la compañía y marca las directrices para que todos los departamentos puedan integrar la Sostenibilidad en su agenda. Este comité está formado por la presidencia, la dirección general, así como por otros directivos y técnicos de diferentes áreas.
“La clave está en la autenticidad, en el compromiso real y en entender que la Sostenibilidad no es una moda, sino una exigencia ética y competitiva”
Complementariamente, se ha impulsado también la figura de los sustainability champions, responsables de Sostenibilidad de cada departamento, encargados de reportar avances y desviaciones en el despliegue de la estrategia y promover iniciativas desde sus respectivas áreas. Su formación específica y su rol activo están siendo clave para vehicular la estrategia y fomentar el compromiso interno.
Una de las grandes lecciones que he aprendido es que la RSE se construye desde la experiencia, la escucha activa y el compromiso real con las personas. El modelo 70:20:10 —aprender por la experiencia, con la ayuda de otros y a través de la formación— ha sido clave para entender que el cambio cultural se produce cuando se vive, se comparte y se acompaña.
La Sostenibilidad no es una meta, sino un proceso continuo de mejora, donde cada reto es una oportunidad para innovar y evolucionar.
El futuro de la RSE y la Sostenibilidad se presenta como un proceso de integración total en la estrategia empresarial. Ya no bastará con tener políticas responsables: será imprescindible demostrar impacto real, medible y coherente con los valores corporativos.
“Corresponsables ha sido una pieza clave en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en España y América Latina”
La presión regulatoria, la evolución del consumidor consciente y la urgencia climática marcarán la agenda. En sectores como el agroalimentario, por ejemplo, se anticipa una transformación profunda en la cadena de valor, con exigencias crecientes en Sostenibilidad ambiental, bienestar animal y relevo generacional.
Las nuevas generaciones tienen el reto y la oportunidad de transformar la RSE y la Sostenibilidad en una cultura empresarial viva, no solo en una estrategia. Su mirada crítica, su sensibilidad hacia el impacto social y ambiental, y su dominio de las tecnologías les permiten acelerar el cambio hacia modelos más éticos, inclusivos y transparentes.
“La Sostenibilidad no es una meta, sino un proceso continuo de mejora, donde cada reto es una oportunidad para innovar y evolucionar”
Pero para que este legado se mantenga y evolucione, es clave que las nuevas generaciones encuentren espacios donde puedan participar activamente en la toma de decisiones, asumir responsabilidades y conectar propósito con acción. El futuro de la Sostenibilidad dependerá de nuestra capacidad para integrar su visión con la experiencia acumulada.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en la Buena Práctica de NOEL en el Anuario Corresponsables 2025.
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Entrevistamos a Emilio Herranz Menéndez, Director de Recursos Humanos de Mantequerías Arias
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Lee un resumen rápido generado por IA “La gestión sostenible y la Responsabilidad Social Corporativa forman parte de nuestra estrategia como compañía y de nuestra cultura como empresa”, afirma Emilio Herranz Menéndez, Director de Recursos Humanos de Mantequerías Arias, quien desde 2008 impulsa esta visión responsable dentro de la organización. Para el directivo, “todas las personas que formamos la compañía somos corresponsables de llevarla a cabo”, reflejando una apuesta por la gestión sostenible, el compromiso con las personas y la acción social en los territorios donde la compañía está presente.
A lo largo de la entrevista, Herranz destaca que la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad han evolucionado en las últimas décadas para convertirse en una parte visible y medible de la estrategia empresarial. “Siempre hemos hecho una gestión responsable, a largo plazo y sostenible, pero ahora hemos visibilizado expresamente nuestro compromiso y nuestros objetivos como parte de nuestra estrategia”, señala, subrayando el papel clave de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que “supusieron el establecimiento formal de un compromiso global y su declinación en indicadores de acción y seguimiento”.
Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, el directivo pone en valor la labor del medio durante estas dos décadas, destacando su papel como referente en la difusión de la Sostenibilidad y la Responsabilidad Social. “Corresponsables ha contribuido a visibilizar el trabajo de quienes creemos que la empresa puede y debe ser un agente de cambio”, reconoce, resaltando la importancia de generar conciencia, inspirar y seguir impulsando una gestión responsable en todos los ámbitos empresariales y sociales.
Podemos decir que profesionalmente empecé a involucrarme de una forma más intensa, directa y permanente en la Responsabilidad Social desde que asumí la dirección de Recursos Humanos en Mantequerías Arias, en 2008.
La gestión sostenible y la Responsabilidad Social Corporativa forman parte de nuestra estrategia como compañía y de nuestra cultura como empresa, y todos los miembros del comité de dirección de Mantequerías Arias tenemos la responsabilidad de que la gestión de la empresa se desarrolle con una visión a largo plazo, sosteniblemente y de forma responsable.
Además, desde mi área de responsabilidad en la empresa, coordinamos la estrategia y políticas relacionadas con las personas, así como la acción social que llevamos a cabo en y con los territorios en los que estamos presentes, dos de los ejes en los que se divide nuestra estrategia de performance extra financiera, que está formada también por el planeta, el sector agrícola y nuestra oferta de productos y soluciones sanos y sostenibles.
“La gestión sostenible y la Responsabilidad Social Corporativa forman parte de nuestra estrategia como compañía y de nuestra cultura como empresa”
La Responsabilidad Social Corporativa y la gestión responsable siempre han formado parte de nuestra cultura como empresa y de nuestra estrategia empresarial, y todas las personas que formamos la compañía somos corresponsables de llevarla a cabo.
Más que anécdotas, destacaría el poder vivir en primera persona la gran experiencia de colaborar con algunas organizaciones que trabajan con colectivos de personas con discapacidad intelectual o de personas desfavorecidas. Te das cuenta de lo insignificantes que son algunos de nuestros problemas en comparación con los retos que ellos afrontan cada día, y de la humanidad y gratitud que todas estas personas transmiten cuando trabajas con ellas.
Hay un sinfín de experiencias y anécdotas que, como digo, se resumen en lo felices y agradecidas que se sienten estas personas cuando colaboras con ellas. Desbordan alegría, energía, motivación, esfuerzo y gratitud. Experiencias muy enriquecedoras y emotivas que refuerzan nuestra intención de seguir apoyando este tipo de iniciativas que muchas organizaciones desarrollan.
Tanto a nivel global como a nivel interno del Grupo Savencia y de Mantequerías Arias, el cambio fundamental ha sido el hecho de que la gestión responsable y sostenible y la Responsabilidad Social Corporativa han pasado a formar parte de la estrategia de una forma expresa, explícita y visible.
Aunque siempre han estado presentes, ha sido hace unos años cuando hemos dado un paso más, visibilizándolo y comunicándolo expresamente, lo cual no es sólo una declaración de intenciones, sino un compromiso firme y evidente. También se ha evolucionado mucho en la fijación de objetivos e indicadores de esta gestión y en su seguimiento para monitorizar sus resultados.
“Todos los miembros del comité de dirección de Mantequerías Arias tenemos la responsabilidad de que la gestión de la empresa se desarrolle con una visión a largo plazo, sosteniblemente y de forma responsable”
Tanto el Grupo Savencia como Mantequerías Arias son ejemplo de esta evolución en la RSE, ya que siempre hemos hecho una gestión responsable, a largo plazo y sostenible, pero ahora hemos visibilizado expresamente nuestro compromiso y nuestros objetivos como parte de nuestra estrategia. Lo hicimos con el plan OXYGEN hace unos años y lo hemos actualizado en nuestro nuevo plan estratégico, con dos grandes ejes de igual importancia: el performance financiero y el extra financiero, este último compuesto por cinco dimensiones: el sector agrícola, el planeta, nuestra oferta de productos y soluciones, las personas y los territorios donde estamos presentes.
A nivel global y también dentro del Grupo Savencia y Mantequerías Arias, el cambio fundamental ha sido la integración de la Responsabilidad Social Corporativa en la estrategia empresarial de forma expresa y visible. Aunque siempre ha estado presente, en los últimos años hemos reforzado su comunicación y seguimiento, lo que supone un compromiso firme y medible.
El plan OXYGEN fue clave en este proceso y hoy nuestra estrategia se basa en un equilibrio entre el performance financiero y el extra financiero, con cinco dimensiones: sector agrícola, planeta, productos y soluciones, personas y territorios.
El trabajo desarrollado a través de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), actualizados posteriormente por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2015, marcó un compromiso global formal con indicadores de acción y seguimiento para países, empresas y ciudadanos.
“Las personas y los territorios en los que estamos presentes son dos de los ejes en los que se divide nuestra estrategia de performance extra financiera”
Todo ello ha sido posible gracias a una mayor concienciación y sensibilización ciudadana, así como por los cambios sociales, económicos, políticos y medioambientales que han impulsado a los países a actuar de manera más formal y estratégica.
Las empresas nos hemos sumado a este movimiento como actores principales, incluyendo la Responsabilidad Social Empresarial en nuestra estrategia y comunicándola de forma más visible, con objetivos e indicadores concretos.
La importancia de incluir de forma expresa y visible en la estrategia de la compañía la gestión responsable y la Responsabilidad Social Corporativa, estableciendo planes de acción concretos y objetivos claros que permitan su seguimiento y evaluación.
El Grupo Savencia lo hizo hace años con el plan OXYGEN y ha dado un paso más con una estrategia global en la que el performance financiero y el extra financiero son los dos grandes ejes estratégicos a largo plazo.
“Siempre hemos hecho una gestión responsable, a largo plazo y sostenible, pero ahora hemos visibilizado expresamente nuestro compromiso y nuestros objetivos como parte de nuestra estrategia”
La Responsabilidad Social Empresarial y la Sostenibilidad llevan mucho tiempo formando parte de la gestión empresarial, aunque ahora se ha dado un salto cualitativo gracias a la profesionalización, el control y la inclusión formal en la estrategia, con objetivos e indicadores que guían la gestión y comunicación.
Recuerdo algunas reuniones en las que discutíamos sobre terminología medioambiental, como la diferencia entre reciclar y valorizar. Las personas con perfil más técnico intentaban explicarnos a los más generalistas la diferencia entre ambos conceptos y la necesidad de no confundirlos.
Estas discusiones solían terminar con alguna broma y risas entre nosotros, y lo positivo es que ahora no tengo ninguna duda de que valorizar no es sinónimo de reciclar.
No me gustaría centrarme en personas o entidades concretas. Prefiero destacar que muchas empresas, organizaciones y particulares anónimos llevan aplicando desde siempre una gestión responsable, sostenible y a largo plazo, aunque sin incluirlo formalmente en su estrategia ni en indicadores concretos.
En Mantequerías Arias, con 177 años de historia, no habríamos llegado hasta aquí sin una gestión sostenible y responsable desde el principio.
“El trabajo llevado a cabo a través de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y los Objetivos de Desarrollo Sostenible supuso el establecimiento formal de un compromiso global”
Esta misma reflexión se aplica a entidades y organizaciones sociales que realizan una inmensa labor social desde sus inicios. La clave es que la Responsabilidad Social debe articularse a todos los niveles (individual, empresarial, público, político…), cada uno con su propia responsabilidad e impacto, pero todos complementarios y necesarios.
Como en la pregunta anterior, sería injusto destacar un solo proyecto, ya que son muchas las organizaciones que trabajan en esta línea. Cada una, según su tamaño y recursos, aporta su granito de arena para lograr una mejor gestión de los recursos, reducir el impacto medioambiental, colocar a las personas en el centro y servir al bien común, consiguiendo que su actividad tenga un impacto positivo real.
El futuro de la RSE es ya el presente, y todos los actores sociales (entidades públicas, empresas y particulares) debemos trabajar juntos para afrontar grandes retos: la escasez y gestión de recursos, el crecimiento poblacional, los cambios climáticos, la gestión del agua y la energía, y el impacto de nuestra actividad en el planeta.
“La Responsabilidad Social Empresarial y la Sostenibilidad llevan formando parte de la gestión de las empresas muchísimo tiempo, aunque ahora se ha dado un salto cualitativo con la profesionalización de la gestión”
La clave será una economía circular y una gestión más eficiente, con retos ambiciosos pero también enormes oportunidades para generar valor y progreso.
Me gustaría que buscaran un equilibrio entre Responsabilidad Social, Sostenibilidad y gestión empresarial realista, pragmática, competitiva y creadora de valor. Que como consumidores, apostaran por los productos y servicios de las empresas que trabajan de forma responsable y con visión a largo plazo. Que desarrollaran una mentalidad crítica capaz de identificar los retos reales de la Sostenibilidad, alejándose de mensajes simplistas, y que asumieran un papel protagonista y activo en todo este proceso.
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Entrevistamos a Lourdes López, Directora General de BD en España y Portugal
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Con una trayectoria marcada por el compromiso y la coherencia, Lourdes López, Directora General de BD en España y Portugal, defiende una visión de empresa en la que la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad están integradas en cada decisión. “Siempre he creído que todos tenemos la oportunidad de causar un impacto, de dejar huella allá por donde pasamos”, afirma. Desde sus primeros años en la compañía, comprendió que “cuidar de la salud también implicaba cuidar del entorno, de nuestras comunidades y de nuestros equipos”, una filosofía que ha guiado su liderazgo en el sector sanitario.
López reconoce que la Sostenibilidad ha evolucionado profundamente: “La RSE se percibía como algo complementario, casi anecdótico. Hoy es parte del núcleo estratégico de las organizaciones”. Para ella, la clave está en la coherencia y en el compromiso real: “Las acciones deben estar alineadas con nuestros valores y cultura, generando credibilidad y confianza”. Bajo su dirección, BD ha reforzado su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente los relacionados con la salud, la igualdad, la innovación y la acción climática, convencida de que “la digitalización, la medición y la transparencia son esenciales para comunicar mejor nuestro impacto”.
Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, Lourdes López dedica unas palabras de reconocimiento al medio: “Desde sus inicios, Corresponsables ha sido mucho más que un medio: ha sido un catalizador, un puente entre empresas, instituciones y ciudadanía”. En su opinión, el medio ha contribuido a visibilizar las buenas prácticas del sector y a consolidar un lenguaje común en torno a la Sostenibilidad. “Habéis ayudado a las compañías a comunicar con coherencia, a aprender unas de otras y a avanzar de forma responsable. Habéis ejercido de altavoz para iniciativas y reflexiones que han contribuido a que la Sostenibilidad no solo se entienda, sino que se valore e integre como parte esencial del propósito empresarial”, destaca.
Mirando hacia el futuro, López considera que el gran reto será “mantener la coherencia en un entorno cada vez más exigente”, y la gran oportunidad, “la innovación, cómo usamos la tecnología para mejorar nuestro impacto y cómo involucramos a todos los actores —clientes, empleados, comunidades— en este camino”. Y concluye con una convicción que resume su propósito profesional y personal: “La RSE y la Sostenibilidad no son una moda ni una obligación. Son una forma de entender el liderazgo y la empresa. Cuidar de la salud también implica cuidar del entorno, de las personas y del futuro que queremos construir”.
Diría que de forma natural, como resultado de una combinación de mi propio compromiso personal y las experiencias profesionales que fui viviendo. Siempre he creído que todos tenemos la oportunidad de causar un impacto, de dejar huella allá por donde pasamos. Cuando comencé a trabajar en BD, entendí que cuidar de la salud también implicaba cuidar del entorno, de nuestras comunidades y de nuestros equipos.
“Siempre he creído que todos tenemos la oportunidad de causar un impacto, de dejar huella allá por donde pasamos”
Esa visión se fue consolidando especialmente durante mi etapa en Latinoamérica, donde aprendí a adaptar soluciones a realidades distintas a las que había conocido en Europa y a ver el potencial transformador de la empresa en contextos sociales complejos. Así fue como aprendí que la Sostenibilidad no es solo una estrategia, sino una forma de hacer empresa con propósito, de forma ética y responsable.
Al inicio de mi trayectoria profesional, la RSE se percibía como algo complementario, casi anecdótico y, en muchos casos, un “nice to have”. Esta percepción llevó a que se hablara mucho del greenwashing, una práctica en la que las empresas aparentan ser más sostenibles de lo que realmente son. Sin embargo, en mi caso, siempre he creído que las acciones deben estar alineadas con nuestros valores y cultura, generando credibilidad y confianza. Estas deben calar profundamente en la cultura interna, el compromiso, la motivación y la ética de los empleados.
“Cuidar de la salud también implicaba cuidar del entorno, de nuestras comunidades y de nuestros equipos”
Me gusta pensar que, desde entonces, hemos avanzado mucho para superar esa percepción inicial. Hoy en día, la RSE es parte del núcleo estratégico de las organizaciones. Hemos pasado de acciones puntuales a integrar criterios ESG en todas las áreas, desde la producción hasta la gobernanza.
En estos años, hemos sido testigos de cómo la Sostenibilidad ha pasado de ser una conversación emergente a convertirse en un eje estratégico para las organizaciones y para la sociedad en su conjunto.
“Desde sus inicios, Corresponsables ha sido mucho más que un medio: ha sido un catalizador, un puente entre empresas, instituciones y ciudadanía”
Desde sus inicios, Corresponsables ha sido mucho más que un medio: ha sido un catalizador, un puente entre empresas, instituciones y ciudadanía. Habéis ayudado a compañías a comunicar con coherencia, a aprender unas de otras y a avanzar de forma responsable. Habéis ejercido de altavoz para iniciativas, tendencias y reflexiones que han contribuido a que la Sostenibilidad no solo se entienda, sino que se valore y se integre como parte esencial del propósito empresarial.
Sin duda, un aumento del compromiso a todos los niveles, derivado de la profesionalización del sector, la incorporación de métricas claras, la exigencia regulatoria y, sobre todo, el cambio cultural dentro de las organizaciones. Hoy, los equipos demandan coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, obligando a las entidades a ser más transparentes y comprometidas.
En torno a este concepto aparecen muchas siglas y conceptos que a veces cuesta diferenciar: ODS, RSE, RSC, Sostenibilidad… ¿Qué hay de diferente y qué de común entre ellas? Creo que la integración de los ODS como marco global ha sido clave.
Por la naturaleza de nuestro negocio y nuestros objetivos estratégicos, en BD nos alineamos especialmente con los ODS 3 (Salud y Bienestar), 5 (Igualdad de género), 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), 9 (Industria, innovación e infraestructura) y 13 (Acción por el clima). Trabajamos para dar respuesta a estos objetivos y hacer realidad nuestro compromiso con la Sostenibilidad del sistema.
“La RSE se percibía como algo complementario, casi anecdótico. Hoy es parte del núcleo estratégico de las organizaciones”
También ha sido importante la digitalización, que nos permite medir y comunicar mejor nuestro impacto. Y, por supuesto, la presión social y regulatoria, que ha elevado el estándar de lo que se espera de una empresa responsable.
Que el cambio empieza por uno mismo. Hay que ser conscientes de nuestras áreas de actuación, influencia y aceptación. En mi día a día, intento centrarme en lo que puedo cambiar y actuar desde ahí. Esa filosofía me ha ayudado a liderar con propósito y a mantener el foco en lo que realmente importa.
Como desafíos, destacaría la resistencia al cambio para implementar nuevos modelos operativos, nuevas formas de trabajo, mayor exposición pública o cambios en la cultura interna. Esto genera incertidumbre y, muchas veces, cuestiona la legitimidad o idoneidad de su puesta en marcha.
Superada la resistencia al cambio, el segundo desafío es conseguir integrar la RSE en el día a día de la organización, desde la operativa hasta la cultura empresarial, de forma real. La clave para lograrlo es comunicar bien de qué forma se es responsable social y empresarialmente, para que los equipos entiendan que todo lo que hacen está destinado a satisfacer esa necesidad responsable y ética.
“Las acciones deben estar alineadas con nuestros valores y cultura, generando credibilidad y confianza”
Esta cultura de Responsabilidad Social se complementa puntualmente con actividades tangibles, con un nivel de participación y dedicación extraordinarios por parte de los empleados para un objetivo concreto. La RSE bien gestionada no solo busca impacto externo, sino también bienestar interno.
En una compañía de gran tamaño, donde con cierta frecuencia se producen movimientos corporativos o adquisiciones, resulta aún más importante cultivar un sentido compartido de pertenencia y propósito. Estoy especialmente orgullosa de cómo conseguimos hacer partícipes a las personas de todas nuestras ubicaciones y plantas de producción de nuestro compromiso con la Sostenibilidad.
Es fundamental que cada persona sienta como propia esta visión, ya que somos cada uno de nosotros quienes le damos sentido cada día. Hemos conseguido fortalecer el sentimiento de pertenencia gracias a la transparencia, al impulso de una cultura de inclusión y diversidad y a las iniciativas ESG.
Con ellas cubrimos un amplio y diverso abanico de programas que implican activamente a nuestros empleados y sirven de apoyo para colectivos vulnerables y menos representados, abordando necesidades sociales en estrecha alineación con los ODS.
Como ejemplo tangible, más de 450 empleados participaron activamente en las distintas iniciativas puestas en marcha en el último año. Esta cifra —junto con el nivel de satisfacción y compromiso con los proyectos— no ha dejado de crecer año tras año.
He aprendido mucho de líderes que han sabido integrar la Sostenibilidad en la estrategia sin perder de vista el negocio. También de entidades como FENIN, que han promovido guías y proyectos colaborativos para visibilizar el compromiso del sector sanitario con los ESG y los ODS, y sin duda medios como Corresponsables, que amplían la visión de lo que otros hacen y son una fuente de inspiración para adoptar o adaptar nuevos enfoques en las organizaciones.
El reto: mantener la coherencia en un entorno cada vez más exigente.
La oportunidad: la innovación.
“El reto es mantener la coherencia en un entorno cada vez más exigente y la oportunidad es la innovación”
Cómo usamos la tecnología para mejorar nuestro impacto y cómo involucramos a todos los actores —clientes, empleados, comunidades— en este camino es la clave. La Sostenibilidad será, sin duda, el eje de la competitividad, presente y futura.
¿Qué papel crees que deben jugar las nuevas generaciones en la continuación de este legado?
Un papel protagonista. Las nuevas generaciones tienen una sensibilidad especial hacia estos temas y una capacidad enorme para cuestionar y transformar. Los líderes del hoy les debemos a los del mañana darles espacio, escucharlos y acompañarlos en su desarrollo. Ellos serán quienes impulsarán el cambio que necesitamos.
Terminaría con la misma reflexión con la que comencé: la RSE y la Sostenibilidad no son una moda ni una obligación.
Son una forma de entender el liderazgo y la empresa. En BD, trabajamos para que nuestras acciones reflejen ese compromiso, convencidos de que cuidar de la salud también implica cuidar del entorno, de las personas y del futuro que queremos construir.
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Entrevistamos a Estefanía Redondo García, Responsable de Comunicación de Bosquia Nature
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Lee un resumen rápido generado por IA Comprometida con la idea de “dejar el mundo un poquito mejor de cómo lo encontraste”, Estefanía Redondo García, Responsable de Comunicación de Bosquia Nature, ha convertido esa convicción personal en una forma de trabajar. Desde su llegada a la empresa, ha contribuido a consolidar una comunicación basada en la honestidad, la coherencia y el propósito, convencida de que “la Sostenibilidad no es un departamento, ni una acción puntual, ni un claim de campaña; es una forma de mirar el mundo, de tomar decisiones y de construir relaciones”.
Para Redondo, la Responsabilidad Social ha evolucionado desde una etapa casi anecdótica hasta convertirse en un pilar estratégico en las organizaciones. “Hemos pasado de hacer cosas bonitas a hacer lo correcto, midiendo si realmente aporta”, afirma. En su opinión, la profesionalización del sector y el creciente interés de la ciudadanía han marcado un punto de inflexión: “La Sostenibilidad ha dejado de ser algo periférico; hoy se habla con datos, con indicadores y con objetivos claros”.
Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, Estefanía subraya el valor de este medio como espacio de referencia y colaboración: “Corresponsables está desempeñando un papel clave como altavoz de las empresas que apuestan por la Sostenibilidad con hechos, no solo con palabras”, asegura. Además, destaca su capacidad para conectar y fortalecer al sector: “Su valor está en actuar como nexo de unión, facilitando espacios donde empresas de distintos tamaños, sectores y países pueden compartir aprendizajes, retos y soluciones reales”.
Desde su rol en Bosquia, Redondo observa que los retos actuales pasan por pasar de la intención a la transformación estructural, integrando la Sostenibilidad en todas las decisiones. “La buena noticia es que la Sostenibilidad y la rentabilidad ya no están reñidas; cada vez están más alineadas”, destaca. Y no duda en reconocer el papel esencial de las nuevas generaciones: “Las nuevas generaciones no solo preguntan más, exigen más, y eso nos obliga a estar a la altura, como marcas y como comunicadores”.
Siempre he tenido presente la idea de “dejar el mundo un poquito mejor de cómo lo encontraste”. No como una frase hecha, sino como algo que vi en casa desde pequeña, en cosas muy sencillas: cuidar lo que tienes, pensar en los demás y actuar con conciencia.
Pero fue al empezar en Bosquia cuando esa idea empezó a tomar forma profesional. No solo por el proyecto, que ya de por sí me conquistó desde la primera reunión, sino porque, al analizar otras empresas del sector y sus discursos, entendí que la Sostenibilidad no es un departamento, ni una acción puntual, ni un claim de campaña.
Es una forma de mirar el mundo, de tomar decisiones y de construir relaciones. Y desde el área de comunicación, me di cuenta de que contar eso con transparencia, con propósito y sin greenwashing, es una de las tareas más transformadoras que existen hoy en día.
Al principio la RSE era casi anecdótica, algo que se quedaba en informes o acciones puntuales.
Por suerte, eso ha cambiado bastante. Hoy hablamos de Sostenibilidad de una forma mucho más transversal, conectada con los procesos, con los datos y, sobre todo, con el impacto real.
“La Sostenibilidad no es un departamento, ni una acción puntual, ni un claim de campaña”
Hemos pasado de “hacer cosas bonitas” a “hacer lo correcto, midiendo si realmente aporta”. Eso sí, aún queda camino para integrar la Sostenibilidad en la estrategia de negocio de forma estructural.
Conocía a Corresponsables de forma puntual desde hace años, más por inquietud personal que por necesidad profesional. Pero el punto de inflexión real llegó con mi incorporación a Bosquia.
Ahí fue cuando empecé a trabajar mano a mano con la Sostenibilidad, no solo como concepto, sino como eje estratégico. Desde entonces, Corresponsables ha pasado a ser una fuente habitual, pero sobre todo, una plataforma donde ver reflejado el trabajo de quienes estamos intentando hacer las cosas de otra manera.
“Corresponsables está desempeñando un papel clave como altavoz de las empresas que apuestan por la Sostenibilidad con hechos, no solo con palabras”
Corresponsables está desempeñando un papel clave como altavoz de las empresas que apuestan por la Sostenibilidad con hechos, no solo con palabras. Y eso, en un momento en el que la transparencia no es opcional y el impacto se exige cada vez más, es fundamental.
Más allá de la visibilidad, su valor está en actuar como nexo de unión, facilitando espacios donde empresas de distintos tamaños, sectores y países pueden compartir aprendizajes, retos y soluciones reales.
Está ayudando a tejer una red que no solo informa, sino que conecta, impulsa y legitima una forma distinta de hacer empresa: más consciente, más colaborativa y más alineada con los retos sociales y ambientales del presente.
Si tuviera que destacar tres grandes cambios, serían estos:
Primero, la Sostenibilidad ha dejado de ser algo periférico para entrar de lleno en el core del negocio. Ya no es solo una cuestión reputacional; cada vez más empresas la integran en su estrategia, decisiones y modelos de crecimiento a largo plazo.
“Hemos pasado de hacer cosas bonitas a hacer lo correcto, midiendo si realmente aporta”
Segundo, la exigencia social ha crecido muchísimo, sobre todo por parte de las nuevas generaciones. La ciudadanía ya no se conforma con mensajes bonitos: pregunta, investiga, compara y espera coherencia. Y eso es muy sano, porque nos obliga a ser más honestos y consistentes.
Y tercero, la profesionalización del sector. Hoy se habla de Sostenibilidad con datos, con indicadores y con objetivos claros. Ya no vale con decir que haces algo: hay que medirlo, demostrarlo y reportarlo.
La Agenda 2030 y los ODS, sin duda. Un lenguaje común que busca alinearnos a todos a unos objetivos compartidos.
La irrupción de la Sostenibilidad en los consejos de administración.
Y por último, algo menos visible pero profundamente transformador: hemos perdido el miedo a hablar abiertamente del impacto social y ambiental desde la empresa, sin que suene oportunista.
Una de las lecciones más claras que me ha dejado este camino es que la coherencia vale más que cualquier campaña. Si no hay verdad detrás, no hay impacto. También he aprendido que comunicar Sostenibilidad no es maquillar, sino mostrar con honestidad: los logros, sí, pero también los retos. Y algo fundamental: si no se comunica, no escala. El cambio necesita visibilidad para inspirar y multiplicarse.
Recuerdo una conversación con una empresa que nos preguntó, con total honestidad:
“Nosotros queremos empezar a hacer algo de RSE, pero… ¿por dónde se empieza? ¿Es lo mismo RSE que RSC?”
“La Sostenibilidad y la rentabilidad ya no están reñidas; cada vez están más alineadas”
Y me encantó esa pregunta, porque refleja algo muy común: muchas organizaciones tienen la intención, pero no siempre las herramientas o el lenguaje.
Lo mejor fue ver cómo, al revisar lo que ya hacían, descubrimos que tenían prácticas responsables, y que continuar plantando un bosque era coherencia y continuar con lo que ya hacían.
Admiro especialmente a las marcas y profesionales que han sabido usar la comunicación no solo para vender, sino para transformar. Iniciativas como Patagonia o B Corp, que han hecho del propósito algo real, coherente y visible, son grandes referentes.
Pero si tuviera que elegir, me quedo con los equipos invisibles: personas en comunicación, marketing, legal, compras… que empujan desde dentro para que la Sostenibilidad no sea un eslogan, sino una forma de hacer.
Ellos son los que hacen que el discurso tenga raíces.
En Bosquia colaboramos con empresas que no solo quieren compensar su huella, sino implicarse de verdad. Muchas empiezan con una jornada de reforestación como actividad de teambuilding, y lo que comienza como algo simbólico se convierte en un compromiso real: siguen cuidando ese bosque, se interesan por su evolución e involucran a sus equipos y familias en tareas de mantenimiento. Incluso dan el paso de compensar su huella completa con nosotros.
“Siempre he tenido presente la idea de dejar el mundo un poquito mejor de cómo lo encontraste”
Para nosotros, eso es Sostenibilidad 360: empresas que calculan, reducen y compensan, pero sobre todo, que involucran a las personas. Porque la Sostenibilidad no es solo una cuestión de cifras, sino de cultura, de conexión y de responsabilidad compartida.
Y es que la RSE no se limita al impacto ambiental. Implica muchas verticales: desde cómo una empresa cuida a sus empleados, hasta su relación con proveedores, la gestión ética o su vínculo con la comunidad.
Por eso celebramos cuando las acciones dejan de ser puntuales y se integran en una forma de hacer empresa con propósito.
El gran reto está en pasar de la intención a la transformación real y estructural. No basta con querer hacerlo bien, hay que integrar la Sostenibilidad en todas las decisiones, de verdad.
La buena noticia es que la Sostenibilidad y la rentabilidad ya no están reñidas; cada vez están más alineadas. Eso abre muchas oportunidades para innovar, atraer talento y generar valor a largo plazo.
Vienen años donde los departamentos de Sostenibilidad serán estratégicos, sí o sí.
Un papel protagonista sin duda. Las nuevas generaciones no solo preguntan más, exigen más.
“Las nuevas generaciones no solo preguntan más, exigen más”
Y eso nos obliga a estar a la altura, como marcas y como comunicadores. Tienen que tomar el relevo, pero también encontrar organizaciones abiertas a escuchar y cambiar.
Creo que aún tenemos mucho camino por recorrer en cuanto a educación y sensibilización en torno a la Sostenibilidad y la RSE. Aunque cada vez hay más conciencia, sigue habiendo confusión sobre qué significa realmente ser una empresa responsable o sostenible.
Muchas veces, las organizaciones hacen cosas valiosas pero no las identifican como parte de su compromiso social o ambiental, y otras, al contrario, comunican sin una base sólida detrás. Por eso es tan importante acompañar, formar y comunicar con honestidad. No basta con hacer bien las cosas, hay que contarlas con rigor, transparencia y sin caer en la superficialidad.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en la Ficha Corporativa de Bosquia Nature en el Anuario Corresponsables 2025.
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Entrevistamos a Ana Lozano Cámbara, Directora de Comunicación, Marketing y RSC de Clariane España
La entrada Ana Lozano: “La combinación de innovación, compromiso institucional y conciencia ciudadana genera un ecosistema mucho más maduro y preparado” se publicó primero en Corresponsables.
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Lee un resumen rápido generado por IA Con más de dos décadas de experiencia impulsando proyectos con impacto social, Ana Lozano Cámbara, Directora de Comunicación, Marketing y RSC de Clariane España, se ha consolidado como una de las voces referentes en materia de Responsabilidad Social y Sostenibilidad. Desde sus inicios, confiesa haber sentido un fuerte compromiso con el impacto que generamos como sociedad: “Siempre he tenido un interés por el impacto social que generamos y, desde que comencé mi carrera profesional, tuve la suerte de vincularme a la Responsabilidad Social”, recuerda.
A lo largo de su trayectoria, Lozano ha sido testigo de la evolución de la RSE, desde su incorporación a las estrategias empresariales hasta su consolidación como una herramienta de gestión clave. “La profesionalización, la integración y la consolidación dentro de las empresas han sido determinantes, así como la creación de entidades que aportan solidez, como el Pacto Mundial, Dirse o los ODS”, señala. En su visión, el sector ha madurado, adoptando una mirada más estratégica, medible y comprometida con el largo plazo.
Con motivo del 20 aniversario de Corresponsables, Ana Lozano destaca el papel esencial que el medio ha tenido en el impulso y visibilidad de la Responsabilidad Social en el mundo hispano: “Conocí a Corresponsables en la Universidad, cuando estudiaba Periodismo, pero tuve un mayor acercamiento cuando desde Corresponsables nos ayudaron a lanzar los premios G5 Innova al emprendimiento social. Su papel ha sido de unión de muchos profesionales interesados en una forma de hacer con impacto positivo en la gobernanza, el ámbito social y el medio ambiente”.
En su opinión, Corresponsables ha sabido crear “puntos de encuentro y liderazgo en la comunicación de todo un sector”, convirtiéndose en un actor indispensable para conectar experiencias, proyectos y personas comprometidas con la transformación social.
Mirando al futuro, Lozano se muestra optimista pero realista: “El mayor reto será la confianza de los distintos públicos de interés, y las oportunidades estarán en la circularidad, el aspecto ético y el margen competitivo que deja la RSE”. También lanza un mensaje claro a las nuevas generaciones, a quienes considera esenciales para continuar el legado: “Cada decisión individual tiene una implicación colectiva; su papel será clave en el modelo de consumo y en la creación de una conciencia más sostenible”.
Siempre he tenido un interés por el impacto social que generamos y desde que comencé mi carrera profesional tuve la suerte de vincularme a la Responsabilidad Social. Tengo recuerdos muy bonitos de entidades como UNRWA, Fundación Aldaba y Fundación Aspacia.
El aspecto positivo es que se ha integrado dentro de la toma de decisiones estratégicas tanto de las empresas como de las Administraciones Públicas. El aspecto negativo es la excesiva legislación en distintos niveles que hace compleja la actualización.
“Siempre he tenido un interés por el impacto social que generamos y desde que comencé mi carrera profesional tuve la suerte de vincularme a la Responsabilidad Social”
Conocí a Corresponsables en la Universidad cuando estudiaba Periodismo porque seguía temas del entorno social, pero sin duda tuve un mayor acercamiento cuando desde Corresponsables nos ayudaron a lanzar los premios G5 Innova al emprendimiento social, que lanzamos hace más de 10 años y fue todo un éxito, abriendo paso y dando apoyo desde Grupo 5 a iniciativas innovadoras y con apuesta social.
“Conocí a Corresponsables en la Universidad cuando estudiaba Periodismo porque seguía temas del entorno social”
Desde mi punto de vista, el papel ha sido de unión de muchos profesionales interesados en una forma de hacer con impacto positivo en la gobernanza, el ámbito social y el medio ambiente; y la creación de puntos de encuentro y liderazgo en la comunicación de todo un sector.
La profesionalización, la integración y consolidación dentro de las empresas, así como la generación de entidades e iniciativas que aportan solidez a la RSE como el Pacto Mundial, Dirse o los ODS. A lo largo del tiempo, he observado cómo la Responsabilidad Social ha pasado de ser un área complementaria a convertirse en un pilar estratégico dentro de las organizaciones. Hoy en día, muchas empresas la conciben como una herramienta de gestión integral que influye en la reputación, la atracción de talento y la relación con los grupos de interés. Además, el impulso de organismos internacionales y la aparición de estándares globales han permitido medir, comparar y mejorar el desempeño social y ambiental de las instituciones con mayor rigor.
Los ODS han sido un elemento clave, así como las memorias no financieras, las inversiones socialmente responsables y las diferentes legislaciones.
Estos hitos han transformado la manera en que las empresas entienden su papel en la sociedad, pasando de acciones puntuales a estrategias de largo plazo alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Las exigencias normativas y la presión social han impulsado una mayor transparencia, y la medición del impacto se ha vuelto un factor determinante para la competitividad. La combinación de innovación, compromiso institucional y conciencia ciudadana ha generado un ecosistema mucho más maduro y preparado para afrontar los retos globales en materia de Sostenibilidad.
“La RSE tiene KPIs y tiene un impacto directo en el negocio”
La RSE tiene KPIs y tiene un impacto directo en el negocio. La RSE no es buenismo.
Estas lecciones reflejan la importancia de entender la Responsabilidad Social como una inversión estratégica y no como una acción filantrópica aislada. He aprendido que los resultados medibles son esenciales para demostrar su valor dentro de las organizaciones, y que la coherencia entre el propósito, la gestión y los resultados es lo que realmente consolida la credibilidad. Además, es fundamental que las empresas asuman que la ética y la sostenibilidad no están reñidas con la rentabilidad, sino que son parte de un modelo empresarial más sólido y duradero.
Personas que a mí me han marcado: Ramón Jáuregui, Esther Trujillo y Alberto Andreu, sin duda.
“Desde mi punto de vista, el papel ha sido de unión de muchos profesionales interesados en una forma de hacer con impacto positivo en la gobernanza, el ámbito social y el medio ambiente”
Ellos fueron referentes que impulsaron un cambio de mentalidad en torno a la Responsabilidad Social desde una perspectiva técnica, estratégica y humana. Su visión ayudó a sentar las bases de lo que hoy entendemos como gestión responsable, inspirando a muchos profesionales a incorporar criterios éticos y de sostenibilidad en sus decisiones. Además, su contribución permitió consolidar un lenguaje común en el sector, fomentando el diálogo entre la empresa, la administración y la sociedad civil.
El mayor reto es la confianza de los distintos públicos de interés, y las mayores oportunidades están en la circularidad, el aspecto ético y en el margen competitivo que deja la RSE.
“El mayor reto es la confianza de los distintos públicos de interés, y las mayores oportunidades están en la circularidad, el aspecto ético y en el margen competitivo que deja la RSE”
En los próximos años, la capacidad de las empresas para generar confianza será determinante para su sostenibilidad a largo plazo. Las organizaciones deberán adaptarse a nuevas demandas sociales, tecnológicas y ambientales, y demostrar con hechos su compromiso con el desarrollo sostenible. Al mismo tiempo, la innovación circular, la gestión responsable de recursos y la transparencia abrirán espacios de crecimiento y diferenciación competitiva. La clave estará en mantener la coherencia entre lo que se comunica y lo que realmente se hace.
Creo que su papel principal estará en la generación de conciencia de que cada decisión individual tiene una implicación colectiva, y desde luego estará en el modelo de consumo de la sociedad.
Las nuevas generaciones tienen una oportunidad única de transformar los hábitos de consumo, la cultura corporativa y la forma en que entendemos el progreso. Su visión más abierta, conectada y global puede impulsar una Sostenibilidad más inclusiva y participativa, donde la tecnología y la ética caminen de la mano. A través de la educación, la innovación y el activismo responsable, podrán continuar fortaleciendo el legado de la RSE con un enfoque más consciente y transformador.
Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en el Caso Práctico de Clariane en el Anuario Corresponsables 2025.
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Entrevistamos a María Garnica, Directora de Comunicación y RSC de Weleda
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Lee un resumen rápido generado por IA María Garnica, Directora de Comunicación y RSC de Weleda, muestra su visión sobre la evolución de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y la Sostenibilidad en las últimas dos décadas. A lo largo de esta conversación, Garnica rememora sus inicios en el sector, su paso por Weleda, y cómo la compañía ha logrado integrar la sostenibilidad en todos sus procesos, desde la selección de ingredientes hasta la producción. “Cuando llegué a Weleda, me impresionó profundamente el nivel de compromiso que la marca ya tenía con la sostenibilidad, algo que, para nosotros, no es una estrategia de marketing, sino un compromiso genuino“, comenta.
Además, reflexiona sobre los cambios significativos que ha observado en el ámbito de la RSE desde sus comienzos y destaca la importancia de plataformas como Corresponsables en el impulso y consolidación de la RSE a nivel global. “Corresponsables ha sido clave para visibilizar las mejores prácticas y promover la Sostenibilidad“, afirma Garnica. Con motivo del 20 aniversario de Corresponsables, la Directora de RSC de Weleda expresa su agradecimiento por la labor de difusión y educación que ha realizado la plataforma, ayudando a muchas empresas a colocar la RSE en el centro de sus estrategias.
“En estos 20 años, Corresponsables ha logrado hacer algo muy importante: educar. Gracias a su cobertura de casos de éxito y su labor de divulgación, hoy la RSE está mucho más presente en las estrategias empresariales y en la conciencia colectiva”, añade Garnica, destacando el impacto positivo que tiene la plataforma al visibilizar a empresas comprometidas con prácticas responsables.
Hace 14 años, cuando comencé mi carrera profesional en Weleda, quedé profundamente impresionada por el nivel de compromiso que la marca ya tenía con la Sostenibilidad. Weleda, una empresa nativa sostenible con más de 100 años de historia, siempre ha asumido con gran responsabilidad el cuidado del medioambiente, los ecosistemas y la biodiversidad, mucho antes de que estos temas ocuparan el centro del debate público.
Lo que más me llamó la atención en aquel momento fue ver cómo este enfoque se integraba en todas las facetas del negocio. No se trataba de una estrategia de marketing, sino de un compromiso genuino reflejado en cada decisión, desde la selección de ingredientes naturales hasta la apuesta por procesos de producción respetuosos con la economía circular y con el mínimo impacto ambiental.
“Cuando llegué a Weleda, me impresionó profundamente el nivel de compromiso que la marca ya tenía con la Sostenibilidad”
Weleda me mostró que es posible crear productos de alta calidad, ecológicos y eficaces, respetando el medio ambiente. Fue en ese entorno donde descubrí que la Sostenibilidad no es solo una cuestión ética, sino una forma de hacer negocios.
En mis inicios en Weleda, uno de los primeros recuerdos que tengo fue una visita a uno de los jardines biodinámicos donde cultivamos muchas de nuestras materias primas. En ese momento, no solo descubrí las prácticas biodinámicas, sino que también entendí la importancia de trabajar en armonía con la naturaleza, algo que estaba integrado en la filosofía de la compañía desde su fundación.
“Para nosotros, la Sostenibilidad no es una estrategia de marketing, sino un compromiso genuino”
Ver cómo Weleda cuida el suelo, las plantas y los ecosistemas para garantizar que los ingredientes sean de la mayor calidad y que, al mismo tiempo, se regeneren los recursos naturales, fue una experiencia inspiradora y comprendí que la Sostenibilidad no era una tendencia pasajera o un “extra”, sino una forma de hacer las cosas que permitía a la empresa tener un impacto positivo real a largo plazo.
Al principio, la RSE se veía como algo complementario a la actividad principal de las compañías, y muchas veces era percibida más como una estrategia de relaciones públicas o marketing que como un compromiso genuino.
Las iniciativas eran puntuales, limitadas a proyectos filantrópicos o campañas de donación. El enfoque era más reactivo que proactivo. Hoy, en cambio, la RSE se ha integrado mucho más profundamente en las estrategias empresariales y está en el centro del modelo de negocio.
Este cambio ha sido impulsado, en gran parte, por la presión de los consumidores, que cada vez están más informados y exigen productos y servicios que no solo sean de calidad, sino también éticamente responsables. Las nuevas generaciones, en particular, valoran enormemente el compromiso de las empresas con la Sostenibilidad y la ética.
Corresponsables ha jugado un papel fundamental en el impulso y consolidación de la RSE en las últimas dos décadas. Desde su creación, se ha convertido en una plataforma clave para la difusión de buenas prácticas, la promoción de iniciativas sostenibles y el fomento del diálogo entre empresas, organizaciones y sociedad civil sobre temas cruciales relacionados con la Sostenibilidad.
“Corresponsables ha sido clave para visibilizar las mejores prácticas y promover la Sostenibilidad”
Una de las mayores contribuciones de Corresponsables ha sido su capacidad para visibilizar el trabajo de las empresas y organizaciones comprometidas con la RSE, muchas veces brindando una voz a aquellas que, de otro modo, no habrían tenido tanta proyección mediática. Gracias a su labor de divulgación, Corresponsables ha hecho algo muy importante: educar. A través de su cobertura de casos de éxito, entrevistas y análisis, y sin duda, ha contribuido a que hoy la RSE esté mucho más en el centro de las estrategias empresariales y en la conciencia colectiva.
En los últimos años he observado varios cambios que han transformado este campo de manera notable. El primero de ellos es que la RSE se ha integrado en la estrategia empresarial y ya no es una iniciativa secundaria o de imagen.
Esto también ha llevado a un mayor esfuerzo en la medición, seguimiento y reporte de las acciones y resultados en Sostenibilidad, y también a un incremento en la regulación relacionada con la Sostenibilidad, lo que ha acelerado el cambio en muchos sectores.
En mi opinión, dos de los hitos más relevantes han sido la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático:
El primero ha impulsado a las empresas a alinear sus estrategias de Sostenibilidad con objetivos concretos, de una forma más estructurada. Y el segundo ha motivado a las organizaciones a establecer metas de reducción de emisiones y a adoptar prácticas más sostenibles, poniendo la Sostenibilidad en el centro de la agenda.
“Gracias a la labor de divulgación de Corresponsables, la RSE está mucho más presente en las estrategias empresariales”
Tanto la mayor presión regulatoria, como la creciente demanda de los consumidores por la transparencia y las prácticas responsables, así como una mayor conciencia social, son los factores que han sido impulsores de estos cambios.
Sin duda, para mí, la lección más importante es que la Sostenibilidad es un proceso continuo, y las empresas tenemos que adaptarnos y mejorar constantemente nuestras prácticas.
Para mí, Weleda es un caso de éxito, porque lleva siendo sostenible más de 100 años. La experiencia de Weleda en la agricultura biodinámica y la Sostenibilidad demuestra que es posible combinar eficacia y Responsabilidad Social en la producción de cosméticos. Estamos convencidos de que, al cuidar del medio ambiente y de las comunidades con las que trabajamos, no solo beneficiamos a nuestros consumidores, sino que también contribuimos a un futuro más sostenible y equilibrado para todos.
“Corresponsables ha logrado hacer algo muy importante: educar”
Desde mi perspectiva en Weleda, hay oportunidades en la mayor conciencia social, que está llevando a que los consumidores estén más interesados en marcas que se preocupan por el medio ambiente y la sociedad, lo que nos brinda una gran oportunidad para conectar con consumidores que valoran la Sostenibilidad.
Sin embargo, también enfrentamos retos como la necesidad de adaptarnos a regulaciones en constante cambio. En Weleda, estamos comprometidos a seguir trabajando en pro de un futuro más sostenible y responsable.
Las generaciones más jóvenes aportan innovación y nuevas ideas para abordar desafíos ambientales y sociales. Además, están más comprometidos con causas sociales y ambientales. Su activismo puede presionar a las empresas y gobiernos para que adopten prácticas más responsables. Este impulso puede fomentar un cambio positivo y acelerar la transición hacia un modelo más sostenible.
“Hoy la RSE está mucho más presente en la conciencia colectiva gracias al trabajo de Corresponsables”
A medida que las nuevas generaciones ocupan posiciones de liderazgo en empresas y organizaciones, pueden impulsar cambios en la estrategia empresarial, incorporando principios de Sostenibilidad y Responsabilidad Social en el núcleo de las operaciones.
Estas generaciones están fomentando un cambio cultural hacia la Sostenibilidad. Su énfasis en la Responsabilidad Social y el cuidado del medio ambiente puede transformar la forma en que se perciben las prácticas empresariales, priorizando la ética y la Sostenibilidad sobre el beneficio económico inmediato.
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