Mundo Académico archivos - Corresponsables https://www.corresponsables.com/categoria/mundo-academico/ Wed, 30 Apr 2025 07:38:04 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8 https://www.corresponsables.com/wp-content/uploads/2024/04/favicon-150x150.png Mundo Académico archivos - Corresponsables https://www.corresponsables.com/categoria/mundo-academico/ 32 32 Joaquín Garralda: “La ética bien gestionada es la mejor inversión de largo plazo” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/joaquin-garralda-etica-mejor-inversion-largo-plazo/ Wed, 30 Apr 2025 07:26:34 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=358956

Entrevistamos a Joaquín Garralda, profesor de Sostenibilidad en IE University y presidente de Spainsif, pionero de la RSE en España

La entrada Joaquín Garralda: “La ética bien gestionada es la mejor inversión de largo plazo” se publicó primero en Corresponsables.

]]>

Lee un resumen rápido generado por IA




Hace treinta años, cuando muchos directivos aún citaban a Milton Friedman para rehuir cualquier responsabilidad que no fuera el beneficio, Joaquín Garralda ya defendía ante sus alumnos del IE que “la dimensión ética de los negocios es irrenunciable”. Desde aquella primera adhesión a EBEN en 1994 hasta la presidencia actual de Spainsif, el profesor ha sido testigo y motor de los grandes hitos que han convertido la RSE en cuestión estratégica: el nacimiento del Foro de Reputación Corporativa, la llegada de los índices FTSE4Good y DJSI, que recuerda, “demostraron que la reputación también cotiza”, la creación de Fundación Lealtad y la fundación de la Red Española del Pacto Mundial, en cuyo arranque impulsó los hoy imprescindibles Informes de Progreso.

Con la serenidad de quien ha vencido muchos escepticismos académicos y empresariales, admite que el progreso no ha sido lineal: “La RSE ha avanzado a empujones, entre alianzas del IBEX y oleadas regulatorias”. Y alerta sobre el futuro: “El gran reto es impedir que se politice la Sostenibilidad y se ahogue en burocracia”. Sin embargo, su optimismo resiste: “Reinventarse cada día es la única manera de seguir creando valor social”.

En esta conversación, enmarcada en la serie de entrevistas por el 20º aniversario de Corresponsables, Garralda mira atrás y sonríe al recordar aquel premio periodístico que lo unió a Marcos González en 2003: “Corresponsables nació para dar visibilidad a lo que otros medios ignoraban; sin ese altavoz, muchas buenas prácticas habrían quedado en la sombra”. Hoy, cuando la mayoría de los Consejos de Administración “ya no delegan la Sostenibilidad en marketing”, reivindica la coherencia como seña de identidad: “Decir que tienes la RSE en tu ADN no basta; hay que demostrarlo con hechos”.

Cuéntanos Joaquín tu llegada a la Responsabilidad Social…

En 1994 representé al IE en la asociación Ética, Economía y Dirección y allí comprendí que la ética no era solo un complemento académico. Fue un despertar: entendí que la gestión responsable puede generar valor tangible y al mismo tiempo dignificar la actividad empresarial. Desde entonces repito a mis alumnos: «La ética bien gestionada es la mejor inversión de largo plazo».

¿Qué momentos y vivencias de los primeros años te ayudaron a intuir que la Responsabilidad Social iba a ganar protagonismo?

En los primeros años del nuevo siglo se produjeron varios movimientos claves para la RSE en España y en los que estuve directamente relacionado.

En el 2002 se constituyó el Foro de Reputación Corporativa, un lugar de encuentro, análisis y divulgación de tendencias, herramientas y modelos de gestión de la reputación corporativa, que reconocía el impacto que la Reputación tiene como elemento generador de valor para las empresas que lo integraban y sus grupos de interés. En este foro, impulsado por empresas líderes como Telefónica, BBVA, Iberdrola, Repsol, Ferrovial, o AGBAR, y en el que el IE ocupaba la secretaría técnica, ya se comprendía la importancia de tener en cuenta a los “stakeholders” en la gestión de la empresa, aseveración que actualmente se acepta por la mayoría de las organizaciones.

“Pasamos de informes llenos de fotos bonitas a reportes integrados y auditados”

También en ese año tuvo lugar el evento liderado por la Fundación Rafael del Pino de presentación de los 10 Principios del Pacto Mundial, con la presencia del secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, que fue el germen de la Red Española del Pacto Mundial que hasta hoy ha mantenido un liderazgo internacional dentro de las redes locales de la iniciativa.

La ISR, Inversión Socialmente Responsable, tuvo su expansión en el mundo financiero con la creación en el 2000 de dos índices mundiales, el FTSE4Good y el DJSI (Dow Jones Sustainability Index), que tuvieron una considerable repercusión en los mercados bursátiles y en la gestión de la reputación de las grandes compañías. En esta línea, formé parte de la Comisión Ética de un fondo ético creado en 1999 que seguía muy de cerca las valoraciones de estos índices.

Y, en el 2001, se crea la Fundación Lealtad, de cuyo patronato formé parte, y que, mediante la evaluación de la gobernanza de las ONG, ha ayudado a las empresas a donar con más confianza en el efecto que tendrán sus contribuciones en los proyectos sociales que patrocinan.

¿Cuál fue tu primer proyecto de Responsabilidad Social aplicado y qué lecciones extrajiste de aquella experiencia?

Mi estreno práctico, más allá de lo académico, llegó con la constitución de la Asociación Española del Pacto Mundial. Las grandes empresas del IBEX lideraban la iniciativa y yo me centré en estandarizar los “Informes de Progreso” y en compartir buenas prácticas entre los firmantes.

“La reputación corporativa demostró que también cotiza en bolsa”

El aprendizaje fue inmenso. Tuve acceso directo a los debates internos de las compañías y comprobé cómo pasaban de los principios generales a los indicadores medibles. Aquellos informes nos enseñaron que la transparencia no es un fin en sí mismo, sino la palanca que convierte la ética en ventaja competitiva.

Comparando sus primeros años con la situación actual, ¿qué cambios percibe en la forma de gestionar la RSE?

La RSE ha sufrido una evolución profunda. A finales de los noventa se la veía como un elemento accesorio, algo “nice to have” reservado a compañías grandes y con recursos. Hoy es una pieza clave en la estrategia de cualquier empresa, con impacto directo en la creación de valor.

Basta solo con revisar la metamorfosis de los Informes de Sostenibilidad. Antes eran documentos extensos, llenos de fotografías bonitas y totalmente separados de la memoria anual, y ahora forman parte del informe integrado, siguen estándares internacionales precisos y se someten a verificación externa. Ese salto demuestra que la Responsabilidad Social ya dialoga de igual a igual con finanzas y operaciones.

¿Cuáles fueron los mayores desafíos o resistencias que enfrentaste al implementar prácticas de RSE en aquellos inicios?

En mi entorno académico, el obstáculo era el rechazo conceptual de mis colegas al ser percibido con desconfianza por la aparente falta de rigor académico de los planteamientos de la RSE, a lo que se añadía un cierto desdén por mi ingenuidad en un tema categorizado como “much ado about nothing”.

Esa percepción de mis colegas, por la que en muchos casos no lograba que incluyeran la dimensión RSE en sus áreas académicas, también era muy parecida entre mis alumnos de aquellos años, que me escuchaban con una pequeña sonrisa mientras se acordaban de la contundencia de Milton Friedman: la responsabilidad del directivo es obtener beneficio, cuanto más mejor.

“La transparencia no es un fin; es la palanca que convierte la ética en ventaja competitiva”

En las empresas la recepción también era tibia. Un presidente me dio la reunión más larga de su trayectoria conmigo para entender por qué la inclusión en los índices FTSE4Good y DJSI podía beneficiar a su compañía. La clave para superar ese escepticismo fue traducir los principios éticos en métricas comprensibles: mostrar cómo la reputación bien gestionada mejora el acceso a capital, atrae talento y fideliza a los grupos de interés. Cuando los datos demostraron ese vínculo, las barreras empezaron a caer.

El avance de la RSE también ha necesitado altavoces. ¿Cómo recuerda el nacimiento de Corresponsables y qué papel cree que ha jugado desde entonces?

Conocí a Marcos González antes de que existiera Corresponsables, durante la entrega de un premio que recibió por un artículo sobre RSE creo recordar en 2003. Al final del acto me preguntó si veía opciones de dedicar un medio a este ámbito. Le animé a hacerlo y la idea cristalizó en 2005.

“Corresponsables llenó el vacío informativo cuando nadie hablaba de RSE”

Corresponsables nació para dar visibilidad a asuntos que la prensa generalista ignoraba y ha mantenido ese compromiso, aportando datos y contexto cuando el riesgo de greenwashing era alto y la información escasa.

¿A quiénes otros considera pioneros o inspiradores en el ámbito de la Responsabilidad Social en España?

Las grandes empresas del IBEX desempeñaron un papel decisivo, sobre todo las de sectores regulados con impacto ambiental y las que, por su integración social, como bancos y telecomunicaciones, comprendieron pronto el valor económico de la reputación.

Tras más de dos décadas impulsando la Responsabilidad Social desde la universidad y la empresa, ¿qué enseñanzas considera más valiosas?

El camino hacia una RSE estratégica nunca ha sido lineal. Las empresas han avanzado a empujones, impulsadas primero por proyectos y alianzas liderados por compañías del IBEX y, más tarde, por hitos regulatorios como la Ley de Información No Financiera de 2018. Esa dinámica irregular demuestra que la Responsabilidad Social progresa cuando confluyen iniciativas empresariales ambiciosas y un marco normativo que exige transparencia.

“La RSE avanza a empujones, impulsada por alianzas empresariales y regulación exigente”

¿Qué destacarías de la evolución de tu trayectoria profesional y/o personal en este ámbito a lo largo de los últimos 20 años?

Los primeros años fueron de cierta soledad. Me sentía parte de un nicho pequeño y eso generaba complicidad entre quienes trabajábamos en el tema. Hoy la RSE forma parte del discurso de la mayoría de las empresas, aunque todavía sorprende ver organizaciones que aseguran tenerla en su ADN y, sin embargo, apenas la practican. Haber recorrido ese arco, del aislamiento a la normalización, ha sido una de las experiencias profesionales más significativas de mi carrera.

¿Qué cambios significativos has observado en la RSE en España desde que comenzaste?

El paso decisivo ha sido la implicación directa del Consejo de Administración. Hace veinte años la Responsabilidad Social se delegaba en un pequeño equipo situado debajo de Comunicación o Marketing. Hoy forma parte de las deliberaciones estratégicas y se discute con la misma intensidad que cualquier otro asunto clave para el negocio.

Si tuviera que elegir los hitos que más han marcado la agenda de la RSE en las dos últimas décadas, ¿cuáles señalaría?

Después del empujón inicial de comienzos de siglo destacaría la Agenda 2030 y el Acuerdo de París de 2015. Sumaría el Plan de Acción de Finanzas Sostenibles de 2018, que ha generado normativa muy relevante a partir de 2021. Y, por supuesto, el Green Deal de la Unión Europea de 2019, que coloca la Sostenibilidad en el centro de la política económica europea.

¿Qué experiencia le ha resultado especialmente reveladora, incluso negativa, en este recorrido?

El CERSE, que tuvo un principio muy prometedor que despertó muchas expectativas, pero que ha tenido un desarrollo decadente sin un final decidido, que recuerda la imagen de un zombi institucional.

“El consejo de administración ya debate Sostenibilidad al mismo nivel que finanzas”

Participé en incontables reuniones y, a pesar de las críticas posteriores, creo que tuvo cierta influencia en la administración pública autonómica y local, no tanto en las empresas, que ya llevaban tiempo en ese recorrido.

¿Puedes compartir algún caso de éxito destacable en el avance de la RSE?

Sin duda, el desarrollo de Spainsif, en el que también he tenido un papel clave. Se creó en el 2009, cuando la inversión responsable y sostenible era un terreno sólo de minorías, y ha ido ocupando un espacio destacable de reconocimiento en el ecosistema financiero y en las entidades de regulación y supervisión, logro que parecía ilusorio en sus comienzos.

“Spainsif pasó de nicho minoritario a referente del ecosistema financiero sostenible”

Indudablemente el impulso regulador de la Unión Europea ha sido clave en el despegue de la asociación en los últimos años, que mantiene una estrecha relación con otros foros de finanzas sostenibles europeos y con el entorno regulador en Bruselas.

¿Qué consejo ofrecería a las nuevas generaciones que buscan desarrollar su carrera en Responsabilidad Social?

Que es un tema en el que la comunicación es muy relevante, pero que no es sólo de comunicación. Y que obliga a un continuo reinventarse para adaptarse a los cambios y retos que parecen vislumbrarse a nivel global.

¿Qué grandes retos y oportunidades vislumbra para las dos próximas décadas?

El principal reto es evitar que se asocie la RSE a ideologías políticas determinadas, como ya estamos viendo que en los discursos políticos se utiliza la Sostenibilidad, a favor o en contra, como un instrumento de ataque hacia el contrario.

“El mayor reto es evitar que la Sostenibilidad se convierta en arma política”

Además, es fundamental impedir que la burocracia, creada para frenar el greenwashing, termine desanimando y rebajando el compromiso de las empresas. Y por supuesto, también la otra cara de la moneda, que la RSE debe buscar oportunidades para ayudar a lograr un mundo mejor.

¿Cuál considera que es su mayor aportación al campo de la Responsabilidad Social?

Haber comprendido la RSE desde una perspectiva integral y trasladarla tanto a la investigación académica como a la enseñanza y a la relación con empresas y organizaciones, apoyando e impulsando iniciativas que hoy son parte del entramado de la Sostenibilidad empresarial en España.

Cuando se hable de su trayectoria dentro de algunos años, ¿qué frase le gustaría que acompañara a su nombre?

Que fui una persona con valores, optimista y pionero.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en la Ficha Corporativa de Spainsif en el Anuario Corresponsables 2025.

La entrada Joaquín Garralda: “La ética bien gestionada es la mejor inversión de largo plazo” se publicó primero en Corresponsables.

]]>
Juan José Almagro: “La Responsabilidad Social no es un propósito, es un compromiso” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/juan-jose-almagro-responsabilidad-social-es-un-compromiso/ Tue, 29 Apr 2025 08:50:47 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=358549

Entrevista realizada por Marcos González, Presidente Editor de Corresponsables, de su Fundación y de ObservaRSE, con motivo del 20º Aniversario de Corresponsables a Juan José Almagro, Doctor en Ciencias del Trabajo y Doctor "honoris causa" por la UCC (Jesuita) de Argentina y la Universidad P. de Salamanca, además de antiguo Presidente de DIRSE

La entrada Juan José Almagro: “La Responsabilidad Social no es un propósito, es un compromiso” se publicó primero en Corresponsables.

]]>

Lee un resumen rápido generado por IA




En tiempos en los que la ética empresarial parece oscilar entre la convicción y la conveniencia, conversar con Juan José Almagro es reencontrarse con la esencia más genuina de la Responsabilidad Social. Pionero en el impulso de la RSE en España y en América Latina, desde su natal Úbeda, «donde el humanismo se respira en cada esquina», Almagro defiende la necesidad de un nuevo contrato social que sitúe la dignidad humana en el centro de la empresa. «La Responsabilidad Social es compromiso, no propósito», insiste a sus 75 años, con la pasión intacta de quien dedicó toda su vida profesional en Mapfre a esta temática.

Con motivo del 20 aniversario de Corresponsables, medio que «ha sabido mantenerse fiel a sus valores y ejercer una labor ejemplar», Juanjo —como cariñosamente le seguimos llamando sus colegas y amigos— nos invita a seguir creyendo en la fuerza transformadora de las empresas.

Doctor en Ciencias del Trabajo y Doctor «honoris causa» por la UCC (Jesuita) de Argentina y la Universidad P. de Salamanca, Almagro, que fue el presidente de DIRSE y ha escrito más de 500 artículos y dictado más de 1.500 conferencias por todo el mundo, alerta contra la banalización de conceptos fundamentales: «Los ODS se han convertido en commodities; la Responsabilidad Social, en cambio, permanece».

Juan José Almagro recuerda en la entrevista que  «no cuesta dinero la Responsabilidad Social. Lo que cuesta —y mucho— es la irresponsabilidad». Y lanza un mensaje esperanzador a las nuevas generaciones: «No se puede confundir progreso con velocidad. Sigamos trabajando cada uno desde nuestra responsabilidad, porque construir un nuevo contrato social no es una opción: es una necesidad inaplazable».

Hoy, igual que hace veinte años cuando escuchó por primera vez el proyecto de Corresponsables, Juan José Almagro sigue animándonos con su ejemplo y su palabra: «Sigamos luchando. No hay otra forma de cambiar el mundo

Me hace mucha ilusión realizarte esta entrevista Juanjo. Me acuerdo perfectamente cuando te conocí y te entrevisté por primera vez para otra revista hace unos 25 años, cuando eras Director de Recursos Humanos de Mapfre y ya hablabas de estos temas en un libro. También recuerdo cuando te presenté el proyecto de crear Corresponsables en el restaurante La Dorada, a inicios del 2005. Con motivo del 20 aniversario de Corresponsables, me gustaría que nos compartieras cómo fueron tus inicios en la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), cómo llegaste a este ámbito y qué recuerdos tienes de aquellos primeros tiempos, cuando todo estaba aún por construir.

¡Qué hermosos recuerdos! Gracias por tu cariño y siempre por tu saber estar y profesionalidad… Veamos, uno tiene inquietudes sociales desde que nace. Yo nací en Úbeda, ciudad renacentista patrimonio de la humanidad, y el humanismo me caló profundamente. Siempre he tenido estas inquietudes sociales y tuve la suerte de trabajar en Mapfre, una empresa que también las compartía. Desde siempre y más desde mi presidencia mundial en Recursos Humanos ya tenía estas inquietudes. De hecho, como bien apuntabas, en un libro que publiqué en 2003, El reloj de arena, la mística de los recursos humanos, ya hablaba de la Responsabilidad Social.

«Corresponsables es un medio ejemplar, líder y comprometido con la difusión de la Responsabilidad Social»

En ese momento, a finales de los años 90, ya se empezaba a hablar de RSE en algunos ámbitos y al poco tuve la oportunidad de hacer mi tesis doctoral sobre este tema y desde entonces he trabajado mucho en este campo desde el ámbito de los RRHH y la dirección general de Comunicación, Marca, Reputación, Publicidad, Patrocinios y RSE. A mi juicio, hay diferentes tipos de personas en este ámbito: los mercenarios, que lo hacen solo por dinero; los profesionales, como vosotros en Corresponsables; y luego los apóstoles, que creemos en esto y trabajamos sin esperar nada a cambio por conseguirlo, como también es tu caso. Tú además de profesional, eres apóstol porque crees en lo que haces, de lo contrario sería imposible que Corresponsables se hubiera mantenido como líder a lo largo de estos últimos veinte años.

Hace ya unos años que te jubilaste… ¿por qué sigues creyendo en la RSE y por qué continúas apoyándola a través de tus clases, charlas, artículos…?

Sigo creyendo en esto y creo que así seguiré siempre porque, en el fondo, lo de la Responsabilidad Social no es más que la búsqueda permanente de un nuevo contrato social. Creo en la Responsabilidad Social porque creo en el compromiso ético que va variando en función de cómo van cambiando también en el tiempo las propias empresas, instituciones y personas. Y para difundir esas ideas he escrito libros, impartido clases en todo el mundo, escrito más de 500 artículos y pronunciado más de 1.500 conferencias en España, Europa y, especialmente, en América Latina.

«No cuesta dinero la Responsabilidad Social; lo que cuesta es la irresponsabilidad»

Insisto: la función social de la empresa está ligada al desarrollo empresarial, a cómo generar beneficios, empleo y competitividad, pero debe ir acompañada siempre de un compromiso social real, del cumplimiento de la ley, la transparencia y el comportamiento ético.

Como bien sabes, en los primeros años la academia y profesores como José Luis Fernández, Josep Maria Lozano, Antonio Argandoña… trabajaron mucho en su teoría, partiendo bastantes veces de la ética empresarial…

No fue masivo, pero si hubo parte de la academia como las personas que citas que empezaron a profundizar en la Responsabilidad Social, también lo hicieron personas como Jáuregui y Campuzano en política, y algunos directivos como un servidor o periodistas como tú mismo. Nos llamaban la tribu de la RS.

Creo que la labor de los pioneros fue muy importante y especialmente que se discutiría sobre este tema en las Cortes, que se pidiera de una u otra forma un nuevo contrato social en las empresas para encontrar cuál es la auténtica función social de la empresa, adaptándonos a los parámetros europeos y liberándolos más tarde, de hacer posible que lo que se había dicho en Lisboa con el Libro Verde por parte de la Comisión Europea en 2001 se hiciese realidad.

«La función social de la empresa es contribuir a un mundo más humano y habitable»

Todo eso ayudó a tirar el carro, pero al mismo tiempo se estaba produciendo otro movimiento en algunas instituciones. Por ejemplo, creo que la primera cátedra de Responsabilidad Social fue la de Alcalá de Henares, que tuve el honor de presidir, y después se crearon muchas más cátedras para hablar de la Responsabilidad Social y tratar de hacer llegar a la empresa la necesidad de que todos estuviéramos en el mismo barco. Y no fue nada fácil porque no nos poníamos de acuerdo ni con el nombre: RSE, RSC, RC

Recuerdo bien ese debate y no sólo académico sino también en las empresas para ver cómo llamabais a la ‘cosa’…

Así es, pero bueno, al final creo que todo el mundo sabe lo que es la Responsabilidad Social, hasta el punto de que por muchos “inventos” que aparezcan la Responsabilidad Social está ahí y siempre permanece.

Por ejemplo, el Pacto Mundial que también nació por aquella época ahora se quiere ver reforzado por el Pacto por el Futuro que Naciones Unidas aprobó en septiembre pasado y en el fondo creo que tratan de poner un cierto orden para seguir avanzando.

Al final a los políticos les gusta mucho meter mano en todas las cosas, y claro, así estamos, con lo de los ODS, que fueron una especie de epifanía cuando llegaron, porque parecían que iban a solucionar todo y parece que ya no se van a conseguir. ¿Por qué? Pues porque nos equivocamos al dejar en manos de los políticos su desarrollo y ahora se han convertido en meras commodities, que se venden en función de lo que dicen los consultores. Y es una pena, porque como decía ya hace mucho Adela Cortina, la Responsabilidad Social es fundamentalmente una herramienta de gestión, pero también una medida de prudencia y una exigencia de justicia. O un camino como el propio Ramón Jauregui dijo en la entrevista que le hiciste hace poco.

Como dijo el poeta, sólo se hace camino al andar…

A mí me parece que una idea hermosa y poética de lo que es la Responsabilidad Social es que se parece a una imagen de un puente. El puente, decía Juan Ramón, es un lugar simbólico desde el que nacen todos los caminos. Probablemente el tener una sociedad mejor parte de este concepto social que supone la responsabilidad.

Es decir, y eso es lo que creo que he difundido a lo largo de toda mi vida, el compromiso. La Responsabilidad Social es compromiso. A mí, los que me conocéis, sabéis que no me gusta hablar de propósito, porque el propósito es un deseo y supone pocas obligaciones, pero hablar de compromiso es algo mucho más profundo.

«El nuevo contrato social es inevitable en el futuro inmediato»

Por eso creo y así se lo dije a unos directivos del Pacto Mundial no hace mucho, el Pacto para el Futuro que fue aprobado en septiembre de 2024 por la ONU, puede ayudar a dar impulso al tema, ya que integra todo lo que de una u otra forma corresponde hacer a la empresa, sabiendo que vivimos momentos difíciles, pero creo que no podemos torcer el brazo.

Hoy algunas empresas, lo sabe todo el mundo, son probablemente mucho más importantes que algunos países. Por lo tanto, cumplir veinte años supone la posibilidad de cumplir otros veinte a partir de ahora, Marcos, y en seguir luchando por los valores.

Ojalá que sí… Volviendo a los inicios Juanjo, había muchos directivos y empresarios negacionistas también con la Responsabilidad Social, muy contrarios a su idea…

En el caso de Mapfre fue más fácil por su origen mutualista, muy vinculado al cooperativista y, por lo tanto, la función social de la empresa la entendíamos mejor. Y cuando se entiende esto, es más fácil implantar un modelo de Responsabilidad Social. El problema vino de las otras grandes empresas españolas que no tenían ese origen.

«La empresa debe ser ética, solidaria y cumplir siempre la ley»

Pero yo creo que, poco a poco, nos fuimos dando cuenta todos que, si queríamos hacer las cosas mejor, la empresa tenía que generar beneficios, dar empleo, ser competitiva y eficiente en un escenario mucho más humano y mucho más habitable. Y para ello, insisto, debía encontrar un nuevo contrato social donde apareciese con firmeza la función social de la empresa. El origen puede estar en Cicerón, en su libro de De Officis, cuando decía que la práctica de las cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza lleva aparejado un conjunto de valores indiscutibles que pueden asimilarse a los valores de la RS. Estamos hablando de hace 2.000 años…

Mucho tiempo…

Si, pero aún muchos principios son aplicables ahora. Como el de la solidaridad, como reclamaba Aristóteles. La gente tiene que ser solidaria unos con otros, algo que recoge también el artículo 29 de la Declaración de los Derechos Humanos. Cuando vivimos en comunidad, uno tiene que ser solidario.

Después, uno tiene que ser honesto. Honestidad, como parte de nuestra conducta vital. Y, luego, la participación activa en la vida la ‘polis’, de vivir en una sociedad y, por lo tanto, dedicarnos a esa sociedad, más allá de lo que hagamos en cada momento.

Eso es, al final, el origen de la síntesis. Creo que las empresas lo entendieron poco a poco y hoy, afortunadamente, la mayoría de las empresas hablan naturalmente de Responsabilidad Social. Es verdad que se habló más de los ODS que de Responsabilidad Social, pero la Responsabilidad Social permanece y permanecerá siempre.

«La Responsabilidad Social permanece; los ODS se han convertido en commodities»

Los ODS, insisto, se han convertido en commodities que, en manos de los políticos, han servido para que se puedan vender en función de los intereses de los consultores o de otros intereses, políticos en muchos casos. Pero a mí no me preocupa. Lo que me preocupa y lo que me gustaría es que, al final, desde la academia y desde los medios de comunicación, y tu medio de comunicación es un medio ejemplar, sea capaz de trasladar al conjunto de la ciudadanía lo que representa y puede representar en el futuro la Responsabilidad Social. Hay que seguir incrementando la labor pedagógica.

De hecho, en los inicios hubo mucha confusión entre acción social y Responsabilidad Social…

Así es y de hecho no creas que todavía está del todo aclarado, aún hay gente que confunde Responsabilidad Social con acción social. Eso en los primeros tiempos fue mayoritario. Y hubo muchísimas empresas, y de las más importantes, que, cuando decían que se ocupaban de la Responsabilidad Social, en realidad sólo se estaban ocupando de la acción social, que es una cosa absolutamente diferente. Creo que esa diferenciación no está todavía aclarada, aunque le falta poco.

De todos modos, creo que hizo fortuna una cosa que yo ya decía en los inicios. Cuando te pregunten cuánto cuesta la Responsabilidad Social, hay que decir que no cuesta nada. Que lo que cuesta es la irresponsabilidad Social. Eso sí que cuesta dinero. Poniendo, por ejemplo, el famoso caso de los talleres que en la India, en Bangladesh, colapsaron y produjeron la muerte murieron de tantos miles de personas. La irresponsabilidad Social es lo que cuesta dinero. La Responsabilidad Social, es decir, hacer las cosas bien o hacerlas mejor de lo que lo estás haciendo, involucrando a tus grupos de interés, es una forma in dubitada de progreso.

¿Qué hacer con la actual corriente tan negacionista y tan importancia contraria a la Sostenibilidad?

Fíjate, me acuerdo ahora del famoso manifiesto de la tabla redonda. Hace cinco años, 190 líderes norteamericanos empresarios dijeron que ya habían llegado al convencimiento de que la empresa no es solo maximizar el beneficio, según la famosa tesis de Friedman, sino que había que tener en cuenta a todo el mundo, a los llamados stakeholders, algo que está en la propia esencia de la RS. Y hace poco, como consecuencia de las variables que tiene este mundo y de gentes como Trump que empiezan a regobernar con aires imperiales en Estados Unidos, algunos de los firmantes del famoso manifiesto han dicho que ahora es imposible que sean capaces de hacer realidad aquellos propósitos. Que aquello no era ni siquiera un compromiso, era una intención que no van a poder cumplir. Bueno, pues por ese compromiso tenemos que seguir luchando cada día.

«La empresa que quiera ser responsable debe serlo aquí y en cualquier parte del mundo»

No sé cómo, pero tenemos que hacerlo cada uno desde nuestras responsabilidades. Vosotros, desde los medios de comunicación, que deberían ser más críticos. También me parece que todos deberíamos ser más críticos, la universidad incluso creando una asignatura transversal de RS que pudiera acompañar a cualquier tipo de conocimiento. Porque cuando hablamos de Responsabilidad Social, insisto, estamos hablando solo de compromiso, de una forma de hacer las cosas, de un instrumento de gestión para hacer mejor las cosas, de un puente desde el que parten todos los caminos.

Tendríamos que dar un paso adelante y hacer que hablar de Responsabilidad Social sea una especie de asignatura común, transversal, que se pueda estudiar en cualquier ámbito del saber. Es decir, el mundo no será mejor si no somos capaces de hacerlo mejor entre todos, incluidas las empresas, que son uno de los instrumentos de riqueza más importantes que el ser humano se ha inventado en toda su existencia.

¿Cómo podemos ser más críticos los medios especializados cuando nuestra sostenibilidad económica depende en buena medida de las propias empresas?

Los medios tendrían que ser capaces de educar más sobre estos asuntos, y mucho más los medios especializados, de dar noticias y de tener actitud crítica, que es, en el fondo, el editorial de Corresponsables. Corresponsables tendría que ser un medio que fuese capaz de dar más doctrina de lo que, desde su punto de vista, podríamos esperar que fuese la Responsabilidad Social en el futuro y de cómo se están comportando sus principales actores. Sois el líder, el único medio importante que hay en estos temas, porque el que creó Jordi Jauma seguramente ya se ocupa de otras cosas.

«La solidaridad, la honestidad y la participación activa son la base de la sociedad»

Hay que crear doctrina, como en DIRSE. Yo fui fundador y primer presidente de DIRSE y la dimos a conocer Isabel Roser y yo viajando por toda España durante dos años. Pero DIRSE es, o era, una asociación profesional, no tiene por qué convertirse en una consultora. Es una asociación que agrupa a los que de una u otra manera tienen que ver en estos temas, a los profesionales de esta hermosa filosofía de la RS y ser capaces de construir lugares comunes de encuentro y de trabajo, una manera de hacer, de enseñar, una manera de llegar a las empresas para inyectar las virtudes cívicas que todos necesitamos.

¿Cómo has visto la evolución de la RSE en América Latina?

Permíteme una reflexión previa: no se puede admitir que una multinacional española, francesa o italiana, con sucursales en diferentes países de América, tenga una forma de comportamiento diferente a la de su país de origen. No puede ser que cuando la empresa llega a América, Asia o a donde sea, sea capaz de olvidarse de las obligaciones que contrae al decir que es responsable socialmente. El compromiso no tiene ni fecha de caducidad ni lugar donde implantarse.

Una empresa que quiera ser responsable socialmente tiene que ser responsable socialmente aquí, en Perú, en México, en Ecuador o en China. Insisto, cumplir sus obligaciones legales es el punto de partida de la responsabilidad social, pero por encima de eso tiene que haber un compromiso serio de hacer las cosas mejor en cada instante, en cada momento.

En América, desafortunadamente, hubo un momento en el que, y tú lo sabes muy bien, la Responsabilidad Social alcanzó una cota importantísima, sobre todo a partir del trabajo de algunas universidades, de no pocas empresas y de algunos ‘apóstoles’. Bajó luego un poco como consecuencia de los diferentes problemas y crisis económicas que hemos tenido y creo que ahora está en el momento de relanzarse.

Es decir, vivimos en un instante en que hablar de responsabilidad social, insisto una vez más, sigue siendo hablar de compromiso. Por tanto, de hacer las cosas bien. Trump no lo está haciendo bien, pero las demás no tenemos por qué seguir su estela.

¿Cómo combatir el greenwashing?

Lo que está claro es que es muy importante que, desde los medios de comunicación, y tú lideras la Responsabilidad Social, se tiene que diferenciar claramente la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad, como herramientas de gestión y no como marketing social. Olvidémonos del marketing social.

Insisto, es una herramienta de gestión, una medida de prudencia y una exigencia de justicia, porque estamos hablando de la ética del comportamiento en uno de los mayores instrumentos, que son las empresas e instituciones, que los seres humanos hemos creado en los últimos tiempos. Si fuimos capaces de crecer en los últimos treinta o cuarenta años ha sido gracias al impulso de mucha gente. Pues seamos capaces de seguir haciéndolo.

«La universidad debería incorporar la Responsabilidad Social como asignatura transversal»

Para ello debemos ser capaces también de no presumir tanto, de que las palabras se conviertan en hechos y no en pura retórica. Seamos capaces de no aprovecharnos del interés común y transformarlo en interés particular. Esto es muy importante.
Todos somos humanos y somos una minúscula parte del universo. Somos 8.000 millones de personas y trabajar por el Bien Común, es decir la satisfacción de las necesidades, tendría que ser fácil. Hay comida, bebida y trabajo para todos si fuéramos capaces de organizarlo.

Algunas veces nos van a decir que la gente está harta ya del buenismo, pero al final uno es como es, por lo que tenemos que ser capaces, querido Marcos, de seguir inyectando muchas cápsulas de conciencia y ciudadanía a más gente.

¿Qué más aconsejarías especialmente a las nuevas generaciones que se están incorporando a la RSE en estos momentos?

No podemos caer en la burocracia. La burocracia lo único que hace es acabar con la posibilidad de progresar y, si no somos capaces de progresar, nos quedamos estancados.

Lo que deben buscar al final, creo yo, es un nuevo contrato social. Eso es lo que estamos buscando desde los inicios. Las empresas y las instituciones son lo más importante que hay en el mundo, pero yo creo que, desde el punto de vista personal y sin exclusiones, también cabe buscar ese nuevo contrato social.

Por eso es tan hermosa la Responsabilidad Social. Al final, el compromiso personal o institucional tiene que estar por encima de cualquier otra cosa, por encima del pin multicolor que durante un tiempo todo el mundo se ponía en la solapa. Eso, que simbolizaba los ODS, como se ha demostrado, no pudo conseguirse porque los políticos se metieron por medio y se dedicaron a presumir, pero hicieron muy poco.

«Somos 8.000 millones de personas: trabajar por el Bien Común debería ser fácil»

Sin embargo, creo que tendríamos que ser capaces de que la sociedad civil se mueva más. También Corresponsables es sociedad civil. Se debe dar cuenta de cómo están las cosas y, a partir de ahí, seguir profundizando, seguir instalando proyectos, seguir estableciendo metas y tratar de conseguirlas. Insisto, creo que estamos en la fase en la que conseguir un nuevo y conveniente contrato social es inevitable en el inmediato futuro. Por ejemplo, el propio Pacto Mundial puede lograr reimpulsarse con el Pacto para el Futuro aprobado en la ONU en septiembre del año pasado.

Estamos en un mundo en el que nos hemos acostumbrado a que haya corrupción y desigualdad. Estas cosas nos parecen lo más natural del mundo, cuando en el fondo la corrupción es un problema que se podría solucionar con voluntad política y la desigualdad mirando las cosas desde otro punto de vista, y no haciendo que los ricos sean cada vez más ricos y vaya desapareciendo la clase media. Es triste, así que hay que seguir luchando. Marcos, no sé cómo, (bueno sí: trabajando), pero hay que seguir luchando.

Siempre digo que nadie se puede jubilar de la RSE…

Así es, yo voy a seguir luchando fundamentalmente dando conferencias, escribiendo artículos… La universidad tiene un papel preponderante en este asunto, igual que lo tenéis vosotros Marcos. Te lo tienes que meter en la cabeza, como yo te decía en las comidas de la Dorada cuando nos reuníamos hace ya 20 años.

«No podemos confundir progreso con velocidad ni buscar peligrosos atajos»

Esta es una tarea que no tiene fin y en la que hay que conseguir que cada vez hayan más discípulos. Los apóstoles tienen que conseguir discípulos y hacer que la gente crea en esto. Personalmente creo que se puede conseguir. Hay gente joven que piensa que estamos anclados en el pasado y que se podrían hacer más cosas. Y, si nosotros somos ejemplares y conseguimos que nuestro ejemplo de alguna forma cale en personas más jóvenes, pues tenemos mucho camino andado.

Está claro que las empresas tienen que cumplir la ley, ser transparentes, éticos y solidarios, pero hay un trasfondo, insisto, que es el nuevo contrato social que tenemos que lograr y al que tenemos que ayudar entre todos. Corresponsables tiene que estar ahí en la línea de salida en ese tema, a partir de dar las noticias, de ser crítico… Aquí estamos todos metidos en el mismo barco.

No es fácil mantener siempre la motivación ante tantas adversidades y cuando sientes que se retrocede en algunas cosas en lugar de avanzar…

Hay muchas circunstancias que impiden que las cosas corran a la velocidad que nos gustaría, pero vamos por el buen camino y, yendo por este camino, vamos a conseguir lo que pretendemos. No podemos confundir progreso con velocidad y buscar peligrosos atajos.

No se puede olvidar que la primera y principal responsabilidad de una empresa es obtener beneficios. Sin beneficios no se pueden crear puestos de trabajo, que es la segunda y principal responsabilidad que tiene la empresa, cumplir con su deber, hacer bien su trabajo, ser eficiente, ser productiva y ser innovadora. Pero, además de todo esto, insisto, en pleno siglo XXI, la empresa, inexcusablemente, tiene que contribuir a hacer un mundo más humano y más habitable. Y ése es su futuro.

Y el de todos. Todos debemos seguir trabajando en esto. Esta debe ser nuestra principal obligación y nuestro compromiso, cada uno desde nuestra área de actuación. Debemos lograr entre todos ese nuevo contrato social. Y ése es el futuro.

Muchas gracias Juanjo por compartir tu experiencia y tu visión en el 20 aniversario de Corresponsables. ¡Seguimos en contacto!

Gracias a ti Marcos. Un abrazo y, como siempre, ¡sigamos luchando!

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.

La entrada Juan José Almagro: “La Responsabilidad Social no es un propósito, es un compromiso” se publicó primero en Corresponsables.

]]>
Antonio Argandoña: “La ética empresarial es esencial para transformar las organizaciones hacia un modelo más responsable y sostenible” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/antonio-argandona-etica-empresarial-esencial-modelo-responsable-sostenible/ Mon, 28 Apr 2025 08:46:47 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=358147

Entrevista realizada por Marcos González, Presidente Editor de Corresponsables, de su Fundación y de ObservaRSE a Antonio Argandoña Ramiz, Profesor Emérito en IESE Business School, Universidad de Navarra

La entrada Antonio Argandoña: “La ética empresarial es esencial para transformar las organizaciones hacia un modelo más responsable y sostenible” se publicó primero en Corresponsables.

]]>

Lee un resumen rápido generado por IA




Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, entrevistamos a Antonio Argandoña Ramiz, Profesor Emérito en IESE Business School, Universidad de Navarra. Antonio es un destacado académico y experto en ética empresarial que ha jugado un papel clave en el desarrollo de la RSE en el ámbito académico y profesional.

Su incursión en la RSE comenzó en la década de 1980, cuando, desde su visión de economista liberal, se preguntó por qué las decisiones económicas no solo eran técnicas, sino también éticas. Este cuestionamiento lo llevó a profundizar en cómo la ética podía transformar la forma en que las empresas impactaban en la sociedad.

Para Argandoña, la Responsabilidad Social no es un tema aislado, sino una extensión natural de la ética empresarial: «La RSE es, ante todo, una responsabilidad ética; los directivos deben internalizar la dimensión ética de sus impactos en la sociedad y en los stakeholders.» Su reflexión va más allá de los beneficios inmediatos de una empresa, pues subraya que la sostenibilidad debe ser parte integral de la estrategia organizacional: «La sostenibilidad, para ser real, tiene que ser integral.» Y, como él mismo destaca, la clave de esta visión es la honestidad, ya que «lo más importante es ser socialmente responsables, no solo parecerlo.»

A lo largo de su carrera, ha sido testigo de la evolución de la RSE y de cómo las empresas han integrado la sostenibilidad en su núcleo. «Lo que en su momento parecía una rareza, hoy es una exigencia fundamental.» La RSE ha dejado de ser una opción para convertirse en un pilar esencial en el ámbito empresarial, y este cambio, según Antonio, ha sido impulsado por la creciente demanda de la sociedad y el liderazgo de iniciativas como las de Corresponsables, que han sido fundamentales en este proceso transformador.

¿Cómo, cuándo y por qué comenzaste a involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social?

Mi incursión en el ámbito de la Responsabilidad Social comenzó desde la Ética, en la década de 1980. Siempre consideré que la responsabilidad de las empresas respecto a sus impactos en la sociedad, tal como la definió la Unión Europea en sus primeros trabajos sobre RSE, es fundamentalmente una responsabilidad ética. Aunque me dedicaba a la ciencia económica, un día me pregunté por qué las decisiones económicas no solo eran cuestiones técnicas, sino también éticas.

«La RSE es, ante todo, una responsabilidad ética»

Fue así como empecé a interesarme por la ética en la economía y en la empresa, lo que naturalmente me llevó a incluir la Responsabilidad Social dentro de mis preocupaciones. Recuerdo que un día me pregunté: Antonio, tú eres un economista liberal y crees en la ética aplicada a la empresa. Milton Friedman, a quien yo tenía un gran aprecio por sus teorías  no cree en la ética. ¿Qué le responderías si ahora entrase en tu despacho y te preguntase: Antonio, ¿por qué crees tú que la ética tiene un papel en la economía? A partir de ahí empecé a desarrollar mi interés por la ética.

¿Por qué era un aspecto más de la ética empresarial que estudiabas?

La Responsabilidad Social es precisamente un paso en ese considerar que la empresa está prestando un servicio, y que esto es lo que la justifica. Un servicio a la sociedad, a los clientes, a los proveedores, a los distribuidores, al regulador, al gobierno, a los ciudadanos… Cuando las teorías vigentes, centradas en la maximización del beneficio como criterio básico de gobierno de la empresa, se abrieron a esas responsabilidades, empezaron a florecer teorías sobre cuáles eran esas responsabilidades.

Pero el origen es ético. Lo que pasaba era que muchos no sabían que la ética era necesaria ni cómo introducirla, y les venía bien que alguien les orientase sobre esto. Y aparece primero la Responsabilidad Social de la Empresa, pero necesitan más precisión, y vienen las dimensiones medioambientales, sociales y de gobierno, la ESG, y luego que la empresa ha de ser sostenible…

«Lo más importante es ser socialmente responsables, no solo parecerlo»

Con todo mi aprecio por las distintas teorías, sigo pensando que todas ellas son aplicaciones de la ética, aunque a veces se presenten como formas de ganar más dinero.

Muy interesante Antonio… En aquella época ya estabas en contacto con empresarios, directivos muy poco convencidos de estos temas…

En el IESE, donde yo enseñaba, pensábamos que la ética es necesaria en la toma de decisiones, que tienen que ser, por supuesto, técnicamente correctas, pero también humanamente correctas, y eso lo da la ética, no la economía.

«La sostenibilidad, para ser real, tiene que ser integral»

Si el cliente me pregunta si este paraguas puede durar mucho tiempo y yo pienso que no, que se deteriorará pronto, pero quiero vender y le digo que sí, que tiene paraguas para años, estoy basando mi venta, mis beneficios y mi bonus en una mentira. Le hago daño a él, pero también me hago daño a mí mismo, porque me estoy convirtiendo en mentiroso, estoy “aprendiendo” a mentir y, probablemente, estoy enseñando a mentir a los que trabajan conmigo. Puede que mis beneficios aumenten, pero estoy siendo un mal vendedor o un mal directivo. Esto lo dice la ética, no la economía.

Por eso la ética es necesaria, porque antes que directivos somos personas, y la empresa no es solo un capital que busca rendimientos, sino, sobre todo, una comunidad de personas que buscan prestar un servicio a los clientes, a los empleados y proveedores, a la sociedad… y para prestar ese servicio necesitan ganar dinero, pero no de cualquier manera.

¿Cuál fue el primer proyecto o iniciativa de RSE en el que trabajaste? ¿Cómo lo recuerdas?

Cuando comenzó a hablarse de la RSE, para mí era simplemente un aspecto más de la ética empresarial que ya estudiaba. En 1982, participé en un congreso en el que presenté una comunicación sobre el balance social de la empresa, el documento con el que en España comenzamos a recoger las iniciativas de Responsabilidad Social en las empresas. Esa fue, si no me equivoco, mi primera incursión escrita en el mundo de la RSE.

«La empresa es, sobre todo, una comunidad de personas que presta un servicio»

¿Qué cambios significativos has observado en la RSE en España desde que comenzaste?

La Responsabilidad Social entró con cierto ritmo porque las circunstancias medioambientales, sociales y éticas lo exigían. Desde el principio, hubo una cierta confusión entre RSE, sostenibilidad, ONGs, gestión de stakeholders, etc., y más tarde, la introducción del concepto ESG (aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza). En un principio, al menos en España, la RSE se enfocó en identificar, regular y desarrollar el papel de la empresa ante los retos que se presentaban.

«La ética entra en las decisiones estratégicas porque afecta a todos los implicados»

Luego, se comenzó a discutir sobre las responsabilidades de los directivos y cómo la estructura empresarial condicionaba su RSE. Además, académicos e investigadores comenzaron a estudiar la diferencia entre la responsabilidad social y las meras acciones filantrópicas.

La opinión pública comenzó a ver la RSE como un paso adelante en la presencia de las empresas en una sociedad más justa, próspera y sostenible. En torno a mediados del 2000, este enfoque comenzó a tomar forma en los medios de comunicación y se vio como un cambio de era.

En 2005 nació Corresponsables…

Conocí a Marcos González cuando estaba comenzando a trabajar en la fundación de Corresponsables, y tengo el orgullo de haber colaborado con él desde el principio.

Corresponsables ha sido y sigue siendo un punto de referencia para las empresas interesadas en la sostenibilidad y la responsabilidad social. Ha proporcionado orientación, apoyo y un espacio para que las empresas cambien impresiones, resuelvan problemas, conozcan las prácticas de otras organizaciones y escuchen tanto a la sociedad como a los expertos.

«Corresponsables ha sido y sigue siendo un punto de referencia en RSE y sostenibilidad»

¿Qué más ayudó a impulsar la RSE?

Las nuevas regulaciones, obligaciones de transparencia sobre RSE y rankings comenzaron a impulsarlo. Posteriormente, se desarrolló el estudio de las inversiones socialmente responsables. A lo largo de los años, hemos visto el desarrollo de la RSE en temas como diálogo entre partes implicadas, relación trabajo-familia, derechos humanos en el trabajo, economía circular, residuos y corrupción, entre otros. Aunque ha sido un desarrollo importante, no siempre ha sido ordenado ni exento de críticas.

«La opinión pública vio en la RSE un paso hacia una sociedad más justa y sostenible»

¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?

Subrayaría el papel de las iniciativas internacionales, especialmente las europeas, y el apoyo de los gobiernos. Además, el papel clave de los expertos y cómo han calado los aspectos sociales, medioambientales y económicos en las empresas y sus directivos.

¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?

Sigo considerando que la RSE es, ante todo, una responsabilidad ética; los directivos deben internalizar la dimensión ética de sus impactos en la sociedad y en los stakeholders. Las empresas deben tomarse en serio la dimensión sostenible y responsable de su estructura, su estrategia, su propósito, sus políticas y su día a día.

«La empresa no es solo capital: es servicio a la sociedad»

Después de tanto tiempo trabajando en esta materia… ¿Cómo crees que la ética empresarial puede influir en las decisiones estratégicas a largo plazo de una empresa?

Pensemos en una decisión concreta a largo plazo: quiero comprar el pequeño negocio de un competidor porque me interesa su gama de productos y su tecnología. Si sale bien, voy a ganar mucho dinero, pero ¿es correcta mi decisión? ¿Beneficia a mis accionistas y a mis clientes, y a mis empleados? Empiezan a aparecer aspectos positivos y negativos. ¿Y a los propietarios, clientes y empleados de la empresa que voy a comprar? ¿Puedo mitigar los daños? ¿Estoy dispuesto a hacerlo? Asegurar un precio de compra justo, un tratamiento adecuado al personal de la empresa comprada, quizás una compensación a los que tenga que despedir, o un plan de formación que les permita encontrar otro empleo…

«Las empresas deben tomarse en serio la dimensión ética y sostenible de su estructura y estrategia»

Recuerdo un caso clásico en los libros de ética de la empresa: el cierre de una planta de Danone en Navarra, que se llevó a cabo teniendo en cuenta todos estos aspectos en las muchas decisiones que hubo que tomar. Así entra la ética en la gestión de empresas a largo plazo…

¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?

Que den a la información y a la transparencia sobre los temas de RSE la importancia que realmente tienen. No son lo más relevante, sino una herramienta para orientar la gestión interna de las empresas; en segundo lugar, para sus relaciones con los stakeholders (empleados, clientes, proveedores, comunidades, etc.), y en tercer lugar, para su imagen pública. Lo más importante es ser socialmente responsables, no solo parecerlo.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.

La entrada Antonio Argandoña: “La ética empresarial es esencial para transformar las organizaciones hacia un modelo más responsable y sostenible” se publicó primero en Corresponsables.

]]>
Gustavo A. Yepes López: “El futuro no se prevé, se construye, tratando de hacer lo correcto, no solo lo posible” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/gustavo-a-yepes-lopez-futuro-se-construye-haciendo-lo-correcto/ Fri, 25 Apr 2025 06:59:56 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=357674

Entrevistamos a Gustavo A. Yepes López, profesor y directivo del Centro de Sostenibilidad de la Universidad Externado de Colombia

La entrada Gustavo A. Yepes López: “El futuro no se prevé, se construye, tratando de hacer lo correcto, no solo lo posible” se publicó primero en Corresponsables.

]]>

Lee un resumen rápido generado por IA




Con más de dos décadas impulsando la Sostenibilidad desde la empresa, la universidad y el diálogo multiactor, Gustavo A. Yepes López se ha convertido en una de las voces más respetadas en Colombia y en muchos países de América Latina en materia de Responsabilidad Social. “La Sostenibilidad no se impone, se construye colectivamente”, afirma el profesor y directivo del Centro de Sostenibilidad de la Universidad Externado de Colombia, que lleva años sembrando pensamiento crítico y herramientas de transformación desde la base.

“La Sostenibilidad no se impone, se construye colectivamente”

Sus inicios se remontan a 1998, cuando descubrió el potencial de las empresas como agentes de desarrollo a través de un programa pionero con pymes. Desde entonces, ha liderado proyectos formativos que hoy reúnen a miles de estudiantes y empresas en torno a una visión práctica y exigente de la Sostenibilidad. “Muchas compañías aún no entienden la Sostenibilidad como algo estratégico”, advierte. Su trayectoria, a caballo entre la acción, la docencia y la reflexión, está marcada por una constante: formar personas que se atrevan a cuestionar lo aprendido para construir nuevos caminos.

Desde sus tiempos de doctorado en España, el Doctor en Ciencias Empresariales de la Universidad Antonio de Nebrija recuerda con cariño cómo conoció a Corresponsables y a su fundador, Marcos González: “No estaba dispuesto a quedarme por segunda vez sin un ejemplar de la revista”. Hoy, destaca su papel pionero como altavoz y dinamizador de la RSE en todo Iberoamérica, y nos deja una lección esencial para los próximos años: “El futuro no se prevé, se construye. Y depende de que sepamos hacer lo correcto, no solo lo posible”.

¿Qué fue lo que te llevó a vincularte al ámbito de la Sostenibilidad y la RSE?

Mi recorrido en este ámbito comenzó en 1998, en una fundación de origen suizo dedicada al apoyo de micro, pequeñas y medianas empresas en América Latina. Participando en proyectos de desarrollo junto a empresas, comprendí el enorme potencial que tenían estas organizaciones para ir más allá de sus operaciones comerciales y convertirse en verdaderos agentes de transformación social.

“Los conocimientos actuales sobre Sostenibilidad son aún subóptimos y deben ser desafiados”

Pronto entendimos que la colaboración con el mundo académico era fundamental para escalar ese impacto, y fui designado responsable en Colombia de un proyecto que buscaba fortalecer las capacidades de alumnos y profesores de escuelas de negocios. El objetivo era claro: apoyar a las pymes a través de alianzas entre sociedad civil, academia y empresa. Ese fue mi punto de partida en un camino que, aunque entonces parecía incipiente, ya se orientaba hacia el desarrollo sostenible.

¿Cuál fue tu primera iniciativa significativa en la RSE? ¿Qué supuso para ti?

Aunque este no fue el primero de mis proyectos, sí lo considero como uno de los más representativos por lo que significó más adelante. En 2006, el Banco Interamericano de Desarrollo estaba promoviendo la Responsabilidad Social Empresarial en la región y, a través de socios locales como Cámaras de Comercio, hicieron una convocatoria para formar a los primeros consultores en Responsabilidad Social Empresarial en Colombia. La Universidad Externado fue seleccionada para ofrecer un diplomado dirigido a unos 120 consultores en cinco ciudades: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena.

“Muchas compañías aún no entienden la Sostenibilidad como algo estratégico”

Este programa fue todo un reto, no solo por ser el primero, sino por el hecho de que todo consultor, por definición, debe tener experiencia, y con los procesos de formación tradicional es difícil lograr esto. Así que, teniendo en cuenta la experiencia que teníamos en la Facultad de Administración de Empresas con el programa de apoyo a las pymes, nos dimos a la tarea de incluir dentro del programa de formación una asesoría real a una empresa.

Desarrollar los contenidos, las herramientas y conseguir a más de 50 empresas interesadas en un tema tan novedoso, y en tan corto tiempo, no fue fácil. Pero sí fue muy satisfactorio e inspirador, porque nos dio las bases para muchos otros proyectos futuros.

¿Si echamos la vista atrás, cómo describirías el panorama de la RSE cuando comenzaste en comparación con la situación actual?

Hace 20 años la situación era muy diferente, especialmente por el desconocimiento general sobre el tema y el poco interés que despertaba, sobre todo entre las empresas. Siempre he creído que quienes trabajábamos en esto parecíamos a los loquitos que gritan en las calles que el mundo se va a acabar.

El apoyo para proyectos era bien escaso. La participación empresarial se reducía a unas pocas compañías grandes que, por instrucciones de sus casas matrices, comenzaban a dar sus primeros pasos. Un ejemplo claro de esta situación se puede ver en la convocatoria de uno de los programas que dirijo: Primeros Pasos en RSE.

“Siempre he creído que quienes trabajábamos en esto parecíamos a los loquitos que gritan en las calles que el mundo se va a acabar”

En sus inicios, conseguir empresas participantes era extremadamente difícil. Comenzamos en 2007 con un grupo de 30 estudiantes y solo tres empresas que se arriesgaron a trabajar con nosotros. Hoy contamos con más de 650 empresas participantes, los cupos se llenan inmediatamente y, de hecho, ya tenemos lista de espera.

¿Qué barreras y desafíos encontraste a la hora de implementar la RSE en sus primeras etapas?

Creo que fueron muchas las barreras que se presentaron, entre las que se destacan el desconocimiento del tema, las malas interpretaciones, el desinterés de algunos sectores de la economía y de ciertas instituciones del Estado. Pero creo que la más significativa, y que incluso aún persiste, es la dificultad para entender la integralidad de la Sostenibilidad dentro del negocio.

Como solución de mercado, la Sostenibilidad corporativa está soportada por condiciones externas a la empresa que generan incentivos para llevar a cabo transformaciones organizacionales. Eso implica dar respuesta adecuada a esas expectativas externas mediante acciones internas que, para ser efectivas, deben ser estratégicas y generar valor.

“No traguen entero. Cuestionen lo que se enseña y construyan sus propias respuestas”

Esa, en mi opinión, sigue siendo la barrera más grande que aún enfrenta la Sostenibilidad corporativa. Solo con una mente dispuesta, con suficiente información, ingenio y creatividad, podremos superarla.

¿A lo largo de tu trayectoria, seguro que has conocido casos que reflejan no solo luces, sino también sombras en la RSE. ¿Recuerdas alguno especialmente ilustrativo?

Sí, hay un ejemplo que siempre me ha parecido muy revelador. Una importante empresa de bebidas lanzó en Colombia un producto dirigido a niños y, como parte de su estrategia de RSE, lo llevó a una comunidad indígena en el departamento de La Guajira con el objetivo de contribuir a su nutrición. Sin embargo, diversas circunstancias y formas de gestionar la iniciativa desembocaron en un resultado muy negativo para la compañía.

“El diálogo real con los grupos de interés es lo que convierte una buena intención en un verdadero impacto”

Este caso pone de manifiesto cómo no todas las acciones de RSE son apropiadas si no están respaldadas por un conocimiento profundo del entorno, una comunicación transparente y, sobre todo, un diálogo real con los grupos de interés. La falta de escucha y de una comunicación de doble vía puede convertir una buena intención en un problema reputacional y social importante.

¿En aquellos primeros años, cuando la Sostenibilidad apenas se abría camino, hubo alguna iniciativa o encuentro que te resultara especialmente revelador o inspirador para seguir adelante?

Sí, hubo un momento que recuerdo con mucho cariño. Mientras cursaba mi doctorado en España, asistí a un evento de Forética y, a la entrada, me encontré con un joven entusiasta que repartía una nueva revista especializada en Responsabilidad Social. Cuando llegué, ya no quedaban ejemplares y me quedé con las ganas de conocer esa propuesta editorial tan novedosa y valiente para la época.

Años más tarde, tuve la oportunidad de asistir a un evento en Bogotá y, para mi sorpresa, ese joven emprendedor español estaba allí como uno de los conferencistas. Al finalizar la conferencia, me acerqué y le pedí un ejemplar de la revista. Le conté que la primera vez me había quedado sin copia y que no pensaba irme sin ella. Con una sonrisa, Marcos González me entregó una de sus revistas, junto con su tarjeta de presentación y la invitación a seguir conversando sobre estos temas.

¿Desde entonces, qué papel crees que ha tenido Corresponsables en el impulso de la Sostenibilidad empresarial en estas dos décadas?

Para mí, Corresponsables ha sido, sin lugar a duda, un pionero. Se atrevió a incursionar en un tema nuevo y, además, sensible, apostando por una mirada profunda, rigurosa y comprometida de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad.

“Corresponsables ha sido un pionero que se atrevió a incursionar en un tema sensible, con profundidad y valentía”

Durante estos 20 años ha mantenido ese espíritu valiente e inspirador, sirviendo de referencia a muchas otras iniciativas editoriales en Iberoamérica. Gracias a su constancia y actualidad, ha ofrecido a miles de lectores información útil, oportuna y de calidad que ha contribuido a entender mejor los grandes desafíos y oportunidades que supone avanzar hacia modelos empresariales más responsables. Su papel como dinamizador del ecosistema ha sido, sin duda, clave.

¿A lo largo de tu carrera en RSE, cuáles han sido las principales lecciones que has aprendido?

Durante estos años he tenido muchísimas lecciones, pero si he de destacar una, diría que el logro de la Sostenibilidad requiere de un profundo cambio cultural. Por eso, al socializar y comunicar temas tan complejos como el desarrollo sostenible, la Responsabilidad Social y otros asuntos relacionados, he aprendido que es fundamental tener en cuenta diversos elementos.

“El pensamiento crítico debe acompañar siempre al trabajo por la Sostenibilidad”

Primero, la contundencia en el mensaje, para exponer la realidad con precisión. Segundo, la simplicidad, para evitar suposiciones o malentendidos. En tercer lugar, una perspectiva amplia, que dé voz a todas las posiciones y promueva la tolerancia. También, el soporte científico, que permita analizar los hechos, justificar decisiones y desarrollar criterio. Y, por último, pero no menos importante, la necesidad de promover la reflexión, con el fin de gestar cambios de mentalidad y comportamiento.

¿Qué hitos destacarías como claves en la evolución de la RSE en estas dos décadas?

Creo que quienes venimos trabajando en este tema desde hace más de 20 años hemos podido identificar tres grandes etapas, que de algún modo aún coexisten.

La primera es la que podríamos llamar tradicional, en la que las empresas expresaban su compromiso social a través de donativos, fundaciones o apoyo a causas nobles. Incluso en muchos casos participaban en la vinculación de comunidades vulnerables a proyectos productivos. Pero lo hacían sin cambiar internamente: la empresa permanecía igual.

Una segunda etapa surgió a finales de los 90, cuando las empresas comenzaron a reconocer los impactos negativos de sus decisiones y operaciones sobre la sociedad y el medio ambiente. En este periodo se introdujeron nuevos modelos y muchas compañías iniciaron procesos de reflexión estratégica, adoptando estándares internacionales, movidas por las crecientes expectativas de sus entornos y los mercados.

Y la tercera etapa, más reciente, está marcada por una sociedad que exige cada vez más a las empresas. Como anticipó en los años 70 el economista Paul Samuelson, ahora se les pide que controlen no solo su operación directa, sino toda su cadena de suministro, pese a que sea larga, compleja y opaca. Este momento se caracteriza por una serie de nuevas regulaciones, como las leyes de debida diligencia en derechos humanos y medio ambiente, o las normativas contra la deforestación en regiones como el Amazonas.

¿Podrías compartir alguna otra experiencia especialmente significativa, tanto positiva o negativa, de tu trayectoria?

Obviamente, durante todos estos años he vivido experiencias de todo tipo. Una, que aunque hoy recordamos de manera jocosa, en su momento fue bastante difícil, también nos enseñó mucho.

En la Facultad de Administración de Empresas del Externado de Colombia tenemos un programa de asesoría a pymes llamado Primeros Pasos en RSE, que lleva ya 17 años funcionando. En él participan estudiantes de pregrado y maestría junto a docentes experimentados, con el objetivo de integrar criterios internacionales de Sostenibilidad en la gestión de las empresas.

«Mi mayor contribución no está en los resultados, sino en las semillas que pude sembrar en otras personas”

En una de las primeras ediciones del programa, durante la presentación final del diagnóstico de una de las empresas participantes, uno de los estudiantes dijo textualmente: “Esta es una empresa corrupta”. Obviamente, su intención no era acusar a la empresa, sino explicar que había obtenido una baja calificación en el criterio de lucha contra la corrupción. El empresario, aunque sorprendido, terminó entendiendo la situación.

Fue un momento incómodo, pero también una lección importante sobre la necesidad de revisar cuidadosamente el lenguaje, las categorías utilizadas y la forma de comunicar los resultados, para ser siempre constructivos. Desde entonces, establecimos protocolos detallados para cada fase del programa.

¿Hay algún otro caso de éxito que te haya marcado especialmente en estos años?

Una de las iniciativas a la que le tengo más cariño es la Red de Suministro Responsable, porque surgió de procesos de investigación que nos permitieron identificar nuevos desafíos para las empresas. Además, es un ejercicio colaborativo con un impacto significativo, que espero pueda replicarse en otros países de la región.

La Red fue lanzada en 2015 junto con la Red Colombiana del Pacto Global de las Naciones Unidas, con el objetivo de impulsar el desarrollo de las pymes. Comenzó con seis organizaciones socias líderes en Sostenibilidad, que invitaron a sus proveedores, distribuidores o clientes a sumarse al programa. Los estudiantes del Externado, formados como consultores, acompañan a estas pymes en tres líneas de trabajo: mejora de eficiencia, reducción de riesgos e impulso a la innovación.

A diciembre de 2023, la Red contaba con más de 30 aliados, siete ediciones del programa Plan Padrinos, con hasta 2.908 empresas y 5.869 estudiantes, y dos ediciones del programa Primeros Pasos en RSE, con 606 empresas y 1.447 estudiantes.

¿Qué consejo darías a los profesionales jóvenes que se inician en Sostenibilidad?

La complejidad y amplitud de enfoques en torno a la Responsabilidad Social Empresarial genera muchas perspectivas y posibilidades. Por eso, creo que hay un consejo fundamental que intento promover siempre entre mis estudiantes: no den todo por sentado. Es clave que comprendan que los conocimientos y herramientas que están aprendiendo en este momento no necesariamente son la respuesta definitiva.

Les animo a que los evalúen críticamente, tanto los conocimientos como las herramientas, bajo la lupa de otras perspectivas y paradigmas. En mi opinión, esa es la única manera de comprobar su eficacia real y descubrir, en ese proceso, la necesidad de construir nuevas aproximaciones que respondan de forma más adecuada a los retos que nuestra civilización está enfrentando.

Los datos científicos y la observación empírica nos muestran con claridad que los modelos actuales de responsabilidad empresarial y Sostenibilidad son aún subóptimos, y no logran dar respuesta plena a las verdaderas necesidades sociales, ambientales y económicas de nuestro tiempo.

Por eso insisto en que el consejo clave para los futuros profesionales es que no traguen entero, que cuestionen lo establecido, que exploren lo ya desarrollado desde otros paradigmas y con métricas objetivas. Esa es, en mi opinión, la única forma de que entiendan que su papel no es simplemente aceptar y seguir lo que ya está escrito, sino más bien retar los conocimientos tradicionales cada día, y atreverse a construir nuevas respuestas.

Porque solo con esa lógica crítica, abierta e innovadora tendremos una verdadera oportunidad de resolver los enormes desafíos que enfrentamos como humanidad.

¿Cómo ves el futuro de la RSE? ¿Qué retos y oportunidades anticipas para las próximas dos décadas?

En nuestra historia reciente, la humanidad nunca se había enfrentado a tal nivel de incertidumbre sobre su futuro. Ni siquiera los más avezados futurólogos se atreven hoy a predecir con claridad qué va a ocurrir en los próximos 30 años.

Pero si nos basamos en la premisa de los prospectivistas, que dicen que el futuro no se prevé, sino que se construye, creo que actualmente nos encontramos en una encrucijada que nos plantea, entre muchas otras, dos alternativas extremas.

Por un lado, está el camino de un desarrollo tecnológico abrumador, de crecimiento rápido y explosivo, que podría llevarnos a tener que habitar destinos sintéticos, como Marte u otros planetas que lleguen a ser habitables. Por otro, está el camino del crecimiento de la conciencia interior y del desarrollo personal, que nos llevaría a buscar una armonía más profunda con los seres humanos y con la naturaleza.

¿Cuál considera que ha sido su mayor contribución al campo de la RSE?

Pese a que, con mucho esfuerzo y algo de suerte, he podido publicar algunos estudios originales que han contribuido a la generación de nuevo conocimiento, y he sido parte de procesos de formación y difusión que han llegado a muchas personas, así como de proyectos complejos que han generado cambios reales en diversas empresas, creo que mi mayor contribución no ha sido el impacto cuantificable de todo eso.

Mi mayor aportación, más bien, ha sido la semilla que pude sembrar en algunas de las mentes y corazones con quienes tuve el privilegio de compartir esta pasión.

¿Cómo le gustaría que le recordasen en el ámbito de la Responsabilidad Social?

Ésta es una pregunta difícil, porque generalmente uno no piensa en eso. Me ha hecho reflexionar más sobre el futuro que sobre el pasado, como habría de esperarse, y me ha llevado a pensar en aquello que más me he empeñado en transmitir a lo largo de mi carrera profesional. Rápidamente vino a mi mente una palabra que he buscado intencionadamente que defina los mensajes que envío sobre Sostenibilidad: pensamiento crítico.

Cualquier persona puede buscar información sobre conceptos, prácticas o herramientas relacionadas con el desarrollo sostenible. Pero en mis conferencias, en mis clases, en mis publicaciones e incluso en mi programa de radio, creo que hay tres características que se reflejan con claridad en mi forma de comunicar: una actitud de tolerancia y apertura, una dosis de escepticismo, y una aproximación basada en la racionalidad del análisis.

Si eso forma parte de la manera en que se me recuerde, me daré por satisfecho. Incluso si eso implica que algunos me tilden de apocalíptico en un mundo que valora tanto el optimismo. Porque, al final, lo verdaderamente importante no es cómo nos califican, sino cómo podemos contribuir a aumentar las posibilidades de que los seres humanos podamos vivir mejor en este planeta y hacerlo de manera indefinida.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.

La entrada Gustavo A. Yepes López: “El futuro no se prevé, se construye, tratando de hacer lo correcto, no solo lo posible” se publicó primero en Corresponsables.

]]>
La compra y venta de productos reutilizados permite obtener una media de 1.112€ por persona https://www.corresponsables.com/actualidad/v-edicion-la-red-del-cambio-wallapop/ Thu, 24 Apr 2025 15:00:55 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=357607 Presentación del estudio “La Red del Cambio”, impulsado por Wallapop e ISDI, esta mañana en Madrid - Imagen cedida por Wallapop

Wallapop presenta junto a ISDI la V edición del estudio “La Red del Cambio 2025”, con el objetivo de demostrar el valor tangible que la compraventa de segunda mano aporta a la economía doméstica

La entrada La compra y venta de productos reutilizados permite obtener una media de 1.112€ por persona se publicó primero en Corresponsables.

]]>
Presentación del estudio “La Red del Cambio”, impulsado por Wallapop e ISDI, esta mañana en Madrid - Imagen cedida por Wallapop

Lee un resumen rápido generado por IA




En un contexto económico como el actual, marcado por la inflación y el incremento del coste de vida, las familias españolas deben ajustar su presupuesto y buscar nuevas alternativas de consumo que les permitan mantener su calidad de vida sin comprometer su estabilidad financiera. En este sentido, la reutilización emerge como una alternativa que aúna su deseo de consumir más sostenible con la necesidad de mantener la economía doméstica.

V Edición de «La Red del Cambio»

Así lo confirman los resultados de la V edición de “La Red del Cambio”, el estudio elaborado por Wallapop, la plataforma referente en consumo consciente y humano, en colaboración con ISDI, la escuela de negocios digital, para conocer el valor tangible que la economía de segunda mano aporta a los hogares españoles.

Concretamente, el estudio desvela que gracias a la compra y venta de productos reutilizados, cada persona genera anualmente un importe adicional medio de 1.112€, el equivalente a una paga extra para un salario medio en España de 20.767 brutos anuales.

Si contextualizamos este dato desde una perspectiva macroeconómica, considerando el hogar tipo en España, la compra y venta de productos reutilizados en plataformas como Wallapop supone anualmente 13 mil millones de euros, el equivalente al 0,86% del PIB nacional. Este importe no supone una ganancia patrimonial para las personas, sino simplemente una generación de valor en base a recursos con los que las familias ya cuentan, pues más del 90% de las ventas de productos reutilizados se completan por un precio inferior o igual al precio de compra y, por tanto, no son susceptibles de tributación por el IRPF.

Impacto de este importe adicional en la economía doméstica 

El uso de plataformas de compra y venta de productos reutilizados como Wallapop se ha convertido en una herramienta para la economía de las personas, al ayudar al 65% de los españoles a optimizar sus recursos económicos y aliviar su estrés financiero. Tanto es así que, teniendo en cuenta los gastos medios por persona en diversos servicios, según un cálculo elaborado por ISDI para este estudio, el importe adicional que genera cada persona anualmente sería el equivalente a 15 meses de la factura de la luz, un año y medio de la factura del teléfono o internet, 10 meses de gasto en gasolina o transporte o tres meses de cesta de la compra.

Sin embargo el potencial del mercado podría ser todavía mayor si consideramos que, de media, los españoles afirman tener en casa productos que no utilizan y que podrían vender por un valor de 404€. En esta misma línea, la frecuencia con la que las personas interactúan con las plataformas de segunda mano es un factor determinante a la hora de maximizar su valor económico. Concretamente, el estudio desvela que las personas que realizan mensualmente compras y ventas en plataformas de segunda mano como Wallapop consiguen anualmente 737€ más, es decir, un importe total de 1.849€ al año, que amplía el potencial impacto de este mercado. 

Mantener el estilo de vida al que aspiran y optimizar su economía

En este contexto, la reutilización se presenta como un facilitador que permite a los españoles mantener el estilo de vida que quieren, además de optimizar su economía doméstica, cubrir gastos adicionales e incluso generar ahorro. Concretamente, el 71% de las personas que perciben un ahorro o importe de la compraventa de productos reutilizados lo utilizan para afrontar gastos extras de su economía, como actividades de ocio, viajar o comprar caprichos o regalos. Por otro lado, el 31% destina estos ingresos directamente al ahorro, e incluso un 14% afirma que es clave para llegar a fin de mes.

No obstante, el impacto del importe adicional que los encuestados reciben del uso del mercado de segunda mano difiere según el uso que hacen del mismo. Por ejemplo, más de la mitad (51%) de los individuos que solo venden perciben que esta práctica les permite optimizar sus recursos. Por otra parte, la mitad de los que solo compran en plataformas de segunda mano (50%) indican que esta actividad les facilita acceder a productos de calidad.

Evento de presentación en Madrid con las principales conclusiones

Las conclusiones de la V edición de La Red del Cambio han sido presentadas hoy en un evento en Madrid en la sede de ISDI. Corresponsables, medio internacional líder en Comunicación Responsable, Sostenibilidad y RSE, ha estado presente en el evento, con información destacada a tiempo real en nuestro perfil de Linkedin ¡Síguenos, ya somos más de 20.000 en nuestra comunidad!

Durante la presentación, Pol Fàbrega, Responsable de Sostenibilidad en Wallapop, y Jesús Tapia, director de Impact Accelerator en ISDI, han comentado los resultados principales de este estudio. 

“Frente a un contexto económico adverso exacerbado por la guerra comercial, la reutilización tiene una oportunidad única de consolidarse como un modelo circular, resiliente, accesible y local. Los importes adicionales que se  generan a través de la compra y venta de reutilizados permiten mantener ciertos hábitos que, en otras circunstancias, se verían comprometidos, como el ocio o el ahorro, y suponen un apoyo clave para aquellas personas que utilizan la segunda mano como una herramienta para cubrir necesidades básicas y llegar a final de mes. De este modo, la reutilización contribuye a que muchas familias puedan mantener su nivel de gasto sin comprometer su presupuesto, a través de un modelo de consumo sostenible” comenta Pol Fàbrega, Responsable de Sostenibilidad en Wallapop.

“En un momento en que cada hogar busca fórmulas para anticiparse y adaptarse a una realidad económica cambiante, la segunda mano se revela como una estrategia de planificación financiera más que como una simple solución puntual”, ha afirmado Jesús Tapia, Director de Impact Accelerator en ISDI.

“Esta investigación nos ha permitido cuantificar el impacto real de la economía circular en el bolsillo de los ciudadanos, confirmando que la segunda mano es una parte integral de la estrategia económica de muchas familias españolas”, añadían.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.

La entrada La compra y venta de productos reutilizados permite obtener una media de 1.112€ por persona se publicó primero en Corresponsables.

]]>
Evangelina Gómez Durañona: “La RSE, cuando se vive con autenticidad, se convierte en una forma de mirar el mundo” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/evangelina-gomez-duranona-la-rse-cuando-se-vive-con-autenticidad-se-convierte-en-una-forma-de-mirar-el-mundo/ Thu, 24 Apr 2025 11:09:42 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=357427

Entrevistamos a Evangelina Gómez Durañona, Directora Ejecutiva de CERES, con más de dos décadas impulsando la Responsabilidad Social en Ecuador

La entrada Evangelina Gómez Durañona: “La RSE, cuando se vive con autenticidad, se convierte en una forma de mirar el mundo” se publicó primero en Corresponsables.

]]>

Lee un resumen rápido generado por IA




Evangelina Gómez Durañona lleva décadas defendiendo una idea sencilla pero transformadora: que las empresas, lejos de ser solo generadoras de rentabilidad, deben entenderse como ciudadanos corporativos capaces de mejorar su entorno. Desde su rol como Directora Ejecutiva de CERES en Ecuador desde el 2012, ha sido una de las voces más coherentes y comprometidas de la región en el impulso de un modelo de desarrollo sostenible que conjugue justicia social, conciencia ambiental y rentabilidad ética.

“Si la RSE no se alinea con tus propósitos de vida, no tomes ese camino. Pero si sí lo hace, lánzate sin miedo, porque no hay mayor satisfacción que saber que estás contribuyendo a cambiar el mundo”, afirma con convicción. Para la también miembro del Consejo Consultivo de Alliance for Integrity Ecuador, la Responsabilidad Social no es una técnica o una moda, sino una forma de vida que impregna cada decisión personal y profesional. Y como recuerda con humor, desde sus inicios “me tocó evangelizar sobre qué era la responsabilidad social… parecía que el nombre ya lo traía incorporado”.

En este especial por el 20º Aniversario de Corresponsables, Evangelina Gómez rememora con afecto su primer encuentro con Marcos González en México: “ni me conocía y ya me quería entrevistar”, bromea, y celebra el papel de Corresponsables como “una fuente clave de consulta y difusión para toda Iberoamérica”. Porque, como ella misma encarna, la RSE se construye cada día con alma, corazón y mucha pasión.

Evangelina, ¿recuerdas cuál fue ese primer momento en el que conectó con la necesidad de trabajar por un desarrollo más equilibrado y responsable, con la RSE?

Desde hace 12 años tengo el honor de dirigir CERES, pero podría decir que ese despertar se remonta mucho más atrás. Fue allá por el año 1995, cuando me fui a vivir a las Galápagos. Allí comencé a darme cuenta de la necesidad de trabajar para lograr un equilibrio real entre el desarrollo económico, social y ambiental.

Una de las anécdotas más curiosas de aquellos años es que algunos se reían diciendo que mi nombre “venía como anillo al dedo”, porque me tocaba evangelizar sobre qué era la responsabilidad social. Y, en cierto modo, así fue.

Muy buena anécdota… Has vivido la evolución del concepto de RSE durante más de una década al frente de CERES. ¿Cómo describiría ese cambio desde sus primeras experiencias hasta el momento actual?

Sin duda ha habido un cambio gigantesco. Hace 12 años, muchas personas y empresas creían que la Responsabilidad Social era sinónimo de filantropía, algo vinculado casi exclusivamente a donaciones en fechas señaladas como el inicio de clases, la Navidad o cuando ocurría algún evento adverso como inundaciones, incendios o terremotos.

“Me tocó evangelizar sobre qué era la responsabilidad social… parecía que el nombre ya lo traía incorporado”

Hoy el panorama es distinto. Ya hay muchas empresas que han adoptado la Responsabilidad Social como un verdadero modelo de gestión, y otras en las que la Sostenibilidad se ha convertido incluso en un acelerador para la innovación de productos y servicios.

En ese proceso, ¿qué barreras encontró al implementar prácticas de RSE? ¿Y qué dificultades observó en el camino de otros pioneros como usted?

En sus inicios, la RSE solía estar anclada a los departamentos de marketing o comunicación. En aquel entonces no había una comprensión profunda de lo que implicaba, y el enfoque era muy limitado, centrado casi exclusivamente en acciones filantrópicas con las comunidades. Los temas ambientales estaban completamente desconectados de los sociales, y la gobernanza ni siquiera entraba en la conversación.

“Pasamos de entender la RSE como filantropía puntual a convertirla en un verdadero modelo de gestión empresarial”

Al igual que muchos colegas de la región, tuvimos que demostrar que ser socialmente responsables no solo era lo correcto, sino que también era un buen negocio. Había que desmontar la idea de que la RSE era un gasto, y empezar a hablar de inversión, de retorno, de impacto medible.

En estos años ha compartido espacio con actores clave del ecosistema de la RSE iberoamericana. ¿Cómo recuerda su vínculo con Corresponsables y qué papel le atribuye en este recorrido?

Recuerdo con claridad cómo conocí a Marcos González allá por el año 2013, en el Encuentro Latinoamericano de RS organizado por Cemefi. Él estaba en un stand, contando con entusiasmo qué hacía Corresponsables. Me acerqué, le conté que era Directora Ejecutiva de CERES en Ecuador, y enseguida me preguntó si podía entrevistarme. Me sentó en un espacio que tenía listo para ello. Me reí mucho porque pensé: “ni me conoce y ya me quiere entrevistar”. Fue el inicio de una buena conexión.

“Corresponsables ha sido una fuente clave para posicionar la RSE en Iberoamérica”

Al año siguiente, en 2014, coincidimos en el diplomado de Responsabilidad Social de la Universidad Castilla-La Mancha, fuimos compañeros, y desde entonces mantenemos una bonita amistad.

Sin duda, Corresponsables se ha convertido en uno de los medios que más ha contribuido a posicionar la RSE en Iberoamérica. Sus publicaciones son hoy una fuente de consulta fundamental para conocer buenas prácticas, tendencias y visiones diversas.

¿Qué lecciones personales y profesionales le ha dejado este camino en la Responsabilidad Social?

La más importante, que todo evoluciona. Y que, por tanto, debemos estar abiertos al cambio, no resistirnos a él. Adaptarnos, ser resilientes, entender que nada es estático y que solo avanzamos si aprendemos a fluir con el entorno.

En este recorrido de más de 20 años, ¿cómo describirías tu evolución como profesional y como persona?

Más que hablar de una trayectoria profesional, creo que lo más relevante es haber evolucionado como persona. Estos años me han ayudado a ser más empática, más consciente, más comprometida con lo que ocurre a mi alrededor. La RSE, cuando se vive con autenticidad, no se queda en la oficina: se convierte en una forma de mirar el mundo.

«Tuvimos que demostrar que ser socialmente responsables no era un gasto, sino una inversión con retorno medible”

¿Qué hitos destacarías como transformadores en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas últimas dos décadas?

Creo que el gran paso ha sido dejar atrás una visión filantrópica y avanzar hacia modelos de negocio verdaderamente sostenibles. Esa transición, que aún sigue en proceso, es la que ha abierto la puerta a que la RSE se entienda como parte central del valor que genera una empresa, y no como un añadido.

¿Hay algún momento especialmente memorable en su trayectoria que le gustaría compartir?

Vivo cada día como memorable, pero si tengo que destacar uno, sería mi participación como panelista en la Cumbre CELAC–Unión Europea que se celebró en Bruselas en 2015. El lema de aquella cumbre era muy potente: “Europa, América Latina y el Caribe: fomentar un crecimiento integrador y sostenible mediante el refuerzo del papel de las pequeñas y medianas empresas”. Poder participar ahí fue una experiencia muy significativa para mí.

“Mi mayor contribución ha sido inspirar a las empresas a entender que son ciudadanos corporativos con poder de transformación”

Si pudiera compartir un mensaje para quienes se están iniciando en este campo, ¿qué les diría?

Les diría que esta no es solo una profesión, es un modo de vida. Si la RSE no se alinea con sus propósitos personales, no deberían seguir ese camino. Pero si sienten esa conexión, entonces que se lancen, porque es un mundo apasionante. No hay mayor satisfacción que saber que estás contribuyendo a cambiar el mundo. Puede sonar soñador… pero es una realidad.

¿Qué mirada tiene hacia el futuro de la RSE y la Sostenibilidad? ¿Qué le preocupa, qué le ilusiona?

Lo que más me preocupa es que la Sostenibilidad termine convirtiéndose en una estrategia de comunicación vacía, en greenwashing. Es un riesgo real. Hay que luchar para que no ocurra.

¿Y cuál diría que ha sido su mayor aporte a este campo? ¿Cambiaría algo si volviera a empezar?

Creo que mi principal contribución ha sido inspirar a las empresas a ir más allá de la rentabilidad. A entender que son ciudadanos corporativos, y que como tales pueden y deben transformar su entorno.

¿Si cambiaría algo? No lo creo. Los tropiezos y desafíos que he enfrentado me han hecho evolucionar. Si todo fuera perfecto, no existirían oportunidades reales de mejora.

Para terminar, Evangelina, ¿cómo le gustaría que la recordaran en el ámbito de la Responsabilidad Social?

Como una persona que le puso alma, corazón y mucha pasión a su trabajo. Que lo hizo convencida de que este mundo puede ser un lugar más justo, equitativo y ambientalmente saludable. Y que, desde su lugar, aportó un granito de arena para cambiar la vida de las personas.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.

La entrada Evangelina Gómez Durañona: “La RSE, cuando se vive con autenticidad, se convierte en una forma de mirar el mundo” se publicó primero en Corresponsables.

]]>
Longinos Marín Rives: “El futuro solo será posible para aquellas empresas que integren la RSC en su estrategia” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/longinos-marin-rives-futuro-posible-empresas-integren-rsc/ Wed, 23 Apr 2025 08:33:33 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=356850

Entrevistamos a Longinos Marín Rives, Catedrático de la Universidad de Murcia, director de su Cátedra de RSC desde 2010 y actual Vicerrector de Responsabilidad Social y Transparencia

La entrada Longinos Marín Rives: “El futuro solo será posible para aquellas empresas que integren la RSC en su estrategia” se publicó primero en Corresponsables.

]]>

Lee un resumen rápido generado por IA




Con esta afirmación contundente publicada en el titular, Longinos Marín Rives resume no solo su visión sobre el papel de la empresa en la sociedad, sino también el eje que ha guiado sus más de veinte años de trayectoria académica e investigadora vinculada a la Responsabilidad Social. Catedrático de la Universidad de Murcia, director de su Cátedra de RSC desde 2010 y actual Vicerrector de Responsabilidad Social y Transparencia, ha sido una figura clave en la consolidación del pensamiento crítico y aplicado en torno a la responsabilidad social empresarial, con una destacada proyección nacional e internacional.

Su camino comenzó en el año 2000, cuando trabajaba en la empresa privada y conoció al fundador de la consultora Valores & Marketing, Ramón Guardia, también gran amigo y aliado de Corresponsables hasta que lamentablemente nos dejó hace pocos años, quien le transmitió el entusiasmo por una visión empresarial más comprometida. Desde entonces, ha sido un impulsor incansable del diálogo entre universidad, empresa y sociedad. “La RSC consiste, en esencia, en escuchar a los grupos de interés y orientar la actividad empresarial de forma equilibrada y honesta.”

Autor de más de 30 artículos científicos en revistas internacionales de alto impacto, ha combinado la excelencia investigadora con la vocación docente y la transferencia de conocimiento a través de programas como el Máster en RSC de la Universidad de Murcia. Su labor ha acompañado el despertar de muchas organizaciones hacia prácticas más responsables, especialmente en la Región de Murcia. “Me enorgullece haber demostrado que la RSC no solo es ética, sino también rentable”, afirma con convicción.

Vinculado a Corresponsables desde su fundación en 2005, guarda un recuerdo especial del primer número de la revista, cuando Marcos González, fundador del medio, “viajó en autobús desde Barcelona hasta Murcia con cajas de ejemplares de Corresponsables para repartir en unas jornadas”. Desde entonces, ha sido testigo cercano del crecimiento de un medio al que reconoce como actor imprescindible en la expansión de la RSE en España y Latinoamérica: “Su constancia y perseverancia han sido claves para lograr el nivel actual de compromiso empresarial.”

En esta entrevista, repasa los grandes hitos de estas dos décadas —como la Ley de Información No Financiera o el debate sobre la ISO 26000—, reflexiona sobre el riesgo del greenwashing y aboga por un futuro donde el lenguaje de la sostenibilidad se consolide y se traduzca en una acción coherente y estratégica. A quienes se inician en este camino, les lanza un mensaje claro: “La confianza no se impone, se construye con hechos.”

¿Cómo llegaste Longinos a la Responsabilidad Social?

Mi acercamiento a la Responsabilidad Social comenzó en el año 2000, durante mi etapa en la empresa privada, cuando conocí a Ramón Guardia Massó, un excelente profesional que me transmitió su entusiasmo por la implicación empresarial en cuestiones sociales y ambientales.
En 2003 inicié mi tesis doctoral sobre este tema, que por entonces era aún muy incipiente. En 2005 conocí a Marcos González y fui testigo del nacimiento de Corresponsables, cuya primera publicación incluyó un especial sobre la RSC en Murcia. Recuerdo con cariño cómo Marcos viajó desde Barcelona hasta Murcia en autobús, transportando personalmente las cajas con los ejemplares que repartimos en unas jornadas celebradas en la Universidad de Murcia. Desde entonces he seguido de cerca su trayectoria, tanto en España como en América Latina. Ha sido admirable su esfuerzo por consolidar el proyecto y mantener a su equipo a lo largo de los años.

«Mi acercamiento a la Responsabilidad Social comenzó en el año 2000, durante mi etapa en la empresa privada»

Ya en 2007 defendí mi tesis y, desde entonces, me he dedicado por completo a la labor académica e investigadora en RSC, especialmente desde la perspectiva del consumidor.

¿Qué destacarías de tu trayectoria?

Destacaría dos hitos importantes en mi trayectoria: en 2010 lanzamos la Cátedra de RSC, con una intensa actividad formativa e investigadora; y en 2018 tuve el honor de asumir el Vicerrectorado de Responsabilidad Social y Transparencia en la Universidad de Murcia, una iniciativa pionera en el ámbito universitario español.

«La confianza no se impone, se construye con hechos»

¿Qué recuerdas de aquellos primeros años de la RSE?

En aquellos años, la RSC era aún muy desconocida, lo que generaba confusión tanto en el ámbito público como en el privado. Nos nutríamos de literatura académica estadounidense y de referentes como Ramón Jáuregui, Juan José Almagro, Ramón Pueyo o el propio Ramón Guardia. Recuerdo especialmente un debate en 2007 sobre la posibilidad de premiar al Ministerio de Defensa por publicar su primera memoria de RSC. Fue una discusión apasionante que ayudó a perfilar el verdadero significado de la responsabilidad social.

«La RSC era aún muy desconocida, lo que generaba confusión»

¿Cuál fue el primer proyecto de RSE en el que participaste?

Además de mis primeros trabajos académicos, guardo un especial recuerdo de la elaboración de planes y memorias de RSC, tanto para la Universidad de Murcia como para empresas de la región. Fue una etapa de gran entusiasmo e implicación.

¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzaste en comparación con el actual?

En los inicios, los debates giraban en torno al papel de las empresas en la sociedad, si la RSC debía ser obligatoria y qué distintivos podrían acreditar a una empresa responsable. Recuerdo especialmente la discusión sobre la ISO 26000, finalmente reconocida como guía y no como norma, lo que causó cierta frustración.

«El concepto está más consolidado, aunque persiste confusión terminológica»

Hoy el concepto está más consolidado, aunque persiste una gran confusión terminológica. Términos como sostenibilidad, ASG o ESG tienden a solaparse, generando desconcierto tanto entre empresarios como entre ciudadanos. Todo apunta a que acabaremos unificando el lenguaje bajo el paraguas de la sostenibilidad, siempre entendida desde sus tres dimensiones: económica, social y ambiental. También se habla mucho más de comunicación, y, por desgracia, del riesgo del greenwashing.

Mucho hemos hablado de greenwashing en Corresponsables…

Habéis tenido un papel fundamental. Corresponsables ha contribuido de manera decisiva a la difusión del conocimiento sobre RSC y ha acompañado a muchas empresas en el camino hacia prácticas más responsables. Su constancia y perseverancia han sido claves para lograr el nivel actual de compromiso empresarial, tanto en España como en Latinoamérica.

¿Qué otros obstáculos encontraste al empezar en este ámbito?

En realidad, más que obstáculos, recuerdo la grata experiencia de ver cómo las empresas que asesoramos fueron incorporando la RSC y dándole continuidad en el tiempo. Muchas de las grandes compañías de la Región de Murcia iniciaron este camino a través de nuestra formación en la Universidad y en el Máster de RSC, y hoy aplican con convicción estos principios.

«Muchas grandes compañías de la Región de Murcia iniciaron este camino a través de nuestra formación»

¿Qué hitos destacarías como los más importantes en la evolución de la RSE y la sostenibilidad? ¿Qué factores han impulsado esos cambios?

Uno de los momentos clave fue la aprobación de la Ley de Información No Financiera en 2018. Las leyes, cuando están bien orientadas, pueden ser un impulso valioso para despertar conciencias. También guardo un gran recuerdo del reconocimiento que Corresponsables me otorgó en 2019 por mi trayectoria en la Universidad de Murcia.

«Las leyes, cuando están bien orientadas, pueden ser un impulso valioso para despertar conciencias»

¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu trayectoria en el ámbito de la RSE?

Que muchas respuestas ya están en los clásicos. Por eso es importante releer a Séneca, Sócrates o Heráclito, como suele recordar Juan José Almagro. La confianza no se impone, se construye con hechos. La RSC consiste, en esencia, en escuchar a los grupos de interés y orientar la actividad empresarial de forma equilibrada y honesta.

«La RSC consiste, en esencia, en escuchar a los grupos de interés»

¿Cómo ha evolucionado tu propia trayectoria profesional en este campo durante estos 20 años?

En la universidad he pasado de ser investigador predoctoral a catedrático. Me siento afortunado de haber acompañado a tantas organizaciones en su camino hacia la responsabilidad y de haber demostrado que la RSC no solo es ética, sino también rentable. Pero, sobre todo, me enorgullece haber formado parte de una comunidad de profesionales con la que comparto no solo conocimientos, sino también amistad: Juan José Almagro, Salvador Ruiz de Maya, Pedro Cuestas, Inés López, Sergio Román, Alicia Rubio, Ana Jiménez Alfaro, Sylvia López, Lucio Fernández, Chesco Bastida, entre otros.

¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?

El futuro solo será posible para aquellas empresas que integren la RSC en su estrategia. También me gustaría destacar el valor de la investigación académica: he tenido la oportunidad de publicar más de 30 artículos científicos que demuestran cómo los consumidores se identifican más con empresas comprometidas con la responsabilidad social.

«He tenido la oportunidad de publicar más de 30 artículos científicos»

¿Cómo te gustaría que se te recordara en el ámbito de la RSE?

Como un investigador que contribuyó a que las empresas de la Región de Murcia fuesen más competitivas gracias a su compromiso con la responsabilidad social.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.

La entrada Longinos Marín Rives: “El futuro solo será posible para aquellas empresas que integren la RSC en su estrategia” se publicó primero en Corresponsables.

]]>
Marcos de Castro Sanz: «Usted quiere hacer empresas o conventos, me preguntó uno de la CEOE» https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/marcos-de-castro-sanz-empresas-o-conventos/ Tue, 22 Apr 2025 07:35:33 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=356629

Entrevistamos a Marcos de Castro Sanz, figura clave en el ámbito de la economía social en España, con un papel fundamental en la responsabilidad social empresarial (RSE)

La entrada Marcos de Castro Sanz: «Usted quiere hacer empresas o conventos, me preguntó uno de la CEOE» se publicó primero en Corresponsables.

]]>

Lee un resumen rápido generado por IA




“Mi implicación en la RSE fue natural, casi inevitable”. Así resume su trayectoria uno de los grandes referentes del ámbito de la economía social en España, cuya visión sobre la empresa —como agente al servicio de las personas y del bienestar colectivo— ha guiado toda su carrera.

Desde sus inicios profesionales, Marcos de Castro Sanz ha defendido con firmeza una idea que hoy parece incuestionable pero que, en su momento, generaba rechazo y desconcierto: “en aquellos primeros años, hablar de RSE era enfrentarse a resistencias, malentendidos y una profunda desconfianza”.

Ligado desde siempre al cooperativismo, especialmente a través del Grupo Mondragón y de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), del que fue su Presidente así como Consejero en el Consejo Económico y Social, recuerda una anécdota vivida en el Consejo Económico y Social que ilustra bien el contexto de la época: al plantear que el desarrollo económico debía ir de la mano del bienestar social, un alto cargo empresarial le espetó con ironía: “¿Usted quiere hacer empresas o conventos?”

Dos décadas después, Marcos de Castro reconoce que la RSE ha evolucionado enormemente. Ya no es un concepto marginal, sino que se ha integrado en la legislación, en la academia y en muchas políticas públicas. En este proceso, reconoce el papel de actores clave como las universidades, el Observatorio de RSC, la acción política y, especialmente, Corresponsables: “Desde sus inicios, ha sido una herramienta fundamental para visibilizar prácticas responsables, tender puentes entre actores y mostrar que otra manera de hacer empresa es posible, deseable y viable.”

Con una mirada optimista, anticipa un futuro marcado por un mayor compromiso normativo, una ciudadanía más formada y consciente y empresas que comprendan que no pueden actuar de espaldas a la sociedad.

A quienes empiezan en este ámbito uno de sus grandes pioneros les lanza un consejo claro: “No olviden nunca que la empresa vive en la sociedad e interactúa con ella. No es solo la cuenta de resultados”.

¿Cómo, cuándo y por qué comenzaste a involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social Empresarial?

Siempre he trabajado en el ámbito de la economía social, donde el concepto de responsabilidad social está implícito en su forma de entender la empresa. Por tanto, mi implicación en este ámbito fue natural, casi inevitable, desde los primeros momentos en que comenzó a divulgarse conceptualmente la RSE a inicios del nuevo siglo.

«En aquellos primeros años, hablar de RSE era enfrentarse a resistencias, malentendidos y una profunda desconfianza»

Desde esa convicción, he defendido durante toda mi trayectoria la necesidad de que la actividad económica esté al servicio de las personas y de la sociedad en la que opera. Una visión que hoy forma parte del consenso, pero que entonces requería una gran dosis de pedagogía y compromiso.

¿Recuerdas alguna anécdota o vivencia de aquellos primeros años en este campo?

Una especialmente reveladora fue durante una sesión del Consejo Económico y Social, cuando defendí la necesidad de vincular empresa y bienestar social como binomio imprescindible para el desarrollo económico. Un alto cargo de la CEOE me interpeló con cierta ironía: “¿usted quiere hacer empresas o conventos?”. Este tipo de reacciones reflejaban hasta qué punto el concepto de RSE era entonces percibido como una amenaza o una anomalía. No se entendía que una empresa pudiera tener objetivos más allá del beneficio económico inmediato.

¿Qué más recuerdas del panorama de la RSE en sus inicios en comparación con la situación actual?

En aquel entonces, la Responsabilidad Social era un concepto desconocido para la mayoría del tejido empresarial. Todo eran resistencias, malentendidos y una profunda desconfianza. Algunos dirigentes afirmaban sin rodeos que la única responsabilidad de una empresa era ganar dinero. Y ahí acababa la conversación.

«La RSE ha evolucionado enormemente. Ya no es un concepto marginal, sino que se ha integrado en la legislación, en la academia y en muchas políticas públicas»

Hoy la situación ha cambiado notablemente. El concepto está desarrollado, cuenta con base normativa y reconocimiento institucional. Se ha integrado en los programas académicos, en la legislación y en muchas políticas públicas. Pero todavía arrastra inercias que debemos seguir combatiendo.

¿Qué otros obstáculos y resistencias encontraste a la hora de promover prácticas responsables en las empresas?

La principal barrera fue, y en parte sigue siendo, considerar la RSE como un freno a la competitividad. Muchas personas pensaban que preocuparse por el entorno, por los derechos laborales o por el impacto ambiental limitaba la acción empresarial, especialmente en un mercado tan competitivo como el actual.

«La principal barrera fue, y en parte sigue siendo, considerar la RSE como un freno a la competitividad»

A esto se sumaba una visión reducionista del mercado, que lo desvinculaba por completo de la sociedad. Se hablaba constantemente de rentabilidad, pero muy poco de impacto social. Costó mucho introducir una mirada más amplia, más integral.

¿Observabas resistencias similares en otras organizaciones o personas defensoras de la RSE?

Sí, muchas veces he visto cómo quienes promovían enfoques responsables eran tratados como ingenuos o como obstáculos para el negocio. Dominaba una cultura empresarial donde todo se justificaba si se obtenía mayor competitividad, sin importar el coste social o ambiental. Era común encontrar actitudes que veían como “limitación” cualquier respeto a los derechos de las personas, al medioambiente o al bien común. Se hablaba de mercado, pero se ignoraba por completo a la sociedad.

«Muchas veces he visto cómo quienes promovían enfoques responsables eran tratados como ingenuos o como obstáculos para el negocio»

¿Cuál fue el primer proyecto relacionado con la RSE en el que trabajaste directamente?

Más que un proyecto concreto, mi primer compromiso fue impulsar, desde la economía social, una forma distinta de entender la empresa: como agente activo en la mejora de la sociedad. Esto implicaba promover estructuras empresariales coherentes con valores como la equidad, la participación, la sostenibilidad o la solidaridad.

Aunque no siempre fue fácil, estoy convencido de que contribuir a integrar esa visión en el desarrollo económico fue un paso fundamental en la consolidación de la RSE en España.

¿Hubo alguna experiencia especialmente memorable en tu trayectoria en RSE que te haya marcado?

Sí, recuerdo un curso universitario sobre RSE en el que se expusieron buenas prácticas medioambientales de empresas, pero sin citar nombres. Pregunté por qué y me dijeron que algunas no tenían a todos sus trabajadores dados de alta. Temían que al mencionarlas hubiera inspecciones.

Fue un ejemplo claro de cómo, en muchos casos, la RSE era una fachada parcial y no implicaba una gestión empresarial coherente en todos sus niveles.

¿Cuáles han sido tus principales referentes o entidades clave en este camino?

Yo destacaría cuatro pilares: la labor de Corresponsables como medio de referencia, el trabajo del Observatorio de RSC, el impulso desde la universidad y la integración de la RSE en la política pública. Todos ellos han contribuido a consolidar el concepto y a extender su práctica en distintos sectores y ámbitos.

«Lo que más me impresionó de Marcos no fue solo su esfuerzo por sacar adelante una publicación especializada en RSE, sino su convicción profunda de que era posible construir empresas más responsables»

Gracias por la parte que nos toca… ¿qué papel consideras que ha jugado Corresponsables en la expansión de la RSE en estas dos décadas?

Un papel fundamental. Ha contribuido a extender el concepto de RSE más allá de los círculos tradicionales, acercándolo a muchas organizaciones que quizá no se hubieran planteado su aplicación.

Conocí Corresponsables en sus inicios. Desde el primer momento me pareció una iniciativa novedosa y necesaria. Interpreté que era una nueva forma de intervenir en el mundo de la economía social, desde la comunicación y la visibilización de prácticas responsables.

«Corresponsables ha sido una herramienta fundamental para visibilizar prácticas responsables, tender puentes entre actores y mostrar que otra manera de hacer empresa es posible, deseable y viable»

Valoré especialmente su capacidad de integración, su voluntad de incluir a todo tipo de empresas y de tender puentes entre distintos actores. Corresponsables ha sabido generar espacios de reflexión y de encuentro, promover buenas prácticas y mostrar que otra manera de hacer empresa no solo es posible, sino también deseable y viable.

¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en estas dos décadas y qué factores los han impulsado?

Creo que el principal avance es que hoy se entiende que la acción empresarial no puede ser dañina para las personas ni para la sociedad. Esa idea se ha interiorizado socialmente, hasta el punto de que hay empresas que ya son rechazadas por su mal actuar. También ha influido de forma clave la legislación, que empieza a sancionar malas prácticas y a incentivar una mayor conciencia en la acción empresarial.

«Hoy la situación ha cambiado notablemente. El concepto está desarrollado, cuenta con base normativa y reconocimiento institucional»

¿Qué lecciones principales has aprendido a lo largo de tu trayectoria en responsabilidad social?

La primera gran lección es que la cultura de gestión empresarial necesita ser repensada continuamente. No basta con integrar conceptos nuevos, hay que revisar las lógicas tradicionales con las que se actúa en el mercado.

He aprendido también que, sin una visión crítica y actualizada, las inercias del sistema tienden a reproducirse, dificultando los cambios profundos que se necesitan.

¿Qué destacarías de tu evolución profesional y personal en relación con la RSE?

Diría que he aprendido a mirar la empresa no como una estructura aislada, sino como una organización viva, profundamente interdependiente con la sociedad. Observar el impacto social de las decisiones empresariales y comprender sus implicaciones ha sido, sin duda, una de las mayores transformaciones de mi manera de entender el trabajo directivo.

«El principal avance es que hoy se entiende que la acción empresarial no puede ser dañina para las personas ni para la sociedad»

¿Qué cambios significativos has observado en la RSE en España desde que comenzaste?

El cambio ha sido enorme. En los inicios, la RSE era un concepto desconocido y generaba todo tipo de resistencias. Hoy, por el contrario, se ha convertido en una noción incuestionable, integrada no solo en las políticas públicas, sino también en la academia y en el discurso empresarial general.

Hemos pasado de una sospecha constante a un reconocimiento amplio, aunque todavía persistan retos en su aplicación real.

¿Qué caso de éxito destacarías como emblemático en el ámbito de la RSE?

Más que un caso puntual, destacaría el cambio social en torno al rechazo a la contaminación y a los impactos negativos empresariales. La ciudadanía es cada vez más consciente y exigente ante estos temas. Ese despertar social es un éxito colectivo que refleja el trabajo de muchas personas e instituciones durante años.

¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad? ¿Qué retos y oportunidades anticipas?

Soy optimista. Creo que estamos ante un crecimiento sostenido de la conciencia social, apoyado por una mayor formación académica y, sobre todo, por una acción política más comprometida.

Las normas, las leyes y los nuevos marcos regulatorios marcarán la diferencia en las próximas décadas.

¿Qué consejo darías a las nuevas generaciones interesadas en la RSE?

Les diría que no olviden nunca que la empresa vive en la sociedad e interactúa con ella. No es solo la cuenta de resultados. Incorporar esta mirada es esencial para construir organizaciones que realmente generen valor compartido.

¿Cuál consideras que ha sido tu mayor contribución al campo de la RSE?

Haber defendido, desde distintas responsabilidades, la idea de que la empresa debe estar plenamente inserta en la sociedad y actuar en diálogo con ella. Esa convicción ha guiado mi manera de trabajar, tanto en lo estratégico como en lo cotidiano.

¿Y si pudieras empezar de nuevo, habría algo que harías diferente?

Sí, me habría gustado haber incorporado antes la voz y la participación real de las personas, no solo como fuerza de trabajo o consumidores, en el desarrollo de las empresas.

La RSE no puede construirse sin escuchar activamente a quienes forman parte de la sociedad que queremos mejorar.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.

La entrada Marcos de Castro Sanz: «Usted quiere hacer empresas o conventos, me preguntó uno de la CEOE» se publicó primero en Corresponsables.

]]>
María Rodríguez Sánchez: “La RSE tiene un futuro prometedor y es imprescindible para que la sociedad sea más responsable, sostenible e igualitaria” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/maria-rodriguez-sanchez-rse-futuro-prometedor-imprescindible/ Tue, 15 Apr 2025 08:44:25 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=355704

Entrevistamos a María Rodríguez Sánchez, socióloga y destacada experta en Consumo Responsable y Responsabilidad Social Empresarial (RSE)

La entrada María Rodríguez Sánchez: “La RSE tiene un futuro prometedor y es imprescindible para que la sociedad sea más responsable, sostenible e igualitaria” se publicó primero en Corresponsables.

]]>

Lee un resumen rápido generado por IA




Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, entrevistamos a María Rodríguez Sánchez, socióloga y destacada experta en Consumo Responsable y Responsabilidad Social Empresarial (RSE).

Su camino comenzó en 1996, cuando, motivada por la necesidad de un etiquetado informativo que permitiera a los consumidores tomar decisiones responsables, se unió a Consumers International. A lo largo de su carrera, María Rodríguez ha enfrentado grandes desafíos, como el desconocimiento generalizado sobre la importancia de integrar la RSE en la estrategia empresarial, pero también ha sido parte esencial de los grandes hitos del sector, como la creación del Observatorio RSC, de la que fue presidenta y que ya en 2004 marcó un antes y un después en la sensibilización y colaboración entre organizaciones de la sociedad civil y el ámbito empresarial. También ocupó la presidencia de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) y fue miembro del Consejo Estatal de Responsabilidad Social Empresarial (CERSE) ya en 2009.

“La RSE tiene un futuro prometedor y es imprescindible para que la sociedad sea más responsable, sostenible e igualitaria”

En esta entrevista, la socióloga, ya jubilada hace unos años pero nunca retirada de la RSE, reflexiona sobre su contribución en esta materia, su admiración por los pioneros que han acompañado este viaje y su visión del futuro de la Responsabilidad Social, que considera un campo en constante evolución y con un enorme potencial para las nuevas generaciones de profesionales.

Para María Rodríguez, la RSE no es solo una herramienta empresarial, sino una verdadera palanca de cambio hacia un mundo más justo y sostenible, donde los consumidores tienen mucho qué decir. “Con buenas políticas de Responsabilidad Social se puede mejorar el mundo”, sentencia.

“La RSE tiene mucho futuro. Es difícil imaginar empresas que puedan ignorar completamente estas políticas”

¿Cómo llegaste María a la Responsabilidad Social?

Comencé en 1996, motivada por la necesidad de un etiquetado informativo que permitiera a los consumidores tomar decisiones de compra responsables. Inicié mi participación a través de Consumers International, en el marco del comité ISO COPOLCO, e impulsé la elaboración de una norma internacional sobre Responsabilidad Social que culminaría en 2010 con la publicación de la ISO 26000. Fueron tiempos muy interesantes. Una particularidad destacable fue la gran importancia que inicialmente se daba al grupo de consumidores y clientes, algo que hoy ha perdido relevancia como pilar fundamental de la RSE.

«La RSE no es solo una herramienta empresarial, sino una verdadera palanca de cambio hacia un mundo más justo y sostenible”

¿Qué recuerdas de aquellos inicios? ¿Cuál fue el primer proyecto que participaste?

Mi primera iniciativa estuvo centrada en la sensibilización mediante charlas y participación en seminarios. Un momento clave ocurrió en 2001 con la publicación del Libro Verde de la Unión Europea, que marcó un antes y un después.

¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzaste en comparación con el actual?

Algo positivo era el gran interés inicial por parte de ONG y empresas. Actualmente destaco como aspecto positivo que los sindicatos se han incorporado activamente a la RSE.

¿Cuáles fueron los principales obstáculos que encontraste al empezar en este ámbito?

Principalmente, existía un gran desconocimiento por parte de las empresas. Éstas solían reducir la RSE a simples acciones sociales, sin comprender la necesidad de integrarla de forma transversal en todas sus dimensiones.

“Los actuales directivos de RSE tienen muy clara la importancia de estas políticas”

Los actuales directivos de RSE tienen muy clara la importancia de estas políticas. Sin embargo, quienes iniciaron este trabajo en las empresas tuvieron que atravesar largos periodos en los que la Responsabilidad Social no se consideraba fundamental.

Otro tanto sucedió con Corresponsables al lanzarse en 2005…

Recuerdo especialmente la ilusión compartida por cambiar el panorama empresarial, trabajando juntos, cada uno desde su propia perspectiva y organización, en un cambio que hoy ya no se cuestiona.

“Tanto los actos como las publicaciones de Corresponsables han resultado imprescindibles para comprender la evolución de la RSE en España y América Latina”

En este sentido, la labor de Corresponsables ha sido clave, tanto entonces como en las etapas posteriores. Su papel ha sido fundamental. Tanto sus actos como sus publicaciones Corresponsables han resultado imprescindibles para comprender la evolución de la RSE en España y América Latina.

¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu trayectoria en el ámbito de la RSE?

Que hay que seguir insistiendo en las premisas básicas de la RSE. Se ha avanzado mucho, pero todavía queda camino por recorrer para alcanzar políticas auténticas y plenamente integradas en las empresas.

“Destaco especialmente la incorporación efectiva de los Derechos Humanos en las políticas activas de Responsabilidad Social”

¿Cómo ha evolucionado tu propia trayectoria profesional en este campo durante estos 20 años?

Destaco el seguir creyendo firmemente que otro mundo mejor es posible y que la RSE es una herramienta fundamental para conseguirlo.

“Recuerdo especialmente la ilusión compartida por cambiar el panorama empresarial, trabajando juntos en un cambio que hoy ya no se cuestiona”

¿Qué hitos destacarías como los más importantes en la evolución de la RSE?

Destaco especialmente la incorporación efectiva de los Derechos Humanos en las políticas activas de Responsabilidad Social. Creo que debería recuperarse el espíritu original de la Responsabilidad Social reflejado en la norma ISO 26000, integrando los avances logrados en sostenibilidad y derechos humanos durante estos años.

“Creo que debería recuperarse el espíritu original de la Responsabilidad Social reflejado en la norma ISO 26000”

¿Cuáles han sido tus principales referentes en este camino?

Entre los pioneros y referentes destaco especialmente a Marta de la Cuesta y Orencio Vázquez desde el ámbito de las ONG, así como a Alberto Andreu y Juan José Almagro desde el ámbito empresarial.

¿Puedes compartir algún caso de éxito que consideres emblemático en el campo de la RSE?

La constitución del Observatorio RSC fue un hito emblemático, ya que logró unir a las ONG que trabajábamos en el tema, impulsando una sensibilización creciente desde entonces.

¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?

La RSE tiene mucho futuro. Es difícil imaginar empresas que puedan ignorar completamente estas políticas (aunque algunas aún lo hagan). Por ello, representa un nicho importante de empleo y un área en la que es necesario profundizar para alcanzar los objetivos planteados en la ISO 26000, integrando las últimas novedades regulatorias en sostenibilidad y derechos humanos.

“La RSE representa un nicho importante de empleo y un área en la que es necesario profundizar para alcanzar los objetivos planteados en la ISO 26000”

¿Cuál consideras que ha sido tu mayor contribución al campo de la RSE?

Mi mayor aportación ha sido situar los intereses de los consumidores en la agenda de la Responsabilidad Social. Considero que la RSE tiene un futuro prometedor y es imprescindible para que la sociedad avance hacia mayores niveles de igualdad, responsabilidad y sostenibilidad.

“Mi mayor aportación ha sido situar los intereses de los consumidores en la agenda de la Responsabilidad Social”

¿Cómo te gustaría que se te recordara en el ámbito de la RSE?

Me gustaría ser recordado simplemente como una persona que creyó, cree y seguirá creyendo firmemente que con buenas políticas de Responsabilidad Social se puede mejorar el mundo.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.

La entrada María Rodríguez Sánchez: “La RSE tiene un futuro prometedor y es imprescindible para que la sociedad sea más responsable, sostenible e igualitaria” se publicó primero en Corresponsables.

]]>
Gustavo Pérez Berlanga: “La Sostenibilidad no es una tendencia ni una herramienta técnica, es una convicción ética” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/gustavo-perez-berlanga-sostenibilidad-conviccion-etica/ Tue, 15 Apr 2025 07:33:59 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=355684

Entrevistamos a Gustavo Pérez Berlanga, Presidente de AliaRSE y Director de Responsabilidad Social y Sostenibilidad de Grupo Restaurantero Gigante (México), una de las figuras más influyentes de la sostenibilidad empresarial en México y América Latina

La entrada Gustavo Pérez Berlanga: “La Sostenibilidad no es una tendencia ni una herramienta técnica, es una convicción ética” se publicó primero en Corresponsables.

]]>
Lee un resumen rápido generado por IA


En el marco del 20º aniversario de Corresponsables, entrevistamos a Gustavo Pérez Berlanga, Presidente de AliaRSE y Director de Responsabilidad Social y Sostenibilidad de Grupo Restaurantero Gigante (México), una de las figuras más influyentes de la sostenibilidad empresarial en México y América Latina. Doctor en Bioética, conferencista internacional, autor de diversas obras en torno a la Responsabilidad Social y profesor, Pérez ha sido un impulsor clave de la integración de la responsabilidad social dentro de las estrategias de negocio, demostrando que la sostenibilidad no solo es ética, sino también una palanca de cambio positivo para las empresas y las comunidades.

En sus propias palabras, el actual presidente de AliaRSE afirma: “La RSE no debe entenderse como una actividad complementaria, sino como un pilar estructural que define la cultura organizacional y orienta su operativa cotidiana”. En esta entrevista, nos comparte sus aprendizajes más relevantes, reflexionando sobre cómo ha logrado pasar de una visión transaccional a un enfoque ético, profundo y transformador, que le ha dado propósito a su carrera.

“Es fundamental comprender que la Sostenibilidad no es una tendencia ni una herramienta técnica: es una convicción ética».

Con su enfoque transformador, destaca que “es fundamental comprender que la Sostenibilidad no es una tendencia ni una herramienta técnica: es una convicción ética”. También resalta la importancia de las alianzas estratégicas, como la colaboración entre el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil, para enfrentar retos globales como el cambio climático y la desigualdad social. Según él, “para generar un impacto real y transformador, es necesario un conocimiento profundo y un compromiso de largo plazo”.

“La RSE no debe entenderse como una actividad complementaria, sino como un pilar estructural que define la cultura organizacional y orienta su operativa cotidiana»

Gustavo Pérez enfatiza que su principal contribución ha sido situar la RSE como un componente esencial dentro de la estrategia empresarial: “las prácticas responsables no solo generan beneficios tangibles para las comunidades y el medio ambiente, sino que también fortalecen la competitividad y el valor a largo plazo de las empresas”. Sin duda, una lección de liderazgo y compromiso en la que la ética y la innovación juegan un papel fundamental en el proceso de transformación empresarial.

¿Cómo y cuándo fue Gustavo tu llegada a la Responsabilidad Social?

Mi trayectoria comenzó en el año 2000 en el ámbito filantrópico. Fue en 2003 cuando descubrí el concepto de Responsabilidad Social, que desde entonces ha marcado mi vida. Conocer historias de niños gravemente afectados por negligencia me hizo más empático y reforzó mi compromiso personal y profesional con la justicia social.

¿Cómo recuerdas el primer proyecto relacionado con la RSE que participaste?

Mi primera experiencia fue la integración de apicultores indígenas en la cadena de valor de la empresa restaurantera donde colaboro desde el año 2000. Un proyecto transformador que unió inclusión, comercio justo y sostenibilidad.

“He pasado de una visión transaccional y superficial a un enfoque ético, profundo y transformador, que me ha dado propósito».

¿Cómo era el panorama de la RSE cuando comenzaste en comparación con el actual?

Hace dos décadas, la RSE tenía escasa presencia en el mundo empresarial. Hoy, el terreno es más fértil, aunque persisten desafíos para consolidarla junto con la filantropía estratégica y la sostenibilidad como parte integral de la cultura corporativa.

«Hace dos décadas, la RSE tenía escasa presencia en el mundo empresarial».

¿Cuáles fueron los principales obstáculos que encontraste al empezar en este ámbito?

El mayor reto fue lograr que la alta dirección entendiera la importancia de integrar la RSE en la estrategia empresarial. Pasar de una visión utilitaria a una ética ha sido un proceso complejo, pero necesario.

“Las prácticas responsables no solo generan beneficios tangibles para las comunidades y el medio ambiente, sino que también fortalecen la competitividad y el valor a largo plazo de las empresas».

¿Cuándo conociste a Corresponsables? ¿Recuerdas alguna anécdota relacionada con nosotros a lo largo de todos estos años?

Conocí a Marcos González cuando buscaba introducir Corresponsables en México. Sin contactos previos, llegó con ilusión y convicción en 2010, quizá 2011. Hoy es un actor clave en el ecosistema de la Sostenibilidad en el país y me alegra haber contribuido a ese camino. Corresponsables se ha consolidado como un referente en la difusión y comunicación de la RSE en México y otros países de habla hispana.

«Corresponsables es un actor clave en el ecosistema de la Sostenibilidad en el país y me alegra haber contribuido a ese camino»

¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu trayectoria en el ámbito de la RSE?

He aprendido que la RSE debe integrarse en la estrategia de negocio, ser auténtica, centrarse en el impacto, promover la innovación y la Sostenibilidad, fortalecer alianzas, sensibilizar a los actores involucrados y comprometerse a largo plazo.

¿Cómo ha evolucionado tu propia trayectoria profesional en este campo durante estos 20 años?

He pasado de una visión transaccional y superficial a un enfoque ético, profundo y transformador, que me ha dado propósito. Destaco dos momentos personales clave: conocer a niños con espina bífida y visitar comunidades en situación de pobreza extrema. Ambas experiencias marcaron profundamente mi perspectiva.

“La RSE debe integrarse en la estrategia de negocio, ser auténtica, centrarse en el impacto, promover la innovación y la sostenibilidad, fortalecer alianzas, sensibilizar a los actores involucrados y comprometerse a largo plazo».

¿Qué hitos destacarías como los más importantes en la evolución de la RSE y la sostenibilidad? ¿Qué factores han impulsado esos cambios?

En las últimas dos décadas, México ha experimentado avances significativos en el ámbito de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y la sostenibilidad. Entre los hitos más relevantes se encuentran la creación del Distintivo ESR (Empresa Socialmente Responsable) en el año 2000 por el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), la adhesión progresiva de empresas a los 10 Principios del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, el surgimiento de la Alianza por la Responsabilidad Social Empresarial (AliaRSE), la promulgación de la Ley General de Cambio Climático en 2012, y el crecimiento sostenido de los reportes de sostenibilidad con enfoque en criterios Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG).

«El mayor reto fue lograr que la alta dirección entendiera la importancia de integrar la RSE en la estrategia empresarial».

En años recientes, se ha consolidado una evolución positiva en la adopción de prácticas empresariales responsables, impulsada tanto por una creciente conciencia social y ambiental como por la presión de consumidores, inversionistas y entes reguladores que demandan mayor transparencia y compromiso. Este contexto ha favorecido la adopción de estándares internacionales en sostenibilidad y ha fortalecido la colaboración entre el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil para abordar retos globales como el cambio climático, la equidad social y la defensa de los derechos humanos.

¿Cuáles han sido tus principales referentes o influencias en este camino?

Ángel Losada, por su liderazgo silencioso y ejemplar; Federico Bernaldo de Quirós, por su generosidad con el éxito; y Juan Carlos Alverde, por su sensibilidad humana en la integración de la sostenibilidad.

¿Puedes compartir algún caso de éxito que consideres emblemático en el campo de la RSE?

Un caso significativo fue detener la migración en Xochistlahuac, Guerrero, mediante la compra responsable de miel orgánica a apicultores amuzgos. Este modelo de comercio justo mejoró de forma sustancial su calidad de vida.

¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?

Mi principal recomendación es comprender en profundidad los temas relacionados con la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad. Solo a través de un conocimiento sólido es posible identificar las causas estructurales de los problemas y diseñar soluciones efectivas, sostenibles y adaptadas a las realidades locales. Este entendimiento permite formular estrategias basadas en evidencia, alineadas con las mejores prácticas internacionales, y facilita la articulación de recursos, la colaboración con actores clave y la construcción de alianzas estratégicas. Así, las acciones emprendidas no solo responden a buenas intenciones, sino que logran un impacto real, duradero y transformador.

“Mi principal recomendación es comprender en profundidad los temas relacionados con la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad».

¿Alguno más?

Es fundamental entender que la Sostenibilidad no es una tendencia ni una herramienta técnica: es una convicción ética. Tiene un fundamento deontológico, orientado al largo plazo, al servicio del bien común, con pleno respeto por los ecosistemas, la biodiversidad y la dignidad humana. En definitiva, es una manera de entender la vida y ejercer la responsabilidad individual y colectiva.

¿Cómo ves el futuro de la RSE y la Sostenibilidad? ¿Qué retos y oportunidades anticipas para las próximas dos décadas?

En México, las tendencias actuales en Responsabilidad Social y Sostenibilidad se orientan cada vez más hacia la economía circular, promoviendo modelos empresariales que reducen al mínimo la generación de residuos y optimizan el uso eficiente de los recursos. Asimismo, se observa un creciente énfasis en la transparencia y la medición del impacto, con un notable aumento en la adopción de reportes de sostenibilidad alineados con estándares internacionales y criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza).

Este avance responde, en gran medida, a la creciente demanda de inversionistas, consumidores y otros grupos de interés que exigen prácticas empresariales más responsables, éticas y sostenibles. Otro eje destacado es la promoción activa de la inclusión y la diversidad en los entornos laborales, reconociéndolas como factores clave para la innovación y la cohesión social.

Finalmente, se fortalece la colaboración entre el sector privado y el sector social, mediante alianzas estratégicas orientadas a abordar de forma integral y eficaz desafíos complejos como el cambio climático, la desigualdad social o la gestión sostenible de los recursos naturales.

¿Cuál consideras que ha sido tu mayor contribución al campo de la RSE?

Considero que mi principal contribución al ámbito de la responsabilidad social ha sido liderar su integración como un componente esencial dentro de la estrategia empresarial, particularmente en el marco de mi labor en Grupo Restaurantero Gigante. Siempre he sostenido que la RSE no debe entenderse como una actividad complementaria, sino como un pilar estructural que define la cultura organizacional y orienta su operativa cotidiana.

“Mi principal contribución al ámbito de la responsabilidad social ha sido liderar su integración como un componente esencial dentro de la estrategia empresarial».

He promovido con firmeza valores como la autenticidad, la innovación y la sostenibilidad, convencido de que las prácticas responsables no solo generan beneficios tangibles para las comunidades y el medio ambiente, sino que también fortalecen la competitividad y el valor a largo plazo de las empresas. Mi propósito ha sido inspirar a organizaciones y personas a transitar hacia modelos de gestión más justos, conscientes y comprometidos con el bien común.

¿Harías algo diferente si tuvieras la oportunidad de comenzar de nuevo?

Sí. Me habría especializado en temas técnicos como emisiones y gestión hídrica, y habría invertido más en construir redes estratégicas que amplificaran el impacto de mi labor.

Premio RedUNIRSE, una de las 100 personas más influyentes de RSE de acuerdo a la publicación Real Leaders, pionero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU en Nueva York… Has obtenido diversos reconocimientos… ¿cómo te gustaría que se te recordara en el ámbito de la RSE?

Como alguien que abrió camino en su entorno empresarial, con compromiso, visión y voluntad de transformación.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.

La entrada Gustavo Pérez Berlanga: “La Sostenibilidad no es una tendencia ni una herramienta técnica, es una convicción ética” se publicó primero en Corresponsables.

]]>