Entrevistas archivos - Corresponsables https://www.corresponsables.com/categoria/entrevistas/ Wed, 30 Apr 2025 14:56:26 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8 https://www.corresponsables.com/wp-content/uploads/2024/04/favicon-150x150.png Entrevistas archivos - Corresponsables https://www.corresponsables.com/categoria/entrevistas/ 32 32 Montserrat Tarrés Ferran: “La RSE no puede ser maquillaje, tiene que estar en el ADN de la organización” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/montserrat-tarres-rse-debe-estar-adn-organizacion/ Wed, 30 Apr 2025 07:42:06 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=358976

Entrevistamos a Montserrat Tarrés Ferran, referente en el ámbito de la Comunicación Responsable en Salud

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En un momento clave para la redefinición de los valores empresariales, pocas voces combinan tanta experiencia en Comunicación, Salud y Sostenibilidad como la de Montserrat Tarrés Ferran, durante muchos años Directora de Comunicación Corporativa del Grupo Novartis en España y en la actualidad de RemAb Therapeutics. Desde sus inicios, Tarrés ha vivido la evolución de la Responsabilidad Social no como una tendencia, sino como una convicción. “La RSE me ofrecía una forma concreta de conectar valores personales y profesionales”, explica. Esta conexión entre lo que se es y lo que se comunica se ha convertido en la brújula de su carrera, guiada por una máxima que resume con precisión: “Sin comunicación no hay conciencia, y sin conciencia no hay compromiso”. Para ella, la verdadera transformación llega cuando la RSE “deja de ser una isla y se convierte en el continente del comportamiento organizacional”.

Montserrat Tarrès ha dedicado más de 20 años a integrar la ética y la coherencia en el relato de las organizaciones. Su liderazgo se ha extendido también a los ámbitos asociativo y formativo, donde ha presidido DIRCOM, ha sido vocal de RSC y ha compartido su visión en universidades y foros de referencia.

Con motivo del 20º Aniversario de Corresponsables, conversamos con una de las grandes pioneras de la Comunicación Responsable en nuestro país. Una profesional que no solo ha seguido de cerca la transformación de la Sostenibilidad corporativa, sino que ha contribuido a construirla desde dentro. “Corresponsables no ha sido solo un medio, ha sido un compañero de viaje”, afirma, recordando también con cariño sus primeros encuentros con Marcos González, “un joven periodista lleno de entusiasmo y determinación” que, con el tiempo, se convertiría en “el referente” de todo el sector.

Montse, ¿recuerdas qué fue lo que te llevó a involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social?

Fue una confluencia muy natural entre el compromiso de la compañía en la que trabajaba y la forma en que yo entendía el sentido de mi profesión. Desde el primer momento vi que podía aportar un valor adicional desde la comunicación, dándole un propósito más profundo a lo que hacía cada día.

La Responsabilidad Social Empresarial me ofrecía una manera concreta de conectar valores personales y profesionales, algo que para mí ha sido siempre muy importante.

¿Conservas alguna vivencia o anécdota especial de aquellos primeros pasos en la RSE?

Sí, recuerdo especialmente la primera presentación pública del compromiso de RSE de la compañía. Fue en Valencia, y contó con la participación del Presidente Francisco Camps.

“La Comunicación de la RSC ha sido más una revolución que una evolución”

Aquella jornada marcó un antes y un después para mí, porque simbolizaba el inicio de una nueva etapa: hacer visible nuestro compromiso, compartirlo con nuestros grupos de interés, y generar conversación desde la coherencia entre lo que hacíamos y lo que comunicábamos.

¿Cuál fue el primer gran proyecto que lideraste en este ámbito y qué impacto tuvo en tu organización?

Sin duda, la certificación en la Norma SGE21. Fue una iniciativa transformadora que nos permitió alinear toda la organización en torno a principios compartidos. Marcó un antes y un después porque dotó de sentido transversal al trabajo que veníamos haciendo, integrando la Responsabilidad Social como parte natural de todas las áreas.

No era solo una cuestión de cumplimiento o de imagen, sino de cultura corporativa.

Has vivido muy de cerca la evolución del concepto de RSE. ¿Cómo la describirías desde entonces hasta hoy?

La Comunicación de la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad ha experimentado un cambio tan profundo que, más que de evolución, podríamos hablar de auténtica revolución.

A lo largo de las últimas décadas, la gestión empresarial e industrial ha transitado desde una orientación puramente productiva, enfocada únicamente a resultados financieros, hacia una concepción más amplia, orientada también a generar beneficios sociales y medioambientales. Los resultados económicos siguen siendo un objetivo clave, pero ya no son el único, y lo que es más importante: ya no lo justifican todo.

“La RSE me ha permitido ser coherente entre lo que soy y lo que comunico”

Hemos pasado de comunicar, de forma voluntaria, la promulgación de políticas de civismo empresarial, la elaboración de códigos de conducta, las certificaciones en calidad, medioambiente o riesgos laborales, los criterios y memorias GRI en nuestros informes anuales, y tantas otras iniciativas que representaban una oportunidad de conexión con nuestras audiencias… a un escenario donde la transparencia es una exigencia ineludible, fruto de los nuevos requerimientos sociales para operar.

Hoy la RSE exige un clima de involucración integral de toda la organización, sin fisuras. La única forma de avanzar es mediante la mejora continua y el esfuerzo permanente por estar por encima de los estándares, generando políticas internas y externas cada vez más exigentes y rigurosas.

La Sostenibilidad implica la integración voluntaria, pero firme, de las preocupaciones sociales, éticas y medioambientales en todas nuestras operaciones y relaciones con los grupos de interés.

Además, el entorno empresarial y social en el que nos movemos está condicionado por una alta competitividad, globalización, volatilidad de mercados y diversidad de productos y servicios, que nos marcan una agenda cada vez más compleja. La globalización ha traído consigo oportunidades, sí, pero también exige un mayor compromiso a todos los niveles.

Y no podemos dejar de lado el impacto de la crisis financiera y, más recientemente, del COVID. Ambas han tenido consecuencias profundas, no solo económicas, sino también sociales, culturales, políticas y empresariales. El cambio de paradigma que estamos viviendo solo puede entenderse bajo criterios de Sostenibilidad.

Desde tu experiencia, ¿cuáles fueron los mayores desafíos al impulsar la RSE dentro de tu organización?

En nuestro caso, fue un enfoque claramente “top down”. El compromiso venía desde la alta dirección, pero eso implicaba una labor intensa de pedagogía para trasladar a toda la organización el verdadero valor de la RSE. Tuvimos que enseñar desde cero, construir un lenguaje común, mostrar que no se trataba de una moda ni de un conjunto de acciones accesorias, sino de un nuevo enfoque integral del negocio.

Como experta en Comunicación y Sostenibilidad, has destacado en varias ocasiones el papel clave que juega la narrativa en la evolución de la RSE. ¿Qué lugar ocupa ahí un medio como Corresponsables?

Sin comunicación no hay conciencia, y sin conciencia no hay compromiso. La evolución de la RSE no solo ha sido conceptual, sino profundamente comunicativa. Y en ese proceso ha sido esencial contar con medios especializados que supieran interpretar, traducir y amplificar ese cambio. Recuerdo a Marcos González cuando aún era un joven periodista lleno de entusiasmo, determinación e ideas. Al principio parecía un soñador… y con el tiempo ha sabido convertirse en “EL” referente en el ámbito de la RSE.

“Corresponsables no ha sido solo un medio, ha sido un aliado para que la Sostenibilidad tuviera voz propia”

Para mí, más allá del vínculo profesional, ha sido un compañero de viaje, alguien que ha contribuido de forma decisiva a visibilizar el valor estratégico de la RSE y a dignificarla como parte esencial del relato empresarial.
Corresponsables no ha sido solo un medio, ha sido un aliado para que la Sostenibilidad tuviera voz propia y, sobre todo, credibilidad.

¿Qué aprendizajes personales y profesionales te ha dejado tu trayectoria en Sostenibilidad?

Me llevo, sobre todo, la vivencia real de haber podido convertir mi vocación en profesión. Eso ya es un privilegio. Siempre he dado un valor incalculable a la experiencia de mis superiores inmediatos y al hecho de haberme rodeado de profesionales con un enorme potencial humano y técnico.

Creo firmemente que el mejor máster es la vida, y los mejores catedráticos son nuestros líderes, cuando tienes la suerte, como ha sido mi caso, de coincidir con auténticos maestros. Pero si tengo que destacar algo, sería a mi equipo: mis compañeras y compañeros de camino, con quienes compartí tantos momentos de intensidad, de reto y de emoción. Ellos me han ayudado a crecer como profesional, pero sobre todo como ser humano.

“El mejor máster es la vida, y los mejores catedráticos, nuestros líderes”

¿Qué ha supuesto para ti a nivel personal y profesional haber trabajado durante tantos años en el ámbito de la RSE y la comunicación responsable?

Me ha permitido alcanzar algo que valoro profundamente: coherencia entre lo que soy y lo que comunico. Esa consistencia entre valores, discurso y acción no siempre es fácil de sostener, pero en mi caso ha sido posible gracias al marco que ofrece la RSE y a un entorno profesional comprometido.

Desde tu perspectiva, ¿cuál dirías que es hoy el rol de la RSE en la construcción de reputación en España?

Hoy ya nadie cuestiona que la RSE es un pilar clave en la construcción de la reputación. Ha pasado de ser un añadido a convertirse en un componente esencial de la identidad corporativa. La ciudadanía exige transparencia, coherencia y propósito.

¿Qué hitos crees que han sido más determinantes en esta transformación del enfoque empresarial en materia de Sostenibilidad?

La incorporación de la visión a largo plazo ha sido uno de los grandes avances. También, por supuesto, la necesidad urgente de asumir una responsabilidad real y efectiva frente al cambio climático. Son cambios que han impulsado una nueva forma de pensar el negocio, más estratégica, más humana y, sobre todo, más consciente del entorno en el que opera.

“La globalización exige un compromiso mayor a nivel social, ético y medioambiental”

Como profesional comprometida, ¿hay alguna experiencia que te haya marcado especialmente, quizá por contraste entre lo que debería ser y lo que a veces se hace pasar por RSE?

Sí, hay algo que me ha molestado siempre especialmente: el uso de la RSE como herramienta de marketing vacío. He compartido muchos foros donde era evidente quién lo hacía por convicción y quién simplemente lo instrumentalizaba. Es doloroso ver cómo algunos proyectos, que podrían tener un impacto genuino, se diluyen por falta de autenticidad.

“La RSE ha pasado de ser un compromiso voluntario a una necesidad para poder operar”

La RSE no puede ser maquillaje, tiene que estar en el ADN, ser vivida, practicada, interiorizada.

Y en positivo, ¿qué iniciativa destacarías como caso de éxito dentro de tu trayectoria?

Uno de los avances más representativos fue la incorporación de cursos de obligado cumplimiento para todos los empleados sobre normas y códigos de conducta. A través de la formación, conseguimos implicar a toda la organización en la construcción de una cultura coherente con nuestros valores.

¿Alguna reflexión final sobre el papel de la RSE en el modelo de empresa que necesitamos?

La RSE es parte intrínseca de los intangibles. Forma parte de la arquitectura misma de una organización y confiere carácter a su reputación y Sostenibilidad, a través de una relación transparente, constante y coherente con todos los grupos de interés.
No es una isla. Es un continente. No son acciones sueltas, sino la consolidación de un comportamiento organizacional que, cuando es real, transforma.

¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales que quieren dedicarse a la RSE?

Les diría que hay una frase que sintetiza muy bien lo que debe ser su actitud: “Hacerlo bien y hacerlo saber”. El rigor, el compromiso y la capacidad de comunicar con honestidad son claves para que la RSE siga siendo motor de cambio y no solo un discurso bonito.

“La única forma de avanzar es superando los estándares y generando políticas más exigentes”

¿Qué mirada proyectas hacia el futuro de la Sostenibilidad y la RSE?

La RSE ha pasado de ser un compromiso voluntario a una auténtica necesidad para poder operar en sociedad. Pero para que eso sea efectivo, es imprescindible que haya un convencimiento real por parte del management al más alto nivel. Debe impregnar a toda la organización. No basta con decirlo, hay que vivirlo. No basta con declararlo, hay que demostrarlo.

Por eso creo que debe ponerse en práctica a través de políticas, estrategias y planes que involucren a todos los niveles. Y tiene que partir desde arriba. De la cúpula. Para que pueda arraigar de verdad.

¿Cuál considera que ha sido tu mayor contribución al campo de la RSE?

Desde la Dirección de Comunicación he intentado siempre combinar herramientas y conocimiento del proceso, pero también incorporar algo que considero fundamental: pasión, dinamismo, creatividad, entusiasmo, espíritu de equipo, respeto, capacidad de análisis y de síntesis, anticipación al cambio… Y, como no, gestión de “sustos y disgustos”, que también forman parte del camino.

“Hacerlo bien y hacerlo saber: ese debería ser el lema de toda nueva generación profesional”

Y si mañana alguien tuviera que definir tu huella en este campo, ¿cómo te gustaría que te recordaran?

Como una pionera convencida. Sencillamente eso. Porque detrás de esa convicción ha habido siempre un compromiso profundo, una vocación honesta y el deseo de aportar valor.

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Joaquín Garralda: “La ética bien gestionada es la mejor inversión de largo plazo” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/joaquin-garralda-etica-mejor-inversion-largo-plazo/ Wed, 30 Apr 2025 07:26:34 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=358956

Entrevistamos a Joaquín Garralda, profesor de Sostenibilidad en IE University y presidente de Spainsif, pionero de la RSE en España

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Hace treinta años, cuando muchos directivos aún citaban a Milton Friedman para rehuir cualquier responsabilidad que no fuera el beneficio, Joaquín Garralda ya defendía ante sus alumnos del IE que “la dimensión ética de los negocios es irrenunciable”. Desde aquella primera adhesión a EBEN en 1994 hasta la presidencia actual de Spainsif, el profesor ha sido testigo y motor de los grandes hitos que han convertido la RSE en cuestión estratégica: el nacimiento del Foro de Reputación Corporativa, la llegada de los índices FTSE4Good y DJSI, que recuerda, “demostraron que la reputación también cotiza”, la creación de Fundación Lealtad y la fundación de la Red Española del Pacto Mundial, en cuyo arranque impulsó los hoy imprescindibles Informes de Progreso.

Con la serenidad de quien ha vencido muchos escepticismos académicos y empresariales, admite que el progreso no ha sido lineal: “La RSE ha avanzado a empujones, entre alianzas del IBEX y oleadas regulatorias”. Y alerta sobre el futuro: “El gran reto es impedir que se politice la Sostenibilidad y se ahogue en burocracia”. Sin embargo, su optimismo resiste: “Reinventarse cada día es la única manera de seguir creando valor social”.

En esta conversación, enmarcada en la serie de entrevistas por el 20º aniversario de Corresponsables, Garralda mira atrás y sonríe al recordar aquel premio periodístico que lo unió a Marcos González en 2003: “Corresponsables nació para dar visibilidad a lo que otros medios ignoraban; sin ese altavoz, muchas buenas prácticas habrían quedado en la sombra”. Hoy, cuando la mayoría de los Consejos de Administración “ya no delegan la Sostenibilidad en marketing”, reivindica la coherencia como seña de identidad: “Decir que tienes la RSE en tu ADN no basta; hay que demostrarlo con hechos”.

Cuéntanos Joaquín tu llegada a la Responsabilidad Social…

En 1994 representé al IE en la asociación Ética, Economía y Dirección y allí comprendí que la ética no era solo un complemento académico. Fue un despertar: entendí que la gestión responsable puede generar valor tangible y al mismo tiempo dignificar la actividad empresarial. Desde entonces repito a mis alumnos: «La ética bien gestionada es la mejor inversión de largo plazo».

¿Qué momentos y vivencias de los primeros años te ayudaron a intuir que la Responsabilidad Social iba a ganar protagonismo?

En los primeros años del nuevo siglo se produjeron varios movimientos claves para la RSE en España y en los que estuve directamente relacionado.

En el 2002 se constituyó el Foro de Reputación Corporativa, un lugar de encuentro, análisis y divulgación de tendencias, herramientas y modelos de gestión de la reputación corporativa, que reconocía el impacto que la Reputación tiene como elemento generador de valor para las empresas que lo integraban y sus grupos de interés. En este foro, impulsado por empresas líderes como Telefónica, BBVA, Iberdrola, Repsol, Ferrovial, o AGBAR, y en el que el IE ocupaba la secretaría técnica, ya se comprendía la importancia de tener en cuenta a los “stakeholders” en la gestión de la empresa, aseveración que actualmente se acepta por la mayoría de las organizaciones.

“Pasamos de informes llenos de fotos bonitas a reportes integrados y auditados”

También en ese año tuvo lugar el evento liderado por la Fundación Rafael del Pino de presentación de los 10 Principios del Pacto Mundial, con la presencia del secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, que fue el germen de la Red Española del Pacto Mundial que hasta hoy ha mantenido un liderazgo internacional dentro de las redes locales de la iniciativa.

La ISR, Inversión Socialmente Responsable, tuvo su expansión en el mundo financiero con la creación en el 2000 de dos índices mundiales, el FTSE4Good y el DJSI (Dow Jones Sustainability Index), que tuvieron una considerable repercusión en los mercados bursátiles y en la gestión de la reputación de las grandes compañías. En esta línea, formé parte de la Comisión Ética de un fondo ético creado en 1999 que seguía muy de cerca las valoraciones de estos índices.

Y, en el 2001, se crea la Fundación Lealtad, de cuyo patronato formé parte, y que, mediante la evaluación de la gobernanza de las ONG, ha ayudado a las empresas a donar con más confianza en el efecto que tendrán sus contribuciones en los proyectos sociales que patrocinan.

¿Cuál fue tu primer proyecto de Responsabilidad Social aplicado y qué lecciones extrajiste de aquella experiencia?

Mi estreno práctico, más allá de lo académico, llegó con la constitución de la Asociación Española del Pacto Mundial. Las grandes empresas del IBEX lideraban la iniciativa y yo me centré en estandarizar los “Informes de Progreso” y en compartir buenas prácticas entre los firmantes.

“La reputación corporativa demostró que también cotiza en bolsa”

El aprendizaje fue inmenso. Tuve acceso directo a los debates internos de las compañías y comprobé cómo pasaban de los principios generales a los indicadores medibles. Aquellos informes nos enseñaron que la transparencia no es un fin en sí mismo, sino la palanca que convierte la ética en ventaja competitiva.

Comparando sus primeros años con la situación actual, ¿qué cambios percibe en la forma de gestionar la RSE?

La RSE ha sufrido una evolución profunda. A finales de los noventa se la veía como un elemento accesorio, algo “nice to have” reservado a compañías grandes y con recursos. Hoy es una pieza clave en la estrategia de cualquier empresa, con impacto directo en la creación de valor.

Basta solo con revisar la metamorfosis de los Informes de Sostenibilidad. Antes eran documentos extensos, llenos de fotografías bonitas y totalmente separados de la memoria anual, y ahora forman parte del informe integrado, siguen estándares internacionales precisos y se someten a verificación externa. Ese salto demuestra que la Responsabilidad Social ya dialoga de igual a igual con finanzas y operaciones.

¿Cuáles fueron los mayores desafíos o resistencias que enfrentaste al implementar prácticas de RSE en aquellos inicios?

En mi entorno académico, el obstáculo era el rechazo conceptual de mis colegas al ser percibido con desconfianza por la aparente falta de rigor académico de los planteamientos de la RSE, a lo que se añadía un cierto desdén por mi ingenuidad en un tema categorizado como “much ado about nothing”.

Esa percepción de mis colegas, por la que en muchos casos no lograba que incluyeran la dimensión RSE en sus áreas académicas, también era muy parecida entre mis alumnos de aquellos años, que me escuchaban con una pequeña sonrisa mientras se acordaban de la contundencia de Milton Friedman: la responsabilidad del directivo es obtener beneficio, cuanto más mejor.

“La transparencia no es un fin; es la palanca que convierte la ética en ventaja competitiva”

En las empresas la recepción también era tibia. Un presidente me dio la reunión más larga de su trayectoria conmigo para entender por qué la inclusión en los índices FTSE4Good y DJSI podía beneficiar a su compañía. La clave para superar ese escepticismo fue traducir los principios éticos en métricas comprensibles: mostrar cómo la reputación bien gestionada mejora el acceso a capital, atrae talento y fideliza a los grupos de interés. Cuando los datos demostraron ese vínculo, las barreras empezaron a caer.

El avance de la RSE también ha necesitado altavoces. ¿Cómo recuerda el nacimiento de Corresponsables y qué papel cree que ha jugado desde entonces?

Conocí a Marcos González antes de que existiera Corresponsables, durante la entrega de un premio que recibió por un artículo sobre RSE creo recordar en 2003. Al final del acto me preguntó si veía opciones de dedicar un medio a este ámbito. Le animé a hacerlo y la idea cristalizó en 2005.

“Corresponsables llenó el vacío informativo cuando nadie hablaba de RSE”

Corresponsables nació para dar visibilidad a asuntos que la prensa generalista ignoraba y ha mantenido ese compromiso, aportando datos y contexto cuando el riesgo de greenwashing era alto y la información escasa.

¿A quiénes otros considera pioneros o inspiradores en el ámbito de la Responsabilidad Social en España?

Las grandes empresas del IBEX desempeñaron un papel decisivo, sobre todo las de sectores regulados con impacto ambiental y las que, por su integración social, como bancos y telecomunicaciones, comprendieron pronto el valor económico de la reputación.

Tras más de dos décadas impulsando la Responsabilidad Social desde la universidad y la empresa, ¿qué enseñanzas considera más valiosas?

El camino hacia una RSE estratégica nunca ha sido lineal. Las empresas han avanzado a empujones, impulsadas primero por proyectos y alianzas liderados por compañías del IBEX y, más tarde, por hitos regulatorios como la Ley de Información No Financiera de 2018. Esa dinámica irregular demuestra que la Responsabilidad Social progresa cuando confluyen iniciativas empresariales ambiciosas y un marco normativo que exige transparencia.

“La RSE avanza a empujones, impulsada por alianzas empresariales y regulación exigente”

¿Qué destacarías de la evolución de tu trayectoria profesional y/o personal en este ámbito a lo largo de los últimos 20 años?

Los primeros años fueron de cierta soledad. Me sentía parte de un nicho pequeño y eso generaba complicidad entre quienes trabajábamos en el tema. Hoy la RSE forma parte del discurso de la mayoría de las empresas, aunque todavía sorprende ver organizaciones que aseguran tenerla en su ADN y, sin embargo, apenas la practican. Haber recorrido ese arco, del aislamiento a la normalización, ha sido una de las experiencias profesionales más significativas de mi carrera.

¿Qué cambios significativos has observado en la RSE en España desde que comenzaste?

El paso decisivo ha sido la implicación directa del Consejo de Administración. Hace veinte años la Responsabilidad Social se delegaba en un pequeño equipo situado debajo de Comunicación o Marketing. Hoy forma parte de las deliberaciones estratégicas y se discute con la misma intensidad que cualquier otro asunto clave para el negocio.

Si tuviera que elegir los hitos que más han marcado la agenda de la RSE en las dos últimas décadas, ¿cuáles señalaría?

Después del empujón inicial de comienzos de siglo destacaría la Agenda 2030 y el Acuerdo de París de 2015. Sumaría el Plan de Acción de Finanzas Sostenibles de 2018, que ha generado normativa muy relevante a partir de 2021. Y, por supuesto, el Green Deal de la Unión Europea de 2019, que coloca la Sostenibilidad en el centro de la política económica europea.

¿Qué experiencia le ha resultado especialmente reveladora, incluso negativa, en este recorrido?

El CERSE, que tuvo un principio muy prometedor que despertó muchas expectativas, pero que ha tenido un desarrollo decadente sin un final decidido, que recuerda la imagen de un zombi institucional.

“El consejo de administración ya debate Sostenibilidad al mismo nivel que finanzas”

Participé en incontables reuniones y, a pesar de las críticas posteriores, creo que tuvo cierta influencia en la administración pública autonómica y local, no tanto en las empresas, que ya llevaban tiempo en ese recorrido.

¿Puedes compartir algún caso de éxito destacable en el avance de la RSE?

Sin duda, el desarrollo de Spainsif, en el que también he tenido un papel clave. Se creó en el 2009, cuando la inversión responsable y sostenible era un terreno sólo de minorías, y ha ido ocupando un espacio destacable de reconocimiento en el ecosistema financiero y en las entidades de regulación y supervisión, logro que parecía ilusorio en sus comienzos.

“Spainsif pasó de nicho minoritario a referente del ecosistema financiero sostenible”

Indudablemente el impulso regulador de la Unión Europea ha sido clave en el despegue de la asociación en los últimos años, que mantiene una estrecha relación con otros foros de finanzas sostenibles europeos y con el entorno regulador en Bruselas.

¿Qué consejo ofrecería a las nuevas generaciones que buscan desarrollar su carrera en Responsabilidad Social?

Que es un tema en el que la comunicación es muy relevante, pero que no es sólo de comunicación. Y que obliga a un continuo reinventarse para adaptarse a los cambios y retos que parecen vislumbrarse a nivel global.

¿Qué grandes retos y oportunidades vislumbra para las dos próximas décadas?

El principal reto es evitar que se asocie la RSE a ideologías políticas determinadas, como ya estamos viendo que en los discursos políticos se utiliza la Sostenibilidad, a favor o en contra, como un instrumento de ataque hacia el contrario.

“El mayor reto es evitar que la Sostenibilidad se convierta en arma política”

Además, es fundamental impedir que la burocracia, creada para frenar el greenwashing, termine desanimando y rebajando el compromiso de las empresas. Y por supuesto, también la otra cara de la moneda, que la RSE debe buscar oportunidades para ayudar a lograr un mundo mejor.

¿Cuál considera que es su mayor aportación al campo de la Responsabilidad Social?

Haber comprendido la RSE desde una perspectiva integral y trasladarla tanto a la investigación académica como a la enseñanza y a la relación con empresas y organizaciones, apoyando e impulsando iniciativas que hoy son parte del entramado de la Sostenibilidad empresarial en España.

Cuando se hable de su trayectoria dentro de algunos años, ¿qué frase le gustaría que acompañara a su nombre?

Que fui una persona con valores, optimista y pionero.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en la Ficha Corporativa de Spainsif en el Anuario Corresponsables 2025.

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Cristian Rovira: “La sostenibilidad ha dejado de ser una opción para convertirse en una condición necesaria para el éxito de cualquier organización” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/cristian-rovira-sostenibilidad-condicion-necesaria-exito-organizacion/ Tue, 29 Apr 2025 12:32:07 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=358825

Entrevistamos a Cristian Rovira, actual Presidente de Fundación Grupo SIFU

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Cristian Rovira, en la actualidad presidente de Fundación Grupo SIFU, lleva más de tres décadas demostrando que es posible y necesario construir empresas donde el impacto social sea tan importante como la rentabilidad. Desde sus primeros pasos en el mundo laboral, ha defendido una visión empresarial con propósito, en un momento en que pocos entendían esa apuesta: “Nadie entendía que hacíamos las cosas con personas con discapacidad, se pensaban que éramos una fundación.”

En el 20º aniversario de Corresponsables, el autor también del libro Responsabilidad Social Competitiva reflexiona sobre la evolución de la RSE y la sostenibilidad, recordando que “lo que parecía una moda de frikis se ha convertido en un ‘must’ para cualquier organización que pretenda consolidarse en el mercado.” En este cambio de paradigma, Cristian Rovira destaca el papel de los medios comprometidos con la transformación empresarial, como Corresponsables, que en sus palabras “ha sido la primera entidad en poner el foco en la RSC como medio independiente, creando opinión y tendencia.”

«Corresponsables ha sabido dar visibilidad a quienes trabajamos por una economía más humana, promoviendo la importancia de la Responsabilidad Social en el ámbito empresarial»

Con una mirada serena y al mismo tiempo firme hacia el futuro, el también Consejero independiente del ICO e inversor en Startup, defiende que la sostenibilidad no debe entenderse como un área aislada, sino como un eje transversal que atraviesa toda la organización. “Ya no se entenderá la sostenibilidad en un ámbito concreto, sino como un 360 grados en la empresa, que englobará todos los departamentos.”

Y así, con coherencia y pasión, uno de los grandes empresarios pioneros de la RSE sigue inspirando a nuevas generaciones que, como él, creen que hacer empresa también es una forma de cambiar el mundo.

¿Cómo llegaste Cristian a la Responsabilidad Social?

Desde que empecé a trabajar, hace ya 30 años, tuve clara una cosa: quería generar un impacto positivo desde la empresa.

En aquel momento, nadie entendía que trabajásemos con personas con discapacidad desde un enfoque empresarial. Muchos pensaban que éramos una fundación asistencial. Costaba imaginar que se podía hacer bien el trabajo y, al mismo tiempo, el bien con el trabajo.

“Quería generar un impacto positivo desde la empresa”

Pero siempre supe que era posible unir esos dos mundos. Con esfuerzo, dedicación y una visión clara, demostramos que un modelo empresarial socialmente responsable no solo es viable, sino necesario. Esa convicción ha guiado mi camino desde entonces.

Tuvo que ser muy complicado impulsar Sifu en aquella época, ¿qué os decían los que no entendían que trabajaseis con personas con discapacidad desde un enfoque empresarial? ¿Qué respuesta les dabais para intentar convencerlos?

No trabajábamos con personas con discapacidad, trabajábamos con personas “minusválidas”, que literalmente quiere decir “menos válidas”. Hace 30 años no existía el término discapacidad como se entiende hoy, y era mucho más complicado hacer ver que esas personas podían desempeñar un trabajo bien hecho y de forma profesional.

La única respuesta posible era demostrarlo con hechos: con calidad y profesionalidad. Invertimos mucho en imagen para transmitir seriedad y confianza, y nos certificamos con la ISO para acreditar que nuestros procesos se ejecutaban como en cualquier empresa referente del sector.

“Nadie entendía que trabajásemos con personas con discapacidad desde un enfoque empresarial”

Recuerdo especialmente la anécdota de un empresario que, cuando le expliqué lo que hacíamos y cómo lo hacíamos, me ofreció dinero para ayudar al proyecto… pero no quiso contratar nuestros servicios. Aún costaba entender que no pedíamos ayuda, sino oportunidades.

¿Cuándo empezaste a escuchar de la RSE y cuándo viste que valía mucho la pena conectar el mundo de la discapacidad con el de la RSE?

En foros como Corresponsables y de la mano de políticos comprometidos, como Carles Campuzano, se empezó a extender el término de Responsabilidad Social Empresarial.

«La Sostenibilidad estará en el centro de la toma de decisiones, y será un criterio tan importante como la rentabilidad o la eficiencia»

Fue entonces cuando me di cuenta de que había un abanico de personas, empresas e instituciones que compartían nuestra visión: que era perfectamente compatible hacer un trabajo profesional y, al mismo tiempo, generar un impacto positivo. Por eso decidí sumarme al mundo de la RSE. Teníamos muchos elementos en común y, sobre todo, un mismo propósito: contribuir a construir un mundo mejor para todos.

¿Cómo era el panorama de la RSE en esos inicios, comparado con la situación actual?

El concepto de RSE ni siquiera se entendía en sus inicios. Cuando uno salía de la universidad, parecía que solo había dos caminos claros: trabajar en una ONG si querías cambiar el mundo, o montar una empresa si lo que buscabas era ganar dinero.

La sostenibilidad ya no es una opción; es una condición necesaria para la continuidad y el éxito de cualquier organización”

Estaba muy marcado ese límite entre lo social y lo empresarial. Nadie imaginaba que existía una tercera vía, una en la que podías tener una empresa que no solo buscara beneficios, sino que también contribuyera a dejar un mundo mejor. Afortunadamente, hoy esa mentalidad ha cambiado, y lo vemos reflejado en la evolución de las empresas y en el crecimiento de la RSE, que ha pasado de ser una opción a convertirse en una necesidad.

¿Cuáles han sido los principales obstáculos o barreras que te encontraste en esa etapa inicial?

La incomprensión, sobre todo. En esa etapa inicial, existía una gran distancia entre el mundo social y el mundo empresarial. A muchos les costaba entender que un proyecto empresarial también podía ser profundamente humano, que se podían combinar los beneficios económicos con un impacto social positivo.

Además, no había referentes claros ni marcos establecidos en los que basarse. Era un terreno desconocido, y la única forma de avanzar era confiar en que ese modelo podía funcionar. Fue una cuestión de intuición, de fe en que podíamos demostrar que un modelo de negocio responsable era viable y necesario para el futuro.

¿Qué factores ayudaron en aquel momento a que esa gran distancia entre el mundo social y el empresarial fueran disminuyendo y se fuera avanzando en estos temas?

La clave fue poner el factor social no como el principal, sino como un valor complementario en la contratación de nuestros servicios. Los factores clave para nosotros siempre fueron la calidad del servicio, la profesionalidad y un precio competitivo. Nuestra estrategia era demostrar que podíamos ofrecer lo mismo o incluso más que cualquier empresa convencional, pero con el valor añadido de generar un impacto social positivo.

La sostenibilidad, para ser real, tiene que ser integral”

Queríamos que el factor social fuera secundario, porque cuando alguien te contrata solo por ese aspecto, lo hace una vez. Sin embargo, cuando alguien te elige por la competitividad, el precio o el servicio, eso hace que repita la contratación, lo que a su vez significaba más oportunidades de empleo para las personas con discapacidad.

¿Qué cambios significativos has observado en la RSE desde entonces hasta ahora?

Todo ha cambiado. Lo que en su momento parecía una rareza, casi una excentricidad, hoy se ha convertido en una exigencia fundamental dentro del entorno empresarial. La Sostenibilidad ya no es una opción, es una condición necesaria para la continuidad y el éxito de cualquier organización. Las empresas ya no pueden permitirse ignorar su impacto social, ambiental y económico.

Afortunadamente, no ha sido necesaria una gran reforma legislativa para impulsar este cambio. Ha sido la propia sociedad, con sus demandas y expectativas crecientes, la que ha empujado a las empresas a transformarse y a integrar la Responsabilidad Social en su modelo de negocio, entendiendo que los negocios que no son responsables están condenados a quedar atrás.

¿Cómo ha cambiado la actitud de los empresarios hacia la Sostenibilidad? ¿Qué papel juegan los líderes empresariales en este cambio de mentalidad?

Cada vez hay un porcentaje mayor de empresarios que ven la Sostenibilidad como algo estratégico dentro de su compañía, entendiendo que no es solo una tendencia, sino una necesidad para el futuro de sus negocios. Además, el propio mercado está empujando a las empresas hacia la Sostenibilidad.

De una manera u otra, el avance está siendo notable, aunque todavía tenemos un largo camino por recorrer para que la Sostenibilidad se convierta en un eje transversal en todas las empresas, sin distinciones.

¿Cuáles consideras que han sido los hitos más relevantes en esta evolución?

El mayor hito ha sido, precisamente, ese cambio de mentalidad colectiva. El hecho de que la sociedad haya hecho suyo este discurso sobre la Sostenibilidad y lo haya incorporado a su forma de consumir, de emprender y de relacionarse con las marcas. Hoy en día, los consumidores no solo exigen productos o servicios de calidad, sino que también demandan que las empresas se comporten de manera ética y responsable.

«La RSE ha pasado de ser una opción a convertirse en una necesidad»

Esta transformación cultural es, sin duda, el motor que ha impulsado todos los demás avances en el ámbito de la Responsabilidad Social Empresarial. Gracias a este cambio, las empresas ya no pueden permitirse ser ajenas a los problemas sociales y ambientales, y la Sostenibilidad se ha convertido en un criterio clave en la toma de decisiones empresariales.

¿Qué lecciones personales te ha dejado esta trayectoria?

He aprendido que la Sostenibilidad, para ser real y efectiva, tiene que ser integral. No basta con ser socialmente responsables si no somos sostenibles económicamente. Del mismo modo, no basta con generar beneficios si no consideramos el impacto que nuestras acciones tienen en la sociedad y el medio ambiente.

«El mayor hito ha sido el cambio de mentalidad colectiva»

Es posible y, de hecho, es imprescindible conjugar estos aspectos para construir algo duradero y auténtico. Solo así podemos garantizar que el modelo de negocio no solo sobreviva, sino que también contribuya al bienestar colectivo a largo plazo.

¿Quiénes consideras que han sido los pioneros o referentes más influyentes en tu camino?

He tenido la suerte de coincidir con personas extraordinarias a lo largo de mi trayectoria. Paco Martín Frías, Josep Santacreu… y, por supuesto, Corresponsables, ya que desde el primer día ha sabido dar visibilidad a quienes trabajamos por una economía más humana, promoviendo la importancia de la Responsabilidad Social en el ámbito empresarial.

Además, conocí a Marcos González antes incluso de conocer el proyecto editorial, y tuve claro que me sumaría a cualquier iniciativa que él liderara. Compartimos valores y visión.

Siempre se comenta de la importancia de que la alta dirección apueste por la RSE, ¿qué recuerdas de aquellos primeros empresarios visionarios como los que has mencionado?

Recuerdo ponencias con muy poca gente, lo que reflejaba el desconocimiento de la época. También recuerdo la tenacidad con la que seguimos adelante, convencidos de que estábamos sembrando algo que, aunque tardaría, daría frutos.

Al cabo de dos años, lo que parecía impensable, como llenar auditorios hablando de RSE, se consiguió gracias a la insistencia y a la creencia firme en que no había más futuro que la RSE. Esa fue la clave: la perseverancia y la convicción de que este enfoque iba a transformar el mundo empresarial.

¿Puedes compartir algún caso de éxito emblemático en tu trayectoria?

SIFU, sin duda. Es el ejemplo claro de cómo un proyecto puede ser empresarialmente viable y, al mismo tiempo, socialmente transformador. A lo largo de los años, hemos demostrado que es posible generar valor económico y ofrecer oportunidades reales a personas con discapacidad, integrándolas de manera en el mundo laboral.

Este equilibrio entre la Sostenibilidad económica y el impacto social ha sido la clave de nuestro éxito y, sin duda, es nuestro mayor orgullo. Ver cómo el proyecto ha crecido y ha permitido cambiar la vida de tantas personas es algo que me enorgullece.

¿Cómo lo habéis conseguido? ¿Cuáles son las claves para hacer compatible la necesaria rentabilidad empresarial con la apuesta clara por la sostenibilidad en sentido amplio de la palabra?

Lo hemos conseguido y nunca me cansaré de insistir mediante una imagen muy profesional y poniendo por delante valores como la profesionalidad, el servicio bien hecho y un precio competitivo. En un mercado como el actual, la única manera de convencer es demostrando que se puede ser competitivo tanto profesionalmente como socialmente.

«Hoy en día, los consumidores no solo exigen productos o servicios de calidad, sino que también demandan que las empresas se comporten de manera ética y responsable»

La clave está en la integración de estos valores, logrando un equilibrio donde la rentabilidad empresarial no solo se busca, sino que se alcanza sin sacrificar el impacto social. Es cierto que solo por el factor social no se puede subsistir, pero si logras ser competitivo en ambos ámbitos, es cuando se consigue la verdadera Sostenibilidad.

En 2016 lanzaste el libro Responsabilidad Social Competitiva tachando en la portada la palabra ‘corporativa’… ¿por qué lo hiciste y cuáles son las principales aportaciones del libro a este tema?

La decisión de tachar la palabra “corporativa” en la portada del libro Responsabilidad Social Competitiva no fue casual. Lo hice porque muchas veces la Responsabilidad Social se ha entendido como algo accesorio, como un apéndice dentro de la estructura de la empresa, fácilmente prescindible cuando vienen mal dadas. Es habitual que, ante una crisis, uno de los primeros departamentos en sufrir recortes sea precisamente el de RSE.

Por eso quise reivindicar una visión diferente: cuando la Responsabilidad Social forma parte del core del negocio, como un auténtico elemento diferenciador, ya no se puede separar de la estrategia empresarial. En el libro presenté casos concretos de empresas de distintos sectores y países que habían logrado precisamente eso: integrar el factor social en el corazón de su proyecto empresarial, y convertirlo en una verdadera ventaja competitiva. Ése, para mí, es el camino hacia una RSE real, duradera y transformadora.

En el libro, comentas, entre otras muchas cosas, que las empresas se han acostumbrado a lavar muchas de sus malas prácticas con acciones de Responsabilidad Social, pero en la mayoría de los casos se trata de meras campañas de relaciones públicas. Es el famoso greenwashing… ¿cuáles son las claves para lograr que la comunicación de la Sostenibilidad sea creíble, confiable y aporte valor?

La única manera de que la comunicación en Sostenibilidad sea creíble es que sea verdadera. No hay atajos. Si lo que se comunica no responde a una realidad coherente y transparente, más tarde o más temprano, eso se acaba notando y tiene consecuencias muy negativas para la reputación y para el futuro del proyecto empresarial.

¿Cómo imaginas el futuro de la RSE y la Sostenibilidad?

Estoy convencido de que la Sostenibilidad será un eje transversal en todas las organizaciones. Ya no se entenderá como un área separada, un departamento aislado o una acción puntual para mejorar la imagen de marca. Será una perspectiva global, un enfoque de 360 grados que atravesará todos los departamentos de una empresa: desde las finanzas hasta los recursos humanos, desde la estrategia comercial hasta la producción.

La Sostenibilidad estará en el centro de la toma de decisiones, y será un criterio tan importante como la rentabilidad o la eficiencia. Esa integración profunda, estructural, es el futuro.

Aunque la Sostenibilidad es hoy una condición para el éxito de las empresas, ¿crees que aún existe resistencia entre algunas organizaciones a integrar la RSE en su núcleo estratégico? ¿Qué consejos le darías a una empresa que aún duda de la rentabilidad a largo plazo de ser responsable?

Actualmente, tanto el poder ejecutivo como el propio mercado están obligando a todas las empresas a virar hacia la integración de la RSE en el núcleo de su estrategia. Por un lado, la legislación, tanto la que ya ha llegado como la que está por venir, marcará estándares más exigentes en términos sociales, ambientales y de buen gobierno.

Por otro lado, el consumidor de hoy, cada vez más informado y con valores más sólidos, exige a las marcas un compromiso real y transparente con la Sostenibilidad. Por eso, cualquier empresa que quiera perdurar en el tiempo estará obligada a desarrollar políticas de Responsabilidad Social que no solo mejoren su entorno, sino que también refuercen su propia viabilidad.

¿Qué papel deberían asumir las nuevas generaciones en este proceso?

Un papel clave, sin ninguna duda. Las nuevas generaciones han crecido con valores que muchos de nosotros hemos tenido que aprender o incorporar con el tiempo. Para ellas, la Sostenibilidad no es una opción, ni una moda pasajera, sino algo natural, casi instintivo.

Y eso no solo influirá en su forma de consumir —mucho más consciente y comprometida—, sino también en la manera en que emprenden, en cómo conciben los negocios y su impacto en la sociedad. Ellos y ellas serán quienes consoliden este modelo de empresa como un verdadero canal de transformación social.

¿Cómo crees que los jóvenes pueden acelerar el proceso de transformación hacia modelos empresariales más sostenibles y responsables?

Afortunadamente, la juventud actual tiene valores más consolidados y desarrollados en lo que respecta al futuro del planeta, la diversidad y la inclusión. Hoy en día, el porcentaje de proyectos empresariales impulsados por jóvenes que ya incorporan factores de Sostenibilidad o Responsabilidad Social es significativamente mayor. Eso significa que, en los próximos años, veremos una auténtica multiplicación de iniciativas empresariales con un fuerte componente social.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en el Caso Práctico de Grupo SIFU en el Anuario Corresponsables 2025.

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Juan José Almagro: “La Responsabilidad Social no es un propósito, es un compromiso” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/juan-jose-almagro-responsabilidad-social-es-un-compromiso/ Tue, 29 Apr 2025 08:50:47 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=358549

Entrevista realizada por Marcos González, Presidente Editor de Corresponsables, de su Fundación y de ObservaRSE, con motivo del 20º Aniversario de Corresponsables a Juan José Almagro, Doctor en Ciencias del Trabajo y Doctor "honoris causa" por la UCC (Jesuita) de Argentina y la Universidad P. de Salamanca, además de antiguo Presidente de DIRSE

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En tiempos en los que la ética empresarial parece oscilar entre la convicción y la conveniencia, conversar con Juan José Almagro es reencontrarse con la esencia más genuina de la Responsabilidad Social. Pionero en el impulso de la RSE en España y en América Latina, desde su natal Úbeda, «donde el humanismo se respira en cada esquina», Almagro defiende la necesidad de un nuevo contrato social que sitúe la dignidad humana en el centro de la empresa. «La Responsabilidad Social es compromiso, no propósito», insiste a sus 75 años, con la pasión intacta de quien dedicó toda su vida profesional en Mapfre a esta temática.

Con motivo del 20 aniversario de Corresponsables, medio que «ha sabido mantenerse fiel a sus valores y ejercer una labor ejemplar», Juanjo —como cariñosamente le seguimos llamando sus colegas y amigos— nos invita a seguir creyendo en la fuerza transformadora de las empresas.

Doctor en Ciencias del Trabajo y Doctor «honoris causa» por la UCC (Jesuita) de Argentina y la Universidad P. de Salamanca, Almagro, que fue el presidente de DIRSE y ha escrito más de 500 artículos y dictado más de 1.500 conferencias por todo el mundo, alerta contra la banalización de conceptos fundamentales: «Los ODS se han convertido en commodities; la Responsabilidad Social, en cambio, permanece».

Juan José Almagro recuerda en la entrevista que  «no cuesta dinero la Responsabilidad Social. Lo que cuesta —y mucho— es la irresponsabilidad». Y lanza un mensaje esperanzador a las nuevas generaciones: «No se puede confundir progreso con velocidad. Sigamos trabajando cada uno desde nuestra responsabilidad, porque construir un nuevo contrato social no es una opción: es una necesidad inaplazable».

Hoy, igual que hace veinte años cuando escuchó por primera vez el proyecto de Corresponsables, Juan José Almagro sigue animándonos con su ejemplo y su palabra: «Sigamos luchando. No hay otra forma de cambiar el mundo

Me hace mucha ilusión realizarte esta entrevista Juanjo. Me acuerdo perfectamente cuando te conocí y te entrevisté por primera vez para otra revista hace unos 25 años, cuando eras Director de Recursos Humanos de Mapfre y ya hablabas de estos temas en un libro. También recuerdo cuando te presenté el proyecto de crear Corresponsables en el restaurante La Dorada, a inicios del 2005. Con motivo del 20 aniversario de Corresponsables, me gustaría que nos compartieras cómo fueron tus inicios en la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), cómo llegaste a este ámbito y qué recuerdos tienes de aquellos primeros tiempos, cuando todo estaba aún por construir.

¡Qué hermosos recuerdos! Gracias por tu cariño y siempre por tu saber estar y profesionalidad… Veamos, uno tiene inquietudes sociales desde que nace. Yo nací en Úbeda, ciudad renacentista patrimonio de la humanidad, y el humanismo me caló profundamente. Siempre he tenido estas inquietudes sociales y tuve la suerte de trabajar en Mapfre, una empresa que también las compartía. Desde siempre y más desde mi presidencia mundial en Recursos Humanos ya tenía estas inquietudes. De hecho, como bien apuntabas, en un libro que publiqué en 2003, El reloj de arena, la mística de los recursos humanos, ya hablaba de la Responsabilidad Social.

«Corresponsables es un medio ejemplar, líder y comprometido con la difusión de la Responsabilidad Social»

En ese momento, a finales de los años 90, ya se empezaba a hablar de RSE en algunos ámbitos y al poco tuve la oportunidad de hacer mi tesis doctoral sobre este tema y desde entonces he trabajado mucho en este campo desde el ámbito de los RRHH y la dirección general de Comunicación, Marca, Reputación, Publicidad, Patrocinios y RSE. A mi juicio, hay diferentes tipos de personas en este ámbito: los mercenarios, que lo hacen solo por dinero; los profesionales, como vosotros en Corresponsables; y luego los apóstoles, que creemos en esto y trabajamos sin esperar nada a cambio por conseguirlo, como también es tu caso. Tú además de profesional, eres apóstol porque crees en lo que haces, de lo contrario sería imposible que Corresponsables se hubiera mantenido como líder a lo largo de estos últimos veinte años.

Hace ya unos años que te jubilaste… ¿por qué sigues creyendo en la RSE y por qué continúas apoyándola a través de tus clases, charlas, artículos…?

Sigo creyendo en esto y creo que así seguiré siempre porque, en el fondo, lo de la Responsabilidad Social no es más que la búsqueda permanente de un nuevo contrato social. Creo en la Responsabilidad Social porque creo en el compromiso ético que va variando en función de cómo van cambiando también en el tiempo las propias empresas, instituciones y personas. Y para difundir esas ideas he escrito libros, impartido clases en todo el mundo, escrito más de 500 artículos y pronunciado más de 1.500 conferencias en España, Europa y, especialmente, en América Latina.

«No cuesta dinero la Responsabilidad Social; lo que cuesta es la irresponsabilidad»

Insisto: la función social de la empresa está ligada al desarrollo empresarial, a cómo generar beneficios, empleo y competitividad, pero debe ir acompañada siempre de un compromiso social real, del cumplimiento de la ley, la transparencia y el comportamiento ético.

Como bien sabes, en los primeros años la academia y profesores como José Luis Fernández, Josep Maria Lozano, Antonio Argandoña… trabajaron mucho en su teoría, partiendo bastantes veces de la ética empresarial…

No fue masivo, pero si hubo parte de la academia como las personas que citas que empezaron a profundizar en la Responsabilidad Social, también lo hicieron personas como Jáuregui y Campuzano en política, y algunos directivos como un servidor o periodistas como tú mismo. Nos llamaban la tribu de la RS.

Creo que la labor de los pioneros fue muy importante y especialmente que se discutiría sobre este tema en las Cortes, que se pidiera de una u otra forma un nuevo contrato social en las empresas para encontrar cuál es la auténtica función social de la empresa, adaptándonos a los parámetros europeos y liberándolos más tarde, de hacer posible que lo que se había dicho en Lisboa con el Libro Verde por parte de la Comisión Europea en 2001 se hiciese realidad.

«La función social de la empresa es contribuir a un mundo más humano y habitable»

Todo eso ayudó a tirar el carro, pero al mismo tiempo se estaba produciendo otro movimiento en algunas instituciones. Por ejemplo, creo que la primera cátedra de Responsabilidad Social fue la de Alcalá de Henares, que tuve el honor de presidir, y después se crearon muchas más cátedras para hablar de la Responsabilidad Social y tratar de hacer llegar a la empresa la necesidad de que todos estuviéramos en el mismo barco. Y no fue nada fácil porque no nos poníamos de acuerdo ni con el nombre: RSE, RSC, RC

Recuerdo bien ese debate y no sólo académico sino también en las empresas para ver cómo llamabais a la ‘cosa’…

Así es, pero bueno, al final creo que todo el mundo sabe lo que es la Responsabilidad Social, hasta el punto de que por muchos “inventos” que aparezcan la Responsabilidad Social está ahí y siempre permanece.

Por ejemplo, el Pacto Mundial que también nació por aquella época ahora se quiere ver reforzado por el Pacto por el Futuro que Naciones Unidas aprobó en septiembre pasado y en el fondo creo que tratan de poner un cierto orden para seguir avanzando.

Al final a los políticos les gusta mucho meter mano en todas las cosas, y claro, así estamos, con lo de los ODS, que fueron una especie de epifanía cuando llegaron, porque parecían que iban a solucionar todo y parece que ya no se van a conseguir. ¿Por qué? Pues porque nos equivocamos al dejar en manos de los políticos su desarrollo y ahora se han convertido en meras commodities, que se venden en función de lo que dicen los consultores. Y es una pena, porque como decía ya hace mucho Adela Cortina, la Responsabilidad Social es fundamentalmente una herramienta de gestión, pero también una medida de prudencia y una exigencia de justicia. O un camino como el propio Ramón Jauregui dijo en la entrevista que le hiciste hace poco.

Como dijo el poeta, sólo se hace camino al andar…

A mí me parece que una idea hermosa y poética de lo que es la Responsabilidad Social es que se parece a una imagen de un puente. El puente, decía Juan Ramón, es un lugar simbólico desde el que nacen todos los caminos. Probablemente el tener una sociedad mejor parte de este concepto social que supone la responsabilidad.

Es decir, y eso es lo que creo que he difundido a lo largo de toda mi vida, el compromiso. La Responsabilidad Social es compromiso. A mí, los que me conocéis, sabéis que no me gusta hablar de propósito, porque el propósito es un deseo y supone pocas obligaciones, pero hablar de compromiso es algo mucho más profundo.

«El nuevo contrato social es inevitable en el futuro inmediato»

Por eso creo y así se lo dije a unos directivos del Pacto Mundial no hace mucho, el Pacto para el Futuro que fue aprobado en septiembre de 2024 por la ONU, puede ayudar a dar impulso al tema, ya que integra todo lo que de una u otra forma corresponde hacer a la empresa, sabiendo que vivimos momentos difíciles, pero creo que no podemos torcer el brazo.

Hoy algunas empresas, lo sabe todo el mundo, son probablemente mucho más importantes que algunos países. Por lo tanto, cumplir veinte años supone la posibilidad de cumplir otros veinte a partir de ahora, Marcos, y en seguir luchando por los valores.

Ojalá que sí… Volviendo a los inicios Juanjo, había muchos directivos y empresarios negacionistas también con la Responsabilidad Social, muy contrarios a su idea…

En el caso de Mapfre fue más fácil por su origen mutualista, muy vinculado al cooperativista y, por lo tanto, la función social de la empresa la entendíamos mejor. Y cuando se entiende esto, es más fácil implantar un modelo de Responsabilidad Social. El problema vino de las otras grandes empresas españolas que no tenían ese origen.

«La empresa debe ser ética, solidaria y cumplir siempre la ley»

Pero yo creo que, poco a poco, nos fuimos dando cuenta todos que, si queríamos hacer las cosas mejor, la empresa tenía que generar beneficios, dar empleo, ser competitiva y eficiente en un escenario mucho más humano y mucho más habitable. Y para ello, insisto, debía encontrar un nuevo contrato social donde apareciese con firmeza la función social de la empresa. El origen puede estar en Cicerón, en su libro de De Officis, cuando decía que la práctica de las cuatro virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza y templanza lleva aparejado un conjunto de valores indiscutibles que pueden asimilarse a los valores de la RS. Estamos hablando de hace 2.000 años…

Mucho tiempo…

Si, pero aún muchos principios son aplicables ahora. Como el de la solidaridad, como reclamaba Aristóteles. La gente tiene que ser solidaria unos con otros, algo que recoge también el artículo 29 de la Declaración de los Derechos Humanos. Cuando vivimos en comunidad, uno tiene que ser solidario.

Después, uno tiene que ser honesto. Honestidad, como parte de nuestra conducta vital. Y, luego, la participación activa en la vida la ‘polis’, de vivir en una sociedad y, por lo tanto, dedicarnos a esa sociedad, más allá de lo que hagamos en cada momento.

Eso es, al final, el origen de la síntesis. Creo que las empresas lo entendieron poco a poco y hoy, afortunadamente, la mayoría de las empresas hablan naturalmente de Responsabilidad Social. Es verdad que se habló más de los ODS que de Responsabilidad Social, pero la Responsabilidad Social permanece y permanecerá siempre.

«La Responsabilidad Social permanece; los ODS se han convertido en commodities»

Los ODS, insisto, se han convertido en commodities que, en manos de los políticos, han servido para que se puedan vender en función de los intereses de los consultores o de otros intereses, políticos en muchos casos. Pero a mí no me preocupa. Lo que me preocupa y lo que me gustaría es que, al final, desde la academia y desde los medios de comunicación, y tu medio de comunicación es un medio ejemplar, sea capaz de trasladar al conjunto de la ciudadanía lo que representa y puede representar en el futuro la Responsabilidad Social. Hay que seguir incrementando la labor pedagógica.

De hecho, en los inicios hubo mucha confusión entre acción social y Responsabilidad Social…

Así es y de hecho no creas que todavía está del todo aclarado, aún hay gente que confunde Responsabilidad Social con acción social. Eso en los primeros tiempos fue mayoritario. Y hubo muchísimas empresas, y de las más importantes, que, cuando decían que se ocupaban de la Responsabilidad Social, en realidad sólo se estaban ocupando de la acción social, que es una cosa absolutamente diferente. Creo que esa diferenciación no está todavía aclarada, aunque le falta poco.

De todos modos, creo que hizo fortuna una cosa que yo ya decía en los inicios. Cuando te pregunten cuánto cuesta la Responsabilidad Social, hay que decir que no cuesta nada. Que lo que cuesta es la irresponsabilidad Social. Eso sí que cuesta dinero. Poniendo, por ejemplo, el famoso caso de los talleres que en la India, en Bangladesh, colapsaron y produjeron la muerte murieron de tantos miles de personas. La irresponsabilidad Social es lo que cuesta dinero. La Responsabilidad Social, es decir, hacer las cosas bien o hacerlas mejor de lo que lo estás haciendo, involucrando a tus grupos de interés, es una forma in dubitada de progreso.

¿Qué hacer con la actual corriente tan negacionista y tan importancia contraria a la Sostenibilidad?

Fíjate, me acuerdo ahora del famoso manifiesto de la tabla redonda. Hace cinco años, 190 líderes norteamericanos empresarios dijeron que ya habían llegado al convencimiento de que la empresa no es solo maximizar el beneficio, según la famosa tesis de Friedman, sino que había que tener en cuenta a todo el mundo, a los llamados stakeholders, algo que está en la propia esencia de la RS. Y hace poco, como consecuencia de las variables que tiene este mundo y de gentes como Trump que empiezan a regobernar con aires imperiales en Estados Unidos, algunos de los firmantes del famoso manifiesto han dicho que ahora es imposible que sean capaces de hacer realidad aquellos propósitos. Que aquello no era ni siquiera un compromiso, era una intención que no van a poder cumplir. Bueno, pues por ese compromiso tenemos que seguir luchando cada día.

«La empresa que quiera ser responsable debe serlo aquí y en cualquier parte del mundo»

No sé cómo, pero tenemos que hacerlo cada uno desde nuestras responsabilidades. Vosotros, desde los medios de comunicación, que deberían ser más críticos. También me parece que todos deberíamos ser más críticos, la universidad incluso creando una asignatura transversal de RS que pudiera acompañar a cualquier tipo de conocimiento. Porque cuando hablamos de Responsabilidad Social, insisto, estamos hablando solo de compromiso, de una forma de hacer las cosas, de un instrumento de gestión para hacer mejor las cosas, de un puente desde el que parten todos los caminos.

Tendríamos que dar un paso adelante y hacer que hablar de Responsabilidad Social sea una especie de asignatura común, transversal, que se pueda estudiar en cualquier ámbito del saber. Es decir, el mundo no será mejor si no somos capaces de hacerlo mejor entre todos, incluidas las empresas, que son uno de los instrumentos de riqueza más importantes que el ser humano se ha inventado en toda su existencia.

¿Cómo podemos ser más críticos los medios especializados cuando nuestra sostenibilidad económica depende en buena medida de las propias empresas?

Los medios tendrían que ser capaces de educar más sobre estos asuntos, y mucho más los medios especializados, de dar noticias y de tener actitud crítica, que es, en el fondo, el editorial de Corresponsables. Corresponsables tendría que ser un medio que fuese capaz de dar más doctrina de lo que, desde su punto de vista, podríamos esperar que fuese la Responsabilidad Social en el futuro y de cómo se están comportando sus principales actores. Sois el líder, el único medio importante que hay en estos temas, porque el que creó Jordi Jauma seguramente ya se ocupa de otras cosas.

«La solidaridad, la honestidad y la participación activa son la base de la sociedad»

Hay que crear doctrina, como en DIRSE. Yo fui fundador y primer presidente de DIRSE y la dimos a conocer Isabel Roser y yo viajando por toda España durante dos años. Pero DIRSE es, o era, una asociación profesional, no tiene por qué convertirse en una consultora. Es una asociación que agrupa a los que de una u otra manera tienen que ver en estos temas, a los profesionales de esta hermosa filosofía de la RS y ser capaces de construir lugares comunes de encuentro y de trabajo, una manera de hacer, de enseñar, una manera de llegar a las empresas para inyectar las virtudes cívicas que todos necesitamos.

¿Cómo has visto la evolución de la RSE en América Latina?

Permíteme una reflexión previa: no se puede admitir que una multinacional española, francesa o italiana, con sucursales en diferentes países de América, tenga una forma de comportamiento diferente a la de su país de origen. No puede ser que cuando la empresa llega a América, Asia o a donde sea, sea capaz de olvidarse de las obligaciones que contrae al decir que es responsable socialmente. El compromiso no tiene ni fecha de caducidad ni lugar donde implantarse.

Una empresa que quiera ser responsable socialmente tiene que ser responsable socialmente aquí, en Perú, en México, en Ecuador o en China. Insisto, cumplir sus obligaciones legales es el punto de partida de la responsabilidad social, pero por encima de eso tiene que haber un compromiso serio de hacer las cosas mejor en cada instante, en cada momento.

En América, desafortunadamente, hubo un momento en el que, y tú lo sabes muy bien, la Responsabilidad Social alcanzó una cota importantísima, sobre todo a partir del trabajo de algunas universidades, de no pocas empresas y de algunos ‘apóstoles’. Bajó luego un poco como consecuencia de los diferentes problemas y crisis económicas que hemos tenido y creo que ahora está en el momento de relanzarse.

Es decir, vivimos en un instante en que hablar de responsabilidad social, insisto una vez más, sigue siendo hablar de compromiso. Por tanto, de hacer las cosas bien. Trump no lo está haciendo bien, pero las demás no tenemos por qué seguir su estela.

¿Cómo combatir el greenwashing?

Lo que está claro es que es muy importante que, desde los medios de comunicación, y tú lideras la Responsabilidad Social, se tiene que diferenciar claramente la Responsabilidad Social y la Sostenibilidad, como herramientas de gestión y no como marketing social. Olvidémonos del marketing social.

Insisto, es una herramienta de gestión, una medida de prudencia y una exigencia de justicia, porque estamos hablando de la ética del comportamiento en uno de los mayores instrumentos, que son las empresas e instituciones, que los seres humanos hemos creado en los últimos tiempos. Si fuimos capaces de crecer en los últimos treinta o cuarenta años ha sido gracias al impulso de mucha gente. Pues seamos capaces de seguir haciéndolo.

«La universidad debería incorporar la Responsabilidad Social como asignatura transversal»

Para ello debemos ser capaces también de no presumir tanto, de que las palabras se conviertan en hechos y no en pura retórica. Seamos capaces de no aprovecharnos del interés común y transformarlo en interés particular. Esto es muy importante.
Todos somos humanos y somos una minúscula parte del universo. Somos 8.000 millones de personas y trabajar por el Bien Común, es decir la satisfacción de las necesidades, tendría que ser fácil. Hay comida, bebida y trabajo para todos si fuéramos capaces de organizarlo.

Algunas veces nos van a decir que la gente está harta ya del buenismo, pero al final uno es como es, por lo que tenemos que ser capaces, querido Marcos, de seguir inyectando muchas cápsulas de conciencia y ciudadanía a más gente.

¿Qué más aconsejarías especialmente a las nuevas generaciones que se están incorporando a la RSE en estos momentos?

No podemos caer en la burocracia. La burocracia lo único que hace es acabar con la posibilidad de progresar y, si no somos capaces de progresar, nos quedamos estancados.

Lo que deben buscar al final, creo yo, es un nuevo contrato social. Eso es lo que estamos buscando desde los inicios. Las empresas y las instituciones son lo más importante que hay en el mundo, pero yo creo que, desde el punto de vista personal y sin exclusiones, también cabe buscar ese nuevo contrato social.

Por eso es tan hermosa la Responsabilidad Social. Al final, el compromiso personal o institucional tiene que estar por encima de cualquier otra cosa, por encima del pin multicolor que durante un tiempo todo el mundo se ponía en la solapa. Eso, que simbolizaba los ODS, como se ha demostrado, no pudo conseguirse porque los políticos se metieron por medio y se dedicaron a presumir, pero hicieron muy poco.

«Somos 8.000 millones de personas: trabajar por el Bien Común debería ser fácil»

Sin embargo, creo que tendríamos que ser capaces de que la sociedad civil se mueva más. También Corresponsables es sociedad civil. Se debe dar cuenta de cómo están las cosas y, a partir de ahí, seguir profundizando, seguir instalando proyectos, seguir estableciendo metas y tratar de conseguirlas. Insisto, creo que estamos en la fase en la que conseguir un nuevo y conveniente contrato social es inevitable en el inmediato futuro. Por ejemplo, el propio Pacto Mundial puede lograr reimpulsarse con el Pacto para el Futuro aprobado en la ONU en septiembre del año pasado.

Estamos en un mundo en el que nos hemos acostumbrado a que haya corrupción y desigualdad. Estas cosas nos parecen lo más natural del mundo, cuando en el fondo la corrupción es un problema que se podría solucionar con voluntad política y la desigualdad mirando las cosas desde otro punto de vista, y no haciendo que los ricos sean cada vez más ricos y vaya desapareciendo la clase media. Es triste, así que hay que seguir luchando. Marcos, no sé cómo, (bueno sí: trabajando), pero hay que seguir luchando.

Siempre digo que nadie se puede jubilar de la RSE…

Así es, yo voy a seguir luchando fundamentalmente dando conferencias, escribiendo artículos… La universidad tiene un papel preponderante en este asunto, igual que lo tenéis vosotros Marcos. Te lo tienes que meter en la cabeza, como yo te decía en las comidas de la Dorada cuando nos reuníamos hace ya 20 años.

«No podemos confundir progreso con velocidad ni buscar peligrosos atajos»

Esta es una tarea que no tiene fin y en la que hay que conseguir que cada vez hayan más discípulos. Los apóstoles tienen que conseguir discípulos y hacer que la gente crea en esto. Personalmente creo que se puede conseguir. Hay gente joven que piensa que estamos anclados en el pasado y que se podrían hacer más cosas. Y, si nosotros somos ejemplares y conseguimos que nuestro ejemplo de alguna forma cale en personas más jóvenes, pues tenemos mucho camino andado.

Está claro que las empresas tienen que cumplir la ley, ser transparentes, éticos y solidarios, pero hay un trasfondo, insisto, que es el nuevo contrato social que tenemos que lograr y al que tenemos que ayudar entre todos. Corresponsables tiene que estar ahí en la línea de salida en ese tema, a partir de dar las noticias, de ser crítico… Aquí estamos todos metidos en el mismo barco.

No es fácil mantener siempre la motivación ante tantas adversidades y cuando sientes que se retrocede en algunas cosas en lugar de avanzar…

Hay muchas circunstancias que impiden que las cosas corran a la velocidad que nos gustaría, pero vamos por el buen camino y, yendo por este camino, vamos a conseguir lo que pretendemos. No podemos confundir progreso con velocidad y buscar peligrosos atajos.

No se puede olvidar que la primera y principal responsabilidad de una empresa es obtener beneficios. Sin beneficios no se pueden crear puestos de trabajo, que es la segunda y principal responsabilidad que tiene la empresa, cumplir con su deber, hacer bien su trabajo, ser eficiente, ser productiva y ser innovadora. Pero, además de todo esto, insisto, en pleno siglo XXI, la empresa, inexcusablemente, tiene que contribuir a hacer un mundo más humano y más habitable. Y ése es su futuro.

Y el de todos. Todos debemos seguir trabajando en esto. Esta debe ser nuestra principal obligación y nuestro compromiso, cada uno desde nuestra área de actuación. Debemos lograr entre todos ese nuevo contrato social. Y ése es el futuro.

Muchas gracias Juanjo por compartir tu experiencia y tu visión en el 20 aniversario de Corresponsables. ¡Seguimos en contacto!

Gracias a ti Marcos. Un abrazo y, como siempre, ¡sigamos luchando!

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.

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Uno de los valores de MediaMarkt es “hacer que las cosas pasen” https://www.corresponsables.com/entrevistas/uno-de-los-valores-de-mediamarkt-es-hacer-que-las-cosas-pasen/ Tue, 29 Apr 2025 07:51:36 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=358481

Entrevistamos a Anna Riera, Sustainability Manager

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Con una trayectoria marcada por la innovación y el compromiso social, Anna Riera lidera desde MediaMarkt España iniciativas que buscan no solo transformar la experiencia del cliente, sino también generar un impacto positivo en la sociedad. En esta entrevista, nos cuenta cómo ha funcionado el Redondeo Solidario en colaboración con Worldcoo, que ha permitido recaudar 30.000€ para Cruz Roja gracias a las microdonaciones de los clientes. Además, comparte cómo la compañía refuerza su compromiso con la ayuda humanitaria, la sostenibilidad y la economía circular a través de múltiples proyectos.

¿Cómo ha funcionado el Redondeo Solidario de Worldcoo para recaudar los 30.000€ destinados a Cruz Roja? 

Desde MediaMarkt España estamos muy contentos de cómo está funcionado el redondeo solidario de Worldcoo. Su muestra es la donación que hemos podido realizar a Cruz Roja. Gracias a la generosidad y solidaridad de nuestros clientes, hemos conseguido recaudar 30.000€ de una manera sencilla pero efectiva, en el mismo momento de pago. 

A través de esta iniciativa, los clientes de MediaMarkt han tenido la oportunidad de redondear el importe de sus compras al pasar por caja, donando esos céntimos adicionales a una causa solidaria, demostrando que, con el compromiso de todos y todas, podemos generar un gran impacto. 

¿Qué tipo de ayuda se ha brindado a las personas afectadas por la DANA gracias a esta donación?

Gracias a esta donación, hemos podido brindar apoyo a las personas afectadas por la DANA, contribuyendo a que Cruz Roja pueda seguir proporcionando asistencia humanitaria y recursos esenciales en un momento de gran dificultad. La ayuda ha incluido alimentos, productos de higiene, ropa, refugio temporal y apoyo logístico y emocional para quienes han visto afectadas sus viviendas y su día a día. 

Esta iniciativa reafirma nuestro compromiso con la ayuda humanitaria y la solidaridad en situaciones de emergencia. 

 ¿Cuál ha sido el impacto concreto de la campaña en términos de beneficiarios y donaciones realizadas?

Más de 500 personas, entre beneficiarios directos e indirectos, recibirán la asistencia necesaria para hacer frente a esta situación y avanzar en su proceso de recuperación, facilitando así su vuelta a la normalidad lo antes posible.

Esto solo ha sido posible gracias a las micro donaciones realizadas por nuestros clientes. Hablamos de más de 123.000 aportaciones, que han contribuido a recaudar los 30.000€ que han sido entregados. Esta suma, ha permitido reforzar los recursos disponibles para atender a los afectados y ofrecerles el apoyo necesario en su proceso de recuperación. 

Además, como parte de nuestro compromiso social, desde MediaMarkt pusimos en marcha otras acciones de soporte a los afectados que incluyeron una campaña de recogida de alimentos y materiales de primera necesidad. Esta iniciativa contó con la participación de los empleados de las oficinas, tiendas y el HUB, y permitió enviar un total de 16 pallets con suministros esenciales. A ello se sumaron una donación económica a entidades locales, la recaudación obtenida en la Tómbola de Navidad, la donación de dispositivos tecnológicos a más de 10 organizaciones valencianas para la reconstrucción de viviendas y centros educativos, así como ayudas financieras a empleados afectados. Estas acciones demuestran una gran solidaridad y compromiso social global: no solo de la empresa y nuestros clientes, sino también de todo el equipo que formamos parte de la compañía.

¿Cómo refuerza esta iniciativa el compromiso de MediaMarkt con la ayuda humanitaria y la solidaridad de sus clientes?

Esta iniciativa demuestra nuestro compromiso social con nuestro entorno y por contribuir al bienestar de las personas en situación de vulnerabilidad. A través de acciones como esta, no solo brindamos apoyo en momentos críticos, sino que también fomentamos una cultura de solidaridad y colaboración entre nuestros empleados, clientes y socios.

Además de esta campaña, desde MediaMarkt impulsamos habitualmente iniciativas con impacto social, como la donación de dispositivos electrónicos a entidades como Aldeas Infantiles, Fundación Adsis, Arrels, Francesc Palau o Juegaterapia, facilitando el acceso a la tecnología a quienes más lo necesitan. También organizamos talleres gratuitos con formadores especializados para promover el uso de la tecnología entre colectivos en riesgo de exclusión.

Durante la Navidad, celebramos una tómbola solidaria en la que recaudamos fondos para distintos proyectos sin ánimo de lucro, duplicando la cantidad obtenida con nuestra propia aportación. Asimismo, colaboramos a lo largo del año con nuestros partners en distintas causas, como la donación a la Asociación Española contra el Cáncer, reafirmando así nuestro compromiso con la sociedad y con quienes más lo necesitan.

Además del envío de esta noticia, ¿cómo pensáis comunicar esta iniciativa?  

Precisamente, uno de los valores de MediaMarkt es “hacer que las cosas pasen”, por lo que nuestra actitud frente a nuestras contribuciones sociales va en esa línea; trabajamos para lograr que sean una realidad para muchas personas. Apostamos por seguir contribuyendo al bienestar de las personas en situación de vulnerabilidad y reducir la brecha digital.

Asimismo, seguiremos promoviendo la posibilidad de que nuestros clientes se sumen a las causas solidarias que apoyamos en cada momento. Gracias a nuestra colaboración con Worldcoo, podremos dar visibilidad a cada proyecto vigente, garantizando la máxima transparencia y permitiendo que nuestros clientes sepan exactamente a dónde se destinan sus aportaciones.

¿Qué otras iniciativas tenéis en marcha en vuestra apuesta por la Sostenibilidad?

Reforzamos nuestra apuesta por la sostenibilidad a través de la estrategia BetterWay, cuyo principal objetivo es reducir el impacto medioambiental de nuestras operaciones y contribuir a un futuro más sostenible. Para ello, nos hemos marcado unos objetivos ambiciosos, como reducir un 58,8% las emisiones de CO en las operaciones comerciales (Alcance 1 y 2) y un 32,5% en la cadena de valor (Alcance 3) para el ejercicio financiero 2032/2033.

Además, nuestro compromiso con el reciclaje de residuos electrónicos es clave, contando con puntos de recogida específicos en las tiendas y una gestión eficiente que permite reciclar una media de 8.000 toneladas anuales de productos tecnológicos. En 2025, MediaMarkt ofrece más de 800 productos con el sello BetterWay, garantizando que cumplen criterios de sostenibilidad como eficiencia energética, consumo de recursos en su fabricación, grado de reparabilidad o contenido reciclado. 

Asimismo, desde la compañía impulsamos el modelo de economía circular con programas como Trade In, un servicio de recompra de dispositivos, especialmente móviles, que permite darles una segunda vida. A través de este servicio, los clientes pueden entregar sus antiguos dispositivos y recibir, a cambio, una tarjeta regalo equivalente al valor estimado del producto. De esta forma, también promovemos la venta de productos reacondicionados con el objetivo de alargar su vida útil, ofrecemos servicios de reparación y mantenimiento para una experiencia de compra más sostenible.

En MediaMarkt reafirmamos nuestro compromiso con la sostenibilidad a través de estas iniciativas, impulsando soluciones que reducen el impacto ambiental y fomentando un consumo más consciente y responsable.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en el Caso Práctico de Mediamarkt en el Anuario Corresponsables 2025.

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«La salud mental ya no puede ser tratada como un tema adicional: debe ser el eje de la estrategia de bienestar y cultura organizacional» https://www.corresponsables.com/entrevistas/salud-mental-no-puede-ser-tratada-como-tema-adicional-eje-estrategia-bienestar-cultura-organizacional-fundacion-diversidad/ Tue, 29 Apr 2025 07:00:43 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=358227

Entrevistamos a Carlota Mateos, Patrona de Fundación Diversidad, con motivo del Dosier Corresponsables: Promoción de la salud mental y el bienestar en el lugar de trabajo

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En mayo de 2025 se celebra la sexta edición del Mes Europeo de la Diversidad. ¿Qué importancia tiene esta cita anual para visibilizar la diversidad en el entorno laboral y cómo se ha transformado su impacto desde las primeras ediciones?

El Mes Europeo de la Diversidad es una cita fundamental para concienciar sobre la importancia de la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo y en nuestra sociedad. Esta iniciativa celebra los esfuerzos de las organizaciones, empresas e instituciones en toda la Unión Europea para contribuir a la creación de entornos igualitarios e inclusivos en beneficio de todas y todos los europeos.

El impacto es indudablemente positivo. En nuestra última encuesta dirigida a los más de 1600 firmantes de la Carta de la Diversidad en España, el 50% ha indicado que realiza acciones durante mayo en el marco de la campaña del Mes Europeo de la Diversidad. Cada año se suman más organizaciones a esta campaña, lo cual es una señal del compromiso que tenemos en España con los valores y principios europeos.

Dos de los conceptos más relevantes a la hora de seleccionar un empleo son la promoción de la salud mental y el bienestar en el trabajo. ¿Por qué considera que es crucial abordar estos aspectos dentro de las políticas de diversidad e inclusión?

En los últimos años, Europa y el mundo enfrentan crisis que han alterado la vida cotidiana y aumentado la presión sobre las personas. La inflación, la geopolítica, la digitalización, los cambios demográficos y el mercado laboral cambiante generan tanto desafíos como oportunidades, pero también incertidumbre. Antes de la pandemia, 1 de cada 6 personas en Europa tenía problemas de salud mental, y la situación ha empeorado. El 27 % de las y los trabajadores sufren estrés, depresión o ansiedad relacionada con el trabajo. Abordar estos problemas es esencial para mejorar la resiliencia y la economía.

Los factores que influyen en la salud mental se entrelazan con las desigualdades sociales, lo que aumenta el riesgo de que ciertas personas sufran problemas de salud mental. Cuando la discriminación por género, etnia, religión, discapacidad, edad u orientación sexual contribuye a deteriorar la salud mental, fomentar la inclusión en la sociedad se convierte en una herramienta clave para prevenir estos problemas. El Mes Europeo de la Diversidad 2025 se centra en promover la salud mental y el bienestar en el trabajo, destacando la importancia de un entorno inclusivo para reducir el estrés y fomentar el bienestar de toda la plantilla.

¿Cómo puede una empresa integrar de forma real y sostenible la salud mental en su cultura corporativa sin que se quede solo en acciones simbólicas?

La clave está en dejar de tratar la salud mental como un “tema adicional” y empezar a integrar esta cuestión en el centro mismo de la estrategia de bienestar y cultura organizacional. Vivimos en un modelo social extenuante donde el estrés, la ansiedad, el burnout y la depresión se multiplican. Nos hemos convertido en verdaderos protagonistas de lo que Byung-Chul Han ha denominado con gran atino «La Sociedad del Cansancio». Ya no basta con dar charlas puntuales o tener un buzón anónimo. Las empresas que lo hacen bien son las que entienden que esto requiere un enfoque sistémico y mucho más humanizado que hasta ahora.

Prevención, detección, intervención y transformación cultural son críticos. Eso incluye formación en liderazgo empático, protocolos claros ante crisis emocionales, espacios seguros para conversaciones difíciles y, sobre todo, un acompañamiento continuo para que los equipos no solo “aprendan” sobre salud mental, sino que lo puedan integrar para evitar caer en ese tipo de crisis y que si lo hacen sepan cómo actuar. Lo mismo de cara a compañeros/as y subordinados/as, tenemos que ser capaces, como personas y compañeros/as de poder detectar y acompañar adecuadamente a quien lo padece.

Integrar la salud mental de forma sostenible implica también medir lo que importa: no sólo cuántas personas asisten a una sesión, sino cómo impacta eso en su bienestar, en la retención del talento y en la productividad saludable.

En muchos entornos laborales aún persisten estigmas en torno a los problemas de salud mental. ¿Qué papel juegan las políticas de diversidad para romper esos tabúes y generar un entorno verdaderamente seguro para todas las personas?

Las políticas de diversidad y salud mental deben ir de la mano. Un entorno diverso, para ser realmente inclusivo, tiene que ser emocionalmente seguro. Eso significa reconocer que cada persona vive la salud mental desde su historia, identidad y contexto. Las políticas que integran esta mirada interseccional son las que logran romper estigmas.

Cuando una empresa promueve activamente la inclusión —no sólo en términos de género, etnia, discapacidad, edad, etc. sino también de neurodiversidad, salud emocional, traumas previos o contextos familiares— empieza a normalizar la conversación sobre lo que antes se escondía.

Y algo fundamental: el ejemplo empieza arriba. Cuando las y los líderes comparten de forma honesta y genuina sus propias vulnerabilidades o su compromiso con el bienestar emocional, se empieza a tejer una cultura donde pedir ayuda no es sinónimo de debilidad, sino de madurez individual y colectiva.

Desde la Fundación Diversidad, ¿qué tipo de herramientas o recomendaciones se están ofreciendo este año para que las empresas promuevan la salud mental dentro de sus estrategias de gestión de personas? ¿Podría compartir algún ejemplo inspirador?

En conjunto con la Plataforma Europea de las Cartas de la Diversidad y la Comisión Europea hemos elaborado una guía con ideas para celebrar el Mes Europeo en general y en particular, para promover la salud mental y el bienestar de la plantilla. Como ejemplos se incluyen: Organizar talleres de reducción del estrés, promover espacios para realizar ejercicio físico en las organizaciones, o designar defensores o embajadores de la salud mental dentro de la organización que puedan brindar apoyo entre compañeros/as y promover la concienciación sobre la salud mental.

Este año durante el evento oficial del Mes Europeo de la Diversidad que se realizará el 21 de mayo en Madrid, hemos incluido varios contenidos alrededor de la Salud Mental, como la conferencia que impartiremos Gustavo Diez, experto en Mindfulness y Salud Mental, y yo, en calidad de patrona de la fundación vinculada a este área de conocimiento, para concienciar sobre la problemática y posibles soluciones a la pandemia de salud mental que se vive actualmente en los entornos laborales de alta intensidad que, por desgracia, son la gran mayoría de las empresas de nuestro tejido empresarial.

Para aquellas organizaciones que aún no han firmado la Carta de la Diversidad, ¿qué mensaje le daría respecto al valor añadido que aporta, especialmente en contextos como el actual, donde el bienestar y el respeto a la diferencia se vuelven esenciales para la sostenibilidad empresarial?

La Unión Europea se fundamenta en los principios de solidaridad, respeto de los derechos humanos, prevención de la discriminación y compromiso con la cohesión social. Las Cartas de Diversidad de la UE son una demostración activa de la construcción de una Europa para todos y todas. Al firmar la Carta de Diversidad, las y los líderes empresariales hacen pública su declaración de compromiso para promover la igualdad, la diversidad y la inclusión en el entorno laboral. Están construyendo una red de organizaciones firmantes, una comunidad de profesionales en diversidad e inclusión, que buscan desarrollar las mejores prácticas para promover la diversidad y la inclusión en sus lugares de trabajo y así potenciar la innovación y alcanzar mayores beneficios empresariales.

Esta entrevista forma parte del Dosier Corresponsables: Promoción de la salud mental y el bienestar en el lugar de trabajo

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«Aquí Tu Reforma considera la digitalización clave para ofrecer una experiencia al cliente transparente, fluida y personalizada» https://www.corresponsables.com/entrevistas/francisco-moran-ceo-aqui-tu-reforma/ Mon, 28 Apr 2025 11:09:45 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=358333

Entrevistamos a Francisco Morán, CEO de Aquí tu Reforma

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En el último evento de la compañía, el NOW! International Summit, se discutió mucho sobre sostenibilidad y tecnología en el sector de las reformas. ¿Cómo visualizas el papel de la sostenibilidad en el futuro de Aquí tu Reforma y el sector en general?

En Aquí tu Reforma creemos que el futuro del sector pasa por integrar criterios ambientales en todo el proceso constructivo, desde el diseño hasta la ejecución.

Durante el NOW! International Summit se reforzó la idea de que podemos —y debemos— reformar con responsabilidad, apostando por la eficiencia energética, el uso de materiales sostenibles y procesos que reduzcan el impacto ambiental. En la mesa redonda Transformando viviendas con responsabilidad, moderada por Ignasi Pérez Arnal, director de Rebuild, y en la que participaron Miguel Ángel Heras, Global Head of Sustainability Promotion de ROCA; Vicenç Salas, Director of Global Contract engineering de SIMON; Pedro Javier Ramos, Environmental Sustainability Manager de COSENTINO; y Daniel Morales, CSR Manager de VEKA, quedó muy claro que vamos hacia un modelo donde cada reforma no solo transforma espacios, sino que también mejora el entorno en el que vivimos.

En este sentido, estamos trabajando en iniciativas concretas como la medición del ahorro en huella de carbono por reforma y el impulso del uso de Certificados de Ahorro Energético (CAEs).

Durante la mesa redonda sobre inteligencia artificial y su impacto en el real estate, se mencionó que la IA permitirá optimizar procesos y recursos. ¿De qué manera específica la IA está ayudando a mejorar la eficiencia en la selección de materiales y la personalización de los diseños en las reformas?

La inteligencia artificial nos está permitiendo dar un salto cualitativo en eficiencia y experiencia de cliente. A través de algoritmos, podemos recomendar materiales en función del tipo de vivienda, del clima local, del presupuesto y de las preferencias estéticas del cliente, optimizando tanto el coste como la sostenibilidad del proyecto.

En Aquí tu Reforma estamos desarrollando herramientas de diseño generativo que permiten al cliente visualizar su reforma personalizada, con propuestas adaptadas a su estilo y presupuesto.

El Summit también destacó el enfoque de internacionalización de la marca. ¿Cuáles son los próximos pasos de Aquí tu Reforma para expandirse internacionalmente y qué mercados están en su radar?

Nuestro modelo, basado en digitalización, sostenibilidad y profesionalización del sector, es replicable en muchos mercados. Ya hemos comenzado operaciones en varios países de Europa y América Latina, y nuestro objetivo a corto plazo es consolidarnos en México, Portugal, Colombia, Italia y Chile donde ya hemos abierto tiendas o estamos en procesos de apertura.

Estamos valorando nuevas oportunidades en Europa, principalmente en Francia, así como en EUA, en el estado de Florida.

En cuanto a la digitalización, ¿cómo ve el impacto de la tecnología en la transformación de la experiencia del cliente, especialmente en la visualización de reformas y la planificación de proyectos?

La digitalización es la clave para ofrecer una experiencia de cliente transparente, fluida y personalizada. En Aquí tu Reforma utilizamos tecnología para que el cliente pueda visualizar su reforma antes de empezar, hacer un seguimiento del proyecto desde su móvil y tener acceso a toda la documentación y avances en tiempo real. Esto no solo mejora la confianza, sino que reduce la incertidumbre que históricamente ha acompañado al sector de las reformas. Además, permite una planificación más precisa y una comunicación más eficiente, ya que muchos de los retrasos en obra se producen por falta de comunicación.

¿Qué retos y oportunidades ve en la integración de la inteligencia artificial en un sector tan tradicional como el de la reforma de viviendas? ¿Y qué papel cree que jugarán los profesionales en este proceso?

El sector de la reforma está muy fragmentado y todavía existe cierta resistencia a adoptar nuevas tecnologías, sin embargo, la oportunidad es enorme: la IA puede ayudarnos a ser más eficientes, más sostenibles y más precisos.

La IA no sustituirá profesionales pero sí tareas, especialmente las que no son «físicas», como diseño de planos, presupuestación o petición de materiales. En Aquí tu Reforma creemos firmemente en un modelo donde la tecnología actúa como soporte y el valor humano sigue siendo insustituible.

La formación es clave para que los profesionales del sector se conviertan en expertos digitales  ya que la  IA no te va a sustituir en el trabajo pero sí un profesional que utiliza la IA.

Durante la jornada, se habló mucho sobre el uso de materiales con bajo impacto ambiental. ¿Qué cambios está implementando Aquí tu Reforma en sus procesos para reducir su huella de carbono y fomentar el uso de materiales más sostenibles?

Estamos trabajando en múltiples frentes: contamos con proveedores como Simon, Veka o Roca que tienen altos estándares medioambientales, promovemos el uso de materiales reciclados o certificados, y favorecemos soluciones de aislamiento y climatización que reducen el consumo energético de la vivienda. Además, estamos creando un sistema de medición de impacto para poder calcular la huella de carbono de cada reforma y el ahorro generado tras la intervención. El objetivo es claro: que cada reforma sea no solo una mejora estética o funcional, sino también un avance en sostenibilidad.

Poder contribuir, no solo al bienestar de las personas, sino también al del planeta, es nuestro principal objetivo.

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables.

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«BBVA contribuye positivamente al desarrollo de las sociedades en las que opera» https://www.corresponsables.com/entrevistas/francisco-lucas-esg-senior-procurement-manager-bbva/ Mon, 28 Apr 2025 09:15:35 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=358188

Entrevistamos a Francisco Lucas, ESG Senior Procurement Manager de BBVA

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Con motivo de su compromiso con el impulso de la sostenibilidad en toda su cadena de valor, Corresponsables ha entrevistado a Francisco Lucas, ESG Senior Procurement Manager de BBVA, para conocer en profundidad las iniciativas que el banco está desarrollando para formar a sus proveedores pymes a nivel global en sostenibilidad. Desde la participación en programas internacionales como el curso de capacitación del Pacto Mundial de la ONU, hasta la incorporación de criterios ESG en los procesos de compra, BBVA refuerza su visión estratégica a largo plazo: «La sostenibilidad es motor de crecimiento y parte esencial del futuro de nuestras operaciones». En esta entrevista, Francisco Lucas detalla cómo están afrontando los nuevos retos regulatorios, como la futura Directiva de Diligencia Debida (CS3D), y comparte las expectativas del banco para 2025 en su apuesta por una cadena de suministro más sostenible y resiliente.

¿Cuál es el objetivo estratégico de BBVA al impulsar la formación en sostenibilidad para sus proveedores pymes a nivel global?

Una de las prioridades estratégicas de BBVA es impulsar la sostenibilidad como motor de crecimiento. Además, apostamos por generar impacto positivo en la sociedad, participando en iniciativas y alianzas. Nos involucramos activamente con todos los grupos de interés para promover la sostenibilidad en el sistema financiero.

El curso de capacitación de proveedores sostenibles del Pacto Mundial de la ONU es una oportunidad para ayudar a nuestras pymes proveedoras en la transición hacia modelos de negocio más sostenibles, y que estén preparadas para atender los requerimientos y necesidades de sus clientes.

Este año, el número de inscritos ha aumentado un 7%. ¿Qué factores cree que han motivado este incremento y qué expectativas tienen para el futuro del programa?

La sostenibilidad empresarial es clave; cada vez somos todos más conscientes de la relevancia tanto desde un enfoque de valores y principios, como económico. Las empresas que incorporan la sostenibilidad son más resilientes y están preparadas para el futuro, lo que normalmente se traduce en mayor rentabilidad.

En cuanto a la participación para futuras ediciones, este año ha sido todo un reto aumentar el número de inscripciones, vamos por la tercera edición y muchas de nuestras pymes proveedoras ya realizaron la formación en ediciones anteriores.

El programa abarca 13 países. ¿Cómo se adapta la formación a las distintas realidades sociales, económicas y regulatorias de cada región donde operan los proveedores?

Los contenidos de la formación son globales: aspectos generales de la sostenibilidad, Objetivos de Desarrollo Sostenible, los Diez Principios del Pacto Mundial e internacionalización de la empresas, incentivos y reporte en materia de sostenibilidad. Por lo tanto, se dota a las pymes de herramientas para que las adapten a su realidad.

Desde una perspectiva reputacional y de liderazgo empresarial, ¿cómo valora BBVA su papel como impulsor de la sostenibilidad más allá de sus operaciones internas?

Tal y como trasladamos en nuestro Código ético de Proveedores, en BBVA queremos contribuir positivamente al desarrollo de las sociedades en las que operamos. Entendemos que integrar factores ambientales, sociales y de buen gobierno en nuestra cadena de suministro forma parte de nuestra responsabilidad. Por ello, esperamos que nuestros proveedores compartan estos mismos compromisos.

Además del envío de esta noticia, ¿cómo pensáis comunicar esta iniciativa?

Se ha comunicado en newsletters internas y externas. Además el Pacto Mundial de la ONU, ICEX y la Fundación ICO comunican todos los años la iniciativa en sus webs.

¿Qué otras iniciativas tenéis en marcha en vuestra apuesta por la Sostenibilidad?

El modelo de evaluación de proveedores, incluye un módulo de sostenibilidad para evaluar los riesgos ESG. Este modelo es global y común en las principales geografías en las que estamos presente.

Adicionalmente, para las negociaciones más relevantes, estamos incorporando criterios ESG en el análisis de las ofertas de los proveedores.

A nivel de reporting, por segundo año consecutivo, se ha incluido la huella de carbono de las emisiones de la compra de bienes y servicios y de bienes de capital.

¿Cuáles son las expectativas de BBVA para 2025?

Para 2025 seguiremos poniendo foco en las iniciativas que tenemos en marcha, asegurando su correcta aplicación, y estaremos muy atentos a los impactos derivados de la CS3D (Directiva de Diligencia Debida para la Sostenibilidad Corporativa de la UE).

Accede a más información responsable en nuestra biblioteca digital de publicaciones Corresponsables y en el Caso Práctico de BBVA en el Anuario Corresponsables 2025.

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Antonio Argandoña: “La ética empresarial es esencial para transformar las organizaciones hacia un modelo más responsable y sostenible” https://www.corresponsables.com/20aniversariocorresponsables/antonio-argandona-etica-empresarial-esencial-modelo-responsable-sostenible/ Mon, 28 Apr 2025 08:46:47 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=358147

Entrevista realizada por Marcos González, Presidente Editor de Corresponsables, de su Fundación y de ObservaRSE a Antonio Argandoña Ramiz, Profesor Emérito en IESE Business School, Universidad de Navarra

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Con motivo del 20º aniversario de Corresponsables, entrevistamos a Antonio Argandoña Ramiz, Profesor Emérito en IESE Business School, Universidad de Navarra. Antonio es un destacado académico y experto en ética empresarial que ha jugado un papel clave en el desarrollo de la RSE en el ámbito académico y profesional.

Su incursión en la RSE comenzó en la década de 1980, cuando, desde su visión de economista liberal, se preguntó por qué las decisiones económicas no solo eran técnicas, sino también éticas. Este cuestionamiento lo llevó a profundizar en cómo la ética podía transformar la forma en que las empresas impactaban en la sociedad.

Para Argandoña, la Responsabilidad Social no es un tema aislado, sino una extensión natural de la ética empresarial: «La RSE es, ante todo, una responsabilidad ética; los directivos deben internalizar la dimensión ética de sus impactos en la sociedad y en los stakeholders.» Su reflexión va más allá de los beneficios inmediatos de una empresa, pues subraya que la sostenibilidad debe ser parte integral de la estrategia organizacional: «La sostenibilidad, para ser real, tiene que ser integral.» Y, como él mismo destaca, la clave de esta visión es la honestidad, ya que «lo más importante es ser socialmente responsables, no solo parecerlo.»

A lo largo de su carrera, ha sido testigo de la evolución de la RSE y de cómo las empresas han integrado la sostenibilidad en su núcleo. «Lo que en su momento parecía una rareza, hoy es una exigencia fundamental.» La RSE ha dejado de ser una opción para convertirse en un pilar esencial en el ámbito empresarial, y este cambio, según Antonio, ha sido impulsado por la creciente demanda de la sociedad y el liderazgo de iniciativas como las de Corresponsables, que han sido fundamentales en este proceso transformador.

¿Cómo, cuándo y por qué comenzaste a involucrarte en el ámbito de la Responsabilidad Social?

Mi incursión en el ámbito de la Responsabilidad Social comenzó desde la Ética, en la década de 1980. Siempre consideré que la responsabilidad de las empresas respecto a sus impactos en la sociedad, tal como la definió la Unión Europea en sus primeros trabajos sobre RSE, es fundamentalmente una responsabilidad ética. Aunque me dedicaba a la ciencia económica, un día me pregunté por qué las decisiones económicas no solo eran cuestiones técnicas, sino también éticas.

«La RSE es, ante todo, una responsabilidad ética»

Fue así como empecé a interesarme por la ética en la economía y en la empresa, lo que naturalmente me llevó a incluir la Responsabilidad Social dentro de mis preocupaciones. Recuerdo que un día me pregunté: Antonio, tú eres un economista liberal y crees en la ética aplicada a la empresa. Milton Friedman, a quien yo tenía un gran aprecio por sus teorías  no cree en la ética. ¿Qué le responderías si ahora entrase en tu despacho y te preguntase: Antonio, ¿por qué crees tú que la ética tiene un papel en la economía? A partir de ahí empecé a desarrollar mi interés por la ética.

¿Por qué era un aspecto más de la ética empresarial que estudiabas?

La Responsabilidad Social es precisamente un paso en ese considerar que la empresa está prestando un servicio, y que esto es lo que la justifica. Un servicio a la sociedad, a los clientes, a los proveedores, a los distribuidores, al regulador, al gobierno, a los ciudadanos… Cuando las teorías vigentes, centradas en la maximización del beneficio como criterio básico de gobierno de la empresa, se abrieron a esas responsabilidades, empezaron a florecer teorías sobre cuáles eran esas responsabilidades.

Pero el origen es ético. Lo que pasaba era que muchos no sabían que la ética era necesaria ni cómo introducirla, y les venía bien que alguien les orientase sobre esto. Y aparece primero la Responsabilidad Social de la Empresa, pero necesitan más precisión, y vienen las dimensiones medioambientales, sociales y de gobierno, la ESG, y luego que la empresa ha de ser sostenible…

«Lo más importante es ser socialmente responsables, no solo parecerlo»

Con todo mi aprecio por las distintas teorías, sigo pensando que todas ellas son aplicaciones de la ética, aunque a veces se presenten como formas de ganar más dinero.

Muy interesante Antonio… En aquella época ya estabas en contacto con empresarios, directivos muy poco convencidos de estos temas…

En el IESE, donde yo enseñaba, pensábamos que la ética es necesaria en la toma de decisiones, que tienen que ser, por supuesto, técnicamente correctas, pero también humanamente correctas, y eso lo da la ética, no la economía.

«La sostenibilidad, para ser real, tiene que ser integral»

Si el cliente me pregunta si este paraguas puede durar mucho tiempo y yo pienso que no, que se deteriorará pronto, pero quiero vender y le digo que sí, que tiene paraguas para años, estoy basando mi venta, mis beneficios y mi bonus en una mentira. Le hago daño a él, pero también me hago daño a mí mismo, porque me estoy convirtiendo en mentiroso, estoy “aprendiendo” a mentir y, probablemente, estoy enseñando a mentir a los que trabajan conmigo. Puede que mis beneficios aumenten, pero estoy siendo un mal vendedor o un mal directivo. Esto lo dice la ética, no la economía.

Por eso la ética es necesaria, porque antes que directivos somos personas, y la empresa no es solo un capital que busca rendimientos, sino, sobre todo, una comunidad de personas que buscan prestar un servicio a los clientes, a los empleados y proveedores, a la sociedad… y para prestar ese servicio necesitan ganar dinero, pero no de cualquier manera.

¿Cuál fue el primer proyecto o iniciativa de RSE en el que trabajaste? ¿Cómo lo recuerdas?

Cuando comenzó a hablarse de la RSE, para mí era simplemente un aspecto más de la ética empresarial que ya estudiaba. En 1982, participé en un congreso en el que presenté una comunicación sobre el balance social de la empresa, el documento con el que en España comenzamos a recoger las iniciativas de Responsabilidad Social en las empresas. Esa fue, si no me equivoco, mi primera incursión escrita en el mundo de la RSE.

«La empresa es, sobre todo, una comunidad de personas que presta un servicio»

¿Qué cambios significativos has observado en la RSE en España desde que comenzaste?

La Responsabilidad Social entró con cierto ritmo porque las circunstancias medioambientales, sociales y éticas lo exigían. Desde el principio, hubo una cierta confusión entre RSE, sostenibilidad, ONGs, gestión de stakeholders, etc., y más tarde, la introducción del concepto ESG (aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza). En un principio, al menos en España, la RSE se enfocó en identificar, regular y desarrollar el papel de la empresa ante los retos que se presentaban.

«La ética entra en las decisiones estratégicas porque afecta a todos los implicados»

Luego, se comenzó a discutir sobre las responsabilidades de los directivos y cómo la estructura empresarial condicionaba su RSE. Además, académicos e investigadores comenzaron a estudiar la diferencia entre la responsabilidad social y las meras acciones filantrópicas.

La opinión pública comenzó a ver la RSE como un paso adelante en la presencia de las empresas en una sociedad más justa, próspera y sostenible. En torno a mediados del 2000, este enfoque comenzó a tomar forma en los medios de comunicación y se vio como un cambio de era.

En 2005 nació Corresponsables…

Conocí a Marcos González cuando estaba comenzando a trabajar en la fundación de Corresponsables, y tengo el orgullo de haber colaborado con él desde el principio.

Corresponsables ha sido y sigue siendo un punto de referencia para las empresas interesadas en la sostenibilidad y la responsabilidad social. Ha proporcionado orientación, apoyo y un espacio para que las empresas cambien impresiones, resuelvan problemas, conozcan las prácticas de otras organizaciones y escuchen tanto a la sociedad como a los expertos.

«Corresponsables ha sido y sigue siendo un punto de referencia en RSE y sostenibilidad»

¿Qué más ayudó a impulsar la RSE?

Las nuevas regulaciones, obligaciones de transparencia sobre RSE y rankings comenzaron a impulsarlo. Posteriormente, se desarrolló el estudio de las inversiones socialmente responsables. A lo largo de los años, hemos visto el desarrollo de la RSE en temas como diálogo entre partes implicadas, relación trabajo-familia, derechos humanos en el trabajo, economía circular, residuos y corrupción, entre otros. Aunque ha sido un desarrollo importante, no siempre ha sido ordenado ni exento de críticas.

«La opinión pública vio en la RSE un paso hacia una sociedad más justa y sostenible»

¿Cuáles consideras que han sido los hitos más importantes en la evolución de la RSE y la Sostenibilidad en estas dos décadas y qué factores crees que han impulsado estos cambios?

Subrayaría el papel de las iniciativas internacionales, especialmente las europeas, y el apoyo de los gobiernos. Además, el papel clave de los expertos y cómo han calado los aspectos sociales, medioambientales y económicos en las empresas y sus directivos.

¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de tu carrera en RSE?

Sigo considerando que la RSE es, ante todo, una responsabilidad ética; los directivos deben internalizar la dimensión ética de sus impactos en la sociedad y en los stakeholders. Las empresas deben tomarse en serio la dimensión sostenible y responsable de su estructura, su estrategia, su propósito, sus políticas y su día a día.

«La empresa no es solo capital: es servicio a la sociedad»

Después de tanto tiempo trabajando en esta materia… ¿Cómo crees que la ética empresarial puede influir en las decisiones estratégicas a largo plazo de una empresa?

Pensemos en una decisión concreta a largo plazo: quiero comprar el pequeño negocio de un competidor porque me interesa su gama de productos y su tecnología. Si sale bien, voy a ganar mucho dinero, pero ¿es correcta mi decisión? ¿Beneficia a mis accionistas y a mis clientes, y a mis empleados? Empiezan a aparecer aspectos positivos y negativos. ¿Y a los propietarios, clientes y empleados de la empresa que voy a comprar? ¿Puedo mitigar los daños? ¿Estoy dispuesto a hacerlo? Asegurar un precio de compra justo, un tratamiento adecuado al personal de la empresa comprada, quizás una compensación a los que tenga que despedir, o un plan de formación que les permita encontrar otro empleo…

«Las empresas deben tomarse en serio la dimensión ética y sostenible de su estructura y estrategia»

Recuerdo un caso clásico en los libros de ética de la empresa: el cierre de una planta de Danone en Navarra, que se llevó a cabo teniendo en cuenta todos estos aspectos en las muchas decisiones que hubo que tomar. Así entra la ética en la gestión de empresas a largo plazo…

¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones de profesionales interesados en la RSE?

Que den a la información y a la transparencia sobre los temas de RSE la importancia que realmente tienen. No son lo más relevante, sino una herramienta para orientar la gestión interna de las empresas; en segundo lugar, para sus relaciones con los stakeholders (empleados, clientes, proveedores, comunidades, etc.), y en tercer lugar, para su imagen pública. Lo más importante es ser socialmente responsables, no solo parecerlo.

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“La Sostenibilidad se ha situado en el centro de la toma de decisiones empresariales” https://www.corresponsables.com/entrevistas/sostenibilidad-gobernanza-antonio-budia-foretica/ Fri, 25 Apr 2025 11:06:41 +0000 https://www.corresponsables.com/?p=357870 Antonio Budia, Presidente de la Junta Directiva de Forética y Global Partner Solutions Lead en Microsoft España - Corresponsables

Entrevistamos a Antonio Budia, Presidente de la Junta Directiva de Forética, con motivo del Sustainable Governance Forum 2025, para hablar sobre los retos y oportunidades de la regulación ESG y el papel clave de la gobernanza empresarial

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Antonio Budia, Presidente de la Junta Directiva de Forética y Global Partner Solutions Lead en Microsoft España - Corresponsables

El Sustainable Governance Forum de este año ha reunido a algunos de los principales referentes en Sostenibilidad y regulación ESG para abordar un tema cada vez más estratégico: cómo transformar las obligaciones normativas en motores reales de competitividad. Organizado por Forética en el marco del Clúster de Transparencia y Buen Gobierno, el encuentro ha servido como termómetro del momento actual que viven las empresas, obligadas a adaptar sus modelos operativos en plena «encrucijada regulatoria«.

Antonio Budia, Presidente de la Junta Directiva de Forética y Global Partner Solutions Lead en Microsoft España, desgrana en esta conversación los principales objetivos del foro y comparte una visión ambiciosa sobre el papel que debe asumir la gobernanza empresarial. Frente al exceso de foco en el cumplimiento, propone poner el propósito, la innovación y la tecnología al servicio de una transformación sistémica que conecte Sostenibilidad y valor a largo plazo.

Forética ha organizado el Sustainable Governance Forum 2025 en un contexto clave para la regulación ESG. ¿Cuáles son los principales objetivos del evento y qué impacto esperan que tenga en la comunidad empresarial?

El Sustainable Governance Forum llega en un momento clave para la regulación ESG. Las empresas se están enfrentando a cambios normativos cada vez más exigentes, y nuestro objetivo con este evento en sus diferentes ediciones es ayudarles a entender el nuevo escenario y a convertir la Sostenibilidad en una ventaja competitiva.

¿Qué buscamos con este foro? Primero, dar claridad sobre las regulaciones que vienen y cómo pueden impactar en el día a día de las empresas. Segundo, compartir experiencias y soluciones prácticas para integrar la Sostenibilidad en la toma de decisiones. Y, por último, crear un espacio de diálogo entre empresas, reguladores y expertos para impulsar un modelo de gobernanza más transparente y responsable.

“Nuestro reto es que las compañías no vean la regulación ESG como una carga, sino como una oportunidad para generar valor a largo plazo”

Nuestro reto es que las compañías no vean la regulación ESG como una carga, sino como una oportunidad para fortalecer su estrategia y generar valor a largo plazo. Desde Forética, queremos acompañarlas en este camino y facilitarles las herramientas para hacerlo con éxito.

La regulación ESG está evolucionando rápidamente. Desde Forética, ¿cómo veis el papel de la gobernanza empresarial en la implementación efectiva de estas normativas?

La evolución del marco regulatorio en materia ESG está imponiendo crecientes exigencias de transparencia, diligencia debida y rendición de cuentas.

En ese contexto, desde Forética subrayamos la relevancia de fortalecer la Gobernanza con G mayúscula, un enfoque que va más allá de los aspectos formales del gobierno corporativo para incorporar de manera estructural la Sostenibilidad en la arquitectura de decisiones estratégicas.

Esta visión implica que los consejos de administración y comités ejecutivos integren criterios ESG en los sistemas de gestión de riesgos, en la definición de políticas corporativas y en la fijación de objetivos vinculados al desempeño no financiero.

“Hablamos de una Gobernanza con G mayúscula, que incorpora la sostenibilidad en el núcleo de las decisiones estratégicas”

La gobernanza, entendida así, no solo garantiza una adecuada implementación de las nuevas normativas, sino que actúa como catalizador para la transformación empresarial hacia modelos más responsables, resilientes y competitivos.

Uno de los desafíos actuales es la integración real de los criterios ESG en la estrategia empresarial. ¿Qué buenas prácticas destacarías en este sentido?

La integración de la Sostenibilidad en la toma de decisiones ha puesto a los asuntos ESG en la cúspide de la gobernanza de las organizaciones.

La supervisión de los consejos de administración está fuertemente orientada a los aspectos ambientales y sociales, no solo desde la perspectiva del reporte, sino de la gestión de riesgos y de la integración en la estrategia de las organizaciones.

“La sostenibilidad ya no es solo una cuestión de reporte, sino una prioridad transversal que alcanza a todas las áreas de la organización”

Esto supone una declinación de responsabilidades a lo largo y ancho de la organización: dirección financiera, comunicación, marketing, ventas, operaciones, compras e IT están enormemente involucradas en los principales procesos estratégicos de la Sostenibilidad.

En el foro se abordan las nuevas exigencias regulatorias en materia de Sostenibilidad. ¿Qué sectores crees que están mejor preparados para adaptarse y cuáles enfrentan mayores retos?

Algunos sectores que han sido tradicionalmente más regulados cuentan con una infraestructura de cumplimiento que hace más sencilla la integración de procesos y políticas de sostenibilidad. Finanzas, energía, o salud son algunos buenos ejemplos.

Sin embargo, en nuestra experiencia, la clave no es tanto el sector de actividad sino la capacidad innovadora y la cultura de excelencia de las organizaciones.

Las empresas mejor preparadas son las que han tenido una visión ecosistémica de su negocio, lo que se traduce en políticas más avanzadas hacia el capital humano, una mayor preocupación por los impactos ambientales y una mayor sofisticación tecnológica.

“Más allá del sector, lo que marca la diferencia es la cultura de excelencia y la capacidad innovadora de cada organización”

Forética ha trabajado en iniciativas clave en materia de Sostenibilidad y gobernanza. ¿Cuáles son los próximos pasos para seguir impulsando la agenda ESG en España?

Estamos en un contexto en el que más que nunca es necesario conectar la Sostenibilidad y el impacto con la competitividad y el valor empresarial. Por ello seguimos trabajando desde el Consejo Empresarial Español para el Desarrollo Sostenible, desde donde los 50 CEO y presidentes más relevantes en el ámbito de la sostenibilidad siguen marcando la dirección.

“Es fundamental conectar sostenibilidad e impacto con competitividad y valor empresarial”

En su declaración institucional de este año, el Consejo hace hincapié en la colaboración entre empresas, administraciones y entidades sociales para construir puentes que faciliten la transición energética y la construcción de un futuro sostenible.

Existe una creciente presión por parte de inversores y consumidores hacia modelos de negocio sostenibles. ¿Cómo pueden las empresas convertir la regulación ESG en una ventaja competitiva en lugar de verla solo como una obligación?

La regulación ha sido una fuente de impulso fundamental para el avance de la sostenibilidad. En términos cuantitativos, el número de empresas implicadas en acciones sostenibles ha crecido sustancialmente. En términos cualitativos, la irrupción de la sostenibilidad en los consejos hubiera sido mucho más lenta.

No obstante, tanto empresas como reguladores reconocen que es necesario una desinflación de la carga normativa para permitir que la sostenibilidad sea una fuente de ventajas competitivas, como ha sido durante las últimas dos décadas. En este sentido, aliviar la presión sobre el cumplimiento normativo libera recursos para la acción y el impacto, que es donde realmente está la capacidad de generar valor compartido.

“Desinflar la carga normativa libera recursos para la acción y el impacto, que es donde realmente se genera valor compartido”

La digitalización y la tecnología juegan un papel clave en la recopilación y reporte de datos ESG. ¿Cómo pueden las empresas aprovechar la innovación para mejorar su desempeño en Sostenibilidad?

La innovación tecnológica y la digitalización son hoy aliados fundamentales para avanzar en Sostenibilidad desde un enfoque estratégico y basado en datos. La capacidad de recopilar, procesar y analizar información ESG en tiempo real permite a las compañías tomar decisiones más precisas, trazables y alineadas con sus compromisos de sostenibilidad.

La tecnología no solo facilita el cumplimiento normativo y la mejora del reporting, sino que también habilita nuevas formas de generar impacto positivo, anticipar riesgos y escalar soluciones sostenibles. El uso de inteligencia artificial, cloud computing o herramientas avanzadas de analítica permite transformar los datos en valor, integrando la sostenibilidad en el núcleo del negocio.

“La tecnología permite transformar los datos ESG en decisiones más precisas, trazables y alineadas con los compromisos empresariales”

En este sentido, desde Forética hemos impulsado la iniciativa ‘AI on ESG’, un foro de debate alrededor del potencial transformador de la Inteligencia Artificial y su impacto en la sostenibilidad, con un foco especial en la definición de un marco de desarrollo y adopción de estas tecnologías que tenga en cuenta criterios éticos y responsables.

Para quienes aún no han dado el paso hacia una gobernanza sostenible, ¿qué primeros pasos recomendarías para alinearse con las exigencias regulatorias y de mercado?

Para Forética, la gobernanza sostenible debe partir del propósito, la misión y la estrategia de la empresa. Cuando una compañía se ve a sí misma como el operador de un ecosistema de grupos de interés, se da cuenta que su valor aumenta cuanto mayor sea su huella positiva sobre los mismos.

Cuando los procesos y el reporte son una consecuencia de lo anterior, la compañía es capaz de maximizar su valor al tiempo que impacta de manera positiva en la sociedad. De esta manera podemos alinear regulación, empresa y mercado.

Consulta más información responsable en las publicaciones Corresponsables y en la Ficha Corporativa de Forética en el Anuario Corresponsables 2025.

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