"Los mayores esfuerzos en RSE los siguen realizando las grandes empresas"

23-10-2017
Georgina Núñez, experta en RSE de la CEPAL y secretaria juridica de CEPAL

 

 

¿Qué balance hace de la evolución de la RSE en los países de América Latina y el Caribe?

En América Latina y el Caribe ha habido avances importantes en los distintos ámbitos de la responsabilidad social, aunque falta mucho por hacer. 

Si tomamos como referente el Pacto Global o Mundial (Global Compact), iniciativa de RSE del Sistema de Naciones Unidas, se han hecho esfuerzos considerables por avanzar en los 10 principios que lo constituyen. Los avances se han dado especialmente en los temas transversales a la responsabilidad social como la sostenibilidad, la igualdad de género, el cambio climático, el empleo justo que toca el tema de juventud, etc.; todos ellos enmarcados en los Objetivos de las Metas del Milenio y en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Rio + 20). Cabe mencionar que el trabajo se realiza a través de un diálogo público-privado  entre los sectores empresariales, los gobiernos, las asociaciones empresariales, los sindicatos, las instituciones académicas, las organizaciones de la sociedad civil y otros grupos relacionados (stakeholders), esquema que se repite en los distintos Pactos Globales Regionales.

 

Respecto a América Latina y el Caribe, el Centro Regional de Apoyo al Pacto Global trabaja muy de cerca con las distintas oficinas del PNUD. En el IV Foro Anual dedicado a los temas de Derechos Humanos y Condiciones Laborales en América Latina y el Caribe y en la Agenda Post-2015, se constató el trabajo conjunto de los distintos sectores de la sociedad involucrados; y los avances alcanzados a distinto nivel y escala dentro de los países, dependiendo del actor de que se trate. Algunos gobiernos han ido modificando los marcos normativos que promueven las mejores prácticas llenando vacíos normativos y de políticas públicas en los distintos temas de RSE; este es el caso de la iniciativa del Gobierno de Perú que logró que el Parlamento aprobara una iniciativa de ley para incorporar el tema de derechos humanos en el sistema educativo del país.

 

Sin duda los mayores esfuerzos los siguen realizando las grandes empresas de la región o con presencia en la región, a mi juicio por razones económicas y de reputación. La mayoría de ellas son empresas globalizadas, con creciente presencia en los mercados internacionales, y que están obligadas a revelar información, rendir cuentas y transparentar su gestión si desean penetrar en dichos mercados. Las exigencias para acceder a esos mercados son cada vez mayores y en algunos casos han obligado a las empresas a trabajar con sus cadenas de proveedores: ya no es suficiente con que ellas den cuenta de sus prácticas de gestión, sino que también se preocupen de aquellas empresas con quienes realizan sus negocios.

 

Los mecanismos de medición de la RSE han sido desarrollados principalmente para satisfacer los requerimientos de grandes empresas, lo cual los hace poco prácticos para las PYMES. Este ha sido un punto clave a considerar por la CEPAL para que las empresas de la región (mayoritariamente PYMES) avancen más rápidamente en la incorporación de prácticas socialmente responsables a sus modelos de negocio y estrategia de gestión. Es hacia ese punto donde se dirigen nuestros mayores esfuerzos, a subsanar la falta de mediciones que contribuyan a diseñar políticas públicas mejor dirigidas.

 

 

¿Qué políticas está impulsando la CEPAL para el desarrollo de buenas prácticas socialmente responsables en los países de su ámbito de actuación?

Desde 2010 y con una visión más de desarrollo productivo, la CEPAL, en conjunto con la OEA, más que promover políticas específicas, se han preocupado por la medición de la disponibilidad de las PYMES al cambio hacia la sostenibilidad. Para ello diseñamos una herramienta que permite analizar cinco factores determinantes que influyen sobre la disposición de una Pyme a realizar actividades de RSE: visión del dueño/gerente, relaciones con clientes, gestión interna, cultura participativa en la empresa y relaciones con el entorno.

 

La aplicación del cuestionario se ha llevado a cabo fundamentalmente a través de talleres de capacitación organizados por la OEA y en los que participa la CEPAL. A través de ellos hemos obtenido datos muy reveladores de la situación de la RSE, al menos en 10 países de la región. La primera gran revelación es que las PYMES tienen un espacio relativamente amplio de crecimiento y mejora en sus acciones de RSE. De igual forma, se evidencia la capacidad y potencialidad de la herramienta, en términos de la información que proporciona para el diseño de políticas públicas. 

 

Desde el año 2010, se han tabulado los resultados de 220 empresas. El valor promedio del índice para el período (2010-2014) es de 3.4 de un valor máximo de 5. Los componentes que presentan los mayores valores son: las relaciones con el entorno (3,6), la visión del dueño/gerente (3,5) y la cultura participativa de la empresa (3,5). Los menores valores se encuentran en los componentes: relaciones con los clientes (3,3) y gestión de la empresa (3,2). La herramienta es de fácil acceso para las empresas y les permite reevaluarse cada vez que realicen avances en sus distintas áreas. También les permite medirse (a través de su índice individual) con sus pares, ya que muchas empresas pueden tener el mismo índice pero sean distintas las áreas que deban mejorar. 

 

 

En Corresponsables creemos que tan importante es hacer como hacerlo saber. También estamos convencidos del efecto multiplicador de comunicar las buenas prácticas responsables. ¿Cómo comunican su labor en RSE y sostenibilidad?

Coincidimos con ustedes respecto a la importancia de difundir lo mucho o poco que se hace en materia de RSE, especialmente en la región como la nuestra, donde hay una sumatoria de pequeñas y grandes iniciativas aisladas que buscan promover las buenas prácticas. Desde 2004, el programa de Innovación Social de la CEPAL-Kellogg ha trabajado en la creación de una red regional, cuyo objetivo ha sido difundir distintos emprendimientos sociales en la región y donde el componente transversal es la responsabilidad social

 

En el proyecto Disponibilidad de las Empresas al Cambio hacia la Sostenibilidad, el principal mecanismo de difusión son los talleres de capacitación, los Foros Internacionales (ABAC –APEC) y Regionales (Foro Anual del Centro Regional de Apoyo al Pacto Global), las Reuniones de Parlamentos (Parlatino), Foros de Negocios de Jóvenes de las Américas y Concurso de Talento e Innovación de las Américas del Young Americas Business Trust (YABT). En los distintos foros hacemos entregas parciales de la aplicación del indicador y los insertamos en un contexto más amplio de la región, de tal manera de proporcionar elementos con los que los distintos participantes se van identificando, lo que les permite también avanzar en su propia curva de aprendizaje.

 

 

Los países de América Latina y el Caribe están poniendo el foco en algunos puntos concretos de la RSE para ajustarlos a su situación social, económica y cultural. A pesar de ello, como experta en asuntos de RSE de la CEPAL, ¿qué aspectos comparten estos países en el desarrollo de buenas prácticas socialmente responsables?

Hay varios aspectos, en distintos niveles de análisis, en que los países comparten la necesidad de contar con prácticas social y ambientalmente responsables, y que junto con lo económico deberían conforman un marco de sostenibilidadaceptable.  Un ejemplo donde este esquema es claramente palpable son las iniciativas de integración comercial y económico –financiera. Por ejemplo, en el aspecto económico – financiero el Mercado de Integración Latinoamericano (MILA), enmarcado en la Alianza del Pacífico, requiere de tres elementos clave de la responsabilidad social para su éxito que son la transparencia, la revelación de información y la rendición de cuentas. En la medida en que sus integrantes revelen adecuadamente sus informaciones sobre su gestión, las posibilidades de integrar más actores crecen. 

 

Estas tres categorías permean las otras dos áreas de la sostenibilidad, lo social y lo ambiental. En el nivel social, el tema de equilibrio de género y las condiciones laborales que incluye el desarrollo de mercados laborales más justos, inclusivos, no discriminatorios, con normativa que apoye la asociación gremial y las negociaciones colectivas, que contribuyan a la disminución de la inequidad. En el ámbito  ambiental, asumir un mayor compromiso en la disminución de los impactos de los patrones de producción y consumo que afectan el cambio climático.   

 

 

¿Qué programas y proyectos de futuro está planificando la CEPAL para potenciar la RSE y la sostenibilidad en América Latina y el Caribe?

Siempre desde un enfoque de desarrollo productivo, continuaremos aplicando la herramienta diseñada por CEPAL-OEA sobre la Disponibilidad de las PYMES al Cambio hacia la Sostenibilidad de tal forma de seguir ampliando la base de datos. Esto permitirá contar con mayor evidencia empírica que sustente el diseño de políticas públicas dirigidas a mejorar las prácticas empresariales, en un esquema amplio de sostenibilidad económica, social y ambiental. 

 

Otro aspecto que continuaremos fomentando a través de este programa de RSE es el diálogo entre los distintos sectores para que los cambios que se produzcan, a nivel de las empresas y de las instancias oficiales, tengan un efecto multiplicador mayor. Creemos que en la medida que los marcos legales incorporen la dimensión de responsabilidad social, el diseño e implementación de política será más efectivo. Esto no significa necesariamente que la responsabilidad social, que va más allá de la ley, deje de ser voluntaria, pero sí que las distintas disposiciones legales den cuenta de la importancia de la ética, un adecuado ambiente laboral, el respeto a los derechos humanos y la buena gestión en los negocios.

 

Por último, buscamos crear redes que ayuden a aumentar la escala, muy importante en el tipo de negocio de nuestra región, para generar sinergias entre empresas, sectores y las cadenas de valor que contribuyan a reducir los costos de implementación de programas de RSE a nivel de unidades productivas de menor tamaño.