De la dirección al autoempleo

23-10-2017
Carmen Sanz, presidenta de Mujer y Empresa

La situación económica actual está obligando a muchas mujeres a buscar otras vías de desarrollo profesional. Mantener un puesto como mujer directiva se ha convertido en un gran reto en las condiciones de trabajo que han surgido tras la última Reforma Laboral. Horarios más exigentes, posibles traslados geográficos impuestos unilateralmente desde la empresa o en general modificaciones en las condiciones de trabajo que hacen cada vez más difícil conciliar la vida profesional con la familiar.

 

El autoempleo o la creación de la propia empresa se perfilan entonces como una salida apetecible para aprovechar la experiencia profesional adquirida en el ámbito de la dirección y convertirnos además en dueñas de nuestro propio tiempo, buscando nuevas fórmulas para desarrollar una vida profesional productiva al mismo tiempo que podemos tener una vida personal y familiar saludable y gratificante.

 

La primera pregunta que tenemos que hacernos antes de emprender nuestro propio negocio es qué sabemos hacer bien, y sobre todo, con qué disfrutamos realmente y qué es lo que nos apasiona. Y a partir de aquí empezar a profundizar e investigar en ese campo. Uno de los secretos del éxito de cualquier negocio es la pasión que pongamos en él, y para poner pasión tenemos que buscar algo que realmente nos gusta hacer.

 

Algunas estrategias que pueden resultar interesantes:

1) Buscar una organización de mujeres empresarias, conocer el máximo número de ellas y hacernos una idea clara de lo que implica ser empresaria, cómo empezaron y qué dificultades se encontraron. También en sus experiencias podemos encontrar inspiración para nuestros proyectos.

2) Inscribirnos en un curso sobre el tema que queremos desarrollar para nuestro negocio.

3) Hablar con varias personas que hayan triunfado en el tema que nos interesa.

4) Investigar en Internet y en la literatura disponible sobre el tema que nos interesa.

5) Buscar asesoramiento en las organizaciones estatales o comunitarias para los nuevos proyectos de emprendimiento, posibles ayudas y/o subvenciones, cursos de creación de empresas.

6) Formularnos un posible plan de negocio del proyecto: ingresos anuales posibles, gastos necesarios, inversiones necesarias, y contrastarlo con algún experto en el sector si es posible.

7) Pegar el salto con confianza y dándonos la oportunidad de equivocarnos, pero con la seguridad de que tarde o temprano

vamos a encontrar nuestro camino.

 

Si hemos sido capaces de desarrollar una labor importante como directivas, creando negocio para las empresas que nos han contratado, ese mismo talento tiene que resultarnos muy útil para desarrollar nuestro propio negocio. Cuando los caminos que conocíamos no funcionan tenemos laobligación de inventar nuevos caminos para seguir adelante. Y emprender un proyecto empresarial en el momento actual tambiénes una forma excelente de ser socialmente responsable.